Mi tío me usa y a mí me gusta

Mi tío me enseña a besar y esa fue la puerta a descubrir mi sexualidad, que rico.

MI TÍO ME USA… Y A MÍ ME GUSTA.

Antes de que fuéramos el familión que somos ahora, vivíamos muy apretujados, mi papá, mi mamá, mi tío Chato y yo; vivíamos en una colonia muy pobre, eran dos habitaciones, en una dormían mis papás y yo en la otra, mi tío Chato se quedaba en la sala, por ese entonces yo tenía 13 años.

Mis papás salían a trabajar, yo a estudiar y mi tío trabajaba en casa desde su computadora, un día que regresé del colegio me fui a cambiar y me puse un pants viejito que me encantaba porque hacía resaltar mis pequeñas curvas y así me sentía toda una mujer, al salir a almorzar vi como mi tío me devoraba con la mirada, a mí me gustaba que lo hiciera pero sabía que estaba mal, que si mis papás se dieran cuenta lo echarían de la casa, y yo no quería eso, pero por vanidad yo movía las nalgas como si fuera una top model en una pasarela, yo puse la mesa y le dije a mi tío que el almuerzo estaba servido, nos sentamos y empezó la charla:

TÍO: Cuéntame, Lucky ¿ya tienes novio?

YO: Cómo cree tío, mi papá me mata con lo estricto que es, además dice mi mamá que estoy muy chiquita para eso.

TÍO: Pero ya vas teniendo cuerpo de mujer, mira qué bonitas curvas se te está poniendo… yo sí me apuntaría para ser tu novio.

YO: No digas esas cosas, tío, además usted está muy grande para mí.

TÍO: Ni tanto, apenas te llevo 12 años.

YO: ¡Vaya! Casi la mitad de mi edad.

TÍO: Pero a las niñas como tú les gustan los hombres mayores.

YO: Sí, pero no tanto… me gusta un chico de secundaria… me lleva como tres años, pero él no se fija en mí.

TÍO: Porque no tienes experiencia… ¿Quieres que te ayude?

YO: ¿Cómo?

TÍO: ¿Ya te han besado en la boca?

YO: …una vez, mi primo Juancho me besó cuando cumplí 8 años.

TÍO: Ve que cabrón… ¿Y te gustó?

YO: La verdad no, me dio asco sentir su lengua en mi boca.

TÍO: Porque los dos estaban muy chiquitos, pero después uno aprende a disfrutar de los besos, son muy ricos… ¿Tú crees que a mi hermana no le gusta que tu papá la bese?

YO: Sí, lo hacen a cada rato y no me gusta verlos, que feo sentir la saliva de otro mezclarse con la mía.

TÍO: …y ¿no te dejarías besar por el chico que te gusta?

YO: Claro que sí, pero es por eso, porque me gusta.

TÍO: Pero si ese chico te besara y no sabes besar se decepcionaría de ti y se iría a buscar otra que lo haga rico.

YO: ¿Usted con quien aprendió a besar?

TÍO: Con tu prima Rosita.

YO: Pero si ella es una vieja.

TÍO: (Riendo) Tiene 35 años y besa muy rico y no solo me enseño a besar.

YO: … ¿qué más le enseñó?

TÍO: De todo, el sexo oral, el vaginal y le encanta el anal.

YO: No sea shuco, tío; si me dio asco la lengua de Juancho menos voy a permitir que me metan su cosa a la boca.

TÍO: Eso dices ahora porque eres muy niña, pero a todas las mujeres les gusta.

YO: No a todas, una vez oí a mí mamá hablando con Rosita de sexo y a mí mamá no le gusta el anal.

TÍO: Pero si el oral… ¿O me vas a decir que tu mamá es una pervertida?

YO: No pero ella ya es mujer y yo no estoy lista para eso.

TÍO: Yo te podría enseñar a besar para que cuando el chico que te gusta lo haga no se decepcione de ti.

YO: No crea que porque soy chiquita soy pendeja, usted se quiere aprovechar de mí.

TÍO: Bueno, como tú quieras.

