Mi tía Diana 1: Las Bragas

Mi tia me sorprende oliendo sus bragas y está tan necesitada que pasamos una noche maravillosa llena de sexo.

Mi nombre es David, y lo que les voy a contar sucedió. Soy hijo único, alto, 1,78 m., ojos verdes claros y aunque no acostumbro hacer ejercicio tengo un cuerpo más o menos bien definido, heredé los buenos genes de la familia.

Para aquel entonces estaba en el último año. Y aunque no era un alumno destacado tampoco me destacaba por el desorden, se puede decir que era uno más del montón, con uno que otro incidente, pero eso ya es otra historia. Aunque para ese entonces ya había tenido una que otra experiencia, especialmente con algunas compañeras de clase nada se compara con lo que pasó ese viernes.

Estaba en clase cuando recibí una llamada de mi tío Felipe, el hermano menor de mi papá, tanto mis papás como mi tío Felipe y su familia vivíamos en la misma ciudad, solo que en extremos diferentes:

  • Hola David, que tal? - Lo escuché preocupado y angustiado. Con la voz quebrada, casi no podía hablar.
  • Hola tío… Sucede algo?.

Después de unos segundos de silencio en los que seguro trato de calmarse volvió a hablar.

  • Hace poco me llamaron del colegio de Sofía a decirme que había sufrido un accidente, al parecer se cayó y se lastimó un brazo… - Sofía es mi prima pequeña de unos 8 años más o menos, es la única hija de mi tío y por lo tanto su mayor tesoro. -... Tu tía Diana ha salido corriendo para el hospital y necesito pedirte un favor.
  • Claro, lo que sea.
  • Necesito que te quedes en mi casa está noche, seguramente tu tía va a tener que quedarse en el hospital toda la noche con Sofi y como has escuchado han ocurrido algunos robos a residencias últimamente y ya tenemos suficiente de tragedias… -

Mi tío debido a su trabajo estaba la mayor parte del tiempo fuera de la ciudad y solo venía 4 o 5 días al mes, por lo que mi tía Diana y mi prima Sofía asistían la mayor parte del tiempo ellas solas. Y ya que era su familia más cercana y teníamos un buen nivel de confianza supongo que por eso me llamó. Cabe mencionar que mi tía Diana era hija única, no tenía más familia que a mí tío y su pequeña hija, por lo que la relación especialmente con mis papás y conmigo siempre fue muy cercana. Solíamos pasar muchos fines de semana juntos: almuerzos, reuniones, paseos, fiestas, en fin los seis éramos casi inseparables, o bueno los cinco porque como dije antes mi tío casi no estaba en la ciudad…

  • Claro tío, cuente conmigo… - Al ser viernes no tendría ningún inconveniente, solo tendría que cancelar la típica salida a tomar una copa con mis amigos, y al ser un asunto tan urgente no podría oponerme, la familia ante todo…
  • Tu tía Diana tendrá que ir a la casa sobre las 15:00 a recoger unos papeles de Sofía… Ella te esperará para darte las llaves de la casa…
  • Listo tío, hablamos más tarde para que me tengas informado.
  • Gracias David… -

En ese instante mi tío colgó dejándome algo preocupado, aunque él tiende a exagerar las cosas podía ser que lo de mi prima no fuera tan grave. En todo caso el resto de las clases estuve más desconcentrado de lo normal.

Al ser viernes la jornada escolar termino más temprano de lo habitual, sobre las 14:00. Así que decidí irme caminando hasta la casa de mis tíos que quedaba a aproximadamente a unos 30 min. Al fin de cuentas no habría nadie sino hasta después de las 15:00 que sería la hora en que mi tía Diana regresaría del hospital.

