Mi Tía. Origen de una pasión (3): Mi prima

La relación con mi tía va cada día mejor. Todo comienza a complicarse, para bien, con la entrada en escena de mi prima.

Hace solo tres semanas que volví a tener relación con mi tía Carmen, la mujer que me inició de adolescente en el sexo, haciéndome una mamada que marco mi vida para siempre. He vuelto a contactar tras 20 años sin tener ningún contacto, aunque la he recordado muchas veces, sobre todo en las innumerables veces que me he masturbado con su recuerdo, anhelando agarra sus enormes tetas, con la que masturbó mi polla de adolescente hasta extraer la ultima gota de leche.

La verdad es que tras estos años de ausencia, hemos cogido con verdaderas ganas nuestra relación, dado que no pasa día que, al menos, la visite una vez, ya sea para echarla un polvo en condiciones si tengo tiempo, ya sea para que me haga una estupenda mamada. Si no tengo tiempo suficiente para follarla como merece y solo puedo dedicarla 20 o 25 minutos, es un placer ver cómo se la mete en la boca como una posesa y como me la estruja entre sus enormes tetas. Así, he podido comprobar que indudablemente mí tía hace unas mamadas de fábula, con la experiencia de una profesional y la pasión de un adolescente. Solo mi mujer sabe darme tanto placer como mí tía usando la boca, pero, desgraciadamente, no tiene las enormes tetas de Carmen y eso es un dato muy importante. Gema, mi mujer, es una hembra impresionante, que se quisiera follar todo hombre que la conoce y aunque sus tetas son estupendas, firmes y redondas, de una talla 85, quedan muy lejos de las tetas de mí tía, de una talla 110 o 115. Me he vuelto adicto a las enormes tetas de mí tía, dotadas de grandes pezones y de una firmeza impropia de su edad, como yo la digo “consecuencia de lo poco que se las han estrujado a lo largo de su vida”. Ella sabe que estos servicios unilaterales se los compensaré con creces cuando venga con tiempo y que no pararé de metérsela hasta satisfacerla completamente, hasta que suplique que pare de follarla por cada uno de sus agujeros.

Debo reconocer que también aprovecho mis visitas a mi tía para ver a mi prima Silvia, su hija menor, una belleza de 18 años, parecida a su madre, con otro increíble par de tetas que están pidiendo a gritos un buen regado de leche blanca; aparentemente no son aún tan enormes como las de su madre, pero estoy seguro que seguirán creciendo y acabarán siendo, al menos, iguales a las de mí tía. Me pone muchísimo mi prima, aunque es complicado atacarla porque es una niña algo tímida y retraída, producto seguramente de lo que le hizo su padre durante mucho tiempo, cuando el muy cabrón abusaba de ella cada noche.

Al principio, Carmen y yo guardábamos más discreción, pero ahora nos lo tomamos con mucha mayor ligereza, porque Silvia ya sabe lo de nuestra relación, así que “se hace la tonta” cuando la abandonamos en el salón y nos recluimos en la habitación de matrimonio para “repasar temas de la oposición que está estudiando su madre” ………. La Verdad es que excita mucho poner mi tía a cuatro patas y metérsela una y otra vez por su culo, hasta hacerla gritar como una perra descontrolada, sabiendo, como sabemos ambos, que su hija se está enterando de todo, sin ninguna duda de como monto a la perra de su madre hasta que no puedo más y la suelto toda mi leche sobre esas maravillosas tetas. Esa tarde el polvo ha sido muy intenso, así que nos quedamos un rato en la cama, recuperando el aliento. Mientras se enciende un cigarro y me lo pasa, la pregunto:

