Mi tío adorado (2)

Ella quiere conocer los caminos del placer guiada por su adorado tío.

Segunda Parte:

Las 6:00 a.m., Jorge despierta lentamente, sin abrir los ojos; que maravilloso sueño, mejor que todos los que había tenido anteriormente; en su sueño, había sido suya completamente, ella también lo deseaba, quería volver a dormir para seguir soñando.

De pronto un movimiento a su costado lo saco de su estado de letargo, lentamente es conciente de que su mano acaricia la seda mas suave y calida que ha tocado nunca, la desliza un poco hacía arriba, empezando a escalar poco a poco la delicada colina que se interpone a su paso; es tan deliciosa al tacto, firme, tersa, con una calidez maravillosa. Con los ojos cerrados sigue explorando la seda bajo sus manos, como un ciego que conoce las cosas por el tacto, sin perder un solo detalle de los relieves del objeto de su exploración, lentamente su mano llega a la cúspide de esa colina, coronada por el botón de un jazmín, empezando a creer que no fue un sueño.

Gemidos, unos gemidos deliciosos, como suspiros apasionados, lo convencen aun mas de que no fue un sueño. Son los mismos gemidos que pusieron la música de fondo mas erótica que pudo haber tenido su sueño. Ahora sus dos manos acariciaban esas colinas gemelas, provocando con sus caricias que los gemidos sean cada vez mas intensos. Su nariz percibe un ligero olor a jazmines, se inclina un poco y se encuentra la misma tersura que sus manos disfrutan, con la lengua recorre la superficie a su alcance, es el mismo sabor, el mismo que anoche lo embriago de pasión. No fue un sueño, todas las escenas de la noche pasada inundan su mente como un colage de fotografías….

Sus cuerpos agotados en el sillón, después de la maravillosa entrega; Amanda duerme en sus brazos totalmente relajada, confiada, con su pene rendido como un guerrero después de la mejor pelea de su vida, aun dentro de esa cueva de placer infinito. Una sonrisa curva sus labios mientras cae en el sopor del sueño. Poco después Jorge despierta al sentir el movimiento de la niña sobre su cuerpo, no lo puede creer, por fin, lo que solo se había atrevido a imaginar en sus noches de pasión, había sucedido, Amanda era su amante, su niña-mujer, es lo mas delicioso que le ha pasado, esa entrega total por parte de ella, escuchar de sus labios que lo quería, que lo deseaba; solo de recordar esos momentos su pene empezaba a reaccionar, sus manos, como por voluntad propia acariciaban la espalda de ella hasta llegar a su trasero.

  • Amanda, mi amor- la mueve suavemente para despertarla- Amanda, déjame llevarte a la cama para que estas mas cómoda.

  • Si tío, vamos a la cama- contesta entre sueños, sin querer abandonar los brazos de su tío.

Al momento de moverse para ponerse de pie siente como Jorge empieza a endurecerse dentro de ella, como poco a poco su pene crece y llena su vagina, pero ella sigue mas dormida que despierta.

  • Anda mija, levántate- le insiste Jorge.

Cuando la niña se incorpora Jorge observa en su pene la huella de la inocencia de Amanda.

  • Vamos mi vida, te daré un baño para que duermas mejor- dice al tiempo que encamina los pasos de la niña al baño.

Al observar el cuerpo de Amanda con la luz del baño, su cuerpo empieza a reaccionar, es hermosa. Ella esta casi dormida, y el se encarga de bañarla, la pone bajo la regadera para que el agua tibia recorra su cuerpo, observando como baja por la ligera curva de sus pechos; pero su mirada es irremediablemente atraída por su rostro, que bañado por el agua limpia, es sensualidad pura, el agua se prende a sus pestañas como el rocio a los pétalos de una flor, su cabello mojado no hace mas que acentuar su hermoso rostro el cual refleja el placer del baño. Con una esponja enjabonada empieza a recorrer su cuerpo, todo, desde su hermoso cuello hasta los pies delicados, dejando de lado la esponja para jugar con la espuma de jabón que cubre sus senos, volviendo a recorrer todo su cuerpo ahora solo con sus manos, las cuales resbalan por los rincones mas escondidos de la niña.

