Mi tío.

Mis primeros inicio en el sexo, pero ...............

MI TIO

Mi nombre es Sophia, mido 1,67 m, moracha de ojos negros, delgada, pechos medianos, y unas posaderas algo grandes para mi criterio, pero que atraen a los hombres, según me han dicho soy muy sensual,

Andrés era el preferido de mis tíos, el menor de los hermanos de mi madre, tendría unos 30,  cuando yo contaba con 14 o 15 años, más o menos, muy pintón, soltero, siempre fui la preferida de todos sus sobrinos,   me traía regalos, me llevaba a pasear, cada vez que llegaba a casa, me alegraba muchísimo.

Hacía bastante tiempo que no  venía a vernos, cuando llegó me puse muy contente, y más que me invitaba a ir al cine. Yo estaba como loca, saber que iríamos a ver una película con él, así que como estaba vestida con unos short cortos y una camisola, lo tomé del brazo para salir.

Fuimos en su auto hasta uno de los cines del centro, no había demasiada gente,  la sala estaba bastante vacía. A la media hora de comenzar la proyección, la mano de mi tío acariciaba mi rodilla, vieja costumbre que me hacía desde que tenía 5 años, que me alucinaba  sentir ese mimo que me suministraba.

Me encantó volver a sentir esas dulces caricias, al punto que me concentré más en ellas que en la película, que poco a poco me fueron estimulando. Creo que a partir de ese momento ya no lo veía como a un tío, más bien como a un hombre.

Su mano la llevó hasta la entrepierna, llegando a sentir el roce de su mano muy cerca de mi vagina, a través del pantaloncito.

Abrí bastante mis piernas, para dar mejor cabida a su mano entre la unión de ambas, me sentía en la gloria con ese continuo roce, que me estaba proporcionando, al punto de desconcentrarme totalmente de la proyección de la película.

Si bien no pasó más de eso, el deseo de que me tocase más interiormente, hizo que llegase a a sentirme bastante mojada, hasta tener un leve orgasmo. Al terminar la proyección, salimos del cine sin hacer comentarios de lo sucedido. Me llevó hasta casa, pero no bajó, le di un beso y entré, algo diría  molesta.

Paso un tiempo, si bien no sabía que deseaba, un día que habíamos salido antes de hora, decidí ir a verlo,  aprovechando que unas de mis compañeras vivía cerca. Dado que quedaba a unas cuadras, opté por ir caminando con tan mala suerte que se largo a llover torrencialmente. Llegué a casa de mi tío totalmente mojada, me hizo tomar una ducha, mientras la ropa se secaba. Así que después de haberme bañado, me envolví con un toallón y me senté en su cama, mientras permanecía a la espera de que se secase la ropa. Charlaba con mi tío, aunque no parecía darme demasiado interés. Estuve a punto de quitarme el toallón, para ver que reacción tendría. Cuando en ese momento sonó el portero eléctrico, salió corriendo de la habitación y al rato llegó con una mujer algo mayor que él, pero muy elegante.

Nos presentó, como me pareció bastante antipática,  no le di demasiada pelota, pero apenas mi ropa se seco, mi tío me la trajo para que me vistiera y me fuese. Me dio unos pesos para el taxi, y rápidamente se deshizo de mí. Me fui bastante malhumorada mientras regresaba a casa.

Tiempo después, me llamo para invitarme al cine, para la semana siguiente

Irónicamente le digo:

“Tu amiguita también va?”

“No seas idiota, sobrina, vamos los dos, solamente”

Llegó el día, así que me preparé, estrené  una ropa interior nueva, y un vestido estampado, bastante corto, abotonado adelante, y me maquillé  Cuando llegó y me vio, comenzó a decir:

“Qué bonita que esta mi sobrina preferida”

“Gracias mi querido tío” dándole un beso en la mejilla.

Al salir de casa, lejos de la mirada de mi madre, me desabroche los dos botones últimos de mí vestido, al punto que llegaba casi a la unión de mis piernas.

En el horario que concurríamos al cine, había muy poca gente, traté de sentarnos bastante atrás.

Se inicio la proyección, y  habrían transcurrido más de media hora sin llegar a tocarme la mano, eso me ponía bastante impaciente, así que apoyé mi mano sobre la suya.

Después de un rato, su palma estaba sobre mi rodilla, tardo un rato en iniciar sus caricias, apenas sentí ese contacto, mi cuerpo se estremeció. Desplace una parte de la punta de mi vestido a un costado, dejando mi extremidad descubierta hasta la entrepierna.

Lentamente, sus caricias se iban propagando, tocando febrilmente mi entrepierna, me fui abriendo a fin de liberar el camino para que esa incursión pudiese libremente llegar a mis partes más intima,  por cierto que mi corazón parecía aumentar los latidos.

Apoyé mi cabeza sobre su hombro, como aprobando lo que me estaba haciendo. Noté que desabrochaba un par de botones, tocando mi ingle, tratando de introducir su mano a través de mi prenda. Un nuevo botón fue separado del ojal, quedando al descubierto mi ombligo, no lo impedí, cuando los dos últimos fueron desprendidos.