  • ¿No te importa que Silvia sepa que no estás estudiando la oposición?
  • Claro que me importa …… o mejor dicho me importaba, porque el otro día fue ella la que me saco el tema.
  • ¿Como que te saco el tema? ¿El tema de lo nuestro ………?
  • Si, claro. Me dijo muy seria, “mamá deja de contarme el cuento de la oposición que estás preparando con el primo Jose; anda que no hacéis ruido cuando estáis en la habitación …… No sabía ni que contestarla, así que simplemente me limite a asentir con la cabeza …… y decirla “Pensé que no te daría cuenta de nada y me daba vergüenza reconocer que tengo una relación con tu primo.
  • ¿Qué te dijo? -pregunto, cada vez más excitado con la perspectiva, no teniendo más remedio girarme en la cama y ponerme boca abajo, para que no se percate de que mi polla vuelve a tensarse …………….  y que lo hace pensando en su hija.
  • ¿Que “que” me dijo? Que como para no enterarse con los gritos que doy cuando estoy contigo.
  • Ja, ja, ja, si es que eres una escandalosa – la digo, acariciándola el coño, todavía húmedo de la anterior follada- así que tu hija te dio un corte de primera división.
  • ¿Corte? Me dieron ganas de meterme en un agujero cuando luego me pregunto muy seria: Mamá, ¿Cómo la tiene el primo Jose? ¿La tiene muy grande? ¿Lo hace bien? ¿Te gusta mucho? Ummmmmm, me estas poniendo cachonda otra vez -añade, relajándose en la cama para facilitar mis caricias- Mi hija está fatal, tiene un complejo increíble, una extraña relación con el sexo por culpa del hijo puta de su padre, aggggggggggggg ………….. y todo ello la afecta en su vida social y familiarrrrrrrrrrr, que bien lo haces cabrón, que bien – me dice, sintiendo como la meto dos dedos bien dentro de su sexo.
  • Me estás poniendo cachondo nena -contesto, rotando mis dedos dentro de su coño, hasta hacerla estremecerse cada vez más violentamente.
  • Me encanta, me encanta …………. Pues ponte muy cachondo, porque lo que me ha dicho Silvia es que le encantaría hacerlo contigo ………………. Casi la parto la cara.
  • Carmen, no quiero darle vueltas al tema, la digo a bocajarro, mientras entierro la cabeza entre sus muslos y comienzo a devorar su coño- tú me gustas muchísimo, pero no puedo negar que me gustaría acostarme con tu hija. Creo a ella le va a venir muy bien para olvidarse de lo que le hacía su padre y a ti también cuando vuelvas a ver sonreír a tu hija …… y a mí no te digo si me doy el lujo de follarme a dos mujeres como vosotras ………….
  • Eres un cabrón ……. protesta mientras la penetró con fuerza- quieres follarte a mi niña ……… Aggggggggggggggggggggggggg
  • Por supuesto que lo soy. No pienso desaprovechar la oportunidad de follarme a dos pedazo hembras como vosotras …….. Toma cabrona, toma, te voy a dar lo tuyo otra vez …. Ahhhhhh, que gusto me das, que gusto ………
  • Si, si, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, fóllame, fóllame …………

Mientras se visten después del sexo, la conversación vuelve, como no podía ser de otra forma, por los mismos derroteros, aunque Jose detecta, desde el primer momento, que ha ganado la batalla antes de empezarla.

  • Silvia, tienen cuerpo de mujer ……. pero es una niña. Una niña además que ha sufrido mucho, así que no sé cómo reaccionaría si lo intentas con ella.
  • No lo sé Carmen, pero lo que sí puedo asegurarte es que, si alguien puede hacerla volver a la normalidad, ese soy yo. No te engañes, no soy una ONG y si te propongo esto es porque tu hija es un pedazo mujer de infarto que me follaría 100 de 100 veces. Ahora bien, si además logro que olvide lo que le hizo su padre, la recupero para la vida social y, de remate, te quito a ti una preocupación y un problema …… ¿Qué hay de malo en todo ello?
  • No lo sé, que es mi niña ………… ¿Te parece una buena razón?
  • Tranquila Carmen, tranquila ……. déjame hacer a mí. Cuéntaselo tu. Puedes decirle que me gusta mucho y que esta tarde voy a venir a “hablar con ella”. Que tú, como madre, no pones objeción, aunque eso sí, ya se lo puedes ir diciendo desde ahora, que no pienso cambiarte por ella. O las dos …….. o solo tu.

