Mi tio Luís (1)

Aquella noche descubrí muchas cosas acerca del "solitario" tio Luís y también acerca de mí mismo...

PRIMERA PARTE

La sobremesa se alargó hasta las 8 de la noche. Después de la comida, regada con abundante vino, vinieron los licores, y después los combinados… Acostumbrado a no pasar de la 3ª cerveza, noté cómo cada vez me era más difícil controlar mi lengua al hablar, algo que apenas notó nadie, pues mi participación en la animada charla familiar se limitaba a pronunciar el nombre del licor que bebía, porque aunque era ya la cuarta vez que pedía ron pero nadie parecía acordarse

Mi novia, sus padres, su hermana, su marido, sus dos hija y el tio Luis, una multitud para la casa de los padres de mi novia. Por eso ella y yo ya habíamos acordado que yo iría a dormir cin el tio Luis y ella se quedaría en casa de sus padres para ayudar con las niñas, aunque, quizá por el alcohol, no pude evitar irme con la sensación de bailar con la más fea cuando el tio Luis se levantó. Por su expresión al despedirse de las niñas me dio la impresión de que a él también hubiera preferido que cualquiera de ellas, o mi novia, fueran a su casa con él

El tio Luis era un hombre bastante afable, aunque poco hablador y un poco distante, al contrario que su hermano, el padre de Marisa, mi novia. Alto, delgado, siempre peinado con gominay muy moreno, vestía siempre de forma muy clásica.

Aparcamos el coche y subió a acompañarme a mi habitación, para dejar mis cosas

"mis cosas, mierda¡" Con toda la tontería había olvidado mi bolsa de viale en el cohe del padre de Marisa "No te preocupes, nos acercamos con el coche…"

"No, no, no" dije un poco fuera de tono por el alcohol, "no es importante" . "Bueno, como quieras, te puedo dejar algo para dormir" Ah sí? Qué me vas a dejar, un Burberry´s?? , estuve a punto de soltarlo, apenas pude reprimir la carcajada al pensarlo

Apareció con unos calzoncillos largos de un blanco inmaculado y una camiseta "Espero que den talla, porque con lo delgado que estás…" se suponía que eso era un cumplido, pero con lo torpe que estaba por el alcohol parecía que le estaba llamando enclencle… Nada más lejos de la realidad. A pesar de empeñarse en esconderlo bajo pesada ropa de colores oscuros, el tio Luis a sus 52 años conservaba un cuerpo atlético, quizá el resultado de haberse mantenido lejos de los hogareños guisos de sus posibles esposas

Ignoró el comentario " creo que en el coche tengo un neceser de viaje sin usar para ti…" Me sentí culpable de estar en su casa, ser su invitado, de que se ocupe tanto por mí…, después de todo lo que habíamos comentado acerca del "peculiar y solitario" tio Luis. Quería llevarme bien con él, no quería ser un estorbo como lo seríacualquiera de las sobrinas

Me quité el abrigo y el jersey, y mientras abría el cinturón empecé a sacarme los zapatos, pero tan torpemente que apenas acerté a sacar el talón del zapato. Tiré del primer botón para abrir la bragueta mi jeans pero sólo se abrieron dos, así que cuando tiré hacia abajo del pantalón, también arrastró a los calzoncillos. Intenté sacar el pié del pantalón pero todavía tenía el zapato a medio poner…Estaba intentendo mantener el equilibrio cuando me encontré de frente al tio Luis " Tengo neceseres para todas las vacaciones" Seguro que los guardaba para las niñas… "Me he hecho un lio" Intenté liberar mi pié otra vez pero casi me caigo de nuevo. De repente me dí cuenta de que estaba desnudo de cintura para abajo. Noté que toda mi sangre y el alcohol que había bebido me hervían el la cara… "No te preocupes, menos mal que esto te ha pasado aquí y no con las niñas…Tranquilo, estamos entre hombres, además, mis sobrinas no tienen secretos para mí. No me ha hecho falta verte sin calzoncillos para saber que no estás nada mal dotado…"

No me lo podía creer. Me quedé mudo. Marisa contando por ahí mis intimidades, Marisa contándole al tio Luis …"que estoy bien dotado??? Oh no…"

"Claro que sí, no te avergüences de llo. Un hombre no debe avergonzarse de su pene, y menos de tenerlo grande…"

Mi cara debía estar al rojo vivo. El alcohol, la vergüenza y ahora toda mi rabia. Quería matar a Marisa.Claro que no me avergonzaba de tener la polla grande, sino de descubrir que mi novia iba contando mis intimidades por ahí…" es alucinante que vaya contando eso por ahí, a cualquiera que quiera escucharlo…" Ví cómo le cambiaba la cara "…entiéndeme Luís…, mi situación…"mi situación era bastante ridícula, y empeoraba por momentos, por su cara veía que le había herido y ya no podría apelar a la solidaridad masculina. Él, que se había ocupado de mi novia y su hermana sus padres trabajaban, y había ayudado a mantenerlas cuando no trabajaban…,ganándose su cariño y sobre todo su confianza cuando fueron creciendo, más que un tio un hermano mayor, siempre comprensivo y nunca haciendo preguntas…"pero eso parece no importar ahora. Como estoy solo y no he "conseguido" ninguna mujer, paree que soy ciudadano de segunda…, el pobre y reprimido tio Luís. Pero de qué os vale a vostros tener novia y ese pollón si luego dtenéis que ir mendigando que os la chupen…? Quién es el reprimido??" eso era un golpe bajo, qué coño va contando Marisa por ahí…???, pero no podía contestarle, el tio lo sabía todo acerca de mí… "no se os ha ocurido pensar que estoy solo porque quiero, que no busco a nadie? Que mi sexualidad es mucho más satisfactoria que la vuestra y la de vuestras novias? Que eso que vas mendigando por ahí lo puedes encontrar en tu propio cuerpo? Que no hay caricias como las que te proporcionan tus propias manos? Que no hay saliva tan suave como la propia? Y que con lasimple ayuda de leche condensada o un melón el placer es increíble? Un melón te vendría a ti muy bien…"

