Mi tío por fin me desvirga
Después de rogarle que me metiera la verga y él no quería, me rehúso a estar con él y termino siendo violada, me desvirgó aunque le dije que no, pero decía que no era violación, por que era mi macho y yo tenía obligaciones con mi hombre.
Me mude a la ciudad y aquí no había con quien jugar, así que me resigné a tocarme sola, un día estando en esas jugándome la cosa, me vine, me asusté, pero era bien rico, así que empecé a hacerlo, no me penetré quería que lo hiciera un hombre o por lo menos un buen dildo, ya tenía mi cuerpo formado y había desarrollado, hacía mucho que nadie me tocaba.
Una mañana, mi madre fue notificada que mi abuela había tenido un accidente, así que viajó a mi pueblo, mi tío sabia que mamá iba para allá y el mintió diciendo que tenia exámenes en la universidad, en otro pueblo, pero viajó a la capital, me dijo que me extrañaba, que yo era su primera mujer y que quería estar conmigo, me dijo que tenía ya ricas las chiches, que me estaba poniendo mas rica y que quería jugar un rato, le dije que no, pero él insistió, me metió al cuarto y me dijo que tenía muchas ganas, le volví a decir que no.
Lejos de hacerme caso, se bajó el pantalón y le salió tremenda cosota, yo no podía dejar de verle ese tremendo pedazote de verga, pero le dije que no, el me tiró a la cama volteada, y me puse a llorar, le dije que no y me preguntó si ya le había dado el culo a alguien, le dije que no, y que se quitara, me tenía presionada, yo intentaba levantarme, finalmente lo hice y él me tomó del brazo, me preguntó que por que no quería, si era por que ya estaba cogiendo con alguien. Le repetí que no, que aun era virgen, pero que había sido un juego de niños pero que yo ya era grande y no estaba para jueguitos, me dio un tirón y me sentó en sus piernas, intenté quitarme, el me empezó a tocar, yo a levantar y me tiraba para atrás.
En el forcejeo, sentí en mi culo su verga, me logré levantar y me dijo, no te acuerdas como gozábamos, no podía dejar de vérsela, pero aun así, dije que no, el se desnudo y le vi tremenda animalota parada, y me dijo, no se te antoja cogerte este pedazo de carne, las mujeres se vuelven locas cuando me las cojo, le dije que no, pero no deje de verle tremenda cuestión.
Me abrazó con la verga pegada mi cuaerpo y me dijo vamos abrí las piernas, como antes, solo voy a jugártela un rato y nadie se va a enterar, le dije que no, se molestó y me tiró a la cama, empecé a llorar y me dijo, que lloras si te encanta la verga, no te acuerdas que me pedías que te la metiera y le dije, no, no quiero, me acostó me tomó con una mano del cuello y me dijo vas a mamar o todos se van a enterrar que eras bien puta y siempre estabas pidiendo que te rompiera el culo.
No podía respirar bien, se me montó sin soltarme el cuello, yo intentaba quitar la mano y el presionaba, lo justo para medio respirar, pero que no pudiera moverme, se reía, me soltó y yo tosí, me levanté, me volvió a jalar a la cama y me tiro, se monto en mi y sentía su bulto y me dijo solo voy a rosarte asi con ropa, me dijo – tu eres mi mujer, tengo muchas ganas de ti, no he gozado con otra como lo rico que lo pasábamos, cuando te abrías cada vez que yo quería. Estabas siempre caliente, lista para montarte.
Le dije que estaba bien que se la rosara, pero que fuera rápido, se sentó en mis caderas y me desabrochó la blusa, empezó a tocarme y me dijo que ricas tus tetotas, sirivió que te mamara los limoncitos para que se pusieran unas chichotas de puta. yo estaba super incómoda y no podía verlo a los ojos, sentí su verga en mi vientre, me levantó y me quitó la blusa y el brasier, empezó a masajearme las tetas con sus manotas.
Yo me quedé quieta viendo a otro lado, él se reía, me quitó la falda y el calzón y me tiro al piso, me abrió y me pregunto cuantos cabrones me habían chimado la pusa, le dije que ninguno, empezó a mamar tetas, yo empecé a llorar y le dije que no quería, me dijo que solo se iba a quitar las ganas, por encimita que no me iba a quitar el tapón.
se quito la camisa, me pego en la boca y la cara con su cosota y me pidió que abriera la boca y me golpeó la lengua y luego me metió lo que pudo en la boca, me cogió la boca y me miraba y me decía así te gustaba comerte el heladito antes, bien que te gustaba chimar conmigo, te movias como que tenías hormigas en el culo, me la sacó y le dije que no quería, se sentó en la cama y me dijo vení, me levanté y me sentó en sus piernas, de espaldas a él, empezó a tocarme los pechos y me dijo, tenes ese cuerpo tan rico, gracias a que jugábamos caballito, tenia su verga entre la raja del culo se empezó a mover y yo no hice nada, el se movía hacia arriba. Me jalaba las caderas.
Me levanto y me acostó en la cama, me la chupo un rato, como se sentía de rico casi me vengo y luego, se puso entre mi hoyo, sentía muy rico, pero no hice nada para qué lo supiera, empezó a mover su verga encima, yo miraba al cielo desplomaba y el me manoseaba las tetas y se movía sobre de mi, muy despacio y apretado, empecé a sudar por la cercanía y por el movimiento y me dijo, no que no puta, ya estas mojada, así que puso la cabeza sobre mi hoyo, te voy a dar lo que necesitas, un buen palo que te quite lo arisca, le supliqué que no.
Pero, empezó a empujar, me salían lágrimas, intentaba quitarlo y él entraba poquito a poquito y se reía, me dijo como no ibas a querer si desde chiquita eras bien puta, lloraba, intentaba que no entrara tanto, sentí que me desgarraba por dentro, no podía entrar, no le entraba y me lastimaba, yo lloraba y me decía esto no lo vas a olvidar nunca el día que te violé puta, por no querer cumplirle a tu hombre.
Unas embestidas más y me dejó bien clavada, la verga dentro, la sentía toda invadiendome, le palpitaba dentro, dolida y con poquita sangre, me tuvo así, sin sacarla solo empujando suave, manoseándome las tetas, mientras yo le dije me estas violando y me respondió que no era violación que tenía derecho de usarme cuando él quisiera y ahora más por que ahora ya era su mujer totalmente y que siempre que el quisiera yo tenía que abrirle las piernas para descargarse y que yo tenía la obligación de complacerlo, que ahora era mi dueño, mi macho, que era mi marido y que él siempre me iba a dar verga, aun cuando estuviera casada, el me iba a usar como le diera la gana. Empezó a jadear y me dijo voy a preñarte, a las putas les gusta la leche, empezó a moverse y me lastimaba le pedía que no lo hiciera, él se rió y me dijo, entre jadeos, puta, perra caliente, voy a meterte toda la leche caliente y voy a preñarte perra callejera, se vino en mi y se levantó, me la pasó en las tetas en la cara y luego en la boca.
Se rió, y se fue a ver tv al cuarto de mi mamá y se quedó dormido, yo me bañé y por alguna razón, deseaba tenerlo otra vez. Es que si quería pero ahora me daba vergüenza y prefería que no me lo hiciera.