Amanda iba despertando dulcemente al tacto de esas manos que le habían brindado un placer antes desconocido para ella, sentía como los dedos recorrían su piel, poniendo especial atención a su espalda, sus senos y sobre todos a los pliegues que cubren su sexo que palpitaba solo al sentir el roce de sus dedos y recordar los momentos pasados con su tío.

Jorge se excitaba cada vez más conforme sus manos resbalan por el cuerpo de Amanda ayudadas por el jabón, la sentía derretirse bajo sus caricias. Hincado frente a la niña sus dedos se perdieron entre los recovecos del centro del placer de Amanda, penetrando en ella, reviviendo los momento vividos en el sillón.

El teléfono suena sorprendiéndolos a ambos, haciéndolos concientes del mundo exterior.

  • Voy a contestar mija, no tardo.

Jorge, aun mojado, salé del baño y levanta la bocina del teléfono, era Mario, uno de sus mejores amigos, diciéndole que estaba en un bar cercano, que se uniera a el, describiéndole a algunas de las chicas que estaban en ese momento en el bar, tratando de tentarlo a ir. Jorge rehúsa la invitación de Mario, pero la llamada lo trajo de vuelta a la realidad que lo golpea de frente; es Amanda, su sobrina, la niña que vio crecer; pero también es la niña que hace mucho tiempo ama, que inunda sus sueños de pasión. La confusión lo invade…..

  • Tío, ya termine de bañarme- Amanda sale del baño envuelta en una toalla que le llega justo debajo de su trasero, dejado al descubierto sus bellas piernas.

Jorge la ve y decide hacer lo correcto, lo que se supone que tiene que hacer.

  • Ok. Mi amor, es hora de dormir, que descanses mamita- le da un tierno beso en la mejilla y la empuja suavemente a su recámara.

Ya en su cama, desnudo, no puede dejar de imaginar a su sobrina tendida en el cuarto de enseguida, sola y el deseando estar a su lado, sentir el calor de su cuerpo… lo mejor será que trate de dormir, de apartar esas imágenes de su mente.

Amanda da vueltas y vueltas en su cama, sabe que lo que hicieron ella y su tío no es correcto, pero hace tanto tiempo que deseaba que su tío la besara, siempre que estaba a su lado no podía resistir tocarlo con cualquier pretexto, sabía que por su corta edad y los lazos familiares que la unen a el, era poco probable que su tío la viera como algo mas que su sobrina, pero ella lo veía como un hombre que despertaba en su interior lo que ninguno de sus amigos de la escuela lograba hacerle sentir. Había sido hermoso estar con el, quería que el la guiara por los senderos del placer que estaba empezando a descubrir. Lo que había vivido con el era mejor que todas las cosas que sus amigas platicaban; solo de recordarlo su vagina se humedecía.

Bajo lentamente su mano hasta su sexo y lo sintió hinchado, mojado y muy sensible; cerrando los ojos imito los movimientos de la mano de su tío, acariciando su clítoris, recorriendo toda su rajita una y otra vez, que rico, pero no se comparaba con los dedos de su tío, con la sensación de su pene dentro de ella

Jorge intentaba dormir pero el sueño lo evadía, apenas estaba logrando relajarse cuando sintió un movimiento al costado de la cama, abrió los ojos y vio a Amanda de pie junto a el.

  • Que pasó mija?- pregunto encendiendo la lámpara de la mesita de noche.

  • No quiero dormir sola tío, puedo dormir contigo?.

Jorge dudo, no confiaba en poder resistirse a tocarla, si teniéndola en la habitación de enseguida, solo de pensar en ella su erección era casi inmediata, al tenerla junto a el, se repetiría lo de la sala.

  • Pero mi amor

  • Por favor tío, quiero dormir contigo- el deseo que sentía se reflejaba en su voz.

