Mi tía Maite 3 Final

Una vez que eliminado el amante de mi tía y de su amiga, mi siguiente objetivo es follarme a la amiga, y para ello cuento con la complicidad de Maite, es más consigo en mi primera visita a María que mi tía se sume a la fiesta. acabo teniendo a las dos cuerpos a mi disposición

A la mañana siguiente me levanté pensando en lo que mi tía me había dicho, María le  había llamado reclamando mis servicios, su rodilla había ido a peor.

Maite me puso el desayuno como cada mañana pero lo que me hizo sospechar que algo estaba tramando fue que, en contra de lo que en ella era habitual, no se dedicó a encenderme, me enseñó las tetas pero solo fugazmente y ello por que con los escotes que usaba era casi imposible no enseñármelas, y cuando le eché mano a los muslos me dijo:

Cariño hoy tengo un millón de cosas que hacer así que no puedo entretenerme.

Nunca hasta ese momento Maite se había resistido a que mi mano jugara con su entrepierna, es más, tan pronto como notaba mi mano ascender se ahuecaba para facilitar mi maniobra.

Teniendo una idea de lo que pasaba cambié de ubicación mis manos y las dediqué a acariciar sus nalgas. La verdad es que aquellos dos cerros de carne me volvían loco. Estando yo sentado y ella de pie y con sus nalgas sujetas por mis manos la acerqué contra mi mientras le pedía:

Súbete el camisón que quiero volver a verte el chocho depilado.

No se hizo de rogar, sujetó el borde de su falda y con lentitud, recreándose en la maniobra, fue subiéndolo lentamente hasta dejarlo delante de mis narices.

Pienso que la situación debió encender algún resorte de la lívido de Maite y la consecuencia fue que me dijo:

Te voy a dar el capricho, pero deja que sea yo quien elija que hacer.

Retiró rápidamente los restos de mi desayuno, dejó la mesa limpia y se sentó en ella. Donde hacía unos minutos había estado el café y las tostadas ahora tenía a mi tía con los muslos abiertos ofreciéndome sus carnes.

Dame un poquito de lengua que quiero saber si el depilarme el coño, con lo que me ha dolido, de verdad sirve para darnos más gusto a los dos.

Mientras me hablaba hizo algo que ya le había visto hacer, su mano se dirigió a su monte de Venus y tiró hacia arriba de él para dejarme el acceso a su clítoris más fácil.

Hoy no te voy a dar placer, hoy me lo vas a dar tu a mí. Cómeme.

Empecé por darle una lengüetada ancha que empezó en su ano y terminó contra su clítoris. Ella me lo agradeció con un gemido profundo.

Cómo me sientes, mi vida, yo he sentido tu lengua muy ricoy muy adentro, sigue igual que me estás dando mucho gusto. Me vuelve loca sentir tu lengua en mi culo, sigue por dios sigue.

El sexo de mi tía había empezado a inundarse, yo disfrutaba saboreando los jugos que producía. Un sabor delicioso y que era la prueba irrefutable del grado de cachondez en el que la tenía.

Dejé su culo para concentrarme en aquella fuente, gozando de su sabor. En un momento me retiré un poco, lo suficiente para ver el chocho de Maite inundado de un liquido blanco que me pareció idéntico al semen.

Estás encharcada, cochina.

Es que tu lengua me pone muy cachonda y me excita mucho. Y cuando estoy muy cachonda me sale mucho flujo.

Para confirmar la idea que bullía en mi cabeza le dije:

Quédate así que te voy a follar.

No, no, sígueme dando lengua que me estás matando de gusto, no pares de darme con tu lengua.

Era la primera vez que estando yo metido entre sus muslos me pidió que no la penetrara. Para mi estuvo claro: no quería gastar mis energías porque quería que me follara a su amiga, pero al mismo tiempo no podía renunciar a su dosis de placer.

Con la idea ya clara decidí probar una novedad, embadurne mis dedos en sus propios jugos y con ellos busqué su ano. Los dos primeros entraron con suavidad, me dio la impresión que bastaba con tocarle para que se abriera completamente. Le gustó lo que hice:

Como te gusta mi culo, empiezo a pensar que tu en realidad eres maricón, no puedes pasar sin dedicarle atención. Sigue dándome lengua y acariciándome el culo que me estás dando mucho gusto.

Pensé en meterle un tercer dedo pero eso me habría restado capacidad de maniobra así que mientras mi lengua se dedicaba en exclusiva a su clítoris, jugué con mis dedos presionando aquí y allá.Era obvio que estaba consiguiendo lo que me proponía. Maite empezó a gemir y a anunciarme que se iba a venir.

