Mi tía es un sueño hecho realidad
Trata de la relacion entre tia y sobrino.
Hola compañeros, todo comenzó hace pocos meses, la familia de mis tíos maternos y la mía se llevan a la perfección. Estamos casi todos los días juntos. Tras finalizar el curso nosotros nos íbamos de vacaciones a un apartamento, y mis tíos a otro que está cuatro pisos mas abajo. Este año ha sido diferente, por motivos laborales mis padres no podían bajar, y mis tíos se ofrecieron a que me quedase con ellos en su apartamento, por lo que mis padres accedieron. Yo con mi tía política (Feli) me llevo perfectamente. Pero siempre la había visto como una más de la familia. Tiene dos hijos, mis primos, de 2 y 5 años menos que yo. Desde el principio de estar allí sentí que iba a ser diferente. Mi madre le dejo las llaves del apartamento para que limpiara un poco el piso, como un favor. Mi tío, atareado con su trabajo iba a la ciudad todos los días y nos dejaba solos a mi tía, mis primos y yo.
El segundo día de estar allí dijo Feli que la acompañara para ayudarle con la limpieza del piso, mis primos se bajaron a la playa mientras tanto. Subimos y todo estaba correcto, pero a ella le gusta ponerse vestidos cortos para bajar a la playa, y mientras barría el suelo se iba agachando, yo intentaba ver lo más que podía, conseguía ver de vez en cuando las braguitas que llevaba puestas. Yo estaba consiguiendo una erección increíble, pero me resulto raro ponerme con mi tía, y cuando menos me lo esperaba, mi tía vio que le estaba mirando su trasero, y yo me quede muy cortado e intente disimular, y Feli sin decir nada siguió barriendo pero veía por los espejos que la seguía mirando, hasta que se giro de nuevo y vino hacia mi.
Se puso en frente y me pregunto que si lo que estaba viendo me gustaba, yo titubee un poco y le dije que si, ella siguió barriendo la casa como si nada hubiera pasado. A partir de ese instante comencé a imaginarme a mi tía y a mí juntos haciendo de todo, pero eran simples sueños imposibles. Lo único que cambió fue que cuando nos juntábamos con la familia ella se acercaba mucho a mí y de vez en cuando me tocaba el culo y cosas así extrañas. Yo tenía apenas los dieciocho años cumplidos cuando ocurrieron estas insinuaciones, pero en realidad la miga de esta historia está al finalizar el verano y comenzar la universidad. Yo seguía manteniendo sueños eróticos con ella, pero cada vez necesitaba más tener un restregón con ella. Eran días de fiesta en el instituto, pero no para los trabajos, Feli no trabaja, es ama de casa y vivimos prácticamente al lado, por lo que me extraño su visita fue que nunca venia a mi casa sino que nos veíamos en la calle. Eran las 11:30 de la mañana cuando oigo el portero y voy a ver quien es.
-¿Quién es?
-Soy Feli, abre la puerta, tengo que darte una cosa para tu madre.
Yo le abrí la puerta y me mire en el espejo a ver si me encontraba bien para ella. En eso que tocan al timbre de la puerta y voy a abrirle.
-¡Hola!, ¿como tú por aquí?
-Nada que e pasado por la puerta de la pastelería y os e comprado estos dulces para después de la comida.
En eso que la abrazo para darle un beso y decirle que no se quedase en la puerta y que pasara a dentro. Mi tía medirá 165 centímetros, tendrá unos 40 años y esta buenísima. Mientras ella entraba en casa yo le mire que llevaba puesto, eran unas medias de rejilla de las que le gustaban a ella, una minifalda que le marcaba el culito y una camiseta de tirantes con un escote enorme que dejaba entre ver la mayoría de sus hermosos senos. En cuanto la vi, me puse malo. -Bueno siéntate, ¿quieres algo de beber?-le pregunte.
-Pues no tengo ganas, gracias de todos modos.
Nos pusimos a hablar durante un rato sobre algunos temas, y cuando creía que ya se iba a marchar me exclamó:
-Bueno, yo no venía en realidad a traer los dulces estos, es que debía hablar contigo.
-Pues dime lo que quieras-respondí.
-Mira se que hace poco tiempo de lo que te voy a decir pero creo que desde ese momento han cambiado muchas cosas. Pero espera un segundo que tengo que entrar al cuarto de baño.
Mientras ella iba al servicio yo la miraba y se me caía la baba, pero a la vez estaba rallándome con lo que me había dicho. ¿Qué sería lo que me tenía que decir?, no había pasado ni un minuto cuando se oye la puerta del baño. Yo seguía sentado en el salón cuando regreso del servicio. Se sentó junto a mí en el sofá y me miro como pidiéndome algo, en seguida me lance sobre ella y la comencé a besar, pero ella comenzó a oponer resistencia con sus manos.
-¿Qué coño estas haciendo?- Me preguntó cuando consiguió quitarme de encima.
-Lo que tenía que haber hecho en la playa-contesté.
-Mira creo que te estas confundiendo, yo me voy de aquí.