Llegué a la casa de mi tío a eso de las 14:45 y llamé a la puerta, pero como me lo suponía aún no había nadie, no tuve más remedio que sentarme a esperar a mi tía. Después de 20 min vi que mi tía llegaba caminando a un buen ritmo, casi corriendo, al llegar donde yo estaba nos saludamos con dos besos en la mejilla como siempre. Pude notar su respiración agitaba y un par de gotas de sudor sobre su frente, definitivamente debió de correr durante parte del trayecto de regreso. Ella me invitó a entrar a la casa, lo cual hice tras de ella.

Mi tía Diana siempre me ha parecido una mujer maravillosa, muy hermosa y con un cuerpo que vuelve loco a cualquiera, con las hormonas alborotadas típico de la adolescencia yo no era la excepción. En ese entonces tendría más o menos 28 años, es alta, 1,70 m aproximadamente, tez blanca, ojos cafes, boca sensual, cara muy bonita, cabello negro hasta un poco más abajo de los hombros, un cuerpo de infarto, unos senos aunque medianos aún firmes y duros (como más tarde comprobaría), unas piernas largas bien torneadas que terminan en un culito grande y paradito que ha hecho que más de uno soltemos la baba, pero sin duda alguna lo que más me llama la atención es su cintura, una cinturita delgadita, de avispa, que le forma un cuerpo de reloj de arena, lo cual unido a su personalidad: sencilla, alegre, extrovertida, tierna y por qué no hasta algo pícara y morbosa, la convierte en una mujer perfecta, una diosa… Pero sin duda la noticia del accidente de Sofi los había tomado por sorpresa, pues mi tía estaba con ropa de estar por la casa, un pantalón de sudadera azul muy ancho a mi parecer, una blusa sin mangas blanca también algo desgastada y una gabardina que un par de veces le había visto puesta cuando hacía algo de frío, quedando todo su maravilloso cuerpo oculto, en conjunto nada llamativo, o al menos eso pensé hasta que se quitó la gabardina, parecía que mi tía no llevaba sujetador, sus pezones se marcaban ligeramente contra la fina tela de la blusa que tenía puesta, por lo visto el ejercicio que había hecho al caminar tan rápido desde el hospital y el continuo roce con la tela provocó ese espectáculo tan maravilloso ante mis ojos. Y no era el único que se había emocionado, mi amiguito también empezaba a sentir el efecto de lo que estaba viendo. Solo las palabras de mi tía me hicieron reaccionar.

  • Perdona sobrino, salí tan deprisa está mañana que ni tiempo de colocarme sujetador me dió…-

No podía ser, mi tía me había sorprendido mirándola, aunque no era la primera vez que la espiaba o me quedaba mirando más de la cuenta esperaba que fuera la primera vez que ella se daba cuenta, en ocasiones anteriores había visto sus bragas en descuidos al cruzar las piernas o le había visto el inicio de sus tetas cuando se colocaba algún escote, pero nunca más alla. No pude evitar sonrojarme, sentía la cara roja de la vergüenza. Seguro que si hubiera visto mi cara debía parecer un completo idiota, mi tía preocupada por su hija y yo mirándole las tetas.

  • Perdón tía, no sé que me pasó pero no pude evitar quedarme mirando al notar que no llevabas sujetador.
  • Tranquilo no pasa nada.

Trate de cambiar de tema haber si lograba calmarme.

  • Y como está mi prima?
  • Pues aún no sabemos nada, no la han atendido porque me faltaban algunos papeles, por eso tuve que salir corriendo a llevarlos. Voy a cambiarme de ropa y a buscar los papeles y me voy de nuevo para el hospital. Si quieres puedes ir a la cocina y sacar algo de tomar de la nevera.

Así lo hice, me dirigí hacía la cocina por algo de tomar, necesitaba bajar mi calentura y tal vez algo frío lo conseguiría. Mientras tanto mi tía Diana se dirigió a su habitación.

Aunque la casa de mis tíos era amplia y tenía tres alcobas solo la alcoba principal estaba disponible, ya que mi tío se la pasaba la mayor parte del tiempo fuera de la cuidad decidieron que lo más conveniente para no sentirse tan solas era que tanto mi tía como mi prima durmieran en la misma habitación, en ella habían dos camas una para mi tía y la otra para mí prima, otra de las habitaciones la tenían como estudio y la última era donde guardaban y almacenaban diferentes objetos que casi nunca utilizaban, se puede decir que era una especie de bodega.

