Mi tía, Maina y mis primas ahora con mi novia VIII

Dia triunfal en lo laboral y vamos a celebrarlo aunque con menos me esperaba. Lucia reaparece en escena.

Por fin, acababa el dia, y ahora ya a las seis de la tarde después de un dia que había estado lleno de subidas y bajadas emocionales y nervios habíamos acabado mientras ahora ya el resto de departamentos se coordinaba para seguir el resto del proceso. Mi tía me dio la enhorabuena por el trabajo bien hecho y como había modificado todos los procesos de trabajo a fin de conseguir que todos trabajasen mejor.

Mi tía me dijo que a ella aun le quedaban cosas por hacer y que se quedaba un rato por lo que yo decidí irme a airearme. En ese momento no sé qué me paso por la cabeza, pero después de escribirle a Bea esta me dijo que estaba de guardia, tal y como me había dicho hacia dos días y no sé qué me paso en ese momento por la cabeza, pero le escribí a su tía Lucia, después de evidentemente decírselo a Bea, que me respondió que por ella encantada.

Al momento de llamarla esta me descolgó el teléfono y le pregunte si estaba ocupada. – Que va, estoy en casa sola mi hijo esta con su tía – ya sabes me dijo mientras le preguntaba si le apetecía salir a tomar algo. – Claro que si – me respondió ella automáticamente pletórica.

En cinco minutos tenía mi moto aparcada en la puerta del piso de Lucia quien saliendo pletórica por la puerta enfundada en unos preciosos pantalones negros una camisa blanca y una chupa de verano también se acercó hasta mí y subiendo en la moto después de darme un abrazo me invito a irnos para evitar miradas indiscretas.

Nada más ponerse el casco Lucia encendió la emisora para poder hablar. – ¿Sabes que es la primera vez que me subo en una moto? – me confeso mientras sentía como sus manos se apretaban aún más contra mí. – Siempre hay una primera vez para todo – le susurre yo mientras por la Castellana aceleraba al incorporarnos a la circulación. – De muchas cosas últimamente tu eres protagonista de la primera vez – me insinuó pícaramente ella. – Tenia un rato hasta la cena y me he acordado de ti – le dije mientras me preguntaba ella a continuación donde pretendía llevarla.

Nos dirigimos al monte del Pardo mientras continuábamos hablando. Me dijo que su hijo casi no le hablaba desde que había decidido que ella ya solo seria para mí y por lo cual él perdía el derecho de disfrutar de su madre pero que desde luego estaba todo lo que podía y un poco más, dedicado a follarse sin piedad a su tía. Y que de igual manera lo de obligarle a salir para que se relacionase con sus amigos tampoco era de su agrado. Me dijo que le estaba costando abrirse pero que poco a poco lo estaba consiguiendo.

En ese momento llegamos al restaurante que había elegido y que estaba dedicado a momentos únicos y escondidos de miradas curiosas. – ¿Y tú?, ¿Cómo estás? – quise saber yo sabiendo que después de la vuelta de su hermana todo había cambiado mientras el camarero amablemente nos llevaba a uno de los reservados que tenían.

Ella me confeso, que de nuevo tenía ganas de vivir, de disfrutar, de experimentar y de reír. – Mis amigas dicen que si tengo un amante que de repente me notan muy cambiada – me confeso ella que estaba pletórica y llena de vida mientras nos sentábamos en una mesa solos en uno de los reservados a lo que nos había acompañado el camarero que había en el restaurante al que fuimos.

Lucia me contaba cosas sin parar mientras me miraba llena de vida. – Me has devuelto la ilusión – me confeso. – Y quiero que sepas que soy plenamente consciente de la situación, que no me voy a hacer castillos en el aire – me susurro. – Pero me encanta saber que como ahora mismo por lo menos una vez al mes serás para mí un par de horas, un chico joven y guapo y triunfador como tú, querrá compartir uno de sus momentos conmigo – me confeso Lucia mientras en ese momento se acercaba a mi para unir su boca con la mía.

Lucia en ese momento uniendo sus labios con los míos me invito a disfrutar de ella y aquella hermosa mujer acercándose a mi todo lo que podía me demostró que no llevaba sujetador al notar como sus suaves pechos desnudos se apoyaban solo separados por la tela de la camisa de mi cuerpo. – Quiero ser una de tus guarras – me susurro ella demostrándome en ese momento lo excitada que estaba. – Tengo muy claro lo que es esto y que es lo que iba a obtener de esta relación – me confeso.

