Mi tia, yo y el padre 3

La noche con el padre Amaro y...

Me quede en la noche en la iglesia con el padre, fue memorable. A la mañana siguiente apenas podía andar. Empiezo por el principio.

Ambos cenábamos de bocadillos, le veo sentado en el sillón, con su lata y su bocadillo y me hace sentir una gran ternura, como os conté le pido que me aguante mi cena y me siento sobre su visiblemente erecta polla de nuevo, bajo lentamente mientras el contiene la respiración. Cojo de nuevo mi comida y muerdo el bocadillo mientras muevo lentamente las caderas, el con la mano libre cogido a mi cintura me insta a moverme sobre su polla.

-esto está mal pequeña demonio, pero es tan bueno, agradable y placentero que no puedo resistirme, por eso es pecado. Ahora lo entiendo, estar dentro de ti me da tanto placer que sería capaz de cualquier cosa por no dejar de sentirte.

-gracias por el cumplido padre, me encanta tener dentro su polla. Nunca he tenido nada comparable.

Terminamos de comer y dejo el papel, le doy el mío y lo pone junto al suyo. Me coge con ambas manos de la cintura y empieza a clavarme con más fuerza sobre su polla. Pasamos así muchos minutos en que mi cuerpo se contrae y siento pequeñas corrientes que recorren mi cuerpo, precediendo a un orgasmo, me gira y me quedo frente a él, me retira el pelo de la cara, besa mis labios, hunde su lengua en mi boca y juega con la mía.

-muévete puta, aprieta mi polla y córrete con ella bien adentro, me encanta sentir tu coñito contraerse.

Empecé un vaivén que ambos sabemos que me llevaría al final. Me agarra las tetitas entre sus manos y las soba.

-que rica estas, nunca había sentido nada parecido a follarte

Me corro en ese momento, le aprieto tanto la polla con mi coño, da un alarido y sale, por no correrse.

Me tira en la cama y caigo boca abajo, se pone a mi lado y empieza a lamer mi culo, a morderlo, yo jadeo

-vamos a la sacristía padre quiero que me folle allí, me da mucho morbo

Primero se niega, pero mi cuerpo, mis ojos y una buena chupada lo convencen, allí hay un sillón donde me arrodillo dándole la espalda y el sigue comiéndome el culito.

Que placer me da ese hombre, tiene una lengua prodigiosa que endurece y la pasa fuerte por la rajita de mi culo, provocando mil espasmos en mi coñito de rebote. Mis pezones durísimos se frotan en el respaldo del sillón dándome pequeños calambres.

Noto la cabeza de su polla en la entrada de mi culito, empujo sin piedad a pesar de saber el dolor que me causa esa gran polla, me destroza, me duele.

-te duele pequeña demonio?

-sí, mucho

-así me gusta más pequeña, aguanta pronto estaré dentro y luego te gustara. Relájate, respira despacio y nota como te abro, eres como mantequilla, no imaginas el placer que es penetrar en tus entrañas

Entra despacio y ambos notamos como mi estrecha cueva se adapta a su polla.

-padre siga, me mata de placer, le adoro, le quiero padre, siga

Estaba enardecida, enloquecida cuando empezó a moverse, entraba y salía despacito de mí abriéndome. Sabía que de un momento a otro incrementaría sus embestidas sé que le gusta ser brusco y así fue, entraba y salía de mi cuerpo como un poseso.

-voy a correrme muñequita en tu culito

-si padre, si

Apenas le molestaba la barriga, se apretaba fuerte metiéndomela hasta los huevos, cuando ambos oímos un ruido a nuestras espaldas, pude ver a otro cura por unos segundos parado en la puerta de la sacristía, el padre Amaro también le vio, pero con una súplica en sus ojos siguió empujando y llenándome de semen mientras yo también me corría, ninguno de los dos freno ese orgasmo devastador que me hizo perder el conocimiento unos minutos.

Cuando abrí los ojos, el padre Amaro me ponía en la frente un paño húmedo y el otro cura también me frotaba las muñecas, antes de hacerles saber que estaba bien les escuche hablar.

-lo siento padre Ángel pero no he podido resistirme, lo intente mil veces, pero me busco una y otra vez y es un demonio follando, una vez que la folle por primera vez estaba perdido.

-lo hacen a menudo?

-cada jueves, aunque es la primera vez que lo hago aquí en la sacristía.

-donde se lo ha hecho antes

Noto enseguida como ese cura tiene algo más que curiosidad, mi pobre padre Amaro sintiéndose culpable se lo cuenta todo, sin darse cuenta que el otro se está poniendo a cien.

En su casa, llevo unos meses yendo cada jueves, hoy no fui y vino ella al mediodía, yo estaba confesando a las feligresas, cuando llego su turno y la reconocí le pedí que se fuera, pero se metió conmigo y allí empezó, se metió mi polla en la boca y de nuevo estaba perdido. Me la folle allí.

-siga padre Amaro, cuéntemelo todo

El padre le cuenta todo y noto como el otro se está masturbando bajo la sotana, el padre Amaro también se da cuenta

-padre Ángel…

-lo siento padre Amaro tampoco yo puedo evitar excitarme, necesito follarme también a esa pequeña demonio, así si la pruebo podre entenderle mejor y perdonarle.

-claro padre

En ese momento me moví y el padre Amaro me presento al padre Ángel

-pequeña quiere probar tu cuerpo, puede?