Me tienes muy cachonda y me vas a hacer venirme, en esta ocasión en vez de decir lo que siempre me había dicho: me voy a correr, cambió de expresión y me dijo: me voy a venir, y no una sino cien veces:

Me voy a venir, me voy a venir, me voy a venir, sigue que me voy a venir.

Su orgasmo lo acompañó con un gemido largo, un gemido animal, de hembra satisfecha mientras sus muslos que tenía apoyados en mis hombros, se desplomaban contra la mesa.

Me has dado mucho placer, he sentido muy rico tu lengua en mi coño, lo he sentido más dentro que nunca. Y me has hecho correrme como una perra, cuando me estaba corriendo he tenido la sensación de que se me iba la cabeza y que me iba a desmayar.

Para confirmar mis sospechas le dije: quiero que ahora me mames la polla.

Su respuesta fue inmediata: es lo que me gustaría hacer pero como te he dicho tengo mucha prisa, pídemelo después de comer y te la como entera. Es más si quieres te doy mi culo.

Si alguna duda yo tenía Maite se delató al decirme: No se te olvide llamar a María, no me hagas quedar mal.

Corté por lo sano.

Maite tu das por hecho que voy a ir a casa de María y lo que vamos es a follar, por qué.

María es como si fuera mi hermana, nos contamos todo, ella me ha contado que su marido tiene una amante desde hace años a la que le ha puesto una casa y con la que tiene un niño, a María no la pone una mano encima desde hace años. Ella también ha tenido un amante, pero ya no lo tiene y claro está muy necesitada. He pensado en ayudarla.

Y yo que pinto en todo esto.

Yo le he contado que tu y yo llevamos un tiempo follando y que me tienes más que satisfecha. Le he contado que follamos a diario y le ha dado envidia y como te digo está con muchas ganas de sexo.

Si  las cosas se dan como tu prevés quiero que hagamos una cosa. ¿ tu que vas a hacer esta mañana?

Pensaba ir a la peluquería.

Pues no vayas, yo voy a ir a casa de María a las 11, quiero que estés cerca de su casa sobre las 12, si yo te llamo ya te digo lo que tienes que hacer, te plantas en casa de María sobre las 12 y media.Quiero que vayas en pelota debajo de tu abrigo, y que vayas a casa de María. Llamas a la puerta.

No necesito llamar yo tengo llave de su casa.

Mejor, entras en la casa, te quitas el abrigo y te vas al dormitorio, lo más seguro es que nos pilles follando. Quiero que te sumes a la fiesta , si estáis dispuestas a compartirme quiero teneros a las dos en la misma cama para yo elegir el chocho que me quiero comer.

Eres un pervertido y un guarro pero me gusta lo que me estás contando.

Acordado el plan duché, me vestí, llamé a María y me fui a su casa.

Me recibió con la misma familiaridad de la vez anterior y yo diría que con la misma bata. Sentados en el salón y aceptada su invitación a un café, María volvió a tirar de la bata para dejar sus muslos al aire, no hasta arriba pero si lo suficiente como para dejarme claras sus intenciones.

Le cogí la rodilla que supuestamente estaba lesionada y le moví la rotula, ella me correspondió con un suave quejido.

Ahí te duele.

Llevo unos días con un dolor terrible.

Si algo tenía que confirmar me costó poco hacerlo, me puse frente a ella volví, como en la vez anterior, a colocar la planta de su pie contra mi pecho y me eché hacia delante haciendo que ella replegara su pierna. Todas mis suposiciones quedaron despejadas, María estaba en modo loba, según yo iba adelantando mi cuerpo, ella, como distraídamente, abrió su rodilla hacia el exterior para con toda intención dejarme ver que llevaba su coño al aire. Fue solo un instante, lo suficiente como para enseñarme su depilada intimidad, ella sabía lo que me estaba mostrando y pienso que también sabía todo lo que iba a pasar a continuación.

Aprovechando la situación que a todas luces me era favorable, antes de empezar mi trabajo le dije:

Vamos a necesitar varias sesiones, yo creo que como una docena y para que no haya equívocos te adelanto que cobro 120 euros por sesión.

Nunca en mi vida había soñado ganar ese dinero por un masaje pero le dije la cifra en la seguridad absoluta de que me iba a decir que sí.

Lo ideal sería tener una camilla de masajes pero a falta de ello creo que el mejor sitio puede ser una cama.

María me cogió de la mano y me llevó a su dormitorio, una vez allí me dijo:

Perdóname un segundo que me voy a preparar.

Volvió del baño envuelta en una toalla.