En ese momento le confesé a Lucia que era preciosa y que en los dos encuentros que habíamos tenido había disfrutado enormemente de ella. – Si, sé que puedo ser una buena puta – me dijo ella mirándome encendida.

– ¿Te puedo preguntar una cosa? – me dijo ella en ese momento dejando claro que una idea muy clara le rondaba la cabeza. – Claro dime – le respondí. – ¿Me pagarías como una puta de la calle por follarme? – me pregunto viendo como en ese momento ella rompía todas las normas de su cabeza y me presentaba todo aquello que le excitaba. – Me encantaría ser tu puta de veinte duros por chupar y treinta por follar – me susurro mientras veía a aquella mujer que por la cantidad que se me ofrecía tan solo uno de los hilos de su pantalón valía más de lo que me pedía.

Yo por un momento la miré y le respondí – Esta bien esto es lo que vas a hacer – le dije mientras en ese momento le pedía al camarero un café para mí al aparecer este en el reservado después de llamar a la puerta del mismo. – Vas a salir de aquí y vas a ir … allí me pararas y me ofrecerás tus servicios de puta – le ordene viendo como ella ahora se encendía más y más. – Esta bien – me dijo ella que ahora cogiendo el abrigo y el casco se encaminaba a donde le había pedido. Lucia salió del restaurante y calcule como mucho tres minutos de reloj en llegar a donde le había pedido que estaba en la carretera que salía del pueblo de El Pardo.

En cuanto el camarero me trajo el café que le había pedido casi en dos tragos me lo tome y saliendo al aparcamiento divise como Lucia había casi llegado a donde le había pedido. Se notaba en su andar nervioso y acelerado como anhelaba que llegase el momento. Y yo arrancando la moto me di cuenta de cómo me excitaba el momento que estaba a punto de llegar.

Salí del aparcamiento del restaurante y llegando a un apartado de la carretera unos cientos de metros más adelante pare la moto delante de ella. En ese momento sentí como ella se acercaba por mi espalda y acercándose a mi ella me miraba dudando como empezar a hablarme. – Hola guapo, ¿buscas compañía? – me dijo al llegar a mi altura. – Me llamo Lucia – me susurro. – Y si quieres podemos pasar un buen rato – me susurro. – Pues no sé qué decirte Lucia – le respondí. – Esta mañana me han follado mis dos primas a la vez y la verdad es que me han dejado muy satisfecho – le susurre. – Ellas seguro que serán jóvenes al contrario que yo que como madura te puedo hacer disfrutar como nunca lo han hecho guapo – me susurro ella mientras sus dedos jugueteaban con los botones de mi polo. – Además si no lo disfrutas no me pagas – me dijo ella notando en ese momento como su miraba se encendía. – Y si lo disfruto, ¿Cuánto me cuesta? – le pregunte. – Veinte chupar y treinta follar – me gimió ella al sentir como por fuera del pantalón yo cogía con el envés de mi mano su coño y lo apretaba suavemente.

A continuación yo le bajaba suavemente la cremallera del pantalón que llevaba mientras ella permanecía de pie a mi lado clavando su mirada en la mía sentía como mis dedos se internaban dentro de ella en su pantalón para tocar su coño que en efecto mojado como nunca lo había visto me recibió encantada mientras inconscientemente arqueaba su cuerpo hacia delante y ella, allí de pie, a mi lado mientras yo estaba sentado en la moto estallaba en un morboso orgasmo en mitad de la carretera imaginando lo que se avecinaba.

– Pero es que no tengo condones – le confesé. – Te dejo que me lo hagas a pelo – me confeso mientras aun sentía mi mano dentro de ella y aun el orgasmo no había terminado. – A nadie le dejo, pero creo que contigo no habrá problema – me susurro mientras su mano derecha ahora entre el depósito de la moto y mis pantalones palpaba mi polla. – ¿Y dónde vamos? – le pregunte. – Que te parece aquí detrás – me dijo invitándome a adentrarnos en el descampado que había detrás de nosotros. – Esta bien – le dije mientras la invitaba a subir en la moto y a internarnos en el descampado.

Ella se subió en la moto y en ese momento sentí como se apoyaba detrás de mi mientras me indicaba para adentrarnos por un camino que se adentraba en el descampado y luego mirando a derecha e izquierda nos adentramos en una especie de zona en la que quedábamos ocultos protegidos por las retamas que había.

