Mi tío me hizo debutar en el sexo
La estrecha relación con mi tío nos llevo a compartir una tarde llena de sexo, en la cual me desfloro y me volví suya.
Aquel día regresaba a mi casa del gimnasio, estaba toda sudada y agotada, soy adicta al ejercicio físico, pero esta vez solo quería llegar a casa darme un baño caliente y dormir un poco.
Entrando me percate que no se encontraba nadie en la primera planta, vivo con mis padres y mi hermano, por aquella temporada también vivía con nosotros el hermano mayor de mi madre un tipo muy apuesto y varonil, de esos que hacen que te mojes con solo verlos, olerlos y escucharlos.
Mi madre casi nunca para en casa, anda con sus amigas en el club jugando tenis, con ella no tengo una buena relación, siempre nos hemos tenido celos mutuos, sobre todo cuando llega mi padre y ambas queremos entenderlo. Mi hermano menor en el colegio, el único que podría estar en casa seria mi tío. Con el tenemos una excelente relación, desde muy pequeña me ha cuidado, incluso en ocasiones hemos dormido juntos como si fuera mi padre, ya con la adolescencia deje de hacerlo.
Llame a todos pero nadie se encontraba al parecer, subí a mi habitación para quitarme la ropa no sin antes verme en el espejo, estaba asquerosa, toda sudada mi cabello negro y largo estaba totalmente húmedo, vestía una remera blanca y una licra negra que dejaba ver muy bien puesto mi culo y caderas, lo cual es mi atractivo principal, ya que casi no tengo pechos.
Mientras observaba mi figura en el espejo del segundo piso, la voz de mi tío me espanto, si un sobresalto, “Alejandro me asustaste” siempre lo he llamado por su nombre. Solo se rio y me hizo un gesto con la mano, indicándome que entre a su cuarto. Entre le di un beso en la mejilla y un abrazo como siempre lo saludo, el me abrazo fuerte por la cintura, pude sentir que apestaba a licor, efectivamente al entrar vi una botella de whisky en la mesa a la mitad y un vaso.
Alejandro tan temprano bebiendo – Le dije- me miro y me dijo que me invitaba a tomar un vaso el cual acepte, “no sabía que tomabas, te estaba probando”, le conté que me encantaba y desde que estaba en secundaria lo hacían. “Cuanto haz cambiado, me doy cuenta que hace mucho que no hablamos, te has convertido en una hermosa mujer”.
Después de decir eso hablamos, por casi una hora poniéndonos al día de nuestras vidas, después de casi 3 vasos ya me sentía ebria, el empezó con un conqueteo que yo continúe a manera de juego inocente, tocaba las piernas, el rostro y me acariciaba continuamente cada vez se ponía más cariñoso. Me puse de pie para ir a darme el baño que había pospuesto pero él me tomo del brazo y me beso, intente liberarme pero no podía era un hombre muy fuerte y mucho más alto que yo, “¿porque te niegas?, si sé que te gusto, desde muy niña me he dado cuenta que te gusto y tú me gustas a mí pero recién ahora que eres ya una mujer quisiera que seas mía.
Mi cara de pavor lo decía todo yo solo quería escapar, le recrimine y lo insulte pero no me dejo ir “No te estoy pidiendo permiso Reina, me corresponde ser tu primer hombre y lo voy hacer”, en ese instante me aterre mucho más y me quede paralizada, el empezó a besarme el cuello y tocarme las nalgas de manera muy agresiva, luego me dijo “ te quiero para mí, por favor no te resistas”, el siguiente beso lo respondí , nuestras lenguas empezaron a jugar, poco a poco fue cayendo en sus manos, nos besamos por un buen rato él fue retrocediendo, nos tumbamos en la cama, tomo con sus dos manos mis pantalones y los rasgo como su fuera una bestia dejando mi culo al descubierto, llevaba una tanga negra, masajeo mis nalgas y les dio mucho golpes los cuales me hicieron gritar, “debemos darnos prisa antes que venga mi mamá” le dije, la excitación y el alcohol se habían apoderado de mí, siempre había querido perder la virginidad con un hombre mayor por la experiencia, pero nunca pensé que lo haría con mi tío, aunque reconozco que había sido muchas veces producto de mis fantasías masturbadoras .