Y así pasó la semana, siempre salía el tema de los besos y esas cosas, yo empecé a imaginar cómo besaría el tío Chato, el muy perverso me estaba llevando a terrenos desconocidos por mí, cada vez que hablábamos muy disimuladamente le veía la boca y se me empezó a antojar, por las noches deseaba que mi tío entrará y me besara a la fuerza, era la única manera que podía suceder ya que yo jamás me atrevería a dejarlo que me besara con mi consentimiento; pero ocurrieron cosas que no esperaba, por un lado el tío Chato seguía sabroseándose mis nalguitas con la mirada, pero ya no me hablaba de besos y esa cosas y por otro lado, mi mejor amiga, Irma, le dijo al chico que me gustaba, Héctor, mi secreto y empezó a coquetearme, yo estaba feliz y emocionada, soñaba con esos besos que seguramente serían deliciosos.

Una vez que salimos del colegio, Héctor me alcanzó a la parada del bus y me preguntó si me podía acompañar a mi casa, emocionada le dije que sí, en el camino hablamos puras tonteras pero al llegar me dijo si quería ser su novia y me besó, a mí me encantó pero creo que a él no tanto, le pregunté qué cuántas novias había tenido y me dijo que seis, yo me sentí insignificante, con el pasar de los días ya no me venía a dejar a mi casa y yo lloraba a solas por las noches, de repente sonó mi celular:

YO: Aló

IRMA: Hola, pendeja (Así me dice de cariño), ¿No te llevó a tu casa el papacito?

YO: No, creo que porque no sé besar.

IRMA: Ay, pendeja, yo aprendí a los 7 con un tío.

YO: ¿De verdad, Irma? ¿Y cuántos años tenía tu tío?

IRMA: 33 y me hizo ver las estrellas.

YO: Pero era un viejo para ti.

IRMA: ¿Y qué? Yo quería aprender y me enseñó de todo.

YO: ¿De todo?... ¿Ya no eres virgen?

IRMA: Claro que no, pendeja. Él me enseñó a mamar y a coger.

YO: ¿Tan chiquita?

IRMA: Eso me pasó a los 11 y si hubiera sabido lo rico que es hubiera empezado antes, tienes que probarlo, pendeja. Ah se me olvidaba contarte que Sofía, la chica de tercero, se le  está insinuando al papacito, te vas a tener que aplicar, pendeja.

YO: ¡Ayúdame? Tú tienes más experiencia que yo.

IRMA: Tú eres bonita, tienes todo a tu favor, en cambio yo soy flaca, casi no tengo culo y tengo la nariz horrible, pero a los hombres eso no les importa, solo quieren darte por tu panochita.

YO: ¡Dios!

Esa imagen de ver a Irma con su tío me llenó la cabeza de morbosidades que nunca antes había imaginado, sentía que era una tarada, que yo también necesitaba probar que era ser una verdadera mujer, esa Sofía no sabe con quién se está metiendo, le voy a demostrar que yo también puedo ser toda una mujer, así que me dispuse a coquetearle al tío Chato. Cuando regresaba del colegio ya no me ponía mi viejo pants, corté unos jeans y los convertí en unos mini shorts que casi se me salían las nalgas, creo que me pasé. Al servir el almuerzo mi tío me dijo:

TÍO: Nunca te había visto con esa ropita tan sexi ¿Lo haces para mí?

YO: No sea tonto, tío; lo que pasa es que hace mucho calor.

TÍO: ¿Y tienes que enseñar las nalgas?

YO: … no me malinterprete, si quiere me voy a cambiar.

TÍO: No, así estás perfecta… y dime ¿Cómo vas con el chico que te gusta?

YO: Pues para serle sincera… muy mal… ya somos novios, pero creo que no le gusta como beso. La primera vez me vino a dejar a mi casa pero ya no lo hace y casi ni se me acerca.

TÍO: Te lo dije, pero como no quieres aceptar mi ayuda… ni modo.

YO: ¿Pero qué dirían mis papás si se enteraran?

TÍO: No tienen por qué saberlo ¿o tú se los vas a contar?

YO: Ni que estuviera loca, mi papá me mata y sería una gran decepción para mí mamá… nunca les contaría semejante cosa.

TÍO: Va a ser un gran secreto entre nosotros dos… te voy a enseñar a besar para que tu novio se vuelva loco contigo.

YO: ¿De verdad, tío, haría eso por mí?

TÍO: Ven y déjate hacer.

