Mi tío me usa... y a mí me gusta

Descubro que mi mejor amiga coge con mi novio... mi prima me enseña que mamá mejor que los hombres y me tío Mario nos sorprende haciendo un trío.

MI TÍO ME USA… Y A MÍ ME GUSTA

(CUARTA PARTE)

Yo llegué muy coqueta a visitar a mi tío, llevaba una blusita corta de esas que enseñas el ombligo, como hacía mucho calor… (pretextos quiere la muerte… dicen) y unos shorts con un hoyito que yo misma le había hecho en mi nalga derecha, nunca uso tacones pero esta ocasión iba a ser especial… ya varios amigos me había dicho que me miraba mamacita, me gustaba como se balanceaban mis nalguitas al caminar, lo malo es que algunos viejos me decían obscenidades y eso me caía mal, incluso uno trató de manosearme pero me le escapé.

Mi tío acababa de bañarse, solo tenía puesta una pantaloneta y se veía muy sexi con el pelo alborotado, su pecho peludo y sus grandes piernas gruesas, ha de haber estado pensando en sexo porque se le notaba su enorme palomota, a mí me temblaban las piernas de lo nerviosa que iba pero trataba de fingir seguridad.

Después del almuerzo mi tío no dejó que levantara la mesa, lo hizo él mismo y se puso a lavar y secar los trastos, yo me tiré a su cama y me puse con una pierna encogida para que se le antojaran mis nalgas, él presuroso llegó a mí y quería que ya le mamara la pija, yo me hice la que no quería y se enojó mucho

YO: Tío, yo lo quiero y lo extraño, pero por favor no me trate como a una prostituta vulgar.

TÍO: ¿Y como a una prostituta decente?

Me sacó la risa con su ocurrencia, por lo menos ya le había pasado el enojo, se acercó a mí y me beso los labios como si fuera mi novio, eso me derritió, luego con mucha paciencia se dedicó a mi cuello y mis orejas, esa caricia me produce unos escalofríos deliciosos que hace que arquee la columna, metió sus manos por debajo de mi blusita y primero me acarició la espalda y luego tocó mis senos, se dio cuenta que se me pararon mis pezones, me quitó la blusa y con delicadeza me iba chupando mis limoncitos, sentí que lo hacía hasta con cierta ternura, me tenía en las nubes…

Me dio vuelta y me enseñó otro lugar de mi cuerpo que también era una zona erógena, me chupo justo donde crece mi cabello, atrás en mi nuca, no sabía que ahí podía sentir tan rico, me acostó boca abajo y me quito el short, fue delicioso sentir como me chupaba cada uno de los dedos de mis pies, iba subiendo por mis piernas, se saltó mis nalgas y con la punta de su lengua recorrió toda mi espalda, yo cerraba los ojos para concentrarme en esa caricia deliciosa.

Me quitó la tanga, (porque ahora mi papá ya me daba dinero para que yo me comprara mi ropa y lo primero que hice fue comprarme esa tanguita roja…) me la sacó muy despacio… se quedó viendo mi cuerpo desnudo… que placer me da dar placer… sentí sus manos separando mis nalguitas y su lengua metiéndose en mi culito… me mordía las nalgas con cariño… me dio vuelta y me chupó el botoncito, esa boca me tenía muy caliente y sabía que apenas estábamos empezando.

Le quité su pantaloneta y le pasé los deditos por toda su extensión pero sin apretarla, se le paraba cada vez más como si tuviera vida propia, le acariciaba sus testículos con mis uñas pero sin lastimarlo, que poderosa me sentía al saber que mis caricias tenían brincando de gusto a ese macho que tanto me había enseñado y hoy sabía que perdería la virginidad de mi anito, estaba feliz pero muy nerviosa.

Me metí esa enorme tranca a la boca, pero sin mamarla, solo quería que sintiera la calidez de mis labios, fue tanta su calentura que me la zampó hasta dentro, yo sabía que tenerla metida hasta la garganta le encantaba, me quedé ahí unos instantes para que disfrutara de mi garganta profunda.

Se ensalivó un dedo y me lo metió por atrás, no entendía por qué a mi mamá no le gustaba, era delicioso como su dedo me hurgaba el culo, luego me metió otro y aunque me dolió un poquito sentía sus dedos como se movían abriéndome todo el trasero.

Hicimos un 69 y nos mamamos con mucho amor, no podían faltar nuestros dedos dentro de nuestros traseros, nos chupamos hasta la sombra como dice mi compatriota Ricardo Arjona.

El momento había llegado, él se acostó boca arriba y yo me senté encima de su palomota, pero sin metérmela, primero me la pasó por toda la raya de mi culo, luego metía la cabezota como si me fuera a coger por adelante, era delicioso sentir como me frotaba el clítoris con su verga, me pidió que me abriera yo misma las nalgas y me metió tres dedos para prepararme a mi primera invasión anal.