Cuando considere que estábamos lo suficientemente ocultos pare la moto, puse la pata de cabra y espere a que Lucia se bajase de la moto quedando yo de igual manera descabalgado de la misma pero sentado en el asiento de lado mientras veía como Lucia dejaba tanto su chaqueta como el casco sobre el asiento de la moto.

Lucia en ese momento me miraba encendida y al ver como sacaba de la cartera un billete de veinte euros vi como su mirada se encendía aún más. – Aquí tienes veinte euros y el resto al final – le dije mientras le daba el dinero. – Esta bien bebe – me dijo mientras arrugando el billete lo guardaba en el bolsillo de la chaqueta.

Tras guardar el dinero ella se arrodillo delante de mí y me susurro – Vamos a disfrutarlo que luego por lo menos tengo que hacer tres clientes más – me susurro mientras sacando mi polla del pantalón aun lacia, ella empezaba a chupármela. Lucia se fue excitando más y más a medida que era testigo de cómo mi polla en su boca se iba endureciendo y creciendo. – Joder que pedazo de polla tienes niño – me susurro ella sacando por fin mi polla completamente dura de su boca después de diez minutos de mamada. En ese momento Lucia se fue desabrochando la camisa que llevaba y dejando a la vista sus tetas me susurro que quería que la follase como la puta que era.

Yo en ese momento la observé en aquel descampado a plena luz del dia con las tetas al aire mientras me pedía que la follase y tal y como estaba le empecé a follar la boca clavando dentro de su deliciosa boca casi mi polla al completo. – Espero que te guste así puta – le gruñí mientras me clavaba en ella. Esta asintió con la cabeza mientras me dejaba que me siguiese clavando en ella. – Lucia la verdad es que por lo que estoy comprobando hasta ahora eres una buena puta – le susurre. – Quiero probar tus tetas en mi polla – le ordene. Ella en ese momento con un movimiento magistral de su boca depositó mi polla en su canalillo y apretando sus tetas sobre el tronco de mi polla empezó a hacerme una placentera paja mientras oíamos el tráfico cercano de la carretera y la gente que sin vernos paseaba cerca de nosotros.

En ese momento le susurre – si quieres puedo hablar con la gente que pasa cerca y decirle lo buena mamadora de pollas que eres – le sugerí. – Así conseguirías más clientes – le susurre de nuevo mientras me derretía con el tacto de sus tetas en mi polla. – Creo que sería capaz de comerme seis o siete pollas como la tuya al mismo tiempo para conseguir dinero para mi chulo – me confeso ella. – Tú vas a ser mi chulo y el único que me folle a pelo – me susurro mientras de nuevo alternaba entre chuparme la polla y pajearme con sus tetas.

Yo en ese momento no pude evitar mirarla y clavando mi mirada en la suya le dije – Creo que ha llegado el momento de probar ese coñito de puta que me has ofrecido antes –. Ella en ese momento se incorporó y vi como dudaba de la posición a tomar para follarme. - Vamos a ver puta ponte apoyada en el colin de la moto – le susurre mientras la ayudaba a apoyar sus manos sobre el mismo y echando el culo hacia atrás le iba desabrochando los pantalones que quedaron en el suelo mientras ella sacándoselos con los zapatos puestos los dejo sobre el depósito de la moto.

No pude evitar en ese momento arrancarle las bragas que llevaba puestas y ella en ese momento al sentir como la tela rasgada acariciaba su coño quedando este completamente expuesto se corrió con el morbo de la situación mientras ahogaba los gemidos testigos del placer que estaba sintiendo en ese momento. – A las putas no se las deja disfrutar las corridas – le susurre en el oído mientras ella empezaba a sentir como mi polla iba profanando centímetro a centímetro todo su canal vaginal que se estrangulaba mientras sentía los extractores propios del orgasmo para llegar a clavarme en su útero finalmente quedándome allí quieto.

Ella al sentir mi completa profanación de su cuerpo y plenamente llena de polla replico su orgasmo y tuve que sujetarla para que no se cayese al suelo – Jooooooooooooder – fue lo único capaz de decir mientras se adaptaba a mi miembro dentro de ella. – La verdad es que tienes un coño muy acogedor para ser una puta – le susurre mientras sacando la mitad de polla de su interior me volvía a clavar suavemente centímetro a centímetro dentro de ella. – Si, si, es que me encanta tu polla – me susurro ella mientras sentía de nuevo como la llenaba de polla.

