Mi tía, Maina y mis primas ahora con mi novia VI
Ahora me voy de cena con Raquel que me esta esperando!!!!
Después de serpentear como siempre por el tráfico de Madrid llegue a la puerta del hotel en el que me esperaba mi prima. Al verme llegar esta salió del vestíbulo del hotel mientras la observaba.
Mi prima Raquel era muy, muy hermosa. – Menos mal que Pirsa se queda de canguro con mi niña – me dijo Raquel nada más llegar y muy suavemente antes de unir sus labios con los míos. Vi como al ver que íbamos a ir en la moto mi prima se recogía el pelo en una coleta y yo me quedaba embobado viendo como los pechos de mi prima se elevaban mientras sus manos trasteaban su pelo en su nuca para dejarlo recogido justo delante de mis narices.
Mi prima Raquel delgada de un metro sesenta en esos momentos subidas a unas preciosas sandalias negras con un tacón de doce centímetros embutida en un precioso pantalón blanco y una escotada camiseta negra me observaba, como la miraba, mientras jocosa me decía – No las mires así que ya luego tendrás tiempo de comértelas – me susurro mientras me miraba con una sonrisa de medio lado. – Aunque por lo que me ha dicho Pirsa lo habéis pasado muy bien en el Prado, ¿no? – me susurro mientras se subía en la moto detrás de mí y dejando que notase como sus pechos se apoyaban en mi espalda me susurrase – Espero que te haya dejado con energías para mí –. – Para vosotras siempre tendré energías – le respondí a mi prima justo antes de ponerme de nuevo el casco.
Encendiendo la emisora del casco para poder seguir hablando con mi prima le pregunte. – Bueno, tú me dirás donde quieres que cenemos – le dije justo antes de encender el comunicador de su casco. – Vamos a la plaza de Alonso Martinez – me indico mi prima mientras pasando los brazos entorno a mi cintura sentía como ella se apretaba contra mí. – Me encanta sentirte – le dije mientras a mi espalda sentía como las copas de su sujetador se aplastaban contra mí. – Y a mí me encanta que me sientas – me respondió ella mientras aún se apoyaba con algo más de fuerza sobre mí y suavemente deslizaba su mano hasta hacer contacto con mi polla por encima del pantalón.
De nuevo nos incorporamos al tráfico y marcando el reloj ya las diez de la noche se notaba el claro descenso del tráfico. En menos de quince minutos llegamos a la plaza de Alonso Martinez y junto a una batería de motos aparcadas al lado del paso de cebra dejamos aparcada la moto echando en una bolsa los dos cascos mi prima me llevo andando por las calles hasta dejarme gratamente sorprendido llegando a cenar al restaurante Teatro. Este era la reconversión de un antiguo teatro en restaurante.
Una vez que entramos mi prima se dirigió a la chica que tomaba las entradas de comensales que mi prima puso a su disposición como si realmente fuésemos al teatro y subiendo por el ascensor llegamos al primer piso donde nos acompañaron a uno de los palcos más cercanos al escenario. – Este es el palco de meterse mano – nos susurró la chica con estilo pin up que nos había llevado hasta allí. Mi prima y yo nos miramos con picardía y mientras nos acomodábamos vimos que en efecto casi el noventa por ciento del palco estaba a resguardo de miradas curiosas que nos permitía disfrutar de nuestra intimidad.
Antes de acomodarnos del todo mi prima le pregunto a la chica que nos había acompañado donde estaba el baño y esta después de dejarme a mi acomodándome desapareció con mi prima después de pedirle las bebidas.
Me quede por un momento solo mientras observaba aquel extraño sitio y como lo habían reconvertido de teatro a restaurante.
Mi prima apareció al poco y se sentó a mi lado pegando su pecho a mi costado. – Te puedo confesar una cosa – me susurro al oído. – Claro – le respondí yo. – Estoy cachonda como una perra después de contarme Pirsa vuestra tarde – me confeso mi prima.
En ese preciso momento que iba a responderle a mi prima la luces se atenuaron y apareciendo un maestro de ceremonias en el escenario empezó a hablar. – Señoras y señores bienvenidos al restaurante Teatro donde los sueños, son donde el bien y el mal desaparecen y donde les invitamos a que dejando de soñar lleven a la realidad sus sueños. No se priven pues al final todos moriremos y lo que nos llevaremos es lo que hagamos – sentencio el maestro de ceremonias haciendo que en ese momento las luces se apagasen por completo no quedando más luz que la que había justo encima de las mesas que alumbraban apenas la superficie de la mesa.
