Mi tia Claudia

No esperaba eso esa mañana calurosa pero el juego nos llevó a tener relaciones con ella, y siento que ese instante fue algo inigualable.

Mi nombre es Diego, tengo 18 años cumplidos hace dos meses. Si bien tengo algunas experiencias sexuales ninguna de ellas puede ser comparada a la vivida con mi tía Claudia.

Ella es hermana de mi madre, tiene 33 años y es 4 años menor que ella. La historia sucedió el 1 de febrero y será para mi inolvidable para el resto de mi vida. Ella es especial para mí aunque jamás pensé en tener relaciones con ella, prácticamente es mi compinche, físicamente ella tiene aspecto de adolescente, pero está muy bien dotada en cada uno de sus atributos femeninos.

Ese día se presentaba sumamente caluroso, así que llevé a mis hermanos menores y a mi primo de 8 años a la pileta. Volví a su casa luego para hacer un poco de tiempo antes de ir a ver a mis amigos,

Si bien había visto a Claudia llevando menos ropa (bikini) ese día mi tía estaba muy sensual, llevaba su cabello negro largo y con pequeñas ondas recogido y atado con un palillo, de ojos negros vivaces, no llevaba ningún tipo de maquillaje, pero es muy bonita de cara. Su piel es blanca. Tenia puesta una camisa a blanca con pequeñas rayas en azul, si bien su camisa era levemente suelta se notaba debajo de ella su buen par de senos. Tenia puesto además un short blanco corto, atado en su frente tipo zig- zag, el mismo era muy ajustado de forma tal que su cola se notaba más que de costumbre y por momentos al caminar podía verse sus nalgas asomando a través de el, quedaba además expuestas sus piernas que eran torneadas y muy bonitas a tal punto que era muy común el verla con minifaldas o con polleras con tajos sumamente pronunciados.

Yo me había sentado en el piso cerca del sofá a mirar TV, ella se sentó a unos dos metros respaldada contra el sillón también en el piso pero leyendo un libro. Mi tía si bien era casada pasaba últimamente bastante tiempo sola ya que mi tío viaja al interior por razones laborales. Claudia en ese momento llevaba unos 10 días sin verlo.

Como les iba contando los dos estábamos sentados en el piso, yo sin la remera mirando TV, en si esa era una manera de decir ya que como nunca mis ojos se dirigían hacia donde estaba Claudia ya que me gustaba y ese día tenía un aspecto muy sensual. Llevábamos unos diez minutos así cuando ella inició una guerra de almohadones a la que yo continué, uno de ellos impactó en mi rostro de lleno al tiempo que arrojaba otro, mientras ella se reía por la situación ella giró para recoger el que había arrojado y yo me dirigí hacia donde estaba Claudia con el mío en la mano, ella al darse vuelta no tuvo tiempo a nada ya que yo estaba casi sobre ella con lo cual perdió el almohadón yo el que poseía lo apoyé contra su cara haciendo una leve presión sobre ella, mientras ella continuaba riendo, ella quedó acostada sobre el piso, así que yo terminé acostado sobre ella y una de sus piernas quedó entre las mías, ella se revolcaba para evitar que yo estuviese sobre ella y continuaba riéndose por lo que había hecho conmigo, ella continuaba moviéndose y mientras lo hacia yo notaba que mi pene iba endureciéndose en el contacto con su pierna. Yo no salía de encima de ella porque intentaba que no notase mi pene levemente erecto, pero lejos de disminuir el tamaño de este iba en aumento a medida que pasaba el tiempo, a pesar de mis intentos, y cuando pensé que lo lograría, noté que en el forcejeo el botón superior de su camisa se había desprendido, con lo cual podía notar parte de sus senos redondos expuestos a mi vista, ahí noté que no llevaba corpiño ya que por momentos podía ver el rosa de sus pezones, ahí mi pene tomó grandes dimensiones era imposible que ella no lo notase al contacto con mi cuerpo, sus senos se veían magníficos no solo por el tamaño de ellos sino por su firmeza. Pasó un tiempo, segundos supongo y ella quedó ahora sobre mi, extendió mis brazos tomándolos de la muñeca y ella pasó a dominar la situación yo quedé paralizado cuando escuché su voz diciendo:

C- Ya no estás para jugar conmigo estos juegos, se te paró, estás excitado por mi, y no es la primera vez, no debería ser así, no es normal que te excites por tu tía, pero tampoco es normal que yo me excite con vos, pero dadas las circunstancias no tenemos más remedio que sacarnos las ganas.

Yo quedé inmóvil por lo que había dicho, ella aflojó su tensión sobre mis manos y acostándose sobre mi me dio dos o tres piquitos antes de que reaccionara, entonces la tome por su cuerpo colocando mis manos entre sus nalgas y sus piernas y nos unimos sellando ese instante con nuestros labios en un beso que se prolongó por varios minutos, en un comienzo suave pero que el tiempo en que nuestras bocas permanecieron unidas lo transformaron en un beso violento, ardiente apasionado con nuestras lenguas unidas en una inusitada pasión que se prolongó por más de diez minutos.

Luego de ese instante ella abrió sin retirarla de su cuerpo su camisa y pude ver sus senos en todo su esplendor grandes, redondos cual pomelos con sus pezones rozados y antes de que pudiera tomarlos en mis brazos ella comenzó a deslizarlos por mi pecho, sentía su piel suave, sus redondeces, y sus pezones erguirse al contacto con mi piel, y al tiempo que esto sucedía ella decía:

C- Sentí mis pechos, te gusta.... mis pezones se hinchan más y más.... jamás me calenté tanto.