Ahora si me entró la cabezota, yo me quedé quieta con un inmenso dolor en mi argolla, esperé a que mi anito se acostumbrara a su tamaño y poco a poco me fui sentando hasta que sentí sus pelos en mis nalgas, por fin tenía una verga de verdad en el fondo de mis entrañas, tenía la sensación de hacer del dos en el palo de mi amante, pero valiente comencé a cabalgarlo.

TÍO: Ay que rico, así sobrinita linda, mueve ese culo tan delicioso.

YO: Sí, tío, enséñeme como le gusta… gracias por regalarme este placer tan grande, que rica siento su paloma.

El dolor iba pasando poco a poco…  para hacerlo más emocionante me quedé sentada y apretaba mi recto, eso lo volvía loco, y a mí me daba una sensación de llenura exquisita, empecé a rebotar sobre su pija, quería que me partiera en dos, era extraño, porque por un lado sentía dolor, pero era un dolor rico, no sé explicarlo, nunca antes había sentido eso y por otro lado no podía dejar de ensartarme en esa tranca, por fin mi tío me tenía bien cogida por el culo, no sé por qué pero en ese momento pensé en mi novio y esperaba que fuera él quien me cogiera, amaba la gran verga de mi tío pero quería que su cara fuera la de mi novio…

Me puso de perrita y ahora sí me taladró mi hoyo trasero, con sus dedos me frotaba el clítoris, cada vez que él me la metía yo me le pegaba más y cuando la sacaba la apretaba con los músculos de mi recto, esa acción la hicimos como por tres minutos, seguramente lo apretadito de mi culo hizo que sus movimientos fueran más fuertes y más rápidos, yo sentía esa electricidad que se siente en todo el cuerpo cuando sabes que tu orgasmo está cerca, entonces le moví el culo con desesperación y me vine como nunca había sentido, coger era lo más rico de la vida… mi tío también se vino y me bañó el culo de leche, creo que al sentir sus chorros calientes en mis intestinos tuve otro pequeño orgasmo, fue delicioso, inolvidable.

Si fuera una profesión decente hubiera estudiado para puta, no cabía duda que era lo que quería hacer el resto de mi vida: coger, coger y coger… y aún me faltaba probar por adelante, pero eso sería hasta que me casara, de eso no había ninguna duda… y para eso faltaban muchos años, así que de momento solo le daría gusto a mi culito.

Mi novio ya había salido del hospital y fui a visitarlo a su casa, su mamá me abrió y me dijo que subiera al segundo nivel donde estaba su habitación porque aún estaba en cama, lo hice y al llegar a su puerta me encontré a Irma mamándole la verga, mi amiga, mi mejor amiga, mi amiga íntima ¿Cómo podía quitarme el novio? Y él siendo tan guapo ¿Cómo podía estar con esa desculada escuálida? Salí corriendo muerta en llanto.

TÍO: No pasa nada, tal parece que no aprendes bien algunas lecciones, te dije que el sexo no tiene nada que ver con el amor, tú misma me has dicho que por pasarte las tardes conmigo tenías abandonado a tu novio.

YO: Sí pero esa no es razón para que esa puta se meta con mi novio.

TÍO: Pero tú si lo puedes hacer conmigo y ellos no ¿Te parece justo?

YO: ¿Quién dice que la vida es justa?

TÍO: Tú misma te acabas de responder.

YO: Deja de filosofar y dame una buena culiada que estoy enojada.

No fue buena culiada, fue “la culiada”… me dejó satisfecha como para no necesitar mi dosis de verga durante varios días… eso decía siempre y por la noche ya me estaba masturbando.

Por fin llegaba el cumpleaños de mi tío Mario, salimos por la mañana del sábado en el carrito de mi mamá, hicimos como cuatro horas porque su Mazda casi no jalaba, al no más llegar me fui directo a desearle feliz cumpleaños a mi tío Mario, yo le regalé una corbata, mi tío Chato un USB, mi papá una camisa y mi mamá no le compró nada.

Almorzamos carne asada, chorizos, longanizas, guacamol, frijolitos volteados, tortillas, en fin, con hambre nadie se iba a quedar, Doña Jacinta, la sirvienta, nos atendió de maravilla. Saludé a mi prima Rosita (Si supiera que  ya la había visto coger con el tío Chato) y me dijo que estaba muy bonita, que ya era toda una señorita y todas esas estupideces que dicen los adultos cuando una va creciendo.

