Mi tío, mi niñero
Hoy por fin hacia realidad mi sueño; tener sexo con mi ardiente tío. Lo deseo desde hace un año y no puedo esperar para tenerlo entre mis piernas dandome tan duro que me deje sin respiración.
Ya era viernes y eso solo significaba que mis padres se iban de fiesta y que mi tío vendría a cuidarnos. El es el hermano menor de mi padre, tiene 20 años y está tan chico porque mi abuelo se volvió a casar con una mujer joven quien le dio a este hijo, mi tío llamado Demián. Así que hoy tengo que lucir una de esas pijamas de shorts que me compro mi madre la semana pasada, son de Hello Kitty, pero no importa igual son cortas y dejan ver mucho de mi pecho, es un poco grande para mi edad.
La noche llega y yo me quedo en la estancia a esperarlo, ya mi hermano menor se fue a dormir, así que no hay problemas agregados. El timbre suena y mi madre va muy apurada a abrir la puerta ya que se les hace tarde para irse a la fiesta y cena de una de sus mejores amigas quien cumple años hoy. Prendo la tele para tener ocupada mi mirada cuando entre mi guapo tío. Escucho dos pares de pasos acercase y volteo mi mirada un poco para ver a mi madre en el umbral de la puerta.
–Cat ya está aquí tu tío– lo anuncia como si no lo hubiera escuchado y como si no lo estuviera viendo atrás de ella, pero nunca me he caracterizado como una hija grosera así que asiento con mi cabeza.
–Que bien mamá. Hola tío Demían– le sonrió y mi madre se hace a un lado para que mi tío pase, el se sienta enseguida de mi y me quita el mando del Roku.
–Bueno tesoro, nos vemos mañana, te duermes temprano– se acerca y me da un beso en la mejilla –Demián No dejes que se duerma tarde, se llegan las once y la mandas a dormir ¿ok? – amenaza mi madre.
–Si cuñada no te preocupes, que está señorita– me pincha las costillas con su dedo índice haciendo me reír –se dormirá temprano– termina de decir su frase, logrando que mi madre se tranquilice y se despida con la mano.
Cuando escucho la puerta principal ser cerrada y el carro de mi papá irse, puedo respirar tranquila porque por fin me quedé a solas con mi suculento tío.
Salgo de la estancia bajo la atenta mirada de Demián, pero no me cuestiona nada. Subo las escaleras hasta mi cuarto donde saco mi muñeca LOL OMG y un Ken para llevarlos conmigo. Sé que soy adolescente, pero sigo jugando con Barbie y no puedo dejar de hacerlo ya que las uso para recrear escenas porno, me gusta jugar con ellas a que tienen sexo con el ken y siempre que termino de jugar acabo toda mojadita de mis braguitas y esta noche no será la excepción. Bajo las escaleras corriendo y entro de nuevo a la estancia y me paro enfrente de mi tío, impidiéndole ver la tele. Le extiendo el Ken y lo agarra con una sonrisa divertida. ¡Oh que sexy es!
–Y esto pequeña traviesa– pregunta mirando el Ken
–Quiero que juegues conmigo– lo veo negar con su cabeza y sonreír –por favor ¿sí? – le pongo mi mejor puchero y esboza un suspiro, lo he logrado. Nadie se resiste a mis pucheros.
Sin decir nada más empezamos a jugar, yo empiezo a hablar con vos diferente y el también, hacemos como que vamos al parque, después al súper, al cine, hasta que le digo que fuimos a una alberca y desvisto a mi muñeca. Estás LOL son diferentes, tienen un cuerpo de infarto, caderas anchas, cintura estrecha un culo considerablemente grande y unos pechos con pezones marcados, el solo hecho de verlas y saber que mi tío las veía me ponía cachonda, puede que esté loca pero así me pasaba. Mis pezones se empezaron a endurecer y mi conchita a humedecerse un poco.
–Desnúdate tío– le dije y Vi en su cara asombro, yo me reí por su expresión y mordí mi labio inferior imaginándolo de verdad sin ninguna de su ropa –. No pienses mal, déjame que diga de nuevo. Desnuda al ken– su rostro se relaja y prosigue a quitarle la ropa al muñeco.
Ya estando desnudos simulamos estar en una alberca y pego el cuerpo de la LOL al del Ken, en una de esas tiro al muñeco y subo la Barbie arriba de este, de modo que los “sexos” de ambos queden juntos. No pierdo oportunidad y muevo a la muñeca sobre el regazo del Ken, simulando que tienen sexo. Esa imagen me pone más cachonda e inconscientemente suelto un gemidito. Mi tío que hasta este momento no había dicho nada, carraspea su garganta. Me giro a verlo y tiene los ojos diferentes, más oscuros y tomo eso como que está excitado.