Esa tarde, conforme a lo hablado, estoy en la puerta de la casa de Carmen, esperando que den las siete en punto para llamar al portero automático. Carmen me ha llamado hace un rato y me ha dicho que todo está ok, que Silvia está conforme y que desea hacerlo conmigo. Solo me pide que sea delicado con ella, porque a veces soy un poco duro en la cama (me encanta azotarla su enorme culo, mientras la follo a cuatro patas o morderla sus grandes pezones mientras se los masajeo; será más duro de lo que han otros hombres con sus mujeres -pienso, poniéndome cachondo con el pensamiento-, pero bien que Carmen goza con este trato). Afortunadamente -pienso- Carmen me ha dejado muy satisfecho esta mañana, así que seguramente podré controlar la enorme excitación que me produce mi prima y no la follaré como un animal, que es lo que me pide el cuerpo.

  • Silvia abre, soy Jose.
  • Voy primo.

Cuando me abre la puerta de casa, veo que se ha preparado para la ocasión, pues, lejos de recibirme con su uniforme del colegio, como es habitual, se ha puesto un amplio vestido muy suelto, que no puede impedir que resalten sus formas y sobre todo ese par de tetas algo más pequeñas que las de su madre (pero muy poco), aunque mucho menos caídas.

  • Hola preciosa.
  • Hola primo.

Llevo toda la tarde pensando en cómo abordar la cuestión y en cómo, sin asustarla, lograr llevarla a la cama y ahora resulta que todo es más fácil de lo esperado, concluyo mientras juntamos nuestras bocas en un beso de bienvenida, que suave y cariñoso, de inicio, se va convirtiendo paulatinamente en apasionado, amoroso, muy sexual…….. sin dejar nada a la duda, pues está claro que la niña sabe a qué vengo y me quiere demostrar desde el minuto uno que está deseando dármelo. Noto su impericia en el beso, en que no sabe qué hacer con las manos o en como tiembla cuando bajo las mías por su espalda hasta posarlas en su culo, que noto grande y duro como una roca bajo el vestido.

  • Tranquila nena, tranquila ….. no hay que correr, tenemos mucho tiempo y quiero que lo disfrutes -la digo, cogiéndola de la mano y llevándola hacia el dormitorio.
  • Estoy tranquila- me dice, con su voz suave- sé que todo va a ir bien.
  • Mejor que bien, la contesto, mientras, al llegar a la habitación, vuelvo a besarla con suavidad, metiendo mi lengua en su boca, hasta encontrar la suya que, algo retraída, sin acabar de salir al encuentro de la mía.

Me demoro un poco en el beso, aprovechando para suavemente recorrer su espalda con mis manos, sintiendo la presión de sus enormes tetas contra mi pecho, duras como rocas, clavándome sus pezones a través de la camisa. Tras este preámbulo, bajo la cremallera del vestido y lentamente se lo bajo su vestido hasta echarlo sobre el suelo. Lleva ropa interior de color blanco, de encaje, que, a duras penas, lograr contener ese maravilloso par de tetas, así como la opulencia de sus caderas, solo retenidas por el tanga. Es imposible pensar en ella como en una niña, porque tendrá solo 18 años, pero ese cuerpazo es de una hembra hecha y derecha, un pedazo de mujer que haría feliz a cualquier hombre.

La suelto el sujetador, por detrás, contendiéndome las ganas de arrancárselo y suavemente la echo sobre la cama, sin dejar en ningún momento de besarla y agarrando con pasión, pero sin excesiva fuerza, su potente culo, duro como una roca …….. Estoy deseando metérsela -pienso, notando como mi polla está enorme, dura como una barra de acero, sabiendo que ella, además, siente como la presiona esa barra en su tripa …….. pero no quiero asustarla, así que mejor ir poco a poco, sin prisas ¡Ya habrá tiempo de cabalgarla como merece! Por eso me tomo más tiempo del habitual en besarla, en acariciar sus caderas, su tripa, el inicio de sus tetas, hasta que deslizo su sujetador completamente, apoderándome con mis manos de sus enormes tetas, dos montañas de carne similares a las de su madre -¡Y yo que pensaba que eran algo más pequeñas!, ¡que equivocado estaba!- Son dos auténticas ubres, dotadas de enormes pezones color rosa  palo, todavía a medio formar, por lo que conservan la forma de pera original, donde los “chupitos” aún no están completamente rematados ……

