Mi tía Lola (2: la eyaculación mamaria)
Mi tía es una caja de sorpresas... en su casa descubro un nuevo secreto aun más excitante.
MI TÍA LOLA (2ª PARTE): LA EYACULACIÓN MAMARIA
JUANDIEGO
Regresamos mi tía y yo de nuestro "paseíto", y cada uno se dirigió a su respectiva mesa. Me senté junto a mi madre, pero ignorándola porque mi mente estaba puesta en lo que al día siguiente me esperaba. Mi corazón había adquirido un ritmo tal que creía iba a salírseme por la boca, mi respiración era entrecortada, mis manos estaban empapadas de sudor frío... pero el centro de todas las emociones vividas hasta ese momento era mi pene: estaba por explotar y notaba como latía ahí debajo, impaciente por expulsar el inmenso volumen de semen acumulado aquella noche. Me espabiló mi madre con un codazo, y me preguntó:
-¿A dónde has ido con tu tía?- era esperable aquella pregunta, pues seguro todos se habían percatado de nuestra ausencia. Rebusqué en mi mente y encontré la excusa perfecta:
-Fuimos a fumarnos un cigarrillo fuera... me encontraba mal de cargado que está el ambiente aquí dentro.- y eso sirvió además para, a renglón seguido, decir creo que me voy para casa ya, no me encuentro nada bien...
Y era verdad... estaba totalmente jodido, pues aquella hembra que tenía por tía me había dejado en un estado de calentura tremenda, que necesitaba descargar. Sin esperar a que mi madre siguiese preguntándome, me despedí de todo el mundo, me acerqué a la mesa donde se sentaba mi tía y, al oído, le dije:
-Mañana nos vemos, tita; a eso de las 5 estoy en tu casa, y seguimos hablando.
-De acuerdo- y nos dimos un beso bastante distante, por la circunstancia que nos rodeaba, supuse.
Cogí el coche y me dirigí a mi casa. Conducía por impulsos, sin estar centrado en la carretera. Mi cabeza era un ir y venir de sensaciones vividas aquella noche, aquella noche que había supuesto un importantísimo paso hacia mi objetivo, pues al día siguiente seguramente iba a cumplir mi sueño que tanto deseaba desde siempre.
Al acostarme, no quise masturbarme, quería mantener toda la furia acumulada para mi tía. El eslip estaba empapado de líquido preseminal, lo que conllevaba que mis genitales estaban deseosos de descargar su producto. Pero me contube e intenté dormir.
Al día siguiente me dirigí a casa de mi tía a las 4:50 de la tarde: Mi tio seguro no estaría porque trabajaba también los sábados. Además mi primo aquella noche fua la primera de casado, por lo que tampoco se encontraría allí. Estaba más nervioso que nunca, era lógico, porque estaba a punto de saber si mi sueño se cumpliría o no. Aparqué el coche en la puerta de la casa de mi tía. Mis tíos viven en una casa en las afueras de Sevilla, en una zona de dinero, pues mi tío era el director de un banco de aquí de Sevilla. Me temblaban las piernas y las manos cuando ascendí las escalerillas que llevaban directamente a la puerta de entrada del chalet. Pulsé el timbre y a los pocos segundos, apareció ella. Creo que notó mi asombro al verla así vestida: llevaba unos culotes de esos muy ajustados, color negro que hacían marcar de sobremanera sus rajas trasera y delantera... llevaba tanga, deducible por el triangulo que se le sobreimpresionaba por detrás; por arriba no iba a ser menos, pues lucía un top de lycra color blanco que lograban el efecto aumentador de pecho, más aun que su tamaño natural que es de por sí descomunal; aquella prenda le permitía no llevar sujetador por lo que a cada movimiento, sus globos se tambaleaban a un lado y otro; llebaba el pelo suelto, lo que decoraba su cara, siempre esplendida con aquellos ojazos verdes. Los labios pintados color carmín, las uñas a juego con los labios, y en los pies un par de zapatos de cuña de esos que permiten sacar los dedos por delante; las uñas de los pies también iban lacradas, a juego con las de las manos y los labios.