Por un momento más Lucia sintió como mi polla se alojaba dentro de ella y yo me deleitaba de sentir el tacto de su culo en mi cadera. En ese momento empecé a clavarme dentro de ella de manera algo ruda comportándome como el putero que la había contratado buscando tan solo mi placer provocando en ella esta actitud la excitase aún más todavía y de nuevo Lucia se corriese para mí. – Ojalá que todos mis clientes sean como tu – me susurro mientras se dejaba montar por mi como la puta a la que le había pagado.

Yo mientras me clavaba en ella le susurraba – Desde luego si todas las putas de por aquí son como tu voy a gastarme el sueldo completo en follaros a todas, zorras – le susurre mientras sentía como Lucia disfrutaba de la follada que le estaba dando y yo sentía mi polla plena de placer taladrando su coño. – Yo quiero ser tu mejor zorra – me susurro ella mientras se volvía a correr para mí. – Desde luego lo estas disfrutando puta – le dije mientras sentía como de nuevo se volvía a correr para mí.  – Si, es que tienes muy buena polla – me gimió mientras terminaba de disfrutar su orgasmo. – Quiero que me folles la boca y te corras en ella – me dijo ella de nuevo volviendo a acuclillarse delante de mí y empezar a tragarse mi polla. – Así, disfruta zorra – le dije mientras ella moviendo el cuello hacía que su boca alojase por completo mi polla dentro de ella. Lucia la verdad es que sabía lo que se hacía y cómo hacerlo y mostraba una maestría única. – Eres muy buena chupando – le dije mientras yo acompasando sus movimientos de igual manera me dedicaba a follarme su boca.

La maestría de su mamada me puso cada vez más cachondo y en ese momento haciendo que de nuevo se pusiese de pie la hice sentarse en el asiento de la moto y separando sus piernas me clave de nuevo en su coño mientras encorvándome me dedicada a comerme sus pezones al tiempo que ella sujetándose al depósito recibía mis acometidas en su coño por parte de mi polla. – Tienes un coño que da gusto follar – le susurre mientras no paraba de follarla. – Y eso que aún no has probado mi culito – me susurro viendo en ese momento como su ano palpitaba deseoso lleno de flujos. – ¿Quieres que te folle el culo? – le pregunte. – Regalo de la casa por la buena follada que me estás dando – me susurro ella mientras se hacía a la idea de que mi polla de nuevo iba a profanar su culo.

Arrodillándome en la estribera de la moto empecé a llevar sus flujos desde la salida de su vagina la cual ahora devoraba con mi boca a su ano que era follado por mis dedos haciendo que este se abriese de manera magistral en poco más de cinco minutos de estimulación. – Creo que ya estas preparada – le dije mientras sacaba mis cuatro dedos de su culo que había lubricado todo lo que la extensión de mis dedos me permitía. – Vamos fóllate a esta puta de treinta euros – me gimió ella mientras me decía – Follarte mi culo solo te costara diez euros más – me susurro mientras seguía en su rol de puta de la calle.

  • Si solo son diez euros más, los pago encantado – le susurré mientras ella manteniendo la posición esperaba a que clavase mi polla dentro de su culo. Coloque la punta de mi glande en su ano y suavemente presionando este se abrió para mi dejándome entrar hasta tres cuartas partes de mi polla dentro de ella. Suavemente comencé a bombear dentro de ella mientras veía como ella estaba plena de morbo con la situación en la que estábamos.

Follaba su culo sin pausa mientras clavaba y desclavaba mi polla dentro de ella a la vez que de igual manera ella friccionaba delante de mí su clítoris para mí. – Quiero que veas como me corro de nuevo – me gimió ella mientras dejando caer su cabeza hacia atrás de nuevo se volvía a correr para mi mientras yo con una mano me agarraba a su cadera para poder follarla y con la otra mano disfrutaba del tacto de sus senos. – Me encanta como me follas Jooooooooder – me gruño ella mientras clavando su mirada en la mía se volvía a correr. – Sigue, sigue no pares de follarme que soy una puta no lo olvides – me gimió ella espoleándome a que la follase sin piedad.