Jorge no se pudo negar, el saber que ella lo deseaba igual que el a ella era mas fuerte que su voluntad, más fuerte que sus remordimientos. En ese momento no era su sobrina, una niña, en ese momento era Amanda, una mujer descubriendo el placer, una mujer que lo deseaba.

  • Ven aquí princesa, claro que puedes dormir conmigo- dijo al momento que se recorría para el otro extremo de la cama y levantaba la sábana para que ella se acostara.

Amanda se quita la bata, dejando sin aliento a Jorge al ver que estaba totalmente desnuda. Ella se acuesta casi a mediación de cama, buscando el contacto del cuerpo de su tío, no se atreve a pedirlo abiertamente, pero quiere sentirlo junto a ella; aprovechando el movimiento de Jorge para dejarle mas espacio, se recostó sobre el brazo de el, quedando su rostro refugiado en el cuello de su tío

Jorge esta tenso, no quiere ni moverse, el aliento de Amanda en su cuello lo esta volviendo loco, y que decir de su mano que descansaba a un costado del cuerpo de ella. No quería tocarla por miedo a no detenerse, pero ella cada vez estaba mas cerca del el, el roce de sus senos contra su pecho lo ponían a cien. Se percibía la tensión que invadía el cuerpo de ella, el mas mínimo movimiento que cualquiera de los dos hiciera ponía en alerta al otro, los sentidos estaban totalmente despiertos, a la expectativa.

El quería hablar de lo que pasó, decirle que la amaba, que no quería lastimarla, pero que su deseo por ella era mas fuerte que cualquier otra cosa, pero… ella no dejaba de ser una adolescente, casi una niña. Por su mente desfilaban muchos pensamiento, los remordimientos, que eran opacados por el recuerdo de los gemidos de placer que brotaron desde lo mas profundo de Amanda cuando el la tocaba; la magnitud de el problema que podían tener si alguien mas se enteraba. Lo mejor sería terminar con esto

  • Amanda, princesa- estaba decidido a hablar con ella y explicarle que la quería mucho, pero que lo que había pasado entre ellos no se repetiría.

  • Si tío? Dime- al hablar sus labios rozaron el cuello de Jorge, quien no puedo evitar estremecerse de placer, mas aun la sentir como la niña acariciaba su piel con la punta de su lengua.

  • Mijaaaa, mi amor, tienes que irte a dormir a tu cama- su voz estaba alterada, su respiración estaba cada vez mas agitada. Sentía como poco a poco su pene renacía, tenerla pegada a el era una tortura.

  • Quiero quedarme contigo tío, quiero que beses como hace rato, que me digas que soy tu niña - a pesar de su corta edad, Amanda reconoció la excitación en la voz de su tío, y el saber que esa excitación la provocaba ella la hizo sentirse bella, fuerte, poderosa de provocar en su tío el deseo de besarla; el mismo deseo que la invadía a ella.

Ahora ella se sentía mas segura y su mano empezó a acariciar el tórax de Jorge, recorriéndolo de arriba abajo, sintiendo como la respiración de su tío se hacia mas agitada.

Adiós a todas sus buenas intenciones, las manos de Jorge por voluntad propia recorrían los costados de Amanda, bajando un poco su cabeza para quedar a al altura de su cara, devorando con los ojos sus hermosas facciones, para finalmente fijar la vista en sus labios carnosos, humedecidos por la lengua de ella que se paseaba una y otra vez sobre ellos, tentándolo, llamándolo; en ese momento nada mas importaba que besarla, que sentir la lengua de esa pequeña seductora. Por fin las bocas se encontraron, devorándose una a la otra, parecía que con un beso querían borrar todo, la vida que bullía en la calle, su parentesco, la noche que los envolvía, la diferencia de edades. Todo pasó a segundo plano cuando las manos de Amanda, se aferraron al cuerpo de su tío, recorriendo su espalda, desde el cuello, hasta sus fuertes nalgas, la chica estaba ansiosa por conocerlo todo, era como si una vez despertado su deseo, no pudiera detenerse hasta saciarlo.

La sábana yacía olvidada en el suelo, ni siquiera se dieron cuenta en que momento fue a parar ahí.