  • Son preciosas nena, realmente preciosas – la digo, mientras poso mi boca sobre uno de ellos y lo beso con suavidad, sintiendo como se endurece inmediatamente en mi boca y como va poco a poco perfilándose el inicio de un “pitón”, que seguramente, con el paso de los años, se convertirá en un pezón como un pulgar de gordo.
  • Ummmmmm, gime mi prima, sintiendo como voy absorbiendo alternativamente sus pezones, mientras mis manos “amasan” con cariño sus enormes tetas, gemidos que se hacen más intensos cuando mi mano se introduce bajo su tanga y comienza a oprimir, sin llegar a entrar, los labios de su coño, que recibe a mis dedos caliente y húmedo- agggggggg, ahhhhhhhh, ahhhhhh.

Por fin, la bajo el tanga, dejándola completamente desnuda y rápidamente vuelvo a acariciar su coño palpitante e hinchado, pero esta vez dejo que los dedos vayan entrando suavemente en su estrecho conducto, como el cuchillo entra en una tarta de crema, recién horneada, todavía caliente …. y muy sabrosa -pienso cuando mis labios se sitúan sobre su sexo y comienzo a chupárselo, notando como parece derretirse y como se estremece, agitando sus tetas, cada vez con más fuerza- Su estremecimiento cada vez es más intenso, así que, alzando mi cuerpo hacia ella, vuelvo a meterme una de sus tetas en la boca, mientras, agarrándome la polla con una mano, la enfilo hacia su coño y sin detenerme en ningún momento la penetro con suavidad, pero con firmeza.

  • Diossssssss, se estremece, mientras nota como mi tranca, gorda como nunca ha estado, penetra en su coño, haciéndolo suyo, …………………..
  • Ummmmmmm, gimo mientras comienzo a bombearla con suavidad, moviendo lentamente mis caderas hacia delante y hacia tras, mientras mi boca pasa de sus pezones a su boca y vuelta a los pezones, cada vez más gordos e inflamados.

Poco a poco voy aumentando el ritmo de mis embestidas, haciéndolas más fuertes y firmes, al rimo de sus jadeos y gemidos cada vez más intensos. Cuando me agarra con sus piernas la cintura, queriendo retenerme, se, por experiencia, que su primer orgasmo está cerca y que será tremendo …….. como así es. La corrida es impresionante, haciendo que su cuerpo, al combarse, levante el mío de la cama. No sé si logró correrse alguna vez cuando la follaba su padre, pero conmigo está gozando a lo bestia, como si fuera la primera vez que la folla un hombre:

  • Agggggggggggg, es bestial, siiiiiiiiiiiii ….. Ahhhhhhhh
  • ¿Te gusta nena?, ¿te gusta? -la pregunto, sabiendo la respuesta de antemano, mientras ralentizo un poco mis embestidas, para dejarla recuperarse y que se vaya acostumbrando a lo que se le viene encima.
  • Si, siiiiiii, me encanta, me encanta …… me estás volviendo loca. ¡No pares por favor! ¡No pares! Sigue así, sigue así …………………………..

La hago correrse un par de veces más y luego, sin previo aviso, se la saco, la giro el cuerpo y la pongo a cuatro patas. Tras juguetear un poco con mi polla en la entrada de su coño palpitante, la penetro hasta chocar mis huevos contra su “frontón”, donde empiezan a chocar al ritmo de mis embestidas, cada vez más fuertes y rápidas. Ya es hora de empezar a follar a esta yegua como merece -pienso, muy excitado, viendo como mi polla entra y sale de su coño, mientras mis manos agarran su fuerte trasero. Ya no estoy follando a una niña, ya estoy follando a una mujer increíble a la que monto con fuerza, penetrándola con vigor, mientras veo en el espejo reflejado como se agitan sus enormes tetas, que chocan entre si enloquecidas mientras mi prima no puede parar de correrse:

  • Sigue, sigue así …… me encanta, me encanta, siiiiiiiiiiii
  • Eres fantástica prima. Me estás dando mucho placer …………… NI de coña voy a parar de follarte, voy a montarte hasta que no puedas más y me supliques que pare, que no puedes disfrutar más …..
  • Si, si, siiiiiiiiiii ……………………….