En ese momento sentí como mi prima se abrazaba a mi mientras sentía como sus manos se anudaban en mi cadera. – Buenas noches señores – dijo en ese momento un camarero con pajarita y un tanga apareciendo en el palco en ese momento. Mi prima y yo en ese momento miramos la carta y pedimos cada uno un plato.
Nos quedamos mi prima y yo solos y por fin pudimos empezar a hablar tranquilamente mi prima me comento que Maina ya estaba en Marbella y que por unos días residiría en un hotel mientras buscaba casa. De igual manera me comento que al dia siguiente ya empezaba con Jacinto a visitar clientes ya que no quería que la estancia de este en la empresa se alargase más de lo estrictamente necesario. Le dije a Raquel que entendía que quisiese quitarse de en medio pero que no entendía que lo hubiesen hecho a mi espalda. – Primo todos sabemos que hubieses hecho lo imposible por impedir que se fuese – me respondió ella desarmándome. – Tienes que tener en cuenta que por ese mismo motivo se fue también a vivir con mi madre – me susurro Raquel – Pero lo mejor ha sido que ella se haya marchado a Marbella – sentencio mi prima. – Además siempre puedes bajar a verla – me susurro ella.
Por un momento nos quedamos los dos en silencio rumiando lo que acababa de decirme Raquel y en ese momento nos sirvieron la cena.
Empezando a cenar la charla fue derivando en la celebración del ascenso de mi prima y en como cambiaria ahora su vida. Mi prima me explico en como ahora tendría que viajar y en como Pirsa la ayudaría a cuidar de la niña que mi prima tenía. Yo de igual manera me ofrecí a ayudarla en todo lo que pudiese. Mi prima me lo agradeció, pero de igual manera me conto que había hablado con sus superiores de que en caso de aceptar el ascenso ella misma se organizaría su agenda para poder estar el mayor número de noches posibles en su casa ya que su prioridad era su hija.
Poco a poco de igual manera cuando ya habíamos dado cuenta del plato y disfrutábamos de una agradable charla mi prima fue dejando que su mano en un principio apoyada en mi rodilla fuese lentamente subiendo y bajando a lo largo de mi pierna llegando a estar finalmente apoyada por completo sobre mi polla que mi prima se entretenía en acariciar. Yo de igual manera había desabrochado la camisa que llevaba mi prima y metiendo la mano al principio entre la copa del sujetador y su pecho me había dedicado a estimular los pezones de mi prima que había acabado con el pantalón desabrochado y se masturbaba así misma suavemente mientras a la vez que sentía mis caricias en sus pezones y mi polla dura rodeada por su mano estaba sobre excitada y al borde del orgasmo mientras su mirada se posaba en un cuarteto que en el palco de enfrente, al otro lado del escenario, se habían montado una pequeña orgia.
Mi prima y yo mirábamos mientras sentía como la mano de mi prima excitada apretaba mi polla y su otra mano sobre su clítoris se provocaba un delicioso orgasmo a la vez que disfrutaba tanto de su propio contacto sobre ella como del mío y del espectáculo que se le ofrecía en frente.
Mi prima se corrió larga e intensamente y cuando acabo llevada por la calentura llevo sus dedos llenos de flujos a mi boca para que me regodease saboreándola mientras ella mantenía su estado de excitación.
Mi prima me miraba llena de excitación y su mirada estaba cada vez más encendida. En ese momento la camarera que anteriormente nos había acompañado al palco apareció para retirar los platos y cuando entro ella viendo a mi prima con sus pechos a la vista, su pantalón desabrochado y a mí con la polla al aire mientras mi mirada se clavaba en la mirada de la camarera. Esta por un momento disfruto de la orgia que nosotros veíamos al otro lado del teatro. – Menudas vistas – susurro la camarera al ver lo mismo que nosotros.
En ese momento la mano de mi prima volvió a tomar posesión sobre mi miembro mientras la chica recogía los platos y desaparecía de nuestro palco. – No te puedes llegar a imaginar cómo me gusta esa polla – me susurro mi prima mientras empezaba a mordisquear mi lóbulo. En ese momento mi prima volvió a besarme mientras devorábamos nuestras bocas.
Me encanta la sensación de sentir la mano de mi prima recorriendo mi polla mientras sin parar de masturbarme me besaba y sentía sus pezones duros contra mí.
De igual manera lleve mi mano a la entre pierna de mi prima y con mis dedos corazón e índice recorrí los labios de la vagina de mi prima mientras volviendo a subir mi mano pose la yema de mis dedos en su clítoris. Mi prima empezaba a gemir entre besos y a disfrutar de las sensaciones que le estaba enviando su cuerpo.