Jorge inició un viaje a través del cuerpo de su amada, bajando por su cuello, hasta llegar a sus senos, esas colinas que lo retaban, toda su atención estaba puesta en ellos, en besarlos, lamerlos como un gato, haciendo que ella se retorciera debajo de el; para después succionarlos con delicadeza, con placer, pasando de uno a otro, recorriendo una y otra vez con la lengua el abismo que había entre ambas colinas, imaginando lo que sería pasar incansablemente su miembro por ahí, sentir como los pechos de ella se cerraban en torno a el, como lo abrazaban, solo de imaginarlo se calentaba mas, mordiendo suavemente los pezones de Amanda, teniendo cuidado de no lastimarla. Las manos de Jorge bajaron hasta la entrepierna de la niña, queriendo sentir nuevamente la suavidad y la humedad que ahí se esconde.

  • Ayyy – exclamó Amanda al sentir los dedos de su tío en su sexo.

  • Que pasa mi amor?, te lastimé?

  • No tío, solo que tengo un poco irritado, me arde un poquito.

  • Pobrecita mi niña, es normal que te duela, pero ahorita te curo mi amor, vas a ver como te va a dejar de doler – apenas terminó de hablar cuando su boca empezó a bajar por el cuerpo de Amanda.

Poco a poco fue bajando hasta enterrar su cara entre las piernas de ella. La niña en un principio no sabía como reaccionar, estaba sorprendida, sus piernas se cerraban para proteger su intimidad; pero los besos de Jorge en sus piernas, sus ingles, su pubis, lograron su cometido, y poco a poco sus piernas de abrieron para el, ofreciéndole el manjar mas delicioso.

Era mas suave de lo que imaginó, no podría dejar de besar, de lamer esa flor que se abría para el, su lengua la recorría desde el clítoris, hasta su hermoso orificio trasero, deteniéndose donde le daba la gana, mordisqueando los labios que se unían a los suyos en un beso prohibido.

Su lengua penetraba en el túnel del deseo como tanteando el terreno, juguetona, arrancando jadeos de placer de los labios de Amanda, mientras con sus manos, en las nalgas de ella la elevaba para acercarla mas y mas a su boca, como si quisiera realmente poseerla con su lengua.

  • Tíoooooooooo, tíoooooooo – su voz sonaba irreconocible incluso para ella misma, un mar de sensaciones la invadía, provocando que abriera sus piernas al máximo.

Su cadera se movía buscando la boca de su tío, haciéndola arquearse de placer, en uno de sus movimientos, al girar su cabeza, se percato del espejo de las puertas del closet de su tío, no pudo apartar la vista, ahí se reflejaban sus cuerpos iluminados tenuemente por la luz de la lámpara. Vio la cabeza de su tío perdida entre sus piernas totalmente abiertas, las manos de el apretando sus nalgas, sus caderas elevadas queriendo sentirlo cada vez mas y mas pegado a ella. Esa imagen multiplico mas y mas sus sensaciones, no solo lo sentía las caricias de su amado tío, también las veía.

  • Que rico tío, cómeme mas por favor – grito sintiendo venir el orgasmo que Jorge recibió gustoso en su boca.

Jorge succionaba ese pequeño botón que coronaba tan linda panochita, lo acariciaba una y otra vez con la lengua, queriendo volverla loca de deseo, tal como el lo estaba, provocándole varios orgasmos entrelazados. Su dedo medio fue entrando lentamente en la pequeña vagina, totalmente atento a la reacción de Amanda.

  • Te duele amor? – preguntó mientras su dedo acariciaba el interior de su vagina ayudado por el gran flujo de jugos que emanaba de ella.

  • No tío, no me duele, me gusta mucho lo que haces, sigue por favor.

Jorge estaba excitadísimo, su pene le dolía de tan erecto que estaba, quería estar dentro de ella, la necesitaba, sus dedos sentían como ella ardía por dentro, por el, solo por el. Subió hasta la boca de ella para besarla profundamente, sintiendo como los tiernos e inexpertos labios de ella responden a sus besos, tratando de seguirle el paso; abrazándolo por el cuello, recorriendo con sus manos la anchura de sus hombros, su espalda. El toma la mano derecha de ella y la guía hasta su miembro.