Que gusto me da dar con gente con experie ncia que sabe lo que es un masaje, no con esas mojigatas que pretenden que se les de un masaje poco menos que vestidas.

Conmigo no vas a tener ese problema.

¿Sabes que los dolores en las piernas son muchas veces reflejo de contracciones en la espalda?

No tenía ni idea pero si me tienes que trabajar la espalda tienes mi permiso para hacerlo.

La escena, lo que había pasado en el salón y las palabras de María eran todo una clara invitación: lo que quiero es que me folles, que me hagas lo que le haces a mi amiga.Sabiendo lo que inevitablemente venía a continuación me recreé en hacerme el ingenuo mientras la ponía incandescente, me dije:

Esta señora me va a pedir que me la folle, me lo va a pedir a gritos, me lo va a suplicar y mientras no lo haga yo me voy a dedicar a ponerla más cachonda de lo que ya está.

Se tendió boca abajo en la cama y con habilidad desató al toalla y la extendió por encima de su cuerpo.

Para que no te extrañe te diré que todo lo que te haga en tu pierna mala te lo voy a hacer en la otra, los masajes asimétricos muchas veces te quitan el dolor de un sitio para ponértelo en otro.

No se si lo había planeado con antelación pero lo cierto es que la habitación parecía una sauna, quizás su previsión era que íbamos a acabar los dos en pelota.

Recogí  la toalla hasta dejarle los muslos al aire, no le descubras el culo todavía, pensé. Una vez sus muslos la aire empecé dándole un masaje en las corvas para desde ahí ir poco a poco ascendiendo por los muslos.

Tienes muchas contracturas, te noto los músculos duros, agarrotados.

Llevo unos días muy nerviosa y como te diría, tensa.

Esa tensión la siento en tus muslos.

¿Me la vas a poder quitar?

Bueno voy a hacer todo lo posible por dejarte relajada.

Eso es lo que necesito, que me dejes relajada.

No pienses que soy un descarado pero te tengo que decir que tienes unas piernas preciosas y una piel extraordinaria.

Tu lo que eres es un adulador, seguro que se lo dices a todas tus pacientes. Lo que pasa es que me cuido.

Mis manos habían ido ascendiendo por la cara interna de sus muslos hasta alcanzar la frontera en la que se pasa a llamar culo.Mis masajes nada tenían que ver con lo que me enseñaban en la Universidad, si mis profesores me hubieran visto me habrían puesto un suspenso, pero mi finalidad no era curar una dolencia imaginaria, sino calentar a mi paciente. Y en esa intención, si me hubiera visto mi profesor, me habría puesto un sobresaliente.

La primera vez que la vi me pareció que María tenía más abundancia de carnes que mi tía, ahora viéndola tendida con sus muslos al aire cambié algo de opinión. La verdad es que para una señora que yo pensaba que tenía que andar por encima de los 45 años, María tenía unas carnes estupendas, los muslos firmes, rotundos pero de un tacto extraordinario, ni un gramo de celulitis. Mi intención la tenía clara pero la situación me estaba haciendo mella, yo también me estaba excitando.

María acompañaba mis caricias con ligeros gemidos y en algún momento con una frase: que gusto me estás dando. Creía que me ibas a hacer daño y lo que me estás dando es gusto.

Mis masajes cada vez más osados de cuando en cuando hacían que mis manos rozaran el sexo de María, eran roces rápidos,  como casuales a los que ella me respondía con ligeros temblores.

En esas andábamos cuando María me dijo:

Me están entrando unos calores tremendos, hace mucho calor aquí.

Haciéndome el bobo le dije: Deja que te descubra un poco los hombro s.

Le bajé la toalla hasta algo más arriba de la cintura.

Fue ella la que tomó la iniciativa y de un tirón se quitó la toalla de encima y la tiró al suelo.

Espero que no te cohíba, pero es que tengo mucho calor.

Y así sin más se quedó en pelota enfrente mío.Me gustó ver que María lucía una piel dorada de cuerpo entero, ni una marca de bañador.

Que piel tan tostada, y a continuación: tienes un cuerpo precioso, déjame que compruebe una cosa antes de darte la vuelta.

Ya sin fingir lo más mínimo me dediqué a acariciarle las nalgas y al sentirme María abrió ligeramente sus muslos.

Estuve un buen rato disfrutando de su culo y ella me lo agradeció con sus gemidos.

Me da un poco de vergüenza estar yo así desnuda y tu con toda tu ropa, ¿no tienes calor?

Pues la verdad es que si, si no te molesta me quito la camisa.

Lo que debería hacer es quedarte como estoy yo.

