Mi sumisión en cuerpo y alma 2

En este relato se cuenta la historia de como me perdí el respeto a mí misma y la cabeza por el hombre de mi vida traspasando límites que ni pude llegar a imaginar.

Buenas, aquí está la 2 parte espero que os guste por favor os pido que dejéis vuestro comentario si tenéis alguna crítica(tanto argumental como de ortografía) o simplemente para apoyar el relato. besos y abrazos : )


MARTA

La cita prosiguió sin mucha incidencia,fuimos a una cafetería donde lo pasamos muy bien aunque siempre con una tensión en el ambiente, tuve hasta miedo de que en cualquier momento saltará la mesa y sus bromitas picarescas dejarán de serlo.El día continuo a mi parecer como un día perfecto y con el hombre perfecto pero como yo ya sabía,esa utopía no solía durar más de un par de horas hasta que salía a relucir la parte de él que odiaba y al mismo tiempo me volvía loca.En parte por ello acepte su propuesta de ir a su casa en su coche,él tenía los 18 ya , iba a la universidad y portaba un coche de dos pares de narices gracias a su familia que a diferencia de los míos bastante humildes, eran adinerados,aunque sin llegar a nada desorbitado.

Al llegar a su casa,él me abrió la puerta caballerosamente, a paso lento nos adentramos en su gran casa.

-¿No hay nadie en tu casa hoy?-pregunté extrañada por la calma que se respiraba en la casa y la

oscuridad que presentaba ésta.

-No,¿ acaso tienes miedo de quedarte sola conmigo?-me dijo mientras se aproximaba lobunamente

introduciendo su mano por dentro de mi jersey pegándose cada vez más a mí presionándome contra la pared

-Alejate,idiota-dije con un hilo de voz casi susurrando

-no pareces muy convencida, princesa-en ese momento ya me había quitado el jersey con presteza y estimulaba con sus labios las zonas erógenas de mi cuello produciendome fuertes gemidos.

Con poco esfuerzo me agarró con sus dos fuertes manos de la cintura cargándome en el hombro como un saco de patatas y llevándome a su habitación, yo le propinaba patadas y puñetazos mientras soltaba alaridos pero él no parecía inmutarse.Me dejo sobre la cama boca arriba y pronto

se encontraba encima mía mirando fijamente mis ojos y poniendome, si era posible más excitada y nerviosa mientras aprisionaba mis manos con una de las suyas y con la otra me recorría el costado

con un ansia notoria,vorazmente me follo la boca con la lengua sin compasión dejando mis manos libres, que se dirigieron a su gran espalda la yo cual presionaba contra mí.Él lentamente fue bajando

dandome besos por la comisuras de los labios,el mentón,el cuello,hasta plantarse en el valle de mis

pechos donde habilmente con una de sus manos desabrocho el sujetador en un cerrar y abrir de ojos,

dejando al descubierto mis pechos y mis pezones erectos.

-Son preciosos, tan duros y rositas por mí, que honor-dijo con una sonrisa que me hubiera gustado

quitarle de un puñetazo

Él continuó estimulando uno de mis pezones con su lengua a base de mordiquitos mientras con la

otra mano retenía mi otro pezón.Sin más dilación, me quito el vaquero negro que llevaba tirándolo

a un lado de la estancia.Yo sentía su erección contra mi bajo vientre luchando por ser liberada. Sin perder mucho tiempo bajo hasta la altura de mi vulva donde comenzó a lamer la parte interior de mis muslos.

-Estás muy mojada,Martita-dijo mientras me penetraba con uno de sus grandes y largos dedos mientras con su pulgar hacía movimientos circulares en mi clitoris que me estaban haciendo perder la razón.Fui alcanzando el orgasmo con mucha rapidez debido a mi gran tiempo sin actividad sexual

-Sebastián,voy a...-exclamé convulsionándome agarrando su cabellera.

Él se detuvo.

-Todavía no, queda lo mejor-me arranco mis bragas con los dientes(y eso que eran nuevas : ( )

liberó su erección por la bragueta del pantalón pero sin quitarselo y empezó a frotar su glande contra la entrada de mi intimidad, yo no podía más,lo ansiaba, lo necesitaba duro, rápido, fuerte y sin piedad.

-Por favor...-suplique entre gemidos ahogados

Mi deseo fue concedido y toda su longitud entró en mí dándome fuertes estocadas mientras sus manos se colocaban a ambos lados de mi cuerpo y mi cabeza descansaba en su pecho el cual besaba freneticamente sintiendo el calor del orgasmo subiendo por mis pies hasta llegar a mi vientre.Sebastián acerco su boca a mi oído.

-¿Con cuántos hombres has estado desde que no nos vemos?-me pregunto con una mirada estoica para el momento en el que nos encontrabamos.

-No te lo pienso decir,imbécil-susurré a su oído entre jadeos

-Puedo parar ahora mismo-

-Ninguno,por favor no he estado con otro hombre en mi vida que no seas tú,soy tuya,por favor-dije aceleradamente y suplicando.

-Muy bien, perrita mía-Él levantó mis caderas mientras aumentaba el ritmo de sus embestidas frotando así mi punto especial.

Agarré las sabanas extasiada y sufriendo espasmos por la fuerza del orgasmo mientras él amasaba mi culito con sus manos y se vaciaba en mi interior.

Nos quedamos abrazados pero él me dio la vuelta para que yo estuviera encima y así no me aplastara con su peso.

-¿Sabes que puedo quedarme embarazada si te corres dentro no? Pedazo de burro-Comenté, aunque en realidad en ese momento no me importaba lo más mínimo.

-He comprado una pastilla del día después-inquirió entre pequeñas risas

-¿Tan seguro estabas de tu éxito, tonto?-le dije sonriendo yo también y apoyando mi cabeza en su pecho para sentir los latidos de su corazón.

-¿A quién llamas tonto?- Mientras decía esto se abalanzó sobre mí dandome cosquillas

-Para,para tonto-le gritaba entre carcajadas y golpes que continuaron un rato hasta que extasiado caimos de nuevo rendidos en la cama.

Nuestros ojos se cruzaron y por mi mente se paso la pregunta que no quería formular pero aún así la hice.

-¿Has estado con alguien desde este mes que no nos hemos visto...?-pregunté entre titubeante y asustada.

-No, claro que no, sólo he pensado en tí-

-Estás mintiendo-dije con resignación

-Yo no te mentir...-soltó muy rápido

-No pasa nada,te perdono,nadie te conoce mejor que yo Sebastián, a mí no puedes engañarme o por lo menos no con la misma mentira-le interrumpí abrazándolo

Él se quedo perplejo,seguramente esperaba que le pegará o me fuera indignada de la cama pero la verdad era que yo le amaba, amaba su parte infantil que me hacía bromas y cosquillas,la parte orgullosa y protectora que me protegió en el instituto cuando los otros se metían conmigo por mi altura y piel blanquecina,la parte amigable que estaba para mí cuando necesitaba un hombro para llorar, su parte dominante y dura que tanto me excitaba incluso la parte que le instaba a engañarme con cualquier furcia que le pareciera de su agrado, porque le amaba a él incluso con todo lo que me había engañado y humillado, yo le quería e idolatraba, el problema es que él aunque me amaba cosa que había demostrado con sus acciones a lo largo de los años en mi vida no me respetaba,yo había aceptado el dolor a cambio de su amor esporádico, yo era suya, pero él posiblemente nunca lo sería.