-Hola Juanillo, pasa, te esperaba-
También estaba nerviosa, sus pezones la delataban, porque, gracias al top de lycra que llevaba, éstos se marcaban perfectamente, a lo que se le sumaba el que no llevara sujetador... estaban muy erectos y hasta pude adivinar el contorno de su aureola a través de la tela elástica del top. Me invitó a pasar al salón y me indicó que me sentara en un sillón de cuero negro que estaba colocado delante de una mesa baja de cristal.
-Gracias tita,estas preciosa...- me salió de dentro.
-¡Vaya! ¿estás otra vez impulsivo, como anoche?- comentó, y seguidamente me dio una palmadita en la mejilla a modo de reprimenda, aunque ambos sabíamos era para un primer contacto - ¿quieres un refresco?, ¿coca-cola o naranja?
-Coca-cola mejor, gracias de nuevo, tita.
Se fue hacia la cocina con un movimiento de caderas exagerado, que hacía que sus redondos glúteos chocaran uno contra el otro. Al regresar, el panorama fue aun mejor, porque sus grandísimas tetas se mecían hacia un lado y hacia otro, hacia un lado y hacia otro, provocando en mí la mayor de las delicias.
-Aquí tienes- colocó el vaso de refresco sobre la mesa de cristal y se sentó junto a mí, con la pierna derecha doblada sobre el sillón y debajo de su culo, y levemente girada hacia mí - ¿qué tal te lo pasaste anoche?
-Muy bien, la boda estuvo genial....
-¿Sí?, me alegro, yo también me lo pasé genial... en todo momento- y me guiñó un ojo, favoreciendo aun más la taquicardia que ya tenía.- quería preguntarte una cosa sobre lo que hablamos ayer: ¿es cierto eso que me dijiste que no has estado con ninguna mujer?
Iba directa al grano... sin rodeos. Pude apreciar como su respiración era cada vez mas acelerada y como sus manos, apoyadas sobre sus musculosas piernas, estaban temblorosas y sus piernas estaban muy intranquilas.
-...bueno, sí tita es cierto... yooooo...
-¡no, no!, si no es nada malo. Solo que me sorprende; hoy en día los chicos pierden su virginidad a muy temprana edad, a los 17 o 18, ¿no es así?
-si creo que si, pero en mi caso, estoy esperando a la mujer perfecta para estrenarme por fin lo dije, era lo que estaba deseando decirle desde la noche anterior, que el motivo de mi virginidad no era otro que la espera para el polvo ideal con la mujer ideal, en el momento ideal. Supuse que dedujo que aquella mujer era ella, o al menos esa era la intención.- ¿por qué te interesa tanto mi situación, tita Lola?- la miré a los ojos, ella tenía la mirada agachada, como perdida en sus pensamientos.
-Es que no puedo creer que estemos tu y yo aquí sentados hablando de estos temas tan personales... me da mucho... morbo esta situación...- ahora ya su respiración estaba totalmente descontrolada y podía notar como los latidos de su aceleradisimo corazón producian un efecto ondulante sobre sus pechos.
-Tita ¿te confieso una cosa?- este era el momento culmen de mi vida sexual, iba a confesarle a la mujer de mis sueños que la deseaba desde siempre... y seguro seria aceptado a tenor de lo que acababa de decir - a mi también me esta produciendo esto mucho morbo... muchisimo... porque he estado esperando este momento desde no se cuando... tantas veces lo imaginé...- ésto en verdad no quise decirlo, solo fue un pensamiento en voz alta, pero ella lo escuchó:
-¡Dios mío! ¿es cierto? ¿te has... tocado pensando en mí?- era obvia la pregunta.
-¡No!... bueno sí, tita,... yo... no se...- estaba que me iba a desmayar de la emoción y la excitación... ¡le había confesado a mi tía que me masturbaba pensando en ella, en sus tetas gordísimas, en su culo redondo, en sus manos y sus uñas perfectamente tratadas, en sus pies y sus zapatos de tacón!
-No es malo, cariño- aquel "cariño" me perturbó por completo, pues había usado un tono distinto al decirlo que durante toda la conversación es normal que un joven se excite con una mujer guapa como soy yo, a lo que se suma mi forma de ser y de vestir... - mientras decía esto se iba acercando cada vez más a mi, hasta quedar su pecho pegado a mi hombro izquierdo... noté sus tetas blandas pero consistentes. -... mira, se que ahora estás... bueno, como debes estar, así que te propongo que te toques aquí delante; esta vez no será tu fantasía, sino yo realmente, en carne y hueso.