Al llegar a la cocina abrí la nevera y saque una lata de cerveza, pensé que me vendría mejor, al cerrar la nevera me quedé mirando una foto de mi tía que estaba pegada a la puerta de la nevera, debía ser cuando ella tenía unos 20 - 22 años, estaba en bikini y se veía increíble, sus curvas perfectas y un color bronceado que le sentaba de maravilla. Una vez salí de mis pensamientos me dirigí hacía la sala a esperar a mi tía para despedirme de ella.

Pero lo que yo no contaba era que al mirar hacia su habitación estuviera la puerta medio abierta, seguro que por el afán y la preocupación que tenía no se aseguró de cerrar bien la puerta, y que el espectáculo que me estaba dando iba a provocar que mi polla que ya se le había bajado la calentura volviera a ponerse dura.

Estaba mi tía de lado a mi ángulo de visión terminando de abrocharse un sujetador negro con encaje en la parte superior, para después colocarse una camisa de cuadros tipo leñadora roja y negra que se fue abotonando lentamente haciendo que cada vez me excitará más. Después de terminar de abotonarse la camisa se giró quedando de espaldas a mi, para agacharse lentamente dejando a mi vista un tremendo culazo encerrado en un vaquero blanco que dejaba transparentar un tanga negro pequeño, a ese punto yo ya estaba a estallar, finalmente se colocó unos tacones no tan altos negros y comenzó a maquillarse un poco su cara, en ese momento me aleje de la puerta y me dirigí a la sala, maldiciendo el haberme demorado tanto en la cocina, que tal que hubiera alcanzado a verla completamente desnuda. Estando en mis pensamientos mi tía salió a la sala con un folder en su mano, se veía muy hermosa, y así se lo hice saber…

  • Wow, Tía te ves muy hermosa…
  • Gracias David, y eso que me arregle deprisa…- Dijo con una pequeña sonrisa...

Me dió dos besos en la mejilla y salió diciendo que nos veríamos en la mañana y que me estaría avisando de como seguiría mi prima Sofía.

Una vez mi tía se fue tuve que ir al baño a jalarmela, mi polla estaba atrapada en mis pantalones con una excitación que me dolía, no fue sino llegar al baño, bajarme los pantalones y jalarmela un par de veces para que cinco potentes chorros de leche salieran disparados desde mi interior.

Un poco más relajado me fui hacia la sala a mirar algo de tele. A los pocos minutos quedé dormido y solo me desperté hasta cerca de las 20:00. Fui a la cocina a buscar algo de comer y en una cosa y otra me entretuve hasta que a las 20:30 me fui hacia la habitación a seguir mirando algo de televisión, pero al entrar a la alcoba hubo algo que llamó toda mi atención, mi tía había salido tan rápido que ni siquiera había guardado la ropa que se había quitado, sobre su cama se encontraba la blusa blanca y debajo de esta su sudadera, y como ya ella misma lo había confirmado no había ningún sujetador, la curiosidad de saber si también estaban sus bragas hizo que de inmediato cogiera su ropa llevándomela a la nariz, aspirando su aroma, ese olor dulce, maravilloso, embriagador. Y ahí estaba mi tesoro, dentro de su sudadera, unas bragas rosadas normalitas, nada sexys, pero que me habían vuelto a poner al cien, las cogí y las olí, principalmente en la parte que da en su coñito, era un olor indescriptible, que solo pude interpretar como olor a gloria. Se me volvió a poner dura la polla de inmediato y comencé a jalarmela de nuevo, pero quería más, así que fui a buscar dentro del cesto de la ropa sucia que había junto a su cama, lo abrí y lo examine detalladamente, de arriba a abajo, había ropa de toda clase tanto de mi tía Diana como de mi pequeña prima Sofía, pero al centro del cesto estaba lo que iba a buscar y si me había emocionado con solo una de sus bragas ni que decir cuando descubrí cuatro o cinco más de ellas, además de algunos sujetadores.