Me tomó de la cara y me besó, sentí su lengua enredarse con la mía y confieso que me gustó, sin darme cuenta ya lo estaba abrazando, ese beso duró una eternidad, de repente me besó el cuello, yo sentí delicioso y lo dejé que siguiera, luego metió su lengua en mi oreja y me recorrió una especie de escalofrío, pero muy rico, por instinto me pegué más a él y pude sentir su cosota en mi ombligo y me asusté.

YO: ¿Tío, tuviste una erección?

TÍO: Es normal, Lucky, a nosotros los hombres se nos para la paloma y ustedes se mojan en medio de las piernas… ¿Te gustó cómo te besé?

YO: La verdad… sí, tío Chato, también me gustó sentir en mi cuello y en mi oreja, es rico ¿Yo también se lo debo hacer a mi novio?

TÍO: Por supuesto, ven practica conmigo.

Ahora fui yo la que metí mi lengua en su boca, le chupaba la lengua, hice lo mismo que él me había hecho y lo oí gemir.

YO: ¿Le duele, tío?

TÍO: No, Lucky, cuando nos gusta algo gemimos y hasta pujamos de placer.

YO: Yo nunca pujaré, eso solo lo hacen las prostitutas.

Inmediatamente me fui al baño a ver si era cierto que las mujeres nos mojábamos entre las piernas… ¡Cierto! Tenía una mancha en mi calzoncito, lo probé y sabía rico.

A partir de ese día los besos ya eran costumbre y yo practicaba con mi tío para conquistar a Héctor.

Después de un partido de basquetbol, mi novio me llevó atrás del gimnasio para besarme, yo le besé el cuello y las orejas y Héctor también gimió, me gustaba saber que era mi boca la que le daba placer, pero él hizo algo que no esperaba, me tocó mi limoncito, nunca nadie me había tocado un pechito, me asusté y lo aventé, él me pidió disculpas y siguió besándome la boca, el cuello, las orejas y también sentí su erección, pero no dije nada, me gustaba que restregara su paloma, como dice mi tío, en mi ombligo y también sentí un calorcito mojado en medio de mis piernas, ahora sí lo tenía loco por mí.

Le conté a mi tío que mi novio me había tocado un pecho y que me asusté.

TÍO: Eso también es normal, a un hombre excitado le gusta tocar el cuerpo de la mujer y a ellas también les gusta. Ah que linda esa edad donde uno va aprendiendo todos los misterios del sexo.

YO: Pero yo no quiero aprender eso, los novios solo se besan.

TÍO: Eso era antes, Lucky, ahora los chavos si no les das sexo se buscan a otra.

YO: Pues yo no pienso fallarles a mis papás… ¿Te puedo hacer una pregunta?

TÍO: La que quieras.

YO: Es que cuando me besan y siento sus erecciones siento rico, pero me queda una sensación como de hormigueo en mi cosita… ¿Por qué?

TÍO: Eso se cura masturbándote.

YO: No sea cochino, tío…

TÍO: ¿No sabes cómo masturbarte? Si quieres te enseño.

YO: No gracias, aún estoy muy chiquita para eso.

TÍO: Pero si ya te mojas es que ya tienes edad para hacerlo.

Me quedé pensando en las palabras de mi tío y busqué información en internet, fue tanto lo que investigué que me volví una experta masturbándome, aprendí donde y como acariciar mi clítoris, había mujeres que se metían un dedo atrás, pero eso me pareció cochino y no lo hice… y mientras lo hacía me tocaba mis limoncitos, al fin entendí por qué a los hombres les gusta tocar chiches.

Las arrinconadas que me daba mi novio eran deliciosas, yo misma le ponía su mano en mis limoncitos para que me crecieran mis pezones, también lo hacía con mi tío, era muy rico practicar con él y darme gusto con mi novio, pero Héctor siempre quería más, en un recreo me llevó atrás del gimnasio y me tocó las nalgas, yo salí corriendo y él se enojó conmigo, casi no me hablaba y lo peor es que ahora iba a dejar a Sofía a su casa, yo morí de celos y acudí a mi tío cómplice.

Le conté todo lo sucedido y me dijo que él me lo había advertido desde el principio, dijo que Sofía seguramente sí le daba sexo y que aunque yo era una adolecente me estaba comportando como niña, que ya tenía edad para descubrir los placeres del sexo.

YO: Pero es que si me dejo, luego me va a querer tocar mi cosita y mi mamá dice que las mujeres decentes llegan vírgenes al matrimonio.