Me mareé de la excitación al escuchar esto... ¡mi tia me pedia que me masturbara delante de su cara! ¡¡¡No podía creerme esto!!!. Tomé fuerzas de flaqueza y me desabroché el pantalón. Mi tía no perdía detalle y sus ojos se clavaban en mi paquete. Me aparté el eslip y mi polla, que estaba chorreante de liquido preseminal y tiesa como un manubrio, saltó como un resorte y se quedó recta sobre los botones inferiores de mi camisa... estaba descomunal, nunca la vi tan grande.
-¡¡¡¡DIOS MIO,JUANILLO!!!!- mi tia tenia los ojos como platos, mirando mi estandarte.-¡¡¡ES HERMOSÏSIMA!!!- joder con mi tía, piropeando mi propio pene.
-tita... ¿que hago ahora?- ese debía de ser mi juego, ser el corderito, el inocente, el tímido-
-¿Qué vas a hacer...? vamos, ¡MENEATELA, POR DIOS!- Mientras decía esto ví como su mano derecha se colocaba entre los dos muslos, más arriba de lo normal. - ¡VAMOS, JUAN; POR FAVOR, DALE CAÑA!!
Aquella actitud de mi tía me estaba matando; esa forma de gritar y darme ordenes, pero sin que en ningún momento fuera violento, me estaba volviendo loco. No esperé más y agarré mi mastil con la mano derecha, cerré el puño a su alrededor y empecé a subir y bajar muy despacio. Mi tía no perdía detalle y sus ojos verdes centelleaban al admirar aquella escena que le estaba brindando; me fijé cómo movía sus caderas hacia delante y hacia atrás, con su mano izquierda perdida muy arriba entre sus carnosos murlos... ¡mi tía se estaba dedicando un magnífico dedo a mi costa, con mi masturbación!
-¡VAMOS JUAN, ACELERA ESE RITMO, QUE ME ESTÁS MATANDO!- gritó.Y eso surtió efecto porque aumenté el ritmo de la tremenda paja que me estaba haciendo Juanillo, avisa cuando te llegue.
-Vaaaa...le tiiii....taaaaaa respndí. Poco a poco noté como el climax iba ascendiendo por todo mi cuerpo tíii... taaaaaa, creeeeeoooo que me llegaaaa.... yaaaaa.
-¡NO, ESPERA, CARIÑO! ¡PARATE, POR FAVOR!
¿Cómo?, ¿qué significaba esto, una especie de tortura sexual o algo así?, ¿realmente mi tía no quería que me corriera?; tuve que pedir clemencia:
-¡Por dios tita, no me hagas esto!
-Tranquilo, Juan Mi tía empezó a masajearse las dos tetas por encima de la lycra, las apretujaba, las aplastaba, las comprimía una contra la otra - ¿cuántas veces has imaginado que acababas encima de las tetas de tita, mientras ella te hacía una paja a la cubana?
-Muchísimas, tita, muchísimas...-respondí
-Pues hoy.... diciendo esto se puso de pie-... tus sueños se harán realidad.
Poco a poco se fue levantando el top que cubría aquel par de tremendas mamas, y por fin pude admirar en vivo lo que hasta entonces había sido objeto de tantas y tantas masturbaciones: Eran inmensas, más de lo que aparentaban, bastante redondas pero a la vez algo caídas por el bestial peso; coronaban esas masas de carne un par de pezones grandes y muy erectos, situados justo en el medio de dos aureolas redondas y de 7 centimetros de diametro; el color marrón tanto de los pezones como de las aureolas me estaban aturdiendo. Mi tía, situada de pie en frente mía, tomó con su mano derecha la teta correspondiente, a modo de cuchara, aunque no lograba abarcarla del todo. Con la otra mano empezó a juguetear con su pezón, ahora un pellizquito, ahora un masajito, ahora dándole con las uñas color carmín arriba y abajo... aquello iba a conseguir que me desvaneciera.