Había varios tipos de bragas,  algunas normales pero que aún así no dejaban de llamarme la atención, y otras muy sexys y llamativas. Pero sin duda alguna la mejor era una tanguita blanca muy pequeñita que probablemente no llegaba a cubrirle todo el coño, aún conservaba el olor a mi tía y al ver en la parte que daba a su coñito pude ver que tenía una mancha blanquecina, no pude evitar llevarmela a la cara y pasar mi lengua por esta zona, mientras con la otra mano seguía jalandomela, estaba a punto de explotar, aunque en la tarde ya me la había jalado estaba seguro que en cualquier momento me iba a venir, y así fue a los pocos segundos sentí como un enorme flujo salió de mi interior inundando por completo una braga que tenía en la mano con la que me estaba pajeando.

Estaba tan concentrado con las bragas de mi tía, que no note cuando se abrió la puerta de la habitación. Y ahí estaba ella, mi tía Diana, mirando como me la jalaba mientras olia sus bragas y viendo cómo explotaba en una de ellas…

  • David!, Pero que estás haciendo?

Me quedé sin palabras. Como pude traté de cubrirme...

  • Titititi... tía!!!
  • Qué que estabas haciendo?, Eres un pervertido.
  • Perdón tía, me encontré tus bragas sobre la cama y no pude evitarlo… Por favor no le digas a mi tío, ni a mis padres… - Le dije tartamudeando…

Aunque estaba asustado y avergonzado no pude evitar notar que la respiración de mi tía había cambiado y su voz no reflejaba enojo, es más tenía hasta un toque de excitación y además que no dejaba de ver la tienda de campaña que se hacía sobre la sábana que me cubría, al parecer lleva un tiempo mirándome, espiandome sin que me diera cuenta…

  • Creí que llegarías hasta por la mañana…
  • Tu prima Sofía no tenía nada de consideración, solo fue un pequeño susto, la tendrán en observación esta noche y mañana le daran el alta médica, y no me dejaron quedarme en el hospital…
  • Menos mal no fue nada grave...

Mientras mi tía hablaba no dejaba de mirar el bulto que se me hacía, aunque algo de la excitación ya se me había bajado del susto, mi polla aún seguía algo morcillona…

  • Te prometo que no le diré a nadie con una condición… - Dijo mi tía después de unos segundos de silencio que me parecieron eternos…
  • La que sea… - Dije sin imaginar que me iba a pedir…
  • Que me enseñes eso que tienes ahí abajo… - Dijo señalando mi entrepierna… - Y que me digas por qué te la estabas jalando con mis bragas… - Quede sin palabras y aún más acojonado de lo que estaba…
  • Me encanta el olor de tu piel, siempre me has parecido una mujer muy hermosa y sexy… - Comencé a decirle mientras me quitaba la sábana que me cubria… -Y el ver la ropa que te acababas de quitar sobre la cama, y sentir que aún conservaba tu esencia me hizo perder el control de mí… Y al ver tus bragas y pensar que hacía solo unos instantes las tenías puestas termino de excitarme, no pude evitar olerlas y percibir el maravilloso aroma de tu coño...- Aún no sé de dónde me salieron tantas palabras si hasta hacía un momento no lograba articular una sola frase - Por favor perdóname, nunca pensé que me sorprenderías... - No había notado que la camisa que traía mi tía tenía parte de sus botones desabrochados y se alcanzaba a ver la parte superior de su sujetador y el inicio del canalillo que forman sus maravillosas tetas…

