Mi tío y mi marido montan un sándwiches conmigo

Se dejó caer sin presionar su pecho sobre mi espalda y poniendo su boca en mi oído derecho me dijo: Me encanta follarte sobrina junto a tu marido

Las mañanas con Mario y mi tío Rodrigo comenzaron a ser agotadoras, pues  muchas veces tras una agitada velada nocturna donde los dos saciaban sus deseos en mis castigados agujeritos, al comenzar el día, ordeñaba a esos dos sementales y hacía de sus jugos parte de mi desayuno.

Comenzaba con Mario que lo tenía en mi cama  y esto era casi como una religión para él, pues la mamada matutina la tenía grabada en la agenda a fuego, y como me diecia el, si no se  la hacía ,el día no era lo mismo.

Lo cierto es que una disfrutaba, pues también él  era  agradecido y me compensaba ricamente, aunque ahora lo “malo” era que nada más acabar con mi marido tenia faena con mi viejo Tío, pues el chivato de mi esposo le había puesto al día y nada más salir de mi cuarto me dirigía al suyo, mientras Mario preparaba el desayuno y café, yo ordeñaba al viejo uruguayo que me esperaba todas la mañanas como agua de mayo en su cama velando armas.

La verdad también hay que decirla es que una disfrutaba mucho con este trabajo matinal, pues al entrar a su cuarto la estampa era de postal, pues ver ese gran cuerpo robusto con un moreno natural muy sexy, poblado por unas proporciones de vello que lo hacían casi perfecto, ese  rabo semirrígido esperando lo enderezara por completo, y ese duro trasero con una proporción de pequeño vello blanco que lo convertía en una delicia, me hacían temblar las piernas y  la boca así como  otras partes de mi cuerpo hacían aguas nada más verlo.

Él lo sabía y mi marido también y eso les transmitía una seguridad en el sexo, pues la flojedad que sentía en mis piernas era fruto de la cantidad de orgasmos que ellos me sacaban haciéndoles a ellos aflorar más si cabe su virilidad.

La ultima mañana estando yo en plena faena con el mástil de mi Tío, entro Mario con el café calentito en una bandeja, pues él ya había recibido su matutina extracción de lácteos y su colgandera y morcillona polla así lo delataban, comentándole y agrediendo  Rodrigo tal ofrecimiento  mientras una seguía  comiendo de  aquel rabo que lentamente recorría desde la punta a la base con besos y lametones, recreándome en ese par de enormes y peludos huevos que adoraba con pasión.

A veces los levantaba con mi mano notando su peso y tamaño, para bajar y comerle los alrededores de su ano con ese vello blanco que a mi tanto me gustaba.

A él eso le ponía loco y su duro pollon palpitaba cuando sentía mi lengua jugar en ese sitio, y ahora acababa de hacerlo delante de Mario  mientras este le ofrecía la taza de café.

Fui a tomar yo la mía cuando mi Tío me aguanto la cabeza cariñosamente y dijo: espera sigue y no pares que nunca tome café mientras me la maman  y esto me da un morbo que no quiero perderme.

Mario se sentó a nuestro lado y tomando ellos ambos el  café, este miraba atento como yo se la comía a mi tío.

La verdad Rodrigo es que tienes un rabo  impresionante, dijo Mario mientras no dejaba de mirar como mi boca ahora succionaba su cabezón brillante, tu difunta mujer fue una afortunada…. Este agradeciendo el cumplido, le dijo: Tu tampoco te puedes quejar, que mi sobrina está encantada con la tuya y la manera de trabajarla, solo hay que verla y lo enamorada que esta de ti.

Mario que agradecía también el cumplido, dijo: Joder esta esto haciéndome cosquillas otra vez, viéndolos a ustedes se me va a animar otra vez.

Yo soltando un segundo la polla de mi tío, le dije: tú ya tuviste tu ración así que no pidas más que me vais a empachar los dos con tanta leche matutina, que no me dejan hacer mi dieta.

Se rieron ambos mientras yo seguía en la faena, cuando sentí ahora como mi marido se ponía por atrás mío para comenzar a comerme mi mojado sexo, retirando mi tío una de sus manos que allí cariñosamente tenia  posada.

Fue meter su lengua varias veces en su interior y un explosivo orgasmo me llego sin avisar haciendo tragar media tranca de Rodrigo mientras gemía.

Este agradeció el detalle y ahora con las dos manos aguantaba mi cabeza como intentando que yo la tragara entera, pero él y yo sabíamos era imposible con aquel tamaño.

Sin esperarlo Mario se puso a la faena y comenzó a restregar su morcillón por atrás deseando este se pusiera duro para penetrarme, como queriendo demostrar que el aún era el macho alfa en aquella relación.

Pero fue mi Tío el que tomo la inactiva y dirigiéndose a Mario, le dijo: Ven ponte tu aquí que tu mujer te agasaje esa polla y te la ponga dura, que mientras yo voy a atender sus necesidades..

Mario obedeció sin rechistar pues noto su rabo no estaba para penetrarme, viendo que el de su homónimo estaba en otra dimensión de tamaño y dureza.

