Mi tío Francisco

Un mal final y un excelente inicio, con mi tío.

Hola.

En mi relato anterior les conté una historia con final traumático. Esta es distinta.

Ya finalizado el problema de Nicolás, me refugié en mi familia compartiendo más tiempo con ellos. Me relacioné con tíos, primos y sobrinos que no veía hacia mucho.

No estaba buscando ninguna relación.

Cuando, por destino o lo que fuera, volví a encontrarme con ese tío que tanto me gustaba. Se llama Francisco, 55 años, grueso, alto, fuerte, velludo, de cara grande y redonda, cabello canoso, bigote poblado y muy varonil. (Tal y como me lo recetó el medico!)

Francisco vive solo en una casa muy grande. La compró después de volver de Europa donde trabajo muchos años de cocinero en una cadena de hoteles. Allí van muchos (por no decir todos) miembros de mi familia a quedarse a pasar la noche por cualquier motivo: visitas medicas, trabajo, viaje, etc., o simplemente a visitarlo. Su casa es la casa de todos.

El motivo de mi visita era hablar con él del problema que había tenido. Y que me aconsejara.

Empezamos hablando de cosas triviales: el clima, deportes, política, música.

Cuando entré en el tema, me dijo que podía hablar con toda confianza, que él era de mente amplia y que nada le sorprendería. Y así lo hice. Me escucho con atención y al finalizar mi relato me dijo que era una historia muy dolorosa, que por el momento era mejor dejar pasar el tiempo e intentar olvidar.

Nos pusimos a escuchar música y hablar de otros temas. Francisco tiene un gran sentido del humor y sabe contar chistes e historias. En eso se nos pasaron varias horas.

Llego la hora de preparar el almuerzo y me invito a que lo hiciéramos juntos. Yo jamas había preparado comida. Me enseñaba muchas cosas de la cocina y yo aprendía con rapidez.

Al terminar de comer me dijo que era un excelente aprendiz de cocinero y que eso merecía un premio. Se acerco a mí y me dio un abrazo muy fuerte.

Me sentí bien, protegido, querido, tranquilo. Pero esa tranquilidad duro poco. Al separarnos, me miró fijamente a los ojos y me dijo:

Lo que té falta es alguien que de verdad te quiera, como yo.

Y me dio un beso muy tierno y delicado en la boca.

Yo respondí de la misma forma. Nos besábamos como si fuese la primera vez de cada uno.

Me tomo de la mano y me sentó en el sofá, a su lado. Mientras esperábamos que terminara de hacerse el almuerzo, hablamos de nuestros sentimientos.

Me dijo que desde hacia mucho tiempo me estaba esperando. Que sabia de mi relación y esperaba que terminara pronto.

Yo le declaré que me gustaba y que no sabia que tenia esos sentimientos hacia mí.

Después del almuerzo me invito a que hiciéramos la siesta juntos. Nos fuimos a su habitación y nos desnudamos.

Acostados en la cama, nos besábamos intensamente, como quien toma agua después de tener mucha sed.

Descubríamos nuestros cuerpos con las manos, recorríamos cada centímetro de piel.

Tome la iniciativa y lo acosté mirando el techo y empece a besarle su cuerpo velludo. Desde la cabeza hasta los píes. Era sublime.

Su pene erecto pedía ser acariciado, lo cual hice con los labios subiendo y bajando hasta sus grandes, grandes huevos peludos.

Su pene esta dentro de lo normal: 17 cm. de largo y 7 cm. de diámetro de pura carne viva y jugosa.

Luego me acosté boca bajo y él me acariciaba la espalda y el culo con suaves masajes y haciendo presión en mis nalgas. Ayudado por aceite para el cuerpo, fue metiendo un dedo en mi. Un dedo que era una delicia por sus movimientos variados. Me puse una almohada en mi vientre para mayor facilidad y lo que conseguí fue que me alzará las piernas y chupara mi ojete.

Luego me arrodille en el borde de la cama dejando al descubierto mi flor y se me puso detrás apuntando con su miembro hacia mí. Debo confesar que no soy nada estrecho y eso ayudo mucho en la entrada de su polla. Lo hizo de forma lenta pero firme, sin detenerse, de una vez, hasta el fondo, hasta chocar sus grandes huevos con los míos. ¡QUE PLACER MÁS GRANDE!

El ritmo era constante, sus caricias no cesaban, mi culo se movía para todos los lados, me tomaba de los hombros y me levantaba hasta darme un abrazo fuerte.

Cambiamos de posición y me senté en su polla dura y fuerte. Ahora mandaba yo en los movimientos; al frente, atrás, a la derecha, a la izquierda y todas las combinaciones posibles. Francisco me tenia sujeto de los pectorales y otras veces de las tetillas. Mi polla se restregaba con su barriga peluda. Y cuando me doblaba hacia atrás del placer que sentía, le gustaba mucho y me decía que lo repitiera.

De esta y otras poses, gozamos por mucho tiempo gracias a que él controla su eyaculación. Cosa que yo no hago y por lo cual eyacule tres veces antes que él.

Cuando se dio cuenta que yo no daba más físicamente, entonces eyaculo él. Yo estaba acostado con las piernas en mis hombros cuando me la saco repentinamente y se sentó en mi abdomen, lo dejo caer en mi pecho. Vaya cantidad de semen que expulsó.

Después de extenuante faena, descansamos e hicimos la verdadera siesta.

Salimos de la habitación y nos sentamos en la sala a hablar de todo lo que había pasado.

Quedamos en que podíamos disfrazar nuestra relación como si estuviésemos estrechando nuestros vínculos familiares. Y a partir de ese momento, mis visitas a casa de mi tío francisco fueron constantes.

Luego se fueron dando las situaciones para quedarme a dormir en su casa, sobretodo porque mi trabajo esta muy cerca de su casa, y muy lejos de la casa de mis padres.

La verdad es que con él me siento completamente satisfecho, me llena en todos los sentidos: afectivo, sexual, de amistad, compañía, etc.

En esto llevamos 7 años en los cuales hemos sabido llevar nuestra relación y no damos espacio a sospechas de ninguna clase.

Todos los miembros de mi familia están muy contentos de haber estrechado mis lazos familiares con todos sus miembros. Y no se imaginan en que forma los he estrechado.

Espero que os guste y hasta una nueva oportunidad.