Mi tía se fue acercando lentamente mientras yo hablaba y trataba de excusarme. Una vez llegó junto a la cama se sentó a mi lado y comenzó a tocarme la polla que de inmediato dio un brinco y quedó en su máximo esplendor. No lo podía creer… Mi tía Diana estaba empezando a hacerme una paja… Era como un sueño del que no quería despertar… Sentir sus suaves manos alrededor de mi polla cómo iban subiendo y bajando desde la base hasta el glande…

  • En serio te parezco bonita?
  • Claro que si tía, eres la mujer más hermosa que he visto, solo que me cortaba por qué eres mi tía…
  • Ya había visto que me mirabas más de lo normal y que me espiabas en algunas ocasiones que nos reuníamos en familia, pero creí que era normal en un chico de tu edad… Pero nunca pensé que llegarás a pajearte con mis bragas…
  • No pude evitarlo, siempre he sentido fascinación por oler bragas usadas… Y más sabiendo que eran las tuyas, hizo que me empalmara inevitablemente.

En ese momento mi tia se levanto de la cama, se quitó sus tacones y empezó a desabrocharse el pantalón…

  • Así que te gusta oler bragas? Y te gusta el aroma de mi piel? - Me dijo con una voz super sexy mientras se daba media vuelta quedando de espaldas a mí y se quitaba su pantalón, permitiéndome ver ese culazo solo cubierto por un tanga negro como había percibido más temprano en la tarde…

Una vez se termino de quitar el pantalón se giró hacia mi y me empujó hacia la cama quedando recostado, lentamente se fue subiendo a la cama y al estar a la altura de mi cara paso una pierna al otro lado de mi cabeza, quedando abierta de piernas en mi cara y con su coñito ante mi boca…

  • Huele ahora las bragas que llevo puestas pequeño pervertido… - Acerque mi nariz a su coño y note que estaba empapada, su tanguita estaba que escurría líquidos del coño de mi tía…
  • Tía huelen increíble, me encanta el olor de tu coño… - Yo seguía oliendo su coño mientras ella con una mano me sujetaba la cabeza y con la otra se agarraba su teta derecha por encima de su camisa…

Le pase mi lengua por toda su tanguita, desde el inicio de su rajita hasta su clitoris, Al llegar a él note que mi tía aceleraba su respiración y comenzaba a emanar más jugos inundandome la boca, lo que me indico que acababa de tener un orgasmo maravilloso…

  • Ayyyy siiii… David que rico…. Ahhhh… Tu tío me tiene tan abandonada que hacía mucho tiempo no sentía un orgasmo tan profundo… - Me dijo mientras iba recuperándose…
  • Tía me fascinas y estoy loco por sentirme dentro tuyo… - No podía creer que con tan solo una caricias mi tía ya había explotado, seguro la excitación y el morbo de esta situación incestuosa le tenía sus hormonas al cien.

Lentamente la tumbe sobre la cama y le quite el tanguita negro empapado dejandola desnuda de su cintura hacia abajo. Tenia el pubis perfectamente arreglado, con su vello recortado. No lo dudé ni un instante y le metí mi polla de un solo empujón... Su coñito estaba tan mojado que no hizo la menor oposición… Comencé a moverme lentamente, metiendo y sacando mi verga casi en su totalidad… Me acerque a su boca y le di un beso que ella respondió con la misma o incluso más excitación.

Yo seguía bombeando cada vez con mayor fuerza y más velocidad…

  • Me corro David me corro… siiii ahhhhh ooohhhh… - Grito mi tía al alcanzar el segundo orgasmo de la noche.

