Mi sumisa Laysha
De como Paula se convirtió en mi sumisa Laysha, y lo que aconteció hasta hacerla entregarse por primera vez a otra mujer.
Mi sumisa Laysha
Mi nombre es Eva. Tengo veintiocho años. Llevo escribiendo relatos unos cuantos años, a veces con más tiempo, a veces con más inspiración. Una de las principales satisfacciones que me produce el escribirlos, es recibir un montón de "emilios", si el relato le gusta a la gente. Algunos son bordes y no los contesto. Otros me llaman por curiosidad. Generalmente, salvo excepciones, las relaciones son breves.
Hace un par de meses escribí un relato en el que contaba una aventura que tuvimos mi marido y yo con el perro de un amigo, y en este caso, recibí emilios sobre todo de personas curiosas, más chicas que chicos. Me preguntaban, a veces movidas por la presión que ejercían