Sus dedos se infiltraron entre mi ropa interior y llegaron hasta mi ano sudado por el ejercicio, lo masajeo, eso me excito muchísimo, a él también, me ordeno que me ponga de pie y con ambas manos nuevamente rompió mi remera, arranco mi sostén, dejando mi pequeños pechos al aire libre, me tiro a la cama boca arriba y los chupo con locura mis gemidos empezaron a florecer y a llenar de lujuria ese momento, mis gemidos fueron un canto que llenaron cada rincón de la casa. No espero mucho para quitarme la tanga, se detuvo un rato a observar mi vagina virginal y depilada ¿Que sucede? Le pregunte solo respondió con un nada y se quitó la ropa , quedando totalmente desnudo, dejándome ver su cuerpo de hombre peludo, con canas y un pene grueso y largo que me dio miedo cuando pensé que pronto lo tendría dentro.
Yo aún boca arriba en cama, excitada al tope con las piernas abierta miraba el techo mientras Alejandro se puso de rodillas y empezó a comerse mi vagina con desesperación su lengua recorría toda y cada rincón de ella, me empecé a mojar como nunca antes, ni la más excitante de mis fantasías me había hecho humedecerme así, cuando ya estuve lo suficientemente mojada, él se puso de pie y me tomo de los cabellos llevando mi cara bruscamente hasta su pene, el cual me impactó de frente dejándome unas gotas de líquido pre seminal en por la cara, aun tomada del cabello me obligo a poner ,a cara hacia arriba mirándolo y con su otra mano tomaba su miembro para golpearme en la mejilla , lo detuve con una de mis manos y le dije: “quieres que te lo mame seguro, soy virgen pero eso no quiere decir que nunca me haya comido una buena polla” Y es verdad, a pesar de haber conservado mi virginidad, soy muy abierta al sexo y siempre me gustado satisfacer a mis parejas ya que no quería darles mi sexo, una felación no la veían nada despreciable.
Me metí su gran pene en mi boca y lo saque para decirle, “mmm me comí muchas pero esta es la más rica” me reí y lo mire mientras me lo metía y lo saboreaba, “ eres un pendeja deliciosa, te voy a dar durísimo”, me tomo de los cabellos y empezó a mover su pelvis como si me follara, sentía su pene en mi garganta estaba siendo follada por la boca, algunas arcadas me hacían parar pero él no me lo permitía, me excitaba mucho la idea de estar siendo dominada por un macho maduro.
No paso mucho rato para que me quitara su pija de boca, estaba lo suficientemente ensalivada como para que me la meta, me abrí de piernas y él se acostó encima , al principio sentí su enorme glande entrar por mi estrecha vagina le suplica que se detenga pero no lo hacía, mis gemidos de placer se transformaban en gritos de dolor, y viceversa , pero era un semental me dio tan duro y tan rápido , solo se detenía para evitar eyacular , estuvimos tirando un buen rato, hasta que dejo de incomodarme.
Me manejaba como se le daba la gana, yo soy una mujer pequeña de 1.58 de estatura y el casi 1.90 me puso en cuarto mirando la puerta de su habitación no sin antes lamerme el ano he introducir un poco su lengua en él, “que rico huele tu culo, pronto lo voy a partir” , después de decir eso me penetro de nuevo por la vagina, haciéndome gritar como loca, esta vez la excitación me hizo pedir más, “dame más , por favor no te detengas , dame rápido quiero correrme” sus envestidas se hicieron más rápidas y mis nalgas chocaban con su cuerpo produciendo un sonido fuerte sumado a mis gemidos la escena era sumamente excitante , detrás de su puerta había un espejo en cual podía verme como estaba siendo sometida como una perra por mi propio tío y eso me encantaba, mientras pensaba eso me dio un par de nalgadas e introdujo su dedo pulgar por mi culo haciéndome gritar de dolor una vez más, Lo mire directo a los ojos y le dije “Te amo, quiero ser tu mujer, siempre lo he querido” dicho esto la puerta se abre, y nos toma por sorpresa ¿quién era? Pues mi madre, al parecer había escuchado los gemidos desde el primer piso y se había quitado las zapatillas, caminando descalza para no hacer ruido, lo tres nos quedamos congelados sin hacer nada.
Continuara…