No podía crees a mis oidos, sería el alcohol que me hacía alucinar? No podía reaccionar , a parte de reprimido estaba quedando por un perfecto estúpido sumiso

"cuando penetras un melón notas cómo inmediatamente te inundan sus viscosos jugos te inundan lo más íntimo de tu ser, acariciándote como estoy seguro que nadie ha hecho y despertando sensaciones que ni en tus más húmedos sueños podrías intentar imaginar…, si además tienes afeitada toda esa parte la sensaíón se multiplica de forma desbordante…, no te veo haciendo esto con una novia… "

El tio Luis se afeita los huevos para follarse un melón… Esto ya era fortísimo. Mis ojos automáticamente buscaron su bragueta. Él siguió mis ojos con su mirada. Cuando me dí cuenta desvié la mirada desconcertado. Se habrá dado cuenta de lo que estaba pensando? Mi cara ya era un poema más que un libro abierto… "sorpendido? Sigues pensando todavía que soy un reprimido?"Su mirada había cambiado. Sus ojos buscaban constantemente los mios "es todo lo contrario, busco dar rienda suelta a todos las fantasías que llevo en mi interior. No como tú, que te mueres por una mamada (otro golpe bajo, Marisa nohabía omitido ningún detalle…), pero como tu novia no te lo hace y no quieres ser infiel, pues reprimes esos deseos. Pero un melón, por ejemplo, no es una persona. No hay infidelid, no hay sentimiento de culpa…" sentía toda su fuerza en sus ojos, como si además pudiera leer mis pensmientos, no podía ocultarle nada al tio Luis. "Además en tu conta tienes que eres muy velludo, al contrario que todos los hombres de la familia. Afeitarte ayudaría a acercarte a Marisa"

A lo mejor Marisa está detrás de todo esto. Pero si eso es lo que ella quiere, por qué no me lo pide a mí directamente…, cada vez el lio era más grande

Salió de la habitación y volvió con una máquina de cortar pelo "es muy fácil, si te cortas el pelo al 3 ella verá que tienes pelo, pero lo verá todo más "apetecible"…, y además, parecerá más grande…" Veía la moverse la máquina en sus manos y hablar de ella como el instrumento más inocente del mundo. Su masculina voz, profunda y segura, hacía parecer como un padre enseñando a su hijo a atarse los zapatos

"Para que no estés tan cortado yo también me voy a quitar los pantalones. Así yo también estaré más cómodo…" Se levantó, se desabrochó el cinturón y el pantalón cayó al suelo. Pude ver un momento sus calzoncillos de blancos algodón antes de que sentara a desabrocharse los zapatos "pero…pero…" era todo lo que acertaba a decir. Cogió una silla y se sentó frente a mí con las piernas abiertas. Su polla descansaba fláccida contra el algodón del calzoncillo, dibujándose perfectamente su glande largo y estrecho…Una vez más sus ojos me buscaban y me encaontraron mirando su paquete. Reaccioné levantándome, más que por hacer algo por intentar desviar la atención

"quítate los alcetines para que no se llenen de pelos"

"pero…pero…" pero no ofrecí ninguna resistensia. Le obedecí y puso el aparato en marcha "ya verás qué fácil". Noté cómo mi pubis vibraba al contacto con la máquina, que se desplazaba ya hasta la base de mi pene. Empezaron a caer pelos al suelo. "mira la bola de pelo que heños sacado de una sola pasada…" Yo apenas me atrevía a respirar. Seguía hablando mientras seguía bajando la máquina hasta que la notaba en el comienzo de la polla, entonces volvía a subir…Su voz sonaba muy tranquila, así que decidí relajarme dejarme hacer. Puse las manos en las caderas y empecé a mirar la lámpara. Sentía la máquina, sus dedos pasarse por el pubis para hacer caer el pelo cortado, su voz pausada y masculina…Empecé a sentir un cosquilleo en la entrepierna. Estaba teniendo una erección

"…y esto te lo puedes hacer una vez al mes…"seguía hablando como si nada. Miré hacia abajo y ví que mi verga, todavía morcillona, era ya como la máquina de grande

"Y ahora las cosquillas, abre las piernas…" Y sin ninguna contemplación me levantó la polla para pasar la máquina por los huevos. Al sentir sus dedos la polla se me puso como un ladrillo. Intenté agarrármela yo, con la excusa de ayudarle, para que no se diera cuenta, pero entonces la soltó. La polla cayó a plomo, completamente tiesa, quedando a apenas dos centímetros de su cara "je je je. Veo que por fin te has relajado…, eso está muy bien. Ves como no ha dolido ni ha sido nada terrible?" Al hablar sentía su respiración acariciarme el capullo. Tenía razón, sin el vello que cubría la base, la polla parecía enorme. Él también se quedó mirándola unos instantes, apuntándole directamente a la cara. Me dio la toalla y me aparté un poco, cubriéndome con ella con la excusa de limpiarme los pelos sueltos. "Ven, vamos a la cocina".