Mi tío me hizo probar su leche
Me hundía su pene en mi boca, solo podía tragarme cerca de la mitad, el trataba de meter mas pero mi boca no podía tragar mas,
Mi primer anal fue realmente doloroso, pensé que lo peor ya había pasado, pero a las horas, aún me dolía todo, y ese dolor me acompañó varios días, casi una semana para sentirme como siempre. Por suerte mi cola hizo sufrir al pene de mi tío, y me dio unos días de descanso, pero no mucho, solo 3 días.
Fue de noche que nos vimos de vuelta, ya mi madre y hermano dormían, y fui a la cocina a tomar una gaseosa, siempre me despertaba de noche, entre las 3 y las 4 am, nunca supe porque pero debe ser algo psicológico, y al día de hoy, lo sigo haciendo.
Mientras tomaba la gaseosa, mi tío entró en silencio a la cocina, me asustó tanto que ni siquiera pude gritar del susto me quedé muda, no esperaba verlo ahí, ni a el, ni a nadie.
Me hizo una seña de que no hable.
Fue a la heladera y se tomó una cerveza, en cuestión de segundos.
Todo bien perrita?
Si tío.
Disculpá que te tuve abandonada, pero aún me duele la verga, de hacerte el culo. Ni siquiera me pude pajear, cada vez que se me paraba me dolía como la mierda.
Le sonreí, y no dije nada.
Tu culo bien? Preguntó.
Me duele bastante, pero cada día esta mejor. Le dije.
Se sonrió, como orgulloso, de habérmelo roto y buscó otra cerveza.
Mejor me voy, no sea cosa que nos vea mamá, dije.
Quedate perrita, no pasa nada.
Obedecí a mi tío como siempre hice.
Terminó su segunda cerveza, esta la bebió con mas calma.
Me miró unos segundos, como pensando algo.
Se me acercó, puso su mano derecha en mi mejilla izquierda y comenzó a tocar mi cara, haciéndome caricias que se sentían muy rico, cerré mis ojos y disfruté como me acariciaba mi tío. Sin dejar de acariciar mi mejilla, con su pulgar, me lo pasó por mis labios, al principio, solo para acariciarlos, pero luego fue metiéndolo en mi boca, me tocaba los dientes.
- Abrí la boca, dijo.
Lo hice, y su pulgar, se me metió mas adentro y acarició mi lengua, trataba de meterlo mas adentro y me producía arcadas, aunque trataba de aguantarme.
Me sacó el pulgar de la boca, y su mano empezó a acariciar mi cuello, apretándolo, y bastante fuerte, al punto que me dificultaba respirar y tragar saliva, me asusté un poco pero no dije nada, pero estaba a punto de hacerlo, tal vez se dio cuenta que estaba apretando demasiado y me soltó.
Su mano se posó en mi hombro y empezó a hacer fuerza hacia abajo, yo trataba de resistir, pero luego me di cuenta lo que quería, que me arrodillara.
Lo hice sobre las cerámicas frías de la cocina, y sabía que estaba por pasar, había visto varios videos de sexo oral en la web.
Mi tío se metió la mano bajo su bóxer negro y sacó su miembro, aún dormido, no del todo, pero le faltaba bastante para estar bien duro.
No tuvo que decirme nada.
Solo lo hice, estaba ansiosa por probarlo y moría de ganas de saber como se sentiría en mi boca.
Se lo tomé con mi mano derecha y me lo puse de una en mi boca.
Con mis labios se lo fui besando con delicadeza, sabía que aún le dolía, asi que fui despacio, me lo metía todo en mi boca, y volvía para atrás hasta tener solo su cabeza en mi boca, lo volvía a meter todo en mi boca, hasta sentir sus huevos tocar mi labio inferior, trataba de quedarme unos segundos ahí, y sacaba nuevamente mi boca, hasta tener solo su cabeza, dentro mio.