No señora, eso no puedo hacerlo, me da mucha vergüenza.

O sea que tu también eres un pudoroso. Y encima me llamas señora, estoy por levantarme

Vale, me quito los pantalones pero nada más. perdoname María es que verte así me ha sacado de mis casillas.

Estaba yo disfrutando de aquel culo tan hermoso pero decidí pasar a la siguiente etapa.

Siento pedírtelo pero te tienes que poner boca arriba sino no te podré aliviar tu rodilla.

María sin rechistar se dio la vuelta. Ante mi un par de tetas grandes, algo caídas pero perfectas de tamaño ( a mi me gustan grandes ) y con los pezones erectos prueba inequívoca de que estaba cachonda. En cuanto a su sexo un monte de Venus alto, desafiante y recién depilado. Como por casualidad María dejó sus muslos abiertos los suficiente como para que yo pudiera verle el coño sin traba.

Se puso las manos por detrás de la cabeza y me dijo: Soy toda tuya, puedes hacer conmigo lo que quieras.

¿Lo que yo quiera?

Absolutamente lo que tu quieras.

Yo solo quiero hacer lo que quieras tu.

Empiezo a pensar que los dos queremos lo mismo.

En esos momentos en los que todas las cartas están echadas es muy conveniente ser delicado.

Tienes un cuerpo precioso, viéndote vestida no me podía figurar yo este cuerpazo.

¿Que te pensabas que yo era una vieja toda descolgada?

No pero tampoco esta maravilla,  todo lo que veo me encanta, desde tu boca hasta los dedos de los pies, tienes unas tetas preciosas y me gusta que estés depilada, pero vamos con tu rodilla que lo primero es lo primero.

Empecé mi masaje lo que inevitablemente me dio una perspectiva aún más completa de su sexo, María ayudó separando lo necesario sus muslos.

Le dediqué un  buen rato a su rodilla y de vez en cuando a otras zonas cuando noté que mi hermanito pequeño se estaba poniendo en guardia.Fue una erección casi instantánea, pasé de estar medio tranquilo a tenerla apuntándome a la garganta.

Ella se debió dar cuenta de la situación, para ser más claro, se dio y me dijo:

Te puedo pedir un favor

Dime

Con la misma suavidad con la que me has dado el masaje en los muslos me gustaría que me acariciaras las tetas.Es más te dejo que me las comas.

No se si sabré hacerlo, esa zona no la hemos estudiado .

Tu acaríciame y ya te voy diciendo yo si es lo que preciso.

Empecé la tarea que me había pedido pellizcando los pezones que parecían querer salir disparados y en ello estaba concentrado cuando noté que su mano se había deslizado por fuera de la cama y me había cogido la verga.

Yo ya no puedo esperar más, me vas a follar o te tengo que violar yo.

¿Quieres que follemos?

Estoy cachonda perdida y quiero que me folles ahora mismo. Me tienes hirviendo desde que has entrado por la puerta, no se que más tengo que hacer para que te montes en mi y me folles.

Consideré que su petición estaba hecha por lo que sin más me subí a la cama le separé los muslos y la penetré. Entré en ella con tal violencia que noté un ligero dolor cuando mis testículos chocaron contra su cuerpo.

No creí que iba a ser tan difícil que me echaras un polvo. O no te puesto cachondo.

Me has puesto a mil pero no me atrevía

Ella también me demostró saber como comportarse porque fuera por educación o porque de verdad lo sentía me dijo:

Que polla tan rica tienes, y que gorda, me tienes el chocho lleno. Dame bien duro que me gusta sentirme empalada. Cómeme las tetas, cómemelas que eso me da mucha nota.

Follamos como dos animales, María resultó no ser muy gritona, en cambio me enseñó que sabía mover las caderas  el culo como una lagartija. Se contorsionaba cada vez que recibía un empujón y me clavaba las uñas en la espalda al compás.

Tienes que saber que yo no tardo nada en correrme, cuando veas que me estoy corriendo tu sigue dándome polla, sigue matándome a pollazos que me volveré a correr.

Ay ya me está viniendo, me está viniendo, siento que me voy a correr, me voy a correr, dios que placer, ya me estoy corriendo mi amor, me estoy corriendo toda, se me afloja el cuerpo, me corro, me corro…

Yo seguí a mi tarea entrando y saliendo de ella como un martillo pilón, María estuvo un momento callada pero tardó poco en volver a mover las caderas.

Quiero que me sigas follando pero quiero que me des por detrás.

¿Me quieres dar tu culo?

No , hoy no , ya tendrás tiempo de cogértelo, quiero que me folles como a una perra, quiero sentirte a cuatro patas.