No pude ni quise evitar bajar mis labios en busca de los pezones de mi prima mientras sentía como esta se empezaba a encender viendo ahora como nosotros pasábamos a ser los observados por la gente del palco de enfrente en el que veía mi prima como dos mujeres se amorraban a mamar las pollas de sus acompañantes mientras uno de los hombres se amorraba en las piernas de otra de las mujeres para disfrutar del sexo oral mientras nos observaban protegidos por la intimidad que daba la oscuridad del local.
MI prima suavemente fue empujando mi coronilla hacia abajo mientras observaba como éramos observados y disfrutaba de su morbo voyeur.
Terminé de descender y me dispuse ayudado por mi prima a devorar su coñito que ya rezumaba líquidos sin parar. Poco a poco y recreándome en darle el máximo placer a mi prima fui disfrutando de la fricción que hacia mi lengua sobre el clítoris de mi prima y de cómo esta disfrutaba del placer que le daba. Yo en ese momento me encontraba ya más de rodillas que otra cosa y clavado entre las piernas de mi prima disfrutaba de ir llevándola poco a poco como hacía mucho que no hacía de hacerla llegar a un segundo orgasmo mientras levantando la mirada la mirada de Raquel y mía se cruzaban y largo tiempo después descubrí como la mirada de mi prima se bizqueaba y dejándose llevar se corría para mí.
Cuando mi prima termino de disfrutar de su orgasmo vimos como los comensales al otro lado del teatro nos daban la enhorabuena con gestos y hacían que sus amantes terminasen de disfrutar de sus orgasmos mientras con prismáticos terminaban disfrutando de la visión de los pechos libres de mi prima.
De nuevo me senté al lado de mi prima, y de nuevo reanudamos una agradable charla en la que estuvimos hablando de la visita de Gemma ese viernes hasta el domingo. Estuve hablando con ella y le dije que el viernes por la tarde quería quedar con ella y con Bea a fin de presentarlas y que se conociesen y luego como Bea tenía guardia el sábado había pensado que podíamos pasar el dia en la sierra hacer algo de deporte y algo de senderismo. Mi prima me dijo que le parecía una idea excelente que ella ahora libraba por su nuevo puesto todos los fines de semana.
Mi prima me sugirió que si quería que nos fuésemos ya. Mirando el reloj vi que eran las once y media de la noche y estando de pleno de acuerdo con mi prima ya que al dia siguiente teníamos la grabación del anuncio nos batimos en retirada.
Después de pagar mi prima ya que ella quería invitarme para celebrar su ascenso caminamos por la calle hasta llegar de nuevo a la plaza de Alonso Martinez. Pero por el despiste y la agradable conversación que teníamos nos despistamos y nos fuimos andando en dirección a la glorieta de Bilbao recordando que hacía ya unas cuantas semanas que no salía y algo estaba empezando a echarlo de menos.
Cuando nos dimos cuenta del error los dos nos empezamos a reír y dándonos la vuelta volvimos sobre nuestros pasos disfrutando de la agradable noche mientras de igual manera disfrutábamos de nuestra compañía. Mi prima y yo caminábamos agarrados de la mano mientras yo me mantenía excitado al sentir como el lateral del pecho de mi prima se apoyaba contra mi costado. – Mira que te gustan mis tetas – me susurro mi prima. – Es que además de preciosas son naturales prima – le susurre mientras en ese momento viendo un portal abierto no podía evitar meterme con ella dentro del mismo. – Vas a follarme como cuando tenía dieciséis años primo – me dijo mi prima acallando su risa. – ¿Quieres? – le susurre mientras detrás de ella caminábamos hacia el final del vestíbulo del recibidor a la vez que metiendo la mano debajo de su camisa acariciaba sus pechos. – Joder primo como me estas poniendo coño – gruño mi prima mientras disfrutaba de mis manos sobre su piel.
Mi prima se dejó hacer por un momento más, pero notaba que algo rondaba su cabeza. – ¿En qué estás pensando? – le dije. – En que me gustaría follarte en un sitio muy morboso para mí – me susurro haciendo que en ese momento sacase mis manos de debajo de su camiseta y fuésemos en busca de la moto. – ¿Sabes cómo ir a la avenida de Valladolid? – me pregunto mi prima mientras veía como su mirada era de puro fuego. Yo la miré y asentí. – Pues vamos a la entrada que hay en el parque en la Ermita de San Antonio de la Florida – me gruño ella mientras se subía en la moto.
Salimos de la Plaza de Alonso Martinez en dirección a donde me había pedido mi prima que la llevase y subiendo hasta Moncloa bajamos por la calle Pintor Rosales que a esas horas de la noche se empezaba a llenar de prostitutas. – La puta ya la llevas – me susurro mi prima mientras sentía como se pegaba aún más a mí. Me encanto la sensación de sentir como los pechos de mi prima se apoyaban en mi espalda.