Mientras ella recogía sus cosas yo pensaba en como arreglar la situación. No sabía como actuar, y lo único que se me ocurrió fue cogerla del brazo para que no se fuera.
Me miró y dijo:-Esto no puede ser soy tu tía y tú me tienes que respetar.
En ese instante vi que era la oportunidad y la abracé, la volví a besar y ella no se resistió, la levanté del suelo y se engancho con sus piernas y brazos a mí hasta llegar al sofá. Me encantaba como me besaba, como me recorría con sus manos, era perfecto, los sueños de poder follármela estaban apunto de cumplirse. Yo le empecé a decir lo que desde el verano debía haberle dicho, estaba loco por ella, y ella me respondió que sino hubiese sido por mi tío ya estaríamos juntos.
Rápidamente ella me separó y me quito la camiseta, yo hice lo mismo con la suya y cuando pude observar sus tetas de cerca me parecieron de una diosa. Le quite el sujetador y comencé a comérmelos, seguí bajando por su cuerpo, me detuve a la altura del ombligo y contemple el piercing que llevaba. Le levante la falda, lo que estaba viendo era increíble, llevaba puesto un tanguita de color rosa que me puso a cien. Le empecé a comer su concha sin quitarle el tanga y de repente dio unos cuantos gemidos y a empujar mi cabeza contra su sexo. Era exquisito, ¡estaba ardiendo por mí! Poco a poco quito mis pantalones y también mis boxers. Yo hice igual que ella con su faldita y me la empezó a chupar de tal forma magistral que en pocos segundos me corrí. ¡La mejor mamada de mi vida! Me la succionaba y me lamía de arriba abajo. Tras correrme se tragó todo el semen que expulse, fueron unos momentos increíbles. Mi tía cuando vio que eyaculé se enfrió un poco pero observo que seguía teniendo una gran erección y empujándome contra el sofá me tuvo dominado, se coloco encima para que le metiera mi polla hasta el fondo y así lo hizo ella misma, comenzamos a gozar como locos, parecía como si estuviera a punto de llegar alguien y nos pudiera pillar. Mi tía estaba a punto de correrse cuando me acorde de lo que me tenía que decir.
-Tía, ¿qué me tenías que decir? Es que no me lo has dicho.
-Cuando terminemos te lo digo. No estropees este momento. Sigue follándome, ¡no pares!
-Tía, para un segundo y dímelo . -No creo que sea el mejor momento nene. Luego te lo digo cariño.
Parecía poseída por algo, no podría pararla nadie. Era sobrenatural, maravilloso, increíble, aunque duró apenas un minuto, y terminó por correrse en mí. Ya parecía que todo había vuelto a la calma cuando segundos después de llegar al clímax se me acerca al oído y me susurra que se la meta por el culo. El culo que en tantas fantasías me había follado iba a poder probarlo. Le dije que me parecía bien, se volteo rápidamente y se puso a cuatro patas mostrándome su trasero en todo su esplendor. No me lo pensé dos veces, le puse un poco de saliva en el trasero y comencé a metérsela despacio, entraba fácilmente, era delicioso. Cuando se la metí hasta el fondo soltó un pequeño gemido de placer y su trasero se movió dulcemente como por arte de magia para adaptarse a mi polla. Cuando estaba perfectamente acomodada el movimiento de su culo era mortal, me hipnotizó y mi tía me invitó a que hiciera lo que quisiera. Ese era mi sueño ¡correrme en su hermoso culo! Los dos estábamos disfrutando como niños. Pero me estaba poniendo tan cachondo que no aguantaba más. Me iba a correr y mi tía notó que aceleré mi ritmo. Ella se incorporó me cogió el cuello con sus manos y me digo que le diera de nuevo mi leche, que tenía hambre de mí. Yo seguí moviéndome hasta que no podía más. Era imposible aguantar más. Se la saqué y me corrí en su cara y en sus pechos, con los que me hizo una cubana para tranquilizarme. Era el mejor polvo de mi vida. Un sueño hecho realidad. Cuando se limpio y nos vestimos sin decirnos nada le miré y le pregunté que era lo que me ibas a decir, y ella me respondió:
-Llevo enamorada de ti desde este verano y hoy e ido a firmar el divorcio con tu tío, quiero que te vengas a vivir conmigo y ser una familia, te quiero.
Yo no podía creérmelo, era inimaginable pero sí.
-Tía yo lo siento, pero yo tengo que seguir haciendo mi vida y aunque también este enamorado de ti quiero que esta relación sea nada más que física. ¿Qué me respondes?
-Me parece bien, por cierto tu tío nunca me ha hecho sentir un orgasmo, otro día vendré no te preocupes. Te quiero.
Fue casi una rutina a partir de este día, un día increíble que marcó el fin de una etapa de niño y el principio de la etapa de persona mayor que puede conseguir aquello que desee. Yo tengo la universidad por la tarde, y por la mañana, estoy solo en mi casa todos los días de la semana menos el domingo. Creo que sobreentendéis quien viene a mi casa sobre las 10 de la mañana día tras día, ¿no?
Un abrazo a todos y espero que mi experiencia os haya gustado.