Mi tío se pone como un animal con su cerda
Después de lo ocurrido la útima tarde en el bar, mi tío llega a casa como un animal en celo
Después de la última tarde en el bar de mi tío, me sentía muy sucia... pero por lo menos era sábado, y no tendría que volver hasta el martes... llegué a casa y me fui a mi habitación a coger una toalla y ropa limpia. Poco después oí como llegaba mi tío. Yo estaba cogiendo las cosas para ir a la ducha, pues atún tenía las tetas babadas y con restos de la comida que me había obligado a esparcirme el viejo del bar. Le oí hablar con mi tía... le hablaba con desprecio y la insultaba, siempre la estaba llamando vieja, pero eso era habitual, supuse que iba a forzarla y descargarse con ella, como había hecho otras veces después de ver mis humillaciones, pero entonces oí que le decía que fuese a pasar la noche al hospital, a cuidar de su cuñada que estaba ingresada... ella decía que no hacía falta, que ya llevaba varios días y no era nada, pero mi tío le dijo que se marchase, que era para lo único que servía... y poco después la oí salir.
Yo estaba todavía con la ropa del bar, sentada sobre la cama, cuando se abrió la puerta y entró mi tío. Estaba impaciente y fuera de si. Tenía un bulto enorme entre las piernas, incluso se veía un poco mojado el pantalón. En cuanto le vi supuse que no iba a conformarse con frotarme entre la piernas como había hecho la otra vez, ni con descargarse en otro sitio.
- Eres una cerda asquerosa, te pone cachonda que esos viejos del bar te soben y te usen - dijo, encendido, nada más abrir la puerta
Yo no sabía qué decir... empecé a explicarle que no, que lo hacía porque él me obligaba a ayudarle en el bar, y que no sabía qué hacer cuando pasaban esas cosas, pero él no apenas me escuchaba. Tenía la cara toda colorada, estaba sudoroso, como un marrano en celo, se apretaba el bulto enorme de la entrepierna con la mano, y tenía la boca entreabierta babeando. Me agarró por el pelo, sentada como estaba en la cama, y empezó a restregarme la cara por su paquete, que olía de forma muy desagradable. Mientras seguía insultándome:
- Puta barata, yo follándome el coño seco de tu tía por no darte tu merecido, y tú te dejas follar por viejos desdentados delante de mis narices, zorra asquerosa, puta, pero ahora te voy a dar tu merecido
Me hizo ponerme a cuatro patas encima de la cama, me levantó la falda y de lo ansioso que estaba ni siquiera fue capaz de quitarme las bragas, me las apartó hacia un lado, y noté cómo estaba tratando de desabrocharse el pantalón torpemente...
- Te voy a follar como se folla a las perras como tú, a cuatro patas, como la cerda que eres
Entonces noté cómo me clavaba la polla, de una embestida, hasta el fondo... empezó a follarme frenéticamente, como un animal en celo. Me agarraba por las tetas, apretándolas fuertemente, de forma que sus dedos me quedaban marcados, y tirando de mis tetas me atraía hacia él una y otra vez, follándome como un perro. Jadeaba como un cerdo, sudando y gritando, y sus babas caían en mi espalda.
- Puta, puta asquerosa, marrana - me insultaba todo el rato entre jadeos y gruñidos
Yo tenía la cabeza agachada, y veía cómo sus enormes cojones me golpeaban en cada embestida... hasta que de repente paró en seco, con su polla metida dentro de mi, me soltó las tetas y me agarró el pelo echándome la cabeza hacia atrás... sacó su polla gorda y palpitante, a punto de correrse, de dentro de mi, y me llevó la cabeza hacia ella. De un golpe me la metió entera en la boca y empezó a echarme su asquerosa corrida dentro. La leche me caía por fuera de la boca, mezclada con saliva, me daban arcadas y me lloraban los ojos al sentir su polla tan adentro de mi boca. Entonces la sacó, toda manchada de leche y babas, y me la restregó por la cara y el pelo.
- Saca la lengua y límpiame la polla y los huevos, marrana.
Cuando terminó de restregarme se subió los pantaones, estaba todo sudado y colorado, incluso se le veía un poco mareado. Se marchó de la habitación, sin ni siquiera mirarme, y al salir por la puerta murmuró que me vistiese y me limpiase.