Mi tiempo de educación 3
Continúa la historia, y el siguiente capítulo será más duro, así que espero que os guste este más liviano también.
Un sonido fuerte me despertó por la mañana, mi Amo había golpeado mi jaula para que me despertase. Me estiré como pude para desentumecer mi cuerpo, y salí de la jaula a la vez que él enganchaba mi correa.
Como todas las mañanas me llevó a mi comedero a desayunar, hoy había un poco de zumo con una pasta de magdalenas y leche. ¿Hoy celebrábamos algo? Normalmente mis comidas eran diferentes.... Me pareció algo extraño pero no dije nada. Fuimos al jardín, y ahí pude hacer mis necesidades como todas las mañanas. Mi Amo se sentó en una silla cercana, y cuando acabé me acerqué a él, puse mi cabeza sobre sus rodillas. Empezó a acariciar mi cabeza.
J: Perra, hoy va a venir un amigo mío, y tendrás que comportarte. Nos servirás a los dos. Ahora te prepararé.
L: Sí Amo.
Se levantó y me llevó al baño. Una vez en la bañera, me quitó la cola de perra y la dejó a un lado. Se puso a jugar con mi ano, le metía uno, dos, tres dedos, mientras me arrancaba gemidos, y al sacar la mano, me dio un leve azote en el culo. Me lavó como siempre, a cuatro patas y haciendo especial hincapié en el coño, me estaba poniendo muy cachonda, no paraba de jadear y gemir. Cuando acabó, me secó y me llevó a la habitación. Era muy acogedora la verdad, llevaba aquí unos días, y era la primera vez que la veía.
Me colocó el collar, y puso unas pinzas unidas por una cadena en mis pezones. Piso la cadena, tirando de mis pezones y acercándome al suelo. Entendí la intención, así que lamí sus zapatos para dejarlos limpios, y luego los besé. Soltó de su pie la cadena, y cuando me recoloqué en la posición, tenía su polla en mi cara, así que sin dudarlo me la metí en la boca. Estuve mamando aquella polla con devoción, era la de mi Amo, vivía por y para él, y eso me encantaba. Se corrió en lo más profundo de mi garganta, directo todo a mi estómago, y me relamí los labios, antes de dejarla otra vez limpia.
La guardó y me puso una mordaza de anillo, dejando mi boca bien abierta, y también me volvió a colocar la cola de perra.
“Suena el timbre”
Mi amo tiró de mi correa, y fuimos a abrir la puerta. Al abrir, vi a un hombre medianamente alto, corpulento, y algo calvo. Mi amo le dejo pasar y fuimos al salón, donde ellos se sentaron en los sofás.
J: Puta, tráenos dos cervezas, ahora.
Fui rápidamente a la cocina y de la nevera cogí las cervezas, mientras oía como ellos iban hablando. Me acerqué a mi amo y le di la suya, y cuando me acerqué a su amigo y después de dársela, pisó la cadena de mis pezones tirando bruscamente de ellos, y arrancando un gemido de dolor. Metió su mano en mi coño y la movía.
J: Roberto, suelta a mi propiedad. Me conoces desde hace muchos años, como para saber que mi propiedad no se toca, así que suéltala.
R: Pero podríamos disfrutarla un poco amigo mío. -Mientras note como soltó la cadena y sacó su mano de mí.
J: He dicho que no.
Fui a mi sitio y me quedé ahí, no me atrevía a levantar la mirada. Volvieron a hablar de sus cosas, y cuando llegó la hora de comer les serví la comida, procurando no acercarme demasiado a su amigo. Al acabar de comer, salieron un rato al jardín, y yo iba detrás de mi Amo. Paseaba por el jardín cuando...
R: Juan he de buscarme una puta así, la verdad es que la estás educando muy bien.
J: Bueno, su trabajo está costando, pero merece la pena. ¡Puta ven! - Me llamo mi amo.
Fui a donde estaban ellos, y me quedé en posición a la espera de su siguiente orden.
J: A comer puta, ya sabes lo que tienes que hacer.