Por la tarde nos fuimos los primos de mi edad a bañarnos al río, estaba fría el agua, pero con el tremendo calor que hacía fue muy reconfortante, ahí estábamos tirándonos agua, lanzando piedritas, chapoteando, el tío Chato se asomó a vernos y se divertía verme jugar como niña, me tiró unos besitos y yo hice como que los agarraba con la mano y me los puse en mi cosita.

Por la noche, como siempre, los adultos se quedaron platicando en el comedor y nos acostaron a todo el resto, como a las nueve ya todos mis primos dormían, yo salí al baño a orinar, vi que mi papá y el tío Chato jugaba cartas con mi tío Mario, mientras Liz, la hija de la sirvienta les servía los tragos y mi mamá platicaba con Rosita, esas conversaciones eran muy jugosas, así que me escondí para escucharlas:

ROSITA: No, Regina, no tengo novio ni pretendo casarme.

MAMÁ: Haces bien, chula, el matrimonio es un desastre.

ROSITA: Lo que pasa es que te equivocaste de hombre, si te hubieras casado con mi papá otra cosa dirías.

MAMÁ: Yo si quería pero él me cambió por tu mamá.

ROSITA: ¿Y cómo paraste con mi tío Arturo?

MAMÁ: Yo sabía que le gustaba, casi todas las cuñadas se les antojan a los hombres y cuando tu papá me dejó, por venganza me hice novia de  Arturo.

ROSITA: Pero no te resultó porque mi papá no reaccionó como esperabas.

MAMÁ: Ese fue el gran error de mi vida.

Casi me desmayo del susto, mi madre había sido novia de mi tío Mario antes de casarse con mi papá… con qué razón mi mamá odiaba tanto al tío Mario, ese chisme no me lo podía perder.

ROSITA: Mi santa madre que Dios la tenga en su gloria.

MAMÁ: Con tu permiso, pero de santa no tenía nada.

ROSITA: ¿Le supiste algo o no más me lo dices al tanteo?

MAMÁ: Prefiero que sigas pensando que era santa.

ROSITA: Cuéntame y que pasó con el Director aquel de la escuela ¿Cómo se llamaba?

MAMÁ: Rubén, pues que te digo, la esposa nos encontró en la Dirección y tuve que cambiarme de escuela.

Otra más, mi madre había tenido amante… con razón yo salí tan caliente.

ROSITA: ¿Y ahora? ¿Estás de esposa abnegada o tienes algún pretendiente por ahí?

MAMÁ: A mi edad ya no estoy para esas cosas.

ROSITA: Para esas cosas no hay edad, además estás muy bonita y ese cuerpecito todavía puede dar mucho placer.

MAMÁ: No digas tonterías… Los pretendientes nunca faltan, pero por ahora estoy dedicada a la nena, cuidar mi trabajo y dedicarme a la casa, ya sabes, que con eso de que ni para sirvienta nos alcanza…

ROSITA: A Arturo le está yendo bien ¿no? Ya pronto van a mejorar su economía.

Se me acabó la paciencia al oírlas hablar de dinero, como no tenía sueño se me ocurrió hacer algo que tenía ganas desde hace muchos años, fui al establo ensillé un caballo y recorrí la finca, que delicia sentir el viento en mi cuerpo, no sé cuánto tiempo pasé cabalgando pero ha de haber sido bastante porque cuando regresé ya estaban las luces apagadas, fui a ver si mi tío Chato estaba despierto, pero no estaba en su cuarto, me dirigí al de Rosita, estaba segura que estaban cogiendo y no me equivoqué:

Rosita estaba desnuda mamándole la verga al tío Chato, él estaba recostado sobre la cabecera de la cama:

TÍO: ¿Y  has vuelto a ver a Lucía?

ROSITA: Te gustó el trío ¿verdad?

¿Cómo? Rosita era bisexual, no lo podía creer, ni siquiera había imaginado como sería el sexo entre tres… con dos hombres tal vez sí, pero con otra mujer… ¡Guácala!

TÍO: Estaba re buena la Lucía.

ROSITA: Cierto, tiene un culito delicioso y me mamaba muy rico, ni tú lo haces como ella.

TÍO: Me gustó mucho verlas haciendo la tijera.

¿La tijera? ¿Que sería eso? ¿Sería peligroso?... se podrían cortar.

ROSITA: A mí lo que más me gustó fue verla cuando te la chimaste por el culo.

Esa Rosita me tenía anonadada… esa palabra es la más vulgar para decir: coger, en mi país, no cabía duda que era una prostituta.

ROSITA: Ven, mámame la pusa, me quiero venir en tu boca.

TÍO: Con mucho gusto, putita, te voy a sacar todos los juguitos de esa pusita tan deliciosa.