La follo un buen rato, cambiando de postura cuando lo deseo. Silvia está deseando gozar del sexo y se muestra como una alumna interesada, ávida de aprender, por lo que no pone ningún reparto cuando me la siento encima y la hago cabalgar sobre mi polla, mientras disfruto de su maravillosas tetas contra mi cara:

  • Baila nena, baila – la digo, animándola a “bailar” sobre ese delicioso asiento.

Es increíble cómo me está haciendo gozar con el vaivén de sus caderas, logrando llevarme muy cerca de mi corrida, así que, buscando algo de respiro, la vuelvo a poner cuatro patas y, a golpe de cadera, la obligo a caer sobre la cama, sobre sus enormes tetas que actúan a modo de almohada, donde la follo sin misericordia mientras grita enloquecida. Finalmente, cuando no puede más, cuando suplica que la deja descansar y que está a punto de morir, se la saco y, metiéndola entre las tetas, comienzo a hacerme una maravillosa cubana, apretando sus ubres en torno a mi tranca:

  • Eres maravillosa amor, maravillosa ……. Ummmmmmm, que gusto em das, que gusto -añado, dejando que sea ella la que me siga haciendo la cubana, sin necesidad de usar yo mis manos.
  • Ummmmmmm, te gusta amor, te gusta – me pregunta, deseando satisfacerme- ¿Te gustan las tetas de tu nena?
  • Si cariño, si ….. son maravillosas. Anda, enséñame que sabes hacer con esa boquita preciosa, que estoy deseando ver como tu boca se traga este pedazo polla -dijo, echando mi cuerpo hacia delante hasta llegar su boca, que se abre sin reparo alguno, engullendo parte de mi pene, que comienza a chupar como si fuera un caramelo.

La dejo que me lo haga sin más instrucciones. No tiene práctica ni pericia, pero si ánimo para repartir, así que, pese a que es de las peores mamadas que me han hecho en mucho tiempo, logra excitarme y que sienta como la leche fluye por salir de mis huevos, así que la saco de su boca, la coloco nuevamente entre sus tetas y la ordeno:

  • Sácame toda la leche amor …………………… Ordéñame con esas maravillosas tetas que tienes.
  • Siiiii – me contesta, muy excitada, apretando mi polla entre sus tetas e iniciando un vaivén con ellas, masturbándome con esas dos maravillosas montañas de carne.
  • Así mi amor, así – jadeo, cada vez más excitado, porque, aunque la impericia de Silvia es evidente, la materia prima es tan fantástica que nadie podría resistirse- ¡Eres maravillosa!!!!!
  • ¿Te gusta? ¿Te gusta? – me pregunta la niña, excitada ante el placer que me está dando.
  • Siiiiiiiiiiiiiiiiii -contesto, mientras un trallazo de semen sale de mi polla y cae sobre sus labios, al que seguirán otros cuantos, cubriendo su boca, su cuello, para los últimos, menos fuertes, derramarse entre sus tetas y sobre sus pezones.

No la dejo respirar, así que la doy un beso apasionado, juntando mi lengua con la suya, sintiendo como mi semen se entremezcla con nuestra saliva. No me importa, quiero que se sienta bien y que comience a ver el semen como algo normal en nuestra relación, porque, estoy seguro de ello, en un futuro la voy a hacer tragar mucha leche mía.

Nos duchamos juntos, acariciándonos bajo la ducha, hasta que todo resto de semen desaparece de nuestro cuerpo. Se sitúa en mi espalda y me abraza por detrás, rotando sus tetas contra mí, mientras me agarra mi polla con su mano y vuelve a masturbarme; soy consciente que la voy a volver a follar en la ducha y que esta vez voy a darla más fuerte. Voy a metérsela por detrás, apoyándola contra la pared de la ducha, mientras masajeo sus enormes ubres y la voy a follar como una yegua así merece, con fuerza, comenzando a enseñarla quien manda aquí, quien es el amo y quien la perra.

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