  • Mira nada mas como me tienes mija, te deseo, quiero metértelo hasta el fondo, que me sientas hasta lo mas dentro de ti.

Amanda se sorprendió al ver el pene de su tío tan grande, tan duro, su primer pensamiento fue como pudo tener todo eso dentro de ella, el segundo, que se veía hermoso, riquísimo. Su mano lo tocó al principio con timidez, pero conforme sintió su piel tan parecida al terciopelo, su suavidad, su caricia se hizo mas atrevida, subiendo y bajando por su miembro, disfrutando de su tacto, de su fuerza.

  • Si mi niña, así, acaríciala es toda tuya – le decía Jorge sin apartar su boca de la de ella, loco de placer al sentir las manos tiernas, pequeñas, recorrer su miembro.

Jorge jadeaba de placer, mientras la mano de la niña lo masturbaba, poniéndolo cada vez mas duro, sentía que no iba a poder aguantar mucho mas.

  • Tío.

  • Dime mi amor – su voz era un jadeo.

  • Quiero tenerte dentro – le dijo en un susurro, casi como en secreto.

  • Quieres mi verga dentro de ti mi amor? Quieres que te posea hasta que no exista nada mas que tu y yo?.

  • Si tío, quiero ser tu mujer nuevamente.

  • Dilo mi vida, pídemelo, dime que quieres, quiero oírte decir que deseas mi verga dentro de ti - ansiaba oír de su boca lo mucho que lo deseaba.

  • Si tío.

  • Si que amor, dilo, dilo ya- era un orden, una orden que no admitía discusión.

  • Quiero tu verga tío, quiero sentir como entra en mi, quiero ser tu mujer, quiero que me hagas todo lo que me hiciste hace un rato tío, quiero que me metas tu verga hasta que tus bolas topen en mi – dijo con voz fuerte, ansiosa de recibirlo dentro, ardiendo por la espera.

  • Siiiiiiiii, claro que si mi niña – dijo ya instalado entre las piernas de Amanda, pasando el pene por toda la húmeda que cubría su bello sexo, recorrerla de pies a cabeza con sus manos, con su boca, prepararla para el, para penetrarla una y otra vez hasta inundarla con sus jugos.

El miembro viril empezó a penetrar dentro de ella, provocando sensaciones maravillosas, llenándola plenamente, al grado que Amanda casi pierde el conocimiento al sentir el orgasmo que explotaba dentro de ella. Sus piernas abrazan a la cintura de Jorge, presionando para que la penetre mas y mas.

  • Si tío, métemela toda, métemela mas

Jorge sabía que no iba a aguantar mucho mas, la vagina de su pequeña amante lo atrapaba dentro de ella, lo abrazaba como queriendo sacarle hasta el alma, sus empujes eran cada vez mas potentes, mas profundos; quería marcarla para siempre, que nunca olvidara la sensación de tenerlo dentro, de ser poseída por el. Su primer amante.

De pronto todo estallo a su alrededor, una corriente de lava inundo las entrañas de Amanda, quien solo podía jadear por que la boca de Jorge acallaba sus gritos, bebiéndose su aliento, devorando sus labios y poseyéndola con su lengua al igual que con su pene.

Quedaron abrazados, rendidos de placer, con sus cuerpos bañados en sudor, contemplados por la luna que se asoma por la ventana y las sábanas arrugadas, mudos testigos y cómplices de su pasión prohibida, de ese amor incestuoso.

Así que no fue un sueño, fue la noche mas maravillosa de su vida.

  • Buenos días tío- saluda Amanda volteando sobre su hombro para besar los labios de Jorge al mismo tiempo que hecha asía a tras su trasero.

  • Buenos días amor- el brazo de Jorge le rodea la cintura, apretándola mas contra el, haciéndola sentir plenamente su erección matutina en su trasero.