Lo repetí tal vez unas 5 o 6 veces, y pude sentir como iba creciendo su miembro en mi boca, me gustaba saber que lo estaba haciendo bien, que lograba mi cometido, pero creció demasiado rápido, y mi boca estaba abierta a lo máximo que podía soportar, sentía sus venas gruesas en mis labios y comenzó a costarme respirar, me llevó un tiempito, darme cuenta que debía respirar solo por mi nariz, pero cuando lo hice, pude soportar mejor el miembro de mi tío.
Sus manos se posaron sobre mi cabeza, y empezaron a manejar el ritmo del oral.
Me hundía su pene en mi boca, solo podía tragarme cerca de la mitad, el trataba de meter mas pero mi boca no podía tragar mas, por suerte lo hacía despacio, y me la sacaba casi toda, para volver a meterla, lo hizo varias veces así despacio, cada vez que me la hundía hasta el fondo me daban arcadas, y no paraba de lagrimear por los ojos, y mi tío iba aumentando la velocidad, lo hacía de a poco pero apenas soportaba su miembro en mi boca, y ahora se me complicaba aún mas tratando de no ahogarme con su pene entrando una y otra vez en mi boca.
Me salivaba bastante, cada vez que me la sacaba de la boca, y tomaba un poco de aire, y mi saliva salía de mi boca, y bajaba por mi mentón, por mi cuello, mi pecho, recorría mi estomago y sentía que terminan en mi tanga de la cantidad que salivaba.
Su pene entraba cada vez con mas velocidad en mi boca, y hasta me costaba concentrarme en respirar por la nariz.
Solo cerré mis ojos, abrí lo mas grande que pude mi boca, con mi labio superior, recubrí mis dientes de arriba, y saqué la lengua hacia afuera, sobre mis dientes de abajo, como me había explicado mi mejor amiga hacer.
Mi tío tomo ritmo y sentí como se abusó de mi boca, la metía y sacaba sin parar, hasta donde mi boca le permitía, la sacaba y la metía con fuerza otra vez, con sus manos me sujetaba fuerte la cabeza y la hundía contra su cuerpo a la vez que me la metía hasta el fondo de mi boca.
Comencé a marearme, me sentía desvanecer, ya no tenía fuerza, veía todo oscuro, mis brazos colgaban, hasta que sentí un líquido espeso que entraba en mi boca, tragué una gran cantidad en su primer chorro de leche que me largó, y largó otro mas que esta vez no pude tragarlo todo, me desesperé, sentía que me ahogaba y logré zafarme de mi tío, tomé una gran bocanada de aire, pude respirar mucho mejor, pero sentí un dolor muy agudo en mi garganta, y comencé a toser muy fuerte, cada tosido, me destrozaba la garganta pero no podía dejar de hacerlo.
Mi tío me dejó sola en la cocina tosiendo.
- Sabri, estas bien? Gritó mamá.
Quise decirle que si, pero solo logré toser mas.
- Sabri, que pasa?
Traté de adelantarme, sabía que iba a venir a la cocina, asi que fui a su cuarto.
Estoy, estoy…….. bien, me ……. Atraganté. Dije hablando intercalado con todo mi esfuerzo.
Toma líquido y anda a dormir.
Si má.
Fui a la cocina tomé una repasador y me lo puse en la boca tratando de ahogar mis tosidos.
Revisé la cocina, no había nada raro y fui a mi cuarto.
Cada tanto me daba tos, que sentía que me desgarraba la garganta.
Me cambié la remera, que estaba llena de saliva, me vi la cara en un espejo que estaba en el placard y vi mi cara destruida, mis ojos todos rojos, al igual que mi cara, toda despeinada, parecía una loca.
Fui al baño, me peiné y me mojé la cara.
Ya me sentía mejor, pero muy agotada de la falta de aire.
Me recosté, y me quedé dormida enseguida.
Me levante la mañana siguiente difónica, apenas podía hablar.
Me hubiera gustado, poder tomarme toda la leche de mi tío esa noche y no hacer tremendo escándalo, pero por lo menos mi tío pudo desahogarse en mi boca.
Realmente no me gustó el sabor del semen esa vez, y me llevó bastante tiempo acostumbrarme a su gusto, pero hace mucho tiempo que me hice adicta a la leche y trato de tomarla todos los días.