Me sacó de ella y estiró en la alfombra la toalla que antes había arrojado junto a la cama, acto seguido se puso a cuatro patas sobre ella.

Quiero que me folles como si fuera una perra y quiero que mientras me follas me llames puta reputa, me  pone muy cachonda.

Y ¿para que has puesto la toalla?

Porque a la segunda o a la tercera vez que me corro se me afloja todo y me da mucho gusto hacerme pis. No quiero poner la cama perdida.Cuando me des  bien fuerte vas a ver como me bailan las tetas.

Gasté unos segundos en ver a María espatarrada en cuatro, con sus tetas colgando y su culo en pompa. Un espectáculo glorioso, todas aquellas carnes esperando ser penetradas de nuevo.

La monté desde detrás, aferré mis manos a sus ancas y empecé a darle polla con la mayor violencia pude.

Mientras la empalaba por detrás le pregunté:

No me mientas o dejo de follarte, tu me has llamado no por tu rodilla sino porque querías que te follara.

Llevas razón te he llamado para que me la metieras, tu tía me ha contado lo bien que la follas y yo quería probarlo. He visto que no exageraba, te estás follando muy rico a tu puta.

¿Quieres más polla? Puta

Quiero que me la saques por la boca, quiero que me destroces el coño, quiero que me mates de placer y quiero mearme cuando me hagas que me corra. Quiero ser tu perra.

Comprobé que María en lo que a follar se refiere era una mujer incansable, no puedo saber las veces que se corrió, ni si todos sus orgasmos fueron reales o fingidos. Si de que cuando ella me anunció que se iba a correr por tercera o cuarta vez, al tiempo me dijo: me orino, me voy a orinar, para luego ser más explicita: me estoy meando como una perra, tu perra se mea, me estoy meando.

Y fue verdad su chorro salió dirigido contra mi y me empapó.

Mentiría si no dijera que tanta maniobra me había puesto cardiaco y que ya estaba a punto de venirme cuando vi a mi tía aparecer, se tendió con los muslos abiertos delante de María y le dijo:

Cómeme el coño, mi amor, que te he visto follando y me has puesto muy cachonda. Donde te la tiene metida ¿en el culo o en el coño?

Me la tiene metida en el coño y me está volviendo loca y ahora que me voy a comer tu chocho me vais a matar entre los dos.

Las nalgas de María espatarrada frente a mi, sus tetas bamboleándose cada vez que lo la empujaba, y  mi tía tumbada en el suelo boca arriba con la cabeza de su amiga metida entre sus muslos fueron la gota que colmó el vaso.

Me corrí como una bestia, sentí que lanzaba una descarga descomunal para lo que en mi era normal.

Estoy sintiendo tu leche llenándome, siento como te desocupas en mí, me voy a volver a correr. Me estoy corriendo, tu puta se está corriendo.

Maite mientras tanto había empezado a gritar, no quería ella ser menos.

Yo también me corro, sigue dándome lengua, puta, sigue que te gusta comerte mi coño, viciosa, sigue que ya me estoy viniendo.

Nos desplomamos los tres, yo encima de María y ella encima de Maite y así estuvimos un rato hasta que recuperamos las fuerzas.

Que polvo tan rico me has echado, y tu Maite ¿Cómo se te ha ocurrido venir?

Ha sido idea de mi sobrino, quería tenernos a las dos en pelota para podernos usar a su capricho. Y sabiendo lo que te gusta comerme el coño me ha parecido que era la mejor manera de participar.

Tuve que intervenir.

O sea que además de que os follen os gusta haceros tortillas.

Llevamos comiéndonos el coño desde el Instituto pero además necesitamos polla para estar satisfechas.

Ya tendidos los tres en la cama, con cada una de ellas a un costado puse las cosas claras.

De ahora en adelante si queréis contar conmigo las condiciones son estas: quiero teneros a las dos al tiempo, aquí en casa de María, y seré yo quien elija a quien me voy a follar, habrá días que me folle a las dos y otros en los que vais a ser vosotras con mi ayuda las que os deis placer.Se acabaron las lesiones y los achaque fingidos, ya sabemos los tres lo que queremos. Hacedme un favor ponerme vuestros dos culos en pompa para que yo vea cual va a ser mi próximo objetivo.

Me obedecieron como dos niñas recibiendo ordenes de un mayor.

Con aquellos dos culos, uno a cada lado de mi, los dos abiertos, los dos ofreciéndoseme, viendo aquellas cuatro nalgas dispuestas a satisfacer todos mis caprichos y aquellas cuatro tetas colgando,  me sentí el hombre más feliz de mundo.