Yo seguía clavándome en su culo mientras mi pulgar de igual manera ahora abandonando su cadera follaba su coño y su clítoris y sentía como este movimiento provocaba que su orgasmo anal se empezase a hacer más cercano. Sentí como en ese momento un desgarrador orgasmo se desencadenaba en el cuerpo de Lucia y como ella retorciéndose de placer sobre mi desembocaba en un orgasmo anal y vaginal al mismo tiempo.  – Eres una puta de primera – le dije mientras ahora parando de follarla la disponía para que me mamase la polla.

Lucia terminando de disfrutar de su orgasmo se dio cuenta de cómo en ese momento tres hombres mayores nos observaban. – Tenemos mirones – me susurro Lucia mientras arrodillándose sin miramientos delante de mí empezaba a chupar mi polla. – Podemos acercarnos a ver más de cerca – me pregunto en la lejanía uno de ellos. Lucia me miro y antes de empezar a tragarse mi polla asintió.

– Se mira, pero no se toca – le respondí al hombre mientras empezaban a acercarse. – Ya pensábamos que hoy nos íbamos sin ver nada – me dijo este mismo vejete salido mientras se acercaba y disfrutaba de ver la desnudez de Lucia de rodillas delante de mí. – Todos los días vienen parejas a follar y a nosotros nos encanta veros – me dijo el vejete sacándose los tres al unísono la polla de los pantalones y empezando a pajearse mientras nos miraban y sobre todo se fijaban en Lucia y en su espectacular cuerpo. – Vaya mujer guapa – dijo uno de los otros mientras frenético se machacaba la polla. – Lo dicho no quiero ni que nos toquéis ni salpicaduras de nada – les dije a los tres que me respondieron que no me preocupase. – Que pena habernos perdido ya la follada – dijo el que me había hablado al principio.

Aquellos tres vejetes observaron como Lucia engullía mi polla y al mismo tiempo se dedicaba a tocarse su coñito mientras estos la miraban para acabar corriéndose apenas diez minutos después.

Cuando los vejetes terminaron de correrse el que me había hablado en un primer momento se dirigió a sus acompañantes y les dijo – vamos señores hay que agradecer que nos hayan dejado mirar – mientras sacándose un billete de diez euros lo dejada a los pies de Lucia haciendo que los otros dos imitasen el acto de este y a continuación desapareciesen camino arriba. – Vaya parece que te has estrenado de verdad como puta y como puta con mirones – le susurre a Lucia que sin dejar de tocar su coño al escucharme y sentir como yo empezaba a inundar su boca de semen se corría por última vez para mi, espoleada por mis palabras mientras sentía como los billetes que le habían dejado acariciaban su rodilla izquierda.

Lucia engullo hasta la campanilla mi polla dejando que me vaciase dentro de ella y tragando mi corrida satisfecha. – Vaya, vaya no está mal cuatro pagos en un solo polvo – me dijo ella mientras aun en nuestro papel le pagaba los veinte euros que me faltaban por darle.

Lucia en ese momento se guardó en el bolsillo de la chaqueta los setenta euros que había ganado como puta y después de limpiarse con una toallita ya estando yo vestido me acerqué a ella y poco a poco con el mayor de los cuidados le fui poniendo la camisa que traía puesta acariciando con mis nudillos sus pezones mientras abotonaba su camisa. De igual manera una vez le hube puesto la camisa empecé a ponerle los pantalones mientras ayudándola a colocárselos sobre su cuerpo pude tener contacto completo con su culito y su vagina abrochando el botón del pantalón y de igual manera con el mayor de los cuidados mientras tocaba sus labios vaginales subí la cremallera del mismo mientras Lucia se dejaba caer sobre mi dándome a saber que de nuevo se había corrido por el placer de sentir como mis manos tocaban todo su cuerpo.

Cuando termine de abrocharle los pantalones a Lucia y esta termino de disfrutar de su orgasmo me beso llena de lujuria. – Nunca me había vestido un hombre – me susurro mientras se pegaba aún más a mí. – Es muy erótico – me confeso mientras me enseñaba los setenta euros en el bolsillo de su chaqueta. – Guardare este dinero el resto de mi vida – me confeso ella mientras de nuevo me besaba.

Una vez que estuvimos ya repuestos de nuevo nos dirigimos a su casa. Lucia me sugirió invitarme a cenar en una terraza que había cerca de su casa. Yo en ese momento mirando en un semáforo el móvil vi que nadie me había escrito por lo que decidí quedarme a tomar algo con ella. El reloj marcaba solo las nueve y media. Había estado tres horas con Lucia y desde luego aparte de que la compañía era agradable tenía algo de hambre.