Me quedé paralizada, su amigo estaba delante y él quería que le mamase la polla. Mi cuerpo no me respondía, pero veía que la cara de mi amo estaba cambiando a enfado, y eso no era bueno. Acerqué mis manos, le abrí el pantalón y se la saqué. Con mucha vergüenza me la metí en la boca, y para mí ya no existió nada más. Su dulce néctar embriagaba mi paladar, para mi era adictiva, no quería separarme de ella. Note que cogía mi pelo y marcarba el ritmo con fuerza, con violencia, estaba enfadado y lo descargaba en mi garganta. Se corrió y me tragué todo, dejando limpia su polla al sacarla de mi boca.
J: Zorra vete a tu jaula, que ahora en un momento tu y yo vamos a hablar. - Mientras me iba a mi jaula, mi amo se despedía de su amigo, que se fue bastante rápido, tras haberle susurrado mi amo algo.
J: -Agarro mi correa y me llevó al potro, atándome y dejándome inmovilizada con mi culo expuesto-. Puta, ¿cómo te atreves a tardar en ejecutar una de mis órdenes? ¿ te crees que puedes dejar en ridículo a tu amo? Cuando te de una orden, la haces al momento, y sin rechistar. Te da igual donde estemos, con quien y demás, tu sólo has de obedecer, y mis órdenes son leyes para ti.
Además cuando otro hombre se te vaya acercar con intenciones de tocarte, le gruñirás como la perra que eres, porque eres mi propiedad, y sólo yo puedo tocarte, ¿has entendido guarra?
L: Sí Amo.
J: Bien, pues ahora como castigo serás azotada hasta que me canse.
Empezó a azotarme y al principio era soportable, pero cada vez mi piel estaba más roja y escocida, y el dolor se hacía bastante insoportable. Me retorcía en el potro por el dolor, pero no podía hacer nada, estaba atada e inmovilizada. Cuando se cansó, tenía el culo muy dolorido, me desató y me echo una crema que algo me aliviaba.
J: Espero que no se vuelva a repetir puta, o el castigo será peor.
L: Sí amo.
Me llevó a la jaula y pude descansar un ratito, mientras él me observaba desde el sofá. Me despertó tirando de la correa y me metió al coche, conjunto a algunas cosas más. Condujo durante un rato, y llegamos a la playa, no sabía que estábamos tan cerca del mar. Me bajó y con una seña entendí que no debía levantarme, sino ir como la perra que soy, y no volvería a enfadar a mi amo.
Pusimos las toallas en una zona de la arena, bastante cerca del mar, y ahora que me fijaba ¡IBA DESNUDA!. Miré a mi alrededor, y para mi sorpresa la playa era nudista. Pose mi mirada sobre mi amo, que se río al ver mis reacciones. La gente pasaba y la verdad es que no nos hacían mucho caso.
J: A comer de nuevo perra.
Sin pensármelo dos veces, me metí su polla en la boca, la necesitaba, necesitaba demostrarle a mi amo, cuán arrepentida estaba de mi falta, no volvería a ocurrir. Me daba igual que nos estuviesen viendo, yo sólo quería cumplir su orden y disfrutar de ello, podía sentir como mi coño estaba encharcado. Mi amo me sacó la polla de mi boca, tirando de mi pelo, me dio la vuelta y me la metió de un duro golpe. Me había llegado a lo más profundo, arrancándome sonidos guturales de mi garganta, me estaba dando un placer enorme.
Me fijé en que había gente que nos miraba, y mientras yo no podía parar de saltar encima de su polla. Cuando uno se me acercó a intentar tocarme le gruñí como una perra que se molesta, y retiró la mano.
J: Ya lo has oído, no quiere que la toques, y yo tampoco, así que o miras o te largas.
L: Amo, permiso para correrme por favor.
L: Si puta.
Nos corrimos los dos a la vez, me rellenó desde lo más profundo, y caí rendida en la arena. Me quitó el collar y fuimos al agua a bañarnos. Las zonas azotadas escocían con la sal, pero pasamos un buen rato en la playa, y cenamos ahí mismo, mientras hablábamos de distintos temas.
J: ¿Eres feliz así?
L: Si Amo.
Me dio un beso, nos fuimos al coche y a casa. El día había sido intenso, y hoy me permitió poder dormir con él, ¿qué más podía pedir? Yo era completamente feliz, eso era lo que yo quería. Me volvió a colocar el collar y nos quedamos completamente dormidos.
Espero vuestros comentarios, que son los que me ayudan a seguir escribiendo, un beso.