Mi tío dejando su placer en mi

La primera vez duele, pero la segunda, duele con placer y solo hay ganas de que la revienten por dentro, hacerlo con un ser tan vil y asqueroso, pero con una vergota complaciente no tiene precio, mi tío es mi locura y solo pensarlo, me dan ganas de ser poseída, violada una y otra vez

La primera vez duele, pero la segunda duele con placer y una se puede volver adicta a esa sensación.

Luego que mi tío me desvirgara, me dejó dormir, no me molestó en la noche y creí que ya había terminado, porque no me puso ni atención, me evadió, mamá había llegado muy cansada y la dejé dormir, preparé comida, hice limpieza y me fui a bañar, dormí, cuando mi madre se levantó se quejó del viaje de mi tía, para que se quedara con la abuela, me ofrecí, pero me recordó que a mi edad, no me dejaban entrar.

Otra noche sola, afortunadamente mi tío no estaba, pero llegó a media noche borracho, “donde está mi mujer, para que me abra las piernas y me vacíe adentro de ella”.

Le dije que se durmiera, que estaba muy borracho, pero se me hecho encima, me abrió las piernas y me dijo, “¿No te gustó puta de mierda? Voy a violarte la cucaracha, no te me pongas apretada, que saber a cuantos le mamaste la verga, ahhhh ¿Cuánta leche has tragado mamita? Ya sentía su verga crecer, se levantó me desnudo, se la sacó y me puso en cuatro viendo para el espejo, te voy a montar perra, así te tenía la primera vez que saque leche, fuiste la primera putita que se comió mi leche, tu boquita me desvirgó y ahora quiero hacerte feliz”

No sé por que me dejaba, tal vez por que ese hombre me volvía loca, pero me quede quita viéndolo al espejo, como se acariciaba los pectorales detrás de mi, me agachó bien y entonces me encajó la verga, me la metió suave, hasta dentro, hasta que topó “apretadita y todo, pero bien que sos tragoncita”

Me la sacó hasta la orilla sin dejar de verse y me la metió despació, hizo lo mismo, unas cuantas veces, se miraba y decía “sos un cabrón, te estas montando a la puta de tu sobrina, sin que haga nada, porque le gusta que le den verga, otra putita que te desvirgas, cabrón, gozala” entonces sentí una embestida, grite.

“No grites mamita, que tu macho te va a dar verga hasta que te desmayes”, empezó a embestir y jadear, me acariciaba el clítoris con fuerza, mientras me penetraba con tal rabia, me miraba por el espejo y me decía “¿así te gusta perrita, duro para ser preñada?”

El dolor era fuerte pero también el placer, así que empecé a moverme para que me saliera un poco más de lo que él hacía y luego cuando me penetraba, yo chocaba contra él, quería que me montara fuerte, que me destrozara, el placer era tan fuerte, que chillaba y me salía alguna lagrima del dolor que me causaba. “goza esta mierdota mamita, todas quieren que las posea, que me las chingue duro, todas me ofrecen el culo, pero la única que siempre he querido chingarme es a vos, vos me traes loco, te sueño, cada vez que montó una perra, me imagino que es a vos, me pongo bien duro, digo tu nombre mientras me jodo a alguna puta barata, pensando que tengo tu pusa a mi disposición, soñé con abrirte muchas veces, siempre voy a darte en esa cuquita mami, siempre voy a montarte, voy a ser tu macho, tu marido y no importa que estemos casados, yo voy a seguir usándote” yo no podía respirar, estaba muy caliente solo atiné a gritarle “viólame duro maldito perro asqueroso”

El tipo se volvió loco y empezó a embestir con tal fuerza que creí me iba a fracturar el coxis, lo miraba con esa cara de lujuria por el espejo y esa sensación de dolor y placer, no pude más y empecé a sentir una sensación extraña, similar a las ganas de orinar, pero mas agudo y en un segundo, se prolongó, chillé, me dolía la verga taladrándome y la cuchara que se me abría y se cerraba apretando duro la verga de mi macho, con eso duro por dentro, nunca había sentido tanto dolor, pero tampoco tanto placer.

El tipo trataba de darle, pero era difícil, “ay mami me estas apretando muy duro, que putita, como gozas mamita, tu primer orgasmo, me vas a destripar la pija” me gritó. Caí desfallecida y me aparté de él, estaba muerta, me temblaba todo, me dolía todo, entonces me acostó como si fuera una muñeca y me abrió, le dije jadeante que no, que me dolía, pero no le importó.