Quedando la totalidad de mis íntimas prendas de manifiesto, mis pechos agitados, delataban el estado de excitación a la que me estaba transportando.

Con el dorso de su mano fue acariciando mi abdomen, hasta llegar a mis pechos, después de un rato mi excitación aumentaba progresivamente.

Para separar bien el vestido y levantando mi sostén, quedando mis tetas al descubierto, su mano las fricciono, manoseo mis pezones, que estaban bastante rígidos, por ese acoso perturbador., se giró para chuparme las tetillas, a la vez que su mano se introducía en mi bombachita, lo besé,  mientras su dedo irrumpía a través de mi húmeda vagina. Al exhibir mi cuerpo casi desnudo me sentí algo abochornada, pero a su vez esa situación tan expuesta a ser vistos alteraba mis hormonas, aumentando la adrenalina y por supuesto mi secreción vaginal.

Si bien eran unas butacas cómodas, la posición de ambos, impedía efectuar ciertos acercamientos. Pero a pesar de eso continuaba hurgando en mi sexo, hasta que optó por intentar desplazar mi trusa, que me llevó a levantar mi culito, para poder correrla, desplazándose por mis piernas hasta llegar a mis tobillos. En ese instante su manoseo se intensificaba más y más, que terminé quitando mi prenda con mis pies, para poder separar libremente mis piernas, aceptando complacida su mano en mi sexo.

Estaba prácticamente desnuda, con mi sostén cerca de mi cuello, sin bombacha, y mi vestido totalmente abierto. Nos besábamos alocadamente, a la vez que sus dedos se incrustaban asiduamente en mi raja. Mi cuerpo se convulsionaba, a la vez que mi flujo vaginal segregaba constantemente, me contuve para no gemir ante esa esquizofrénica convulsión. Tenía ganas de quitarme todo y que su miembro erecto me penetrase sin miramientos.

Puse mi mano sobre su entrepierna, confirmando a través de su pantalón la erección que tenia. Traté de bajar su cremallera, y meter mi mano, cuando sorpresivamente se encienden las luces. Sorprendidos por lo que acontecía, acomode mi sostén, me abroche el vestido, cuando intente buscar mi bombacha noté que había caído entre las butacas delanteras, sin poder agarrarlas.

En esos escasos minutos prácticamente no quedaba nadie en la sala, pero mi tío se tiró al piso y para tomarlas y ponerlas en el bolsillo de su pantalón, a la vez que nos reíamos de lo sucedido.

A  pesar de haberlo disfrutado, estaba algo nerviosa, pero apenas subimos al auto, le pedí mi prenda. A lo que respondió

“Ya te la daré”

En el transcurso del viaje, no hablamos demasiado, tampoco hicimos comentario de lo ocurrido. Después de unos minutos de camino, se dirigió a la costa estacionando en un lugar bastante solitario.

Supuse cual serian sus intenciones, a lo que si bien me atraían, no sabía si estaba ya preparada para una relación sexual y menos con mi tío. Hablamos un rato, toco mi rodilla y la acaricio suavemente, metió la mano en su bolsillo y me entrego mi prenda intima.

En el momento que la estaba poniendo, me beso, metiendo su mano entre mis piernas, friccionando mi clítoris ansiosamente, desabrochando lentamente mi vestido, para abrirlo totalmente, su manera de hostigarme comenzó a incitarme, permitiendo que me lo fuese sacando. Inmediatamente mi sostén tuvo el mismo fin, y mi trusa que estaba a mitad de pierna fue retirada, instintivamente me quité las sandalias.

Esa sensación de estar totalmente desnuda frente a mi tío, en un lugar totalmente desolado, me causaba una sensación extraña, a su vez la posibilidad de que apareciese gente con locas intenciones, llegué hasta desearlo y conmover mi adrenalina.

No sé qué pasaría por la cabeza de mi tío Andrés, pero contemplaba mi desnudo cuerpo, incitándolo a tocarme por todos lados, sus labios se acoplaron a los míos mientras sus dedos no dejaban de friccionar mi sexo, que nuevamente comenzó a exhalar mas jugos vaginales.

Mis duras tetas eran manoseadas frenéticamente, apretando mis pezones, hasta llevarme a un  estado de total paroxismo, entregando mi cuerpo a ese enardecido acometimiento. Apreciaba como mis pezones eran mordidos hasta producirme algo de dolor, que se fusionaba con mi estimulación, que segundo a segundo iba en aumento Sus dedos impregnados con mis flujos vaginales, me los metió en mi boca para probarlos, que lo terminaba chupando con total devoción.

De pronto bajó lo asientos, transformándolos en una agradable “cama” mientras bajaba su  cremallera para hacer surgir su miembro totalmente erecto por todo ese juego previo que hacíamos, por supuesto, dispuesto a penetrarme, acomodándome para iniciar la copulación. Si bien estaba bastante caliente, e iba camino a ser desflorada,  algo me hizo sentir que no era el momento de ser desvirgada, así que lo detuve en su intención.