Me arriesgo y me subo rápidamente sobre su regazo, imitando la posición de mis muñecos, muevo lentamente mis caderas adelanta y hacia atrás provocándome un placer exquisito por rozar mi conchita con la bragueta de su pantalón, levanto mi rostro para verlo y tiene los ojos cerrados y las manos hechas puños a la altura de su cabeza. Tomo sus manos y abre los ojos, mirándome de una manera lasciva que me encanta. Bajo sus manos hasta mi trasero, que en cuanto hacen contacto con el lo aprietan y me ayuda aumentar el ritmo de mi vaivén. Ahora de su boca salen gemidos de placer que me llenan la cabeza.
Se gira y me deja sobre el sillón, sus manos van al borde de mi blusa la cual levanta y me la saca tirándola por algún lado, para su sorpresa no traigo sujetador y en cuanto recobra la cordura se abalanza sobre mis pechos, con su mano derecha aprisiona mi ceno derecho y pellizca mi pezón con su dedo índice y pulgar, mi teta izquierda está siendo castigada por su lengua la cual rodea mi pezoncito y después sus dientes jalan de él provocando un sonoro quejido de placer y dolor.
Abandona mis pechos y sus manos bajan a mis caderas despojándose de mis shorts de mi pijama y mis bragas rosas. Estoy completamente desnuda ante su mirada de cazador. Pasa su mano por mi vulva y gimo fuerte.
–La gatita está mojadita– muerde sus labios tan provocadoramente que lo hacen ver más caliente –a ver si estos dedos resbalan– cuando termina de decir eso siento la invasión de sus dedos provocándome un jadeo y un placer enorme. Empieza a bombear con fuerza dentro de mi interior.
–Ah ah ah– grito –oh tío me encanta– aprisionó mis pechos mientras me dejó ir en un orgasmo. Jamás había tenido uno tan rápido, pero debe ser que cuando te toca un hombre suele ser así.
–Joder Cat estás muy apretada amor, ¿segura que quieres continuar? – pregunta aun tocándome la vulva y yo solo asiento con mi cabeza.
Por qué es verdad, quiero continuar, quiero que su miembro me explote y me de él placer que he llevado imaginando desde hace un año. Sin decir nada más se quita toda su ropa quedando desnudo y a mi vista, dejándome ver su trabajado cuerpo y su grande y gordo miembro. Muerdo mi labio inferior por semejante falo que me va a taladrar.
Abre mis piernas y rosa su duro pene y mis ojos se hacen en blanco, su textura en mi montículo nervioso es el puto paraíso, el calor que emana me vuelve loca de placer. Se pone sobre sus codos y su cara se acerca a la mía, dando paso al ansiado beso que quería disfrutar. Por fin sus perfectos labios se unen a los míos besándome con ímpetu y posesividad, invadiendo mi cavidad bucal con su amaestrada lengua. Gimo en su boca cuando pone su verga caliente en la entrada de mi canal cavernoso.
–Oh Cat mmm que cálida estás, maldición ah– gime Demian cuando por fin entra por completo.
Me tomo fuertemente de sus hombros y cierro mis ojos aguantando el dolor que me causa su invasión, pero no quiero que esto acabe, quiero que me haga su mujer, que me parta en dos con sus embestidas. Su respiración en mi oído y su lengua hacen que me empieza a relajar y cuando por fin estoy lista le beso la mejilla dándole a entender que prosiga. Saca todo su miembro y luego vuelve a enterrarlo, provocando un gemido de puro placer.
Acelera un poco sus penetraciones y yo no puedo mantener mis ojos abiertos por el inmenso placer que su gran tronco me esta provocando. El chocar de nuestros cuerpos se escucha por toda la estancia y doy gracias que nada se escucha al cuarto de mi hermano y sobre todo que mi pequeño hermano tiene el sueño pesado.
Sigue con su tortuoso Vaivén llevándome cada vez más al cielo, sus caderas chocan contra las mías más rápidamente provocando que mis pechos reboten. Su boca se acerca a mi seno derecho y lo chupa, muerde y tira de el provocando me un glorioso orgasmo dejándome con la mirada perdida, a los segundos siento su cuerpo tensarse y mi interior caliente, demostrando que se vino en mi y eso me pone cachonda, toda su lechita caliente en mi que rico. Cuando deja de descargarse me besa lentamente y se retira de arriba de mi cuerpo. Nos ponemos de lado mirándonos frente a frente y sonriendo como los mejores amantes.
–Pequeña traviesa– me acusa y yo solo puedo sonreír. De seguro lo dice porque me salí con la mía cuando estábamos jugando a los muñecos. Que de hecho ese era mi plan principal.
–Me encantó tío Demián– y me acurrucó en su pecho.
–A mí también cat, de ahora en adelante no pondré pretextos para venir a cuidarte– dicho esto me vuelve a besar, pero esta vez con pasión provocando que en mi se vuelva a encender la llama que hace unos minutos se había apagado.