TÍO: Esas son babosadas, tus papás se casaron porque mi hermana estaba embarazada.

YO: Ya lo sabía, oí a mi mamá cuando se lo platicó a Rosita.

TÍO: Pero si no quieres por tu vaginita lo puedes hacer por atrás.

YO: Eso nunca, tío, eso es degeneración.

TÍO: Ven te voy a enseñar algo nuevo…

Cómo ya había confianza lo dejé, me acercó y mientras me besaba me acarició las nalgas, yo sentí rico y lo dejé hacer, luego metió su mano dentro de mi calzoncito y me hurgó el ano, me puse muy nerviosa, él se dio cuenta y me dijo que me tranquilizara, que me iba a gustar lo que me iba a hacer, se chupó un dedo y lo llevó a mi traserito, poco a poco lo fue hundiendo, no sé explicar lo que sentía, pero estaba dispuesta a dejar de ser una niña babosa, así que lo besaba y por primera vez gemí, él lo tomó como un gesto de aprobación y hundió todo su dedo en mi culito, lo metía y lo sacaba, no sé por qué, pero empecé a jadear, sentía que algo me venía, como cuando me masturbaba por adelante, de repente sentí que se me aflojaron las piernas y me vino un orgasmo anal como nunca creí que lo viviría, fue muy rico, mi calzón estaba empapado.

Aprendí también que habían consoladores, pero ni loca podía comprarme uno, así que empecé metiéndome por el culito un cepillo de dientes, luego buscaba algo más grueso hasta que me llegué a meter el cepillo de pelo de mi mamá y terminaba despatarrada como toda una puta, me daba vergüenza reconocer que me gustaba.

Estaba triste porque ahora practicaba mucho con mi tío, pero yo quería sentir el dedo de Héctor perforándome, se lo conté a mi tío y él me aconsejó que Irma le contara a mi ex, como una confesión, que a mí me gustaba que me metieran un dedo entre mis nalguitas.

Irma me dijo en el segundo recreo que ya se lo había dicho y a la salida Héctor me estaba esperando, se disculpó conmigo y me dijo que lo de Sofía lo había hecho para darme celos, yo lo perdoné y volvimos, camino a mi casa me metió en un edificio en construcción y me besó, sus manos fueron directo a mis nalgas por debajo de mi uniforme y me metió un dedo en mi culito, no gemí, casi no lo sentía, me gustaba más el dedo gordo de mi tío… en medio de la metedera de mano, me tocó mi cosita, pegué un brinco del susto y le rogué que no lo volviera a hacer que se conformara con mi culito y él aceptó.

Todas las noches le contaba a Irma por teléfono sobre mis adelantos, pero sin decirle que practicaba con mi tío:

IRMA: Así que ya te cogió por el culo.

YO: Nooooo, solo me mete un dedo.

IRMA: ¿Sientes rico, pendeja?

YO: Sí, muy rico, tenías razón, de haberlo sabido antes lo hubiera dejado desde el principio.

IRMA: Ya no tarda en culiarte.

YO: Noooo, si nunca he visto una paloma.

IRMA: Yo creí que ya le habías mamado la verga al papacito, por algo te digo: ¡Pendeja!

YO: No seas vulgar, esa palabra es muy fea.

IRMA: ¿Cuál? ¿Verga? Es muy rica palabra: VERRRRRRGA, la de mi tío es bien gruesa y cabezona, me encanta mamarle su verrrrga y más cuando me coge, me jala del pelo, me dice: ¿Te gusta puta? Y me mete un dedo en el culo, me nalguea, es riquísimo, prueba pendeja.

Creo que iba muy rápido para mi edad, pero Irma era de mi misma edad y ya era toda una experta putita, así que caigo de nuevo con mi tío y le conté que en mi último encuentro con mi novio, él me había contado que una ex le había mamado la paloma y que ella era menor que yo, como siempre me regañó por ser tan moralista, él me dijo que si quería él me enseñaba su verga, no dije nada esperando que lo hiciera, se bajó el pantalón y salió un chorizo bien parado, me dijo que se la tocara, yo asustada pero curiosa se la agarré, él me enseñó como masturbarlo y por primera vez en mi vida me cayó su semen en mis manos, él estaba agradecido y me dijo que mañana me iba a enseñar a mamar verga.

CONTINUARÁ…