Yo sentía como las paredes de su coño se estremecían atrapandome la polla… Y vi como si un corrientazo atravesará todo su cuerpo… Saque mi verga de su interior para no terminar aún, quería seguir disfrutando del momento, me recosté a su lado mirándola…

Y por lo visto mi tía también quería seguir gozando, una vez se recuperó de su segundo orgasmo de la noche volvió a hacerse encima mío, sentándose en mis muslos, dejando su coño a escasos centímetros de mi polla a un erecta, lentamente comenzó a desabotonarse la camisa, o bueno los pocos botones que aún quedaban ya que con mi continuo vaivén una par de ellos se habían desabrochado dejando a la vista por completo su sujetador, una vez se terminó de desabotonar la camisa se la quitó sin dejar de mirarme con esa carita de perversión que me tenía al 100%, yo llevé mis manos a su espalda y le desabroche su sujetador, ella se lo terminó de quitar dejando a mi vista ese hermoso par de tetas con unas aureolas medianas rosaditas, al igual que su coño, con unos pezones pequeñitos duros como piedras…

No aguante más y me lancé a meter uno de sus pezones a mi boca, mientras con una mano me ocupaba de su otro seno, una vez recubri todo el pecho con mi lengua me encargue de hacer lo mismo con el otro… Sus tetas eran deliciosas… Sentí un sabor a vainilla…

  • Tía me encantan tus tetas, son tan firmes y suaves que me gustaría estar toda la vida entre ellas…
  • Eres un alargador mentiroso, todo te parece perfecto de mí, pero mirame, ya no estoy en mis 20 cuando tenía todo en su sitio… Ahora, aunque trato de cuidarme, ya no tengo el mismo cuerpo perfecto del que tu tío se enamoró…

Sacando un pezón de mi boca le traté de contestar…

  • Pero de qué hablas tía si todo está en su lugar… - Le dije mientras con una mano le agarraba firmemente su pecho derecho y con la otra le daba un pequeño azote en su culo duro, firme y respingón -  … Cualquier hombre debe sentirse honrado de tenerte a su lado…

No terminé de hablar cuando ella se abalanzó sobre mi boca y se ensartó de nuevo mi polla… Su movimiento de caderas primero lento de un lado a otro y después más rápido de arriba a abajo hizo que sintiera que mi orgasmo estaba pronto a llegar…

  • Tía no aguanto más, estoy a punto de venirme…
  • Espera un poco, que ya me falta poco para otro orgasmo…

Ella incrementó la velocidad de sus movimientos mientras yo seguía apretando su pechos, tirando con un poco de saña sus pezones, mientras mi otra mano se encargaba de su clítoris…

  • Aggghhh, Ahora sobrino ahora… siiiii ahhhhh… Me corro me corroooooo…  ahhh
  • Yo también tía, aghhhhh…

Un espasmo recorrió todo mi cuerpo terminando en mi polla, lanzado el último contenido de mi leche en el interior de mi tía… Caímos los dos exhaustos, uno al lado del otro…

  • Me encanta tu coño…-  Le dije mientras comenzaba a acariciar su monte de Venus…
  • Gracias sobrino, ha sido espectacular, nunca había tenido tres orgasmos en una sola noche… Espero que lo podamos repetir…
  • Siempre que tú lo quieras… - Le dije dándole un último beso en su boca antes de quedarnos profundamente dormidos abrazos desnudos…

Me desperté cerca de las 09:00, estaba solo en la cama… Me levanté, me duché y me cambie antes de salir a la cocina en busca de mi tía, en la nevera había una nota:

  • "David, perdón por dejarte solo y no quedarme junto a ti, pero tuve que salir temprano a recoger a Sofía. Gracias por la noche maravillosa que pasamos. Pdta. En la mesa del comedor te deje un regalito. Besos. Tu tía Diana."

Mire sobre la mesa y vi su tanguita negra, aún mojada, la olí antes de guardarla en uno de mis bolsillos, después salí rumbo a mi casa recordando todo lo sucedido la noche anterior. Aún no lo podía creer, pero llevaba las bragas de recuerdo que me lo confirmaban.

Continuará...

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Agradezco la acogida que han tenido mis relatos anteriores, sus valoraciones y comentarios, soy un "escritor" amateur que incursionó en este mundo como un pasatiempo. Cuando comencé a escribir no creí superar ni las mil lecturas y ahora me alegra ver qué mis relatos hayan gustado. No duden dejar sus comentarios, sugerencias o críticas que me ayuden a mejorar mis futuros relatos.