ROSITA: … así… así cabrón, chúpame el gallito… ah, que rico, méteme la lengua en la pepa… ah, hummm, que delicia, chúpame bien la cuchara que quiero acabar… así papito rico… dame lengua cerote, más… más… así… que rico… ya… ya… me vengo… dame lengua hijo de puta, ya, yaa, yaaaaaaaaaaaaaaa… a la puta que riiicooooo… me dejaste hecha mierda… vení… te voy a mamar la talega.

TÍO: Pero bien mamada, hasta el fondo.

ROSITA: Es que la tienes muy grande, no me cabe…

TÍO: Pero si a la Lucky le cabe ¿por qué no a ti?

¡Puta! El tío Chato le había contado a Rosita sobre mi garganta profunda, no lo podía creer ¿Y si Rosita se lo hubiera contado a mi mamá? Estaba muy asustada.

ROSITA: ¿Y ya te chimaste a la patoja esa?

TÍO: Solo por el culito, aún es virgen.

ROSITA: Tragona la Lucky, a mí me costó mucho aguantártela por el culo y eso que soy nalgona… ¿Y por qué no la desvirgas?

TÍO: Me da miedo que mi hermana se entera, te imaginas la casa de putas que se armaría.

ROSITA: Sí, tienes razón, pero si ya se la traga por el culo, alguien más la va a desvirgar, vas a ver.

TÍO: Pues que otro cargue con las consecuencias, yo paso… ya deja de hablar de la pendeja y a chimar se ha dicho.

Ahora si “la pendeja”… pero cuando quiere que le dé las nalgas soy su sobrinita linda… ¡Cabrón!

Cogieron de muchas maneras, se notaba que se conocían bien, en un momento la puso de perrita y se la cogió por la cuca, su pelo le tapaba la cara y no me di cuenta que me descubrió, se hizo la ingenua durante un rato y se metieron al baño, yo me quedé expectante esperando a que siguieran cogiendo, pero de una manera veloz Rosita me tomo del brazo y me empujó a su cama, cerró la puerta y me sonrió:

ROSITA: Así que ya eres toda una putita, primita linda.

YO: No tanto como tú.

ROSITA: Pero a este paso pronto me vas a alcanzar… ¿Es cierto que te tragas toda su verga del Chato hasta la garganta?

YO: ¿Dónde está ese cabrón?

Saliendo del baño nos observó a las dos sobre la cama y dijo:

TÍO: ¿Qué lenguaje es ese sobrinita linda? Más respeto que soy tu tío.

YO: Respeto, mis ovarios… ¿Por qué le contaste a Rosita de mí? ¿No que ese era nuestro secreto?

ROSITA: No te enojes Lucrecia que te ves muy fea, tu secreto se ira a la tumba conmigo, además entre putas nos tapamos nuestros amantes.

TÍO: Perdóname Lucky, no lo hice para perjudicarte, solo queremos enseñarte nuevas cositas ricas.

YO: Ya te dije que no me gustan las mujeres…

ROSITA: Pero yo soy más que una mujer, ¿quieres hacer una prueba?

YO: No, no quiero.

ROSITA: Tal vez te da miedo que te guste…

A mí nadie me reta porque sale perdiendo, no sabía de qué prueba se trataba pero acepté el reto:

ROSITA: Ven… desnúdate… pero miren ese cuerpecito… si estás hecha una mamacita… te voy a vendar los ojos y solo siente, si no te gusta paramos ¿De acuerdo?

YO: De acuerdo.

Me acostaron boca arriba con las piernas abiertas y mis ojos vendados, sentí las manotas de mi tío sobre mi cuerpo ¿Qué estaría haciendo Rosita?... luego sentí como su boca me lamía mi panochita virgen.

TÍO: ¿Te gusta?

YO: Me encanta, sigue haciéndolo, que rico.

Y me llenó la boca de verga, me asusté y me quité la venda, Rosita me tenía bien agarrada de mis brazos y me chupaba mi cosita mientras yo mamaba verga, no dije nada porque no quería reconocer que Rosita me la mamaba más rico que mi tío.

TÍO: Así mi nena… métete toda la verga de tu tío hasta el fondo, ay que rico… déjala hasta adentro como me  gusta.

ROSITA: Yo quiero ver.

Y en un instinto le agarré la cabeza a Rosita y se la hundí entre mis piernas.

ROSITA: ¿Te gusta cómo te mamo la pusita, putita?

YO: Sigue… no hables y chúpamela.

TÍO: ¿No que no te gustaban las mujeres pues?

YO: Cállate y dame ese palo.

Estábamos tan concentrados en la cogedera que no nos dimos cuenta a qué hora el tío Mario abrió la puerta:

TÍO MARIO: ¡¿Qué pasa aquí?!

CONTINUARÁ…