-soy suya padre Amaro esta noche le regale mi cuerpo haga con él lo que quiera

Su polla se puso morcillona ante mis palabras. Pero el padre Ángel ya se subía la sotana se sacaba la polla del pantalón y abriéndome la frotaba en mi coñito irritado y mojado, de mi culito salía aun semen del padre Amaro, eso le calentó más, empujo su polla más delgada y corta que la del padre Amaro y empezó una lenta pero muy rica follada, totalmente diferente a las del padre Amaro.

Entró y salió de mi coñito muchas veces arrancando un par de orgasmos a mi cuerpo, el padre Amaro se acercó y beso mi boca, que bien besaba ese condenado hombre.

-te gusta cómo te folla el padre Ángel?

-si

-mira como goza en tu coñito, lo tienes apunto, apriétale la polla como haces con la mía, pequeño demonio, haz que te llene de semen.

Hago caso y aprieto los músculos de mi vagina, el padre Ángel gime y jadea y noto como su cuerpo delgado se contrae por completo justo antes de notar su descarga, gran cantidad de semen llena mi coñito y escurre no puedo acaparar todo lo que ese hombre descarga en mi interior.

-no me extraña Amaro que esta golfilla te tenga loco, folla como los ángeles. Que placer.

Se limpia un poco y yo quedo tendida en el sofá, con mis agüeritos llenos de semen y saciada, ellos hablan entre ellos mientras yo me relajo un poco, se han arreglado las ropas ya.

-venía a traerte unos dulces que me trajeron, esperaba pasar un rato de charla y mira con lo que me encuentro. Desde luego no es una queja, además después de probar te aseguro que te comprendo, esto es un pecado por el que creo que vale la pena pagar.

-me tiene loco –oigo que dice el padre Amaro que cree que duermo de nuevo-

Se sientan a la mesa y me tapan con una mantita, el padre le cuenta lo de mi tía, todos los días que nos vimos y decido dar señales de vida en ese momento. Me incorporo y ambos me miran con una sonrisa.

-cómo estás? –Preguntan al unísono-

-bien, cansada pero bien

-le he contado lo nuestro, somos amigos desde siempre

Miro a esos dos viejos curas y me excito de nuevo, quiero aprovechar bien la noche, me levanto y levantando la sotana del padre Ángel, bajo la cremallera de su pantalón y su polla salta de su pantalón.

El se deja hacer, mientras el padre Amaro nos mira y le dice:

-ahora veras como tengo razón, ya verás como la chupa.

Empiezo por la cabeza, la chupo, la succiono y jugueteo con ella y mis dientes flojo, luego la dejo resbalar entre mis labios y me la voy tragando, hasta el final, esa me cabe entera, muevo la cabeza succionando. Esta durísima y de nuevo esta dispuesto a darme mal placer.

-que bien lo haces pequeña, si trágatela entera. Qué razón tenías compañero.

La dejo salir de mi boca y la meneo con una mano, mientras con la otra subo la sotana de mi cura favorito, saco mi polla favorita y alterno entre esas dos bendiciones todas para mí.

Estoy excitadísima y poniéndome en pie, me acerco a mi padre favorito y abriendo mis piernas le doy la espalda cojo su gran polla y la pongo en la entrada, él se coge a mis tetitas y tira de mi hacia abajo empalando mi coñito en esa estaca ya. Me muevo, giro las caderas y él pone mis piernas sobre sus muslos, me abre bien y le dice al padre Ángel:

-lamela, veras que rica esta

Aun tengo su semen dentro, pero el viejo cura se arrodilla y empieza a lamerme; esa lengua y esa polla me están quitando el sentido. Mi curita ya jadea a mi espalda, pellizca duro mis pezones enloqueciéndome.

-así preciosa, me encanta saber lo mucho que te gusta mi polla, te chupa bien mi amigo?

-si

-padre Ángel, le haga sitio en su vagina, lo intentamos?

Me asusto un poco, las manazas de mi cura me agarran los muslos y el otro ya de pie y con la polla en la mano, la coloca en la entrada y empuja despacio su cabecita.

-quieta mi niña, no quiero hacerte daño, mi amigo cabe ya verás cómo tu coñito se adapta.

Ya tenía media polla dentro y noto mi vulvita a reventar, la mete del todo y empiezan ambos a moverse, yo aprisiono entre esos dos curas que taladraban mi coño.

-putita ves cómo te caben?, el tenerla lleno de su semen nos ha ayudado y a mi particularmente me ha excitado mucho chapotear en otro semen.

Me siguen follando al unísono y yo grito ni se cuántos orgasmos, hasta que me liberan.

Se sienta el padre Ángel y el padre Amaro me ayuda a sentarme sobre su polla, me la meto en mi culo, bien abierto y lubricado por mi curita, esa polla entra muy bien y empiezo a moverme, el padre Ángel resopla, jadea y gime, yo me echo hacia adelante y como tanto le gusta al padre Amaro le meto un dedito en el culo al padre Ángel, este se sorprende y se pone rígido, le aprieto la polla y me muevo hasta que se relaja al placer que siente.

-sigue bruja no pares

Y no paro hasta que se corrió mezclando en mi culo su semen y el del padre Amaro. Otra vez una gran cantidad de semen sale de él, la saca y ambos miran como mi culito chorreaba semen. Se la chupo a mi curita hasta que este también se corre.

-pequeña demonio mira lo que haces con nosotros

Nos vamos a la habitación del cura y los tres desnudos nos dormimos agotados.

El padre Amaro se duerme pensando que se esta poniendo al dia, recuperando el tiempo sin sexo, en unas semanas se ha corrido mas veces que en toda su larga vida.