Luego de recorrer con ellos todo mi pecho ella terminó de quitarse la camisa, se acostó sobre el piso y dijo:

C- Ahora mis pechos son tuyos, haceme sentir que vos sos el dueño de ellos.

D- Son preciosos, pero no solo tus pechos, sos divina me gusta tu cara, tu cola, tus piernas, todo tu cuerpo y tu forma de ser, Ay Claudia me gustas tanto.

C- Me encanta que te guste y en especial que ya no me digas tía, ahora dentro de unos instantes vas a tenerme por completo.

Entonces me dirigí a sus senos, los tome con mis manos, los besé, los lamí, los succioné, sentí como sus pezones se hinchaban al contacto de mi boca y su cuerpo vibrara a cada instante, su boca gemía y gritaba en cada nueva caricia que le daba a su cuerpo, mientras sus manos jugueteaban en mi cabellera. Pasé varios minutos disfrutando sus pechos, luego fui en busca de su boca hundiendo mis labios con los suyos.

Ella desprendió mi pantalón hasta quitarlo y yo fui desatando el lazo y el cordón que sujetaba su short y ayudado por sus manos quite esa prenda de su cuerpo. Estaba esplendorosa sobre el parquet del piso, con su tanguita blanca de encajes y su cola lees por el que asomaban las redondeces de sus nalgas que se notaban al contacto de mis manos aterciopeladas, de una redondez extrema y sumamente paradita.

Ella me quitó el slip, y entonces concierta admiración dijo tomando mi pene entre sus manos:

C- Ay Diego es maravilloso, lo sentí en mi cuerpo pero no pensé que fuese tan bonito y tan grande.

Mi mano incursionó bajo su tanga sentí su vagina lubricada, depilada y los labios de su concha excitados, su boca gimió al sentir mi caricia en ella, y retiré de su cuerpo esa prenda que era el vestigio de lo que quedaba para sentir en mi piel ese delicioso cuerpo desnudo.

Nos dimos un beso mientras mi pene erguido se colocaba a la entrada de su vagina, ella gimió y nos besábamos con desesperación, ya ninguno de los dos podíamos esperar más ese maravilloso instante, ella entreabrió sus piernas tomó con sus manos mi pene lo colocó a las puertas de su vagina y comencé a penetrarla sintiendo su cuerpo vibrar al igual que el mío y su concha lubricada a más no poder, mientras los dos nos prodigábamos en palabras cariñosas de las que suceden en un momento así. Fui penetrando en ella hasta entregarle mi pene completamente ya no podíamos soportar más ese instante supremo aceleramos el ritmo llegando a un clímax impactante entonces sentí que mi pene no podía contener más los efluvios que invadirían su cuerpo sentí explotar mi pene el cálido liquido comenzó a manar por él, al mismo tiempo sus manos me tomaron por mi cabeza, un profundo gemido partió de su boca al tiempo que se unía con mis labios, ella se agitaba, se sacudía, su vagina se contraía y su cuerpo se apoderó de un orgasmo infernal. Permanecimos así durante largos instantes nuestros cuerpos se calmaron y reinó la calma, pero ambos continuábamos besándonos como si no quisiéramos que ese instante finalizara nunca. Luego nuestras bocas se separaron y ella dijo:

C- Diego, fue el instante más maravilloso de mi vida, me gusta tener sexo con mi marido, pero resulta incomparable con lo que viví con vos, jamás me sentí, tan caliente, jamás sentí tanta excitación, jamás me sentí tan amada como en estos momentos, viviría tan solo para que vos me poseas.

D- Claudia lo maravilloso de este momento va a vivir por siempre en mí, pero se que no podría estar un solo instante sin tenerte, sos lo más hermoso que me tocó vivir, sos un ser maravilloso y físicamente increíble por tu hermosura.

C- Vamos a ducharnos juntos.

No fuimos a la ducha nos arrojamos en la piscina, nos acariciamos, nos besamos, jugueteamos con nuestros cuerpos y al salir de la piscina volvimos a tener sexo con ella ahora arriba mío,

Almorzamos algo liviano, la hice sentar sobre mi, nos habíamos puesto un traje de baño ella solo llevaba la parte de arriba. Cuando se dirigió a la cocina yo fui tras ella la tome por la espalda. Mis manos jugueteaban con su tórax y con sus senos mientras yo la besaba en el cuello y nos besábamos en la boca, entonces notó mi pene completamente duro y erguido y dijo:

C- ¿Querés hacerlo de nuevo?

D- Si viviría cojiendote

Ella se dio vuelta pasó sus manos por mi cuello nos besamos y dijo:

C- Yo también viviría cojiendote, y ya que deseas tenerme voy a darte lo que solo se entrega a quien se ama mi cola

Luego de sentir el maravilloso momento de ser dueño de su cola sentí que ella me pertenecía por completo, nos besamos y acariciamos durante largo tiempo hasta salir en busca de los chicos.

En este tiempo volvimos a tener sexo cada vez que pudimos, en su casa, en la mía, me hizo conocer hoteles, y sabemos que ya no podremos estar más separados porque en ninguno de los dos existe la posibilidad de no vivir este amor tal como lo deseamos.