Me la metió de un solo hasta el fondo y se quedó allí “vas a aprender, hija de puta, que cuando yo quiero cuca, vos te abrís y me recibís gustosa”, yo trataba de quitarlo, ya no era placentero, me ardía, pero la sacó de un solo, grite,  me tomó de las manos, la dejó en mi entrada y de nuevo me la metió con fuerza “verga querías, eso vas a recibir cuando yo quiera y vas a gozar, regalada”

Le dije “maldito, desgraciado, ¿te gusta violar?”, creí que lo asustaría, pero lejos de eso, empezó a embestir más fuerte, “me encanta violarte perra, vas a ser mi perra cuantas veces yo quiera culearte y aprovecharme” yo me movía para que se quitara, pero me dolía más, empecé a sentir de nuevo mucho mas dolor pero también placer, me movía para un lado y para otro con sus caderas bien pegadas a las mías, me soltó y lo aruñé en la espalda, lo que lo puso más furioso y me empezó a dar más duro, “voy a violarte hasta que me de la gana perra callejera, no sabes a cuanta puta le he sacado las ganas con esta vergota”, lo apresé con mis piernas, para esas ya estaba caliente de nuevo y el dolor estaba pero quería volver a terminar, ya nada importaba solo que este desgraciado se vaciara en mi vientre-

Jadeaba fuerte, no podía evitar tanto placer, tanto dolor, a penas si pude decirle “ si tanto quieres violarme maldito maricón, destrózame por dentro, desgárrame,  ábreme toda, déjame el hoyo bien abierto, llena de leche, viólame como macho, con esa vergota”, no podía más empecé a jadear, pero el paró, lo jalé para que me hiciera terminar, pero me la sacó, se acostó a la par mía y me dijo que quería jugar caballito, me acerque y se la mamé poco, me puse encima puse la punta en el hoyo para encajármela despacio, pero me dio un tirón y se me encajó todita hasta el fondo, grité “antes te la hubiera metido, ya te tendría preñada perrita callejera”, por alguna razón, esas palabras me encantaban, me empecé a sentar con fuerza, me abrí toda y me moví de atrás hacia adelante.

“como me la apretas, ¿sabes que yo borracho puedo más?, pongo a gozar a las sucias zorritas como te tengo, las hago chillar de placer, les doy sus buenas cogidas, bien folladita del coño sucia putita, tan chiquita y ya andas saltando en la verga de un macho” yo rebotaba, lo miraba tan hombre, tan sarcástico burlándose de lo que me hacía, cambié el ritmo, estaba bien abierta con todo ese jamón metido dentro, me tocaba las tetas con una mano y con la otra me jalaba las caderas hacia abajo, y yo movía las caderas como si bailara encima de él con el palote bien encajado.

Empezó a jadear más fuerte y yo busque moverme mas rápido, para no darle tiempo de terminar sin haberlo hecho yo, encontré un punto donde sentía bien rico y me moví adelante y atrás rosando esa parte y empecé a sentir una dosis extra de placer, y el se dejó hacer, sentí como su chorro de leche me tocaba por dentro, y me volví loca, empecé a terminar, “maldito desgraciado préñame, quiero más verga, dame más de esa carnota papito rico, reventarme la pusa a puro vergazo maldito”  me dio vuelta sin sacármela, se puso encima de mi y se movió con gran fuerza, “siempre fuiste bien puta, te gusta la verga pelada, asquerosa cualquiera, yo voy a darte bien duro, voy a destrozarte y dejarte hecha mierda por detro”, sus embestidas fueron mas fuertes, yo no deseaba terminar, me movía cuando sentía que ya no podía mas, “siempre quisiste este garrotote, ¿a cuantos te comiste antes que a mi puta? No respondí estaba muy ocupada viéndolo, como molestó, violento, tomándome a la fuerza, “¿a cuantos le diste el culo maldita puta, cuantos machos te han gozado? Responde zorra” en ese momento me dio duro y muy rápido, creí que terminaría o yo, pero no, la sacó.

Me puso en cuatro con las rodillas e la orilla de la cama y me dijo “contesta perra”, no dije nada y me jaló el pelo, le dije “solo la tuya y se la comí a Luis un par de veces”, no me soltó el pelo “te gustó mamarle el rabo a esa desgraciado” le dije que sí y me empinó bien para tener la cocha a su disposición, me la metió de un solo, varias veces y me preguntó “¿Te gusto comerle la pistola más que a mi?, quería más así que le dije “no, la tuya es mas rica, el único macho que puede usarme la cuca como quiera, dale duro, como hombre marica”

Me empezó a dar duro como si fuera perro montando una perra, jadeaba igual, me acomodé no soportaba más, quería estallar, entonces sentí un chorro bañándome, el jadeaba ya sin moverse, yo me moví el clítoris bien duro y me hacía hacía atrás, sentía como le salía la leche y me llenaba, “preñame maldito” le supliqué y empecé a morir de placer, pero también de dolor, gritaba, jadeaba, mientras estaba inerte, aguantando antes de salirse de mi, aguantando a que terminara de darle mi placer, de volverme loquita, “maldito” atiné a decir y el me dio un par de embestidas, soltá la verga, me la vas a arrancar, yo estaba terminando y solo podía chillar, la sacó y de inmediato empezó a meter los dedos dentro hasta que quedé bien satisfecha.