En efecto a unos metros de la casa de Lucia estaba la terraza que me decía Lucia y después de aparcar la moto nos acercamos andando a la misma tras la que detrás del camarero nos sentamos en una mesa. – Me encanta la mente abierta que tienes – me susurro Lucia cuando estábamos sentados ya en la mesa y con las bebidas pedidas y de igual manera un plato de carne a tiras al punto a la espera de ser servido en la mesa. – Me encanta como estas dispuesto a cumplir sueños y como no cuestionas nada – me confeso Lucia. – Haces que el sexo sea muy morboso y siempre te quedes con ganas de más – me susurro mientras dejaba caer su frente en mi hombro.

En ese momento oímos una voz que nos decía – ¡Lucia!, ¡pero ¡qué bien acompañada te vemos! – dijeron dos mujeres de edades similares a la de Lucia y que cotillas perdidas venían hacia nosotros. Lucia en ese momento se quedó petrificada y yo salve la situación presentándome como el novio de Bea que despistado había venido a buscarla al no acordarme de que tenía guardia y en ese momento Lucia se había ofrecido amablemente a tomar algo conmigo. Justo en el momento en el que apareciendo en camarero con el chuletón trinchado estas se dieron cuenta de que íbamos a empezar a cenar y se vieron en la obligación de dejarnos solos al no ser invitadas por Lucia a quedarse a cenar. – Son unas cotillas de tomo y lomo – me confeso Lucia. – De todo tiene que haber en esta vida – le dije yo.

En breve cambiamos el tercio y Lucia y yo volvimos a hablar de lo que disfrutaba de mi compañía y de cómo le gustaba la apertura de visión que tenía y lo que esto significaba para ella para llevar a cabo sus sueños eróticos más oscuros. – Siempre fantasee con ser una puta de la calle – me confeso mientras me decía lo mucho que había disfrutado sintiéndose tan solo mercancía.  Lucia me confeso que siempre había estado muy reprimida y que el primer dia que nos acostamos tuvo conmigo en una sola noche tantos orgasmos como había tenido casi en diez años de matrimonio con su marido. – No mires al pasado vive el ahora y lo que está por venir – le susurre mientras los dos cenábamos alegremente. – Lo que nunca pensé es que me acabaría follando el novio de mi sobrina y que además ella lo sabría – me confeso.

Lucia me dijo que se estaba volviendo de muevo a poner cachonda recordando las dos veces anteriores que nos habíamos visto y como habíamos disfrutado esa tarde. – Sabes que yo a mi sobrina la quiero muchísimo – me confeso ella. – Casi más que a mi hijo – me confeso. – Y yo estaré encantado de ver como os queréis – le respondí quedándose ella en ese momento aún más excitada por imaginarse ella a si misma entre las piernas de su sobrina dándole de nuevo placer. – A mí me encantara saberlo – le respondí mientras en ese momento en la penumbra mi mano arañando suavemente su pierna sabía desde su rodilla a su cadera y metiéndose suavemente entre sus piernas empezaba a masturbarla. – ¿Me vas a pajear aquí? – me susurro. – No – le dije suavemente. – El novio de tu sobrina te a follar con sus dedos aquí mientras te prometo que luego me la vas a chupar como pago por los servicios prestados – le susurre mientras no paraba de castigar su clítoris. Lucia se dejaba llevar y poco a poco sentía como mi mano iba logrando llevarla a correrse de nuevo para mí. – No me lo, lo, lo puedo creer – farfullo entre dientes mientras corriéndose Lucia agarraba mi mano para dejarla quieta sobre su coño disfrutando de su corrida.

En ese momento una voz nos sacó de nuestra ensoñación – Pero que bien acompañado veo a mi novio – dijo Bea apareciendo justo a mi espalda. En ese momento ella beso mi mejilla y sentándose con nosotros se fijo en la cara de Lucia diciéndole – Menuda cara de recién follada que tienes – le susurro Bea mientras fijándose en no ser blanco de ninguna mirada suavemente besaba a su tía.