Seguimos bajando hasta aparecer en Príncipe Pio y en ese momento mi prima tal y como gemía su madre se corrió en el asiento gracias a las vibraciones del tubo de escape. – Primo que corrida más buena acabo de tener – me gimió mi prima mientras sentía como su cadera hacía que su clítoris rozase con el asiento de la moto. Seguimos por la avenida hasta llegar a Casa Mingo donde nos metimos por detrás y rodeamos la calle trasera quedándonos a la espalda de las dos iglesias que eran una réplica de la otra. – Aparca donde puedas – me susurro mi prima viendo como quedaba a nuestra derecha la entrada al parque de la Senda del Rey.
Aparque la moto y dejándola candada nos internamos en el parque por el que empezamos a caminar. – Aquí venia antes de quedarme embarazada – me susurro mi prima. – Cuando salía de la discoteca a veces venia aquí a terminar la noche – me susurro mi prima. – Y aquí tuve mi primer encuentro lésbico – me susurro mi prima mientras me hacía ser consciente de cómo estaba cada vez más cachonda. – Primo me jure que cuando alguien me follase igual de bien que aquella chica lo traería aquí y le dejaría que me follase sin piedad – me susurro mi prima que a estas alturas casi iba más corriendo que andando.
Llegamos a una de las islas que había en el parque llena de césped en la que en el centro había una especie de jardín que nos medió tapaba de miradas. En ese momento mi prima quitándose la chaqueta que llevaba de montar en moto la dejo caer para sentarse dentro del abrigo que daba las plantas y acercándome a ella mi prima me paro justo cuando estaba enfrente de ella para desabrochando mi pantalón dejar salir mi polla que ya al igual que mi prima estaba en su máximo esplendor.
Delante de mí, de rodillas, estaba mi prima que apenas tras pajearme unas cuantas veces con la mano tal y como estaba de excitada empezó directamente a mamarme la polla. Me encantaba sentir como mi miembro entraba por completo en la boca de mi prima quien se entretenía en lamer todo mi glande dentro de su boca. Mi prima movía su cuello adelante y atrás dejando que sincronizase su mamada con mis acometidas en su boca. – Necesito que me folles bien follada como a una puta – me gruño mi prima que abandonando mi polla se bajó los pantalones hasta las rodillas y poniéndose en la posición de perrito me invito a follarla. – Vamos primo jódeme – me susurro mi prima mientras casi arrancándose la camisa que llevaba puesta dejaba sus pechos a mi alcance.
En ese momento ver a mi prima en esa posición me puso como una moto y poniéndome de rodillas detrás de ella empecé a clavarme en su vagina sin piedad. Me encantaba sentir como mi polla entraba y salía del coño de mi prima convertido en ese momento en un mar de flujos que me invitaban a clavarle todo mi estoque por completo. – Joder primo que gustazo – gemía ella mientras sentía como acuchillaba su interior con mi polla.
Mi prima disfrutaba de mis acometidas dentro de ella – Te ha gustado meterme mano en la discoteca – me susurro mi prima dejándome ver que estaba recordando años atrás. – Me ha encantado porque he visto lo putita que podías ser – le susurre mientras no dejaba de follarla. – Desde luego he notado que tenías una gran polla y por lo que siento no me he equivocado, me tenía que comportar como una zorra para que no te fueses sin follarme – gruño mi prima. – Me encanta follarme a las putas como tu – le dije mientras mordisqueaba su lóbulo y con una mano agarraba su pecho derecho que se derramaba por ambos lados de mis manos. – Me he jurado que están noche no me voy a mi casa sin correrme en tus tetas y en tu boca de puta – le susurre mientras mi mano de sus tetas bajaba a su coño. – No me hagas eso que no me aguantooooo – gruño mi prima mientras sentía como mis dedos acariciaban su clítoris para después empezar a friccionarlo.
Y en poco más de dos minutos sentí como el coño de mi prima ya dilatado a mas no poder me regalaba una maravillosa corrida que dejaba regada mi polla. – Quiero tu culito de calienta pollas como lo he tocado en la discoteca – le gruñí yo ahora a mi prima mientras no había dejado de clavarme en ella. – Esta bien, pero yo me pongo encima – susurro ella mientras en ese momento se quitaba un zapato y casi se arrancaba la pernera del pantalón.