Una como una sumisa esclava agradecida, cambie  las tornas y ahora comía y endurecía la rica morcilla de mi marido, mientras que mi viejo Tío se puso tras de trasero en pompa para comenzar lo que sería una comienzo de día inolvidable.

Dejo caer  saliva sobre mi estreso y apretado aun agujero trasero mientras la cabeza de su largo y duro rabo jugaban en la puerta de mi conejito, y con un dedo gordo comenzó a dilatar este cariñosamente hasta que lo metía en totalidad, mientras ya iba penetrando con pequeños y suaves movimientos su enorme pollon en mi gazapo.

Los vaivenes suaves hacían que yo me tragara toda la polla de mi marido que ya comenzaba a estar otra vez dura, pero el verdadero placer lo tenía por atrás y aquel sabio viejo que me estaba haciendo gozar de lo lindo.

Gemía como una posesa con la polla de Mario en la boca, cuando note como ahora mi tipo intercambiaba de agujero, siendo más cuidadoso con las penetraciones por la puerta de atrás, a la que dedicaba más tiempo para meterla toda.

Sentía su huevos golpear en mis glúteos y su mano ahora sobaba fuertemente mi conejo, metiendo parte de los dedos en su interior, y buscando el botón del placer que tan sabiamente sabia encontrar.

Se dejó caer sin presionar su pecho sobre mi espalda y poniendo su boca en mi oído derecho me dijo: Me encanta follarte sobrina junto a tu marido, eres un tesoro difícil de encontrar, disfruto dándote mi duro rabo y que este te haga disfrutar tanto, en estos días que me quede aquí con vosotros te voy a follar hasta dejarte exhausta o que tú lo hagas conmigo.

Joder que caliente está el viejo, replico Mario entre risas, lo cierto es que te folla bien encanto, te hace gozar como hace tiempo no te había visto, eso es verdad y me gusta verte así tan caliente y ardiente.

Se incorporó mi tío para ponerse más cómodo, intercalando ahora  con más asiduidad los agujeros , pues la metía por atrás y tras tres o cuatro golpes secos, pasaba a mi conejo para hacer lo mismo, llegándome ahora uno de esos orgasmos descomunales que me hacen perder el sentido.

Menos mal que Mario me sujetaba y me conocía, pues mis ojos en blanco y mi boca balbuceando, delataban estaba grogui  por aquellas embestidas del semental de Rodrigo y ambos lo sabían pues aminorando las penetraciones dejo este que  me recuperara un poco.

Ya había conseguido enderezar la polla de  Mario, y está, ahora regada por mi saliva brillaba como nueva, recobrando ahora  mi esposo la iniciativa para sentarme  sobre su duro rabo, clavada por mi dilatado ano que tan gustosamente había faenado mi tío.

Me sentó dándole la espala a él y mi frente al viejo , que sin perder tiempo agarro con su mano ese misil americano  posicionándose sobre mí a la vez que nos echaba a los dos hacia atrás, para penetrarme de un golpe seco que dejo grabado al fuego sus enormes pelotas en mis labios de abajo.

Mi grito fue rápidamente silenciado por su boca que ahora me besaba con furia mientras su culo subía y bajaba sobre mí como un poseso, haciéndome rebotar sobre el rabo de mi marido que sin hacer esfuerzos estaba viendo como él también la metía y sacaba por atrás.

Me besaba y su lengua estaba dentro de mi arrinconando la mía, mientras el también gemía de placer ... no encuentro  palabras para describir lo que ese momento estaba disfrutando  y más por lo que se estaba demorando, pues no parecía tener fin en aquella monta espectacular por parte de ambos.

No quiero ser una exagerada pero los quince minutos rozaron esa posición, pues la espalda de mi tío y las gotas de sudor que la recorrían delataban el largo tiempo faenando.

Yo pase a tener mis múltiples cortos e intensos orgasmos que no hacía nada más que encender a esos dos sementales, hasta que ambos con un espacio de tiempo de unos segundos comenzaron a descargar sus fluidos dentro de mí.

Ahora el peso del viejo estaba sobre nosotros con cuerpo medio muerto y la cabeza por un lado de la mía dando los últimos coletazos con la respiración entrecortada y gimiendo como un poseso, mientras que  por el otro lado de mi  cara, la de  Mario y sus gemidos también delataban su gozo.

Dos o tres minutos quedamos en silencio, estando yo  ensamblada por ambos apéndices masculinos que poco a poco iban perdiendo la rigidez.

Fue primeo mi tío el que la saco , y previo un gran beso cariñoso se dejó caer al lado de la cama todo lo largo que era con las piernas abiertas mostrando su rica morcilla , para que así Mario pudiera sacar también su castigado     rabo que esa mañana había tenido doble sesión.

Como pude me incorpore para dirigirme al baño, dando unos traspiés que fueron la comicidad de ambos, pues sabían muy bien que era fruto de la flojera de tan espectacular polvo mañanero.

No si antes girar mi cabeza en la puerta para dirigirme a ellos diciéndoles: - Hasta mañana no hay más… que una no aguanta ya tantas y ricas embestidas… replicando mi viejo Tío: Ya veremos sobrina ya veremos…