Bea se sentó justo en frente de nosotros y mirándonos nos dijo – Quiero que continuéis – me susurro refiriéndose a mí. – Llegas tarde sobrina – le confeso su tía – acaba de hacer que me corra – le susurro mientras se agarraba a su mano. – Quizás sea el turno de él – le sugirió Lucia en ese momento. – A mi no sabes la tarde tan buena que me ha hecho pasar – le susurro Lucia a su sobrina antes de contarle lo que habíamos hecho unas horas antes. – Menuda puta estas hecha – le susurro Bea que mientras había oído la historia de mis labios había sido masturbada por su tía habiéndose corrido dos veces para nosotros. – No sabes las ganas que tengo ahora mismo de comerme tu polla – me susurro Bea mientras levantándose de la silla le pedía al camarero que apuntase la cena y raudos nos fuésemos a su casa.

Después de abandonar el restaurante nos dirigimos por la acera al portal de su casa y nada mas atravesar el portal vi como Bea y su tía nada más entrar en el ascensor se devoraban mutuamente. Al llegar a la entrada de su casa Lucia me paso las llaves ya que su excitación la había temblar de tal manera que no lograba acertar con la cerradura de la puerta.

Abrí la puerta y las dos se encaminaron raudas al salón al que llegaron desnudas al ir desnudándose por el pasillo. Nada mas entrar en el salón Bea se dejo caer sobre el sofá mientras su tía se acomodaba entre sus piernas y empezaba a comerse el coño de su sobrina. Yo por el momento entre en el salón y sentándome en el sofá de enfrente a ellas me desnude tranquilamente viendo como Lucia daba placer a su sobrina sin parar.

Cuando Bea se hubo corrido por tercera vez en la boca de su tía le susurro – Creo que ha llegado el momento de que me coma la polla de mi novio – mientras se levantaba y venia hacia mi. En ese momento Bea al llegar a mi se inclinó y mientras empezaba a besarme sentí como a horcajadas se sentaba sobre mi y sincronizando sus movimientos conmigo empezó a clavarse mi polla dentro de ella.

Me encantaba sentir como mi polla perforaba el coño de Bea mientras su tía nos observaba. – La verdad es que tu tía me ha sabido atender muy bien esta tarde – le susurre a Bea mientras por encima de su hombro veía como Lucia nos observaba follar. – Si mi tía es muy buena anfitriona – me susurro Bea mientras seguía encima de mí. – Si tanto su boca, como su coño y su culo han acogido muy bien mi rabo dentro de ella – le susurre a Bea viendo en ese momento como esta explotaba en un maravilloso orgasmo para mí.

Bea en ese momento se puso a cuatro patas y fue gateando mientras me invitaba a seguirla hasta llegar a su tía. – Tía no se como agradecerte que hayas atendido a mi novio esta tarde – susurro mientras veía como Lucia separaba sus piernas. – Creo que se me ocurre como puedes agradecérmelo a pesar de que para mi ha sido un enorme placer estar con él – le dijo su tía mientras veía como la cabeza de su sobrina ya a la altura de sus rodillas se incrustaba en su coño. – Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaah sobrina me encanta que me lo agradezcas – gimió Lucia mientras sentía como la lengua de Bea empezaba a profanar su coño.

Yo en ese momento me coloque a la altura de Lucia que en ese momento mientras sentía como la boca de su sobrina la llenaba de placer ella sentía como yo introducía mi polla dentro de su boca. Lucia en ese momento me invito a ponerme delante de ella por lo que subiéndome al sofá dejando mis pies a ambos lados de su cuerpo y doblando algo mis rodillas empecé a clavar mi polla en la boca de Lucia mientras en el espacio que quedaba entre nosotros veía como mi novia devoraba el coño de su tía debajo de mi.

Cuando ya por fin Lucia saco mi polla llena de saliva de su boca vi que era el momento de bajarme del sofá y dejando que la saliva de Lucia cayese de mi polla por la espalda de Bea mientras caminaba hacia atrás me fui alejando hasta ponerme de rodillas detrás de Bea quien gustosa me recibió cuando de nuevo empezó a sentir como mi polla entraba dentro de ella y como a la vez que yo la follaba y ella se comía el coño de su tía su mano izquierda bajaba hasta su culo y empezando poco a poco a prepararlo para mi se lo follaba haciendo que sintiese en mi glande que follaba su coño la yema de sus dedos dentro de su ano.