Por fin mi tía se arrodilló entre mis piernas y poco a poco fue acercando sus pechos a mi polla... hasta que ésta quedó colocada justo en el valle que se formaba entre ambas cimas. ¡Era algo indescriptible! Aquella suavidad, aquel calor que desprendían, aquella mezcla de dureza y algodón blando... pensé que me corría en ese momento. Mi tía colocó sus preciosas manos en los laterales de cada pecho y fue apretando y apretando, hasta que mi pene quedó perdido entre tanta masa de carne moldeable. Para colmo de morbo, sus dedos índice y pulgar estaban entretenidos estimulando cada pezón... la cara de mi tía hablaba por ella... estaba disfrutando tanto o más que yo. Entonces muy lentamente, empezó a subir y bajar su cuerpo, haciendo que sus tetazas realizaran la misma función que hacía un momento hiciera mi mano derecha.
-¡JODER TIIIIITAAAAAAA..... QUE ME HACEEEEEES!- tuve que gritar del placer que estaba experimentando
-¡AH...AH....AH...! mi tía daba un gemido cada vez que su cuerpo alcanzaba el punto más bajo - ¡JUAAAAAANN.... TE GUSTA LO QUE TU TITAAAA TE ESTÁ HACIENDO CON SUS TETAAAAZAAAAS!
La velocidad de la cubana fue subiendo, hasta alcanzar tal velocidad que mi tía empezó a sudar del esfuerzo... estaba preciosa, con sus ojos mirando los míos, sus labios entre abiertos y expulsando gemidos a cada embestida que me daba, su cabello negro hacia atrás, sus pechos entre sus manos y los pezones entre sus dedos... noté que me venía
-¡¡¡¡TIIIIITAAAAAAA!!!! ¡POR DIOOS NO PARES AHORA, QUE YA ME LLEGA!
-¡¡¡¡¡AAAAAAAAA MIIIIIIIIII TAMBIÉEEEEEEEEENNNNNNNN!!!..... ¡AAAAAHHH AAAAAHHH ..... JODER QUE ME COOOOOORRROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!- ¿Mí tía estaba teniendo un orgasmo tocandose sólo las tetas?- ¡¡¡¡TOMA LAAAAAA LEEEECHEEEE DE TITAAAA, CABRÓOONNNNN! ¡¡¡¡¡QUE ME HAS PUESTO LAS TEEEETASSSS A PARIR CON TU POOOOOOOLLAAAAAAA!!!!!!! ¡¡¡¡¡VAAAAS A VER COMO SE CORREEEEE TU TÍIIIA POR SUS TETAAZASSS AAAGGGGAGGGGAGGG!!!! ¡¡¡¡¡QUE GUSTAZOOOOOOOO ME HAS DAAADO EN MIIIIS TEEEETTTTAAAAAAAAS!!!!!
Entonces ocurrió algo increíble: de los pezones de mi tía empezó a emanar sendos chorritos transparentes, como de pis, que empaparon mi vientres... ¿era posible aquello?, ¿realmente se puede una mujer correr por las tetas?. Mi tia ordeñaba sus pechos, apretándolos con sus manos, haciendo que éstos expulsaran más y más de aquel semen mamario. La eyaculación mamaria que acababa de presenciar fue la guinda... y junto con las convulsiones de las tetas de mi tía, lograron hacerme expulsar la primera corrida delante de una mujer... ¡y de qué mujer!:
-¡¡¡¡AAAAAAAHHHHHH!!!! TOMAAAAAAA LECHEEEEE, ZOOOORROOOONNAAAAA!!! QUE ME CORROOOOOOOOO EN TUS TETAAAAAAZAAAAAAAAAAAS.... AAAAAAAGGGGGGG!!
El placer me nubló la visión y me desvanecí en el sillón, mientas mi nabo escupía más y más leche. El primer chorro de semen fue a parar a la barbilla de mi tía; esto le hizo reaccionar y apretando sus tetas de nuevo contra mi polla, fue ordeñandomela hasta conseguir que yo expulsara hasta el último mililitro de semen. Cuando acabé la corrida, que duró casi dos minutos, ambos no quedamos extasiados: yo, en el sillón de cuero, con la cabeza apoyada hacia atrás en el respaldo; mi tía, con sus tetas todavía apoyadas en mi pene; ambos, jadeantes por el esfuerzo y la emoción... ¡¡¡ME HABÍA CORRIDO CON LAS TETAS MAS GENEROSAS QUE JAMÁS HABÍA VISTO, LAS DE MI TÍA LOLA!!!