Mi prima me invito a sentarme sobre la chaqueta mientras me arrancaba el pantalón y lo dejaba caer a un lado de nosotros. En ese momento ella se puso sobre mí y a horcajadas empezó a clavarse mi polla en el coño. – Vamos zorra que quiero tu culo – le susurre mientras no paraba de morder y chupar los pezones de mi prima. – Disfruta de mis tetas cabrón que tengo que prepararme para que puedas meter ese trasto en mi culo – me susurro mi prima que encima de mi empezaba a follarse con dos dedos su culo para mí. – Desde luego con el mar de juguitos que tienes en el coño te va a entrar la mar de bien – le gruñí mientras yo ahora debajo de ella me empezaba a clavar también en su coño. – Si cabrón me tienes bien mojadita – me susurro mientras sacando mi polla de su coño la llevaba hacia atrás y me acompañaba en la profanación de su culo. – Desde luego este culo está bien atendido – le dije a mi prima cuando ya había introducido los primeros diez centímetros de mi polla dentro de su culo.
En ese momento mi prima me miro y acercándose a mi oído me susurro – Si es que mi querido primo Montero me lo tiene muy bien atendidooooooooo – gruño mientras sentía como clavándose mi prima toda mi polla dentro de ella esta tenía un maravilloso orgasmo anal para mí.
Mi prima estaba muy metida dentro de su recuerdo, pero aun así note como buscando el placer de ambos mi prima saco mi polla de su culo para clavársela en su vagina y de nuevo a los minutos cambiando volvía a profanar su entrada trasera.
– Estas hecha una guarra de primera – le susurre cuando por tercera vez mi prima cambiaba y se clavaba mi polla en su culo. – Aun no has descubierto casi nada – me susurro mientras en ese momento cuando ya estaba pleno de tocar todos los rincones del cuerpo de mi prima esta se ponía entre mis piernas y regalándome una fantástica mamada me hacía correrme en su boca hasta dejarme satisfecho por completo.
Por un segundo nos quedamos allí tumbados hasta que oímos que venía gente y en ese momento quedándonos como dos críos escondidos detrás de las plantas para que no pudiesen vernos esperamos hasta que se alejaron y tras vestirnos abandonamos el parque.
Mucho mejor la follada contigo que la que recordaba con la chavala – me susurro mi prima por el interfono del casco mientras íbamos de camino a casa.
Una vez que llegamos al garaje miré el reloj y vi que eran las dos de la mañana. Al llegar al piso de mi prima saliendo los dos del ascensor le dije a mi prima – Mañana no voy a salir a correr – le dije invitándola veladamente a subir a casa.
Por las escaleras lo más silenciosos que pudimos ser, subimos a mi casa y en ese momento al cruzar el umbral de la puerta mi prima y yo de nuevo volvimos a enrollarnos. – La boca me tiene que saber a semen – me dijo mi prima. – Y más que te va a saber – le dije a ella mientras pensaba que subiríamos a la habitación.
Mi prima me miro sorprendida cuando llegando al fondo del salón la invitaba a salir a la terraza que como la de mi Tía Laura era una terraza con piscina, jacuzzi y zona ajardinada con árboles y todo. Suavemente le indique a mi prima que fuese hasta la baranda de la terraza donde llegando ella empezó a deleitarse con las vistas de Madrid.
En ese momento ver a mi prima apoyada en la barandilla de la terraza me hizo desde el salón empezar a caminar hacia ella quien oyendo como me acercaba se empezó a desabrochar el pantalón y dejándolo bajar hasta justo donde empezaba su culo lo acompaño de su ropa interior mientras echando el cuerpo hacia atrás me invito a tomarla. Yo en ese momento acercándome a ella de igual manera desabroche mi pantalón y dejando libre mi polla la prepare para clavarme en el coño de mi prima quien gustosa me recibió nada más empecé a clavarme dentro de ella.
Mirando a mi izquierda en ese momento vi a mi Tía que sentada en su terraza disfrutaba de fumarse un cigarro mientras veía como tomaba a su hija. Mi prima aún no se había percatado de la presencia de su madre ya que disfrutaba de como yo detrás de ella me clavaba hasta el fondo de su vagina.
El tener a mi prima con las piernas lo justo separadas para permitirme entrar dentro de ella mientras sentía sus pantalones casi rozando mis testículos a la vez que estimulaba sus pechos hizo que mi prima disfrutase de su orgasmo. Yo en ese momento quedándome quieto deje que mi prima fuese quien retomase la follada y deje que siguiese hasta que ya por fin me corrí dentro de ella dejando mi prima que me quedase clavado en lo más profundo de ella mientras derramaba toda mi corrida en su interior a la vez que sentía escalofríos de gusto al sentir como sus nalgas se apoyaban contra mi cadera.