Abrazándolo, pidiéndole disculpas por frenar su propósito.

“Sé que estas excitado, pero podría aplacarte de otra manera?” le digo

“Está bien, puedes” me contesta.

Pero continuo con sus locas caricias, me giró para acariciar mi trasero, abriéndolos hasta descubrir mi ano, me dio algo de estupor saber que observaba mi orificio, al que percibí que su dedo friccionaba el contorno, hasta que después de esas suaves caricias, fue lentamente penetrando su dedo, hasta introducirlo totalmente oprimiendo las paredes de mi recto.

Noté que bajaba sus pantalones para sentir su miembro acomodarlo entre mis cachetes,  acercándolo a mi orificio.

“Por favor tío, no” contesté, algo aterrada, mientras me giraba. Ahí vi a su verga muy erecta lista a ser empotrada en alguna de mis aberturas. Sin dudarlo comencé a masturbarlo,  pero inmediatamente me dice

“Con tu boquita, mi querida sobrina”

Sin dudarlo y con total sumisión, me hinqué junto a él, para empezar a lamer su verga, mientras la  iba introduciendo en mi boca, tratando de disfrutarlo, aunque con algo de resquemor. Me mantenía arrodillada en el asiento con mi culo levantado, mientras mi tío, friccionaba mis glúteos, gozando de mi primera mamada.

Abrí la boca y lo envolví entre mis labios, lo empecé a besar y a lamer con mi lengua metiéndolo en mi embocadura lo más que podía, una y otra vez..... Dios mío, no sé si deseaba  que eyaculara y que todo terminara.  Pero no se venía a pesar de que ponía todo mi empeño en que lo hiciera.  Sin embargo, lo confieso, me gustaba mucho, muchísimo, me sabía delicioso, pero él me ayudaba metiéndolo y sacándolo de mi boca con un ritmo que me enloquecía, apretaba mi cabeza contra su vientre hasta que su verga se alojaba en mi garganta.  Estaba loco, volteaba hacia arriba y lo observaba cerrando los ojos y sudando. De pronto sacó su verga de mi boca y tratando de girarme nuevamente, intentó penetrarme.

Abrí la boca y lo envolví entre mis labios, lo empecé a besar y a lamer con mi lengua metiéndolo en mi embocadura lo más que podía, una y otra vez..... Dios mío, no se si deseaba  que eyaculara y que todo terminara.  Pero no se venía a pesar de que ponía todo mi empeño en que lo hiciera.  Sin embargo, lo confieso, me gustaba mucho, muchísimo, me sabía delicioso, pero él me ayudaba metiéndolo y sacándolo de mi boca con un ritmo que me enloquecía, apretaba mi cabeza contra su vientre hasta que su verga se alojaba en mi garganta.  Estaba loco, volteaba hacia arriba y lo observaba cerrando los ojos y sudando. De pronto sacó su verga de mi boca y tratando de girarme intentó penetrarme.

-     Por favor tío, no lo hagas -le rogué intuyendo lo iba a hacerme-

  • Está bien, disculpa – Me decía, a la vez que me besaba en los labios.
  • Realmente me hizo sentir mal pero continúe haciéndole la felación.

Mientras hacia ese sexo oral, continuo su dedo jugueteaba con mi ano, creo que eso me iba estimulando como para ir mejorando mi felatio, fui subiendo y bajando mi cabeza siempre con su órgano genital en mi boca.

Cuando su dedo se iba introduciendo por mi recto, creo que eso me fue provocando bastante,  sentir como se iba desplazando por mi cavidad anal, para detenerse y presionar las paredes de mi cápsula. Así continúe con mi mejor esmero chupando  cada vez  con más  pasión el miembro de mi tío, mientras su dedo se incrustaba en mi cavidad anal.

En escasos minutos mi tío comenzó a gesticular, supuse que se vendría, así que intente salirme, pero su otra mano oprimió mi cabeza, para impedirlo, por otra parte no quería volver a defraudarlo, así que continúe. Su dedo no dejaba de jugar con mi recto,  pero moviéndolo asiduamente, hasta que empecé a sentir que mi cuerpo se  convulsionaba, dándole más ímpetu a mi labor, hasta que su aparato eyaculo en mi boca, descubriendo un nuevo  sabor.

Nos mantuvimos abrazados un rato, ya era bastante tarde, tenía algo de frio y a través de la ventanilla del auto  apreciaba la soledad del lugar. Me vestí, mientras mi tío hacia lo propio y regresamos a mi casa, prácticamente no hablamos demasiado en el viaje, nos despedimos con un beso y entré a mi hogar.

Esa noche pensé mucho en lo ocurrido, y si bien no tuvimos relaciones, de lo que no estoy arrepentida, me agradó lo que hicimos. No sé por qué motivo eructé un par de veces a lo que me llegaba a la boca el sabor del esperma de mi tío.