Mi Tía nos invita a su casa
Llegamos a la mañana, mi tía nos recibió muy alegre, estaba encantada con Ale, me felicitó por tener una novia bien hembra según sus palabras, yo sonreía al comprobar que la primera parte del plan había funcionado.
Pido a mis queridos lectores que lean los anteriores relatos para acabar de comprender totalmente esta nueva vivencia con la yegua de mi Tía.
Hace poco recibí una llamada de ella en la que me invitaba a su casa, hacía poco que se había mudado y me insistió en que fuera a visitarla y que por supuesto podía llevar la compañía que quisiera ya que ponía a disposición mía una suite para disfrutar de esos días, la idea me excitó y a partir de ese momento me puse a idear mis "Vacaciones". Llamé a Ale por teléfono, una amiga "trans" muy femenina pero con una pija espectacular, yo hacía mucho tiempo que quería culearme a Ale pero nunca se había dado la oportunidad. Ale aceptó de mil amores a acompañarme, le dije que se tenía que hacer pasar por mi novia, por supuesto.
Preparamos todo, y salimos rumbo al morbo y el placer.
Llegamos a la mañana, mi tía nos recibió muy alegre, estaba encantada con Ale, me felicitó por "tener una novia bien hembra" según sus palabras, yo sonreía al comprobar que la primera parte del plan había funcionado.
Nos acomodamos en la suite y bajamos para almorzar, mi tía lucía exuberante, llevaba un vestidito blanco apretado y corto, sin ropa interior y calzaba unos tacones de yegua puta. Ale bajó descalza con un vestidito corto negro y también según mi consejo- sin nada debajo. Cuando se vieron se abrazaron y rieron por los colores que llevaban, era precioso ver a las dos putitas abrazadas y yo empezaba a sentirme realmente excitado. Bajé con un bóxer argumentando que tenía mucho calor y nos dispusimos a almorzar.
Noté que se gustaban y la idea de follarme a las dos me obsesionaba.
Comimos tranquilamente, y después del postre fumamos y tomamos café. Ale se sentó encima mío y mientras charlábamos amasaba mi verga con su culo moreno. Yo levanté un poco su vestido y acariciaba sus nalgas duras, la hija de puta de mi tía se daba cuenta de todo pero disimulaba como la puta que siempre había sido. Luego de un rato se puso a ordenar la cocina y se agachaba dejándonos ver su concha húmeda y depilada. Ale estaba muy caliente y me susurró que quería darle duro a mi querida tía, yo sonreía mientras le acariciaba los huevos
La anftriona nos recomendó que nos acostáramos un rato para después estar un rato en la piscina, accedimos y subimos a la suite. Nos desnudamos y nos acostamos, los dos nos habíamos quedado muy calientes con todo lo que nos esperaba, pero decidimos no hacer nada aún, sólo queríamos excitarnos más hasta que llegara el momento de explotar de lujuria, así que acordamos con Ale mamarnos la verga un rato pero sin llegar a corrernos, así que hicimos un 69 precioso un rato, permanecimos con la verga del otro en la boca, humectándola, casi sin movernos, saboreando esos jugos ardientes hasta quedarnos dormidos.
Bajamos a la piscina, Ale bajó con un tanga diminuto negro y en topless y yo bajé desnudo como solía hacerlo siempre, mi tía nos esperaba en una reposera totalmente desnuda y boca abajo. Su culo brillaba con la crema bronceadora, Ale no podía creer semejante espectáculo su pene casi no cabía en el tanga, para disimular decidió darse un chapuzón. Al salir le pidió a mi Tía que le pasara crema por la espalda, yo me senté a disfutar del espectáculo mientras fumaba plácidamente, disimulando abrí un periódico y oculté mi rostro y mi rabo
Ellas entendieron que de esa manera podrían hacer cositas sin que yo me diera cuenta.
Mi tía masajeaba la espalda de Ale suavemente, poco a poco fue bajando hasta su culo y cada vez lo hacía con más fuerza. Bajó su tanga para no mancharlo, según sus palabras- y con el dedo corazón empezó a trabajar en el agujero de Ale, mientras ésta fumaba y disimulaba. Poco a poco el ano de mi "novia" estaba dilatado y preparado para una buena embestida. Al notar mi tía que ese culo estaba desesperado le recomendó a Ale que se diera un chapuzón que -quizás "tu novio" quiera acompañarte -
Así lo hizo, se metió en la piscina y apoyó los brazos en el borde mirando hacia mi tía, permanecía de pie, yo entré disimulando y me acerqué a ella, mientras charlábamos los tres de bueyes perdidos... Al cabo de un rato Ale bajo su tanga dejando ese orto al descubierto, yo introduje mi nabo hinchado en su culo, y poco a poco fui empujando hasta que llegué a estar todo adentro, mi tía disimulaba fumando y charlando como si nada estuviera pasando, la realidad era que me estaba culeando a Ale enfrente de ella, era una situación tremendamente morbosa. La voz de Ale se quebraba a veces, cuando yo la bombeaba lentamente, y mi Tía sonreía y seguía dándole charla, quería oír a la putita de mi "novia" mientras le metía la barra de carne hasta el fondo. Así seguí dándole duro hasta llenarle de leche el culito, en el mismo momento que me estaba corriendo mi tía se acercó y cogiéndome de la nuca me pidió susurrando si no les preparaba un batido de plátano. Yo apenas pude responder entre gemidos que sí, que lo haría de mil amores.
Al ir hacia la cocina, ví como mi tía invitaba a salir a Ale del agua, y poniéndola en cuatro patas bebía la leche que yo había derramado en su ano. No podía creer que fuera tan puta.
Después de semejante espectáculo pensaba que ya nada podía superarlo, pero me estaba equivocando. Les llevé los batidos y nuevamente me fui hacia la cocina ya que sentía curiosidad por lo que harían mis dos putitas, efectivamente la tarde aún no había terminado. Mi tía había descubierto la enorme verga de Ale y no iba a deja pasar ese trozo sin disfrutarlo, así que mientras bebían el batido de leche y plátano, le comentó a Ale que estaba bueno pero que a ella le gustaba con más leche. Ale sin dudar le dijo que podía ayudarla y que si quería le podía traer más leche de la cocina, mi tía le dijo que no hacía falta que fuera tan lejos, que podían conseguir lechita fresca sin casi moverse. Se acercó poco a poco a su vientre, y empezó a lamerle los huevos desesperadamente, estaba completamente depilada y los huevos brillaban al mojarse con la baba de la puta de mi Tía, mientras saboreaba sus bolas, con su mano pajeaba ese enorme trozo lentamente. En poco tiempo Ale estaba a punto de explotar, en ese momento dejó de pajearla y solamente siguió lamiendo sus bolas, mientras acercaba el vaso a la punta de la pija, así poco a poco la leche caliente fue saliendo a borbotones y cayendo dentro del recipiente al acabar me llamaron y me invitaron a tomarme el batido, yo lo hice sin rechistar.
Esa es mi tía y así la recuerdo en aquellos días de verano.