Cuando Bea se corrió la dejé descansar mientras empezaba a preparar mi polla para joder su culo. – Cariño te voy a follar el culo – le dije. – Cuando quieras cariño – me ssurro mientras su tía al sentir como empezaba a profanar el cuerpo de su sobrina explotaba en un maravilloso orgasmo para nosotros. – Me encanta que sientas lo mismo que yo he sentido esta tarde cuando esa misma polla me ha follado a mi – le susurro Lucia mientras besando a su sobrina no perdía detalle de como profanaba por completo el culo de su sobrina.

En ese momento Bea había quedado completamente de rodillas incorporada a los pies del sofá donde su tía besaba a su sobrina y esta se deleitaba magreando las tetas de su tía mientras subiendo y bajando por el cuerpo de su tía se clavaba a si misma mi polla en su culo mientras la mano de Lucia friccionaba su clítoris provocando que Bea se corriese primero vaginalmente mientras yo no parando de follar su culo hacia que tuviese un orgasmo anal para terminar de derrumbarse entre Lucia y yo quedando plenamente satisfecha.

Una vez que ambas mujeres terminaron de disfrutar de sus orgasmos me hicieron sentarme en el sofá y ambas después de lamer mi polla empezaron a chupármela buscando mi orgasmo. – Te gusta ver como te la chupamos – me susurro Lucia mientras por un segundo dejaba de comerme la polla. – Mas me encanta sentir vuestras bocas en mi polla – le respondí mientras ella sonriéndome acercaba su boca a la de su sobrina y entre las dos chupaban mi miembro. Ver a aquellas dos bellezas chupando mi polla era un espectáculo digno de ver y cuando me empecé a correr en la boca de ambas ver como estas compartían mi corrida fue enormemente placentero.

Ambas me pidieron que me quedase a dormir, pero decline la invitación ya que me apetecía llegar por una vez a una hora normal a mi casa. Le dije a Bea que ya mañana la llamaría y ella me dijo que se moría de ganas por conocer a mi prima Gemma que fue con la que perdí mi virginidad.

Bea me dijo que si no me importaba esa noche dormiría con Lucia y disfrutaría de su cuerpo ya que hasta el sábado no tenía que volver a trabajar y mañana no pensaba madrugar. – A mi me ha encantado disfrutar de ella también – le susurre mientras la besaba.

En ese momento Lucia nos pidió que no dejásemos de besarnos mientras le susurraba a su sobrina – vaya novio guapo que tienes cariño –.  – Es que es verlo y desear mamar su polla – nos susurro Lucia mientras descendiendo se colocaba entre Bea y yo y abriendo la cremallera de mi pantalón sacaba mi polla y me la empezaba a chupar de nuevo. – Parece que mi tía tiene ganas de tu polla – me susurro Bea mientras miraba como su tía había conseguido poner de nuevo mi polla dura y se la metía en la boca de rodillas entre Bea y yo. – Es de tu familia y a mí me encanta – le susurre mientras volviendo a besar a Bea me empezaba a follar la boca de su tía que permanecía de rodillas entre nosotros. – Córrete sobre sus tetas y así tenemos con que embadurnar nuestros cuerpos ahora cuando te vayas – me susurro Bea mientras debajo de mi oía como se rasgaba la tela de la camiseta de llevaba arrancada por las manos de Bea. – Me encanta cuando te pones cachonda – le susurre a Bea mientras veía como la mano de su tía llegaba al pantaloncito blanco que llevaba y metiendo la yema de sus dedos por debajo de la tela de igual manera que chupaba mi polla empezaba a ser follada por la mano de su tía.

Bea se empezó a deshacer en gemidos mientras sentía como las manos de su tía profanaban su coñito sin piedad. – No sabes el baño de semen que nos vamos a dar ahora cuando te vayas – me gimió Bea mientras sintiendo como mi corrida estaba cerca ella se corrió antes que yo disfrutando de la visión de ver a su tía bañada por mi corrida mientras ella disfrutaba de su orgasmo. – Menudas corridas tienes siempre – me susurro Bea cuando vio como su tía habiendo terminado yo de correrme quedaba bien bañada por mi corrida. – Me has dejado bien “pringada” – me susurro Lucia mientras incorporándose besaba mi mejilla y le decía a Bea que la esperaba en la habitación.

En la puerta nos despedimos y desapareciendo de la casa de Bea me fui a mi casa consiguiendo llegar por fin un dia antes de las doce de la noche.    Encantado como siempre espero vuestros comentarios en mi mail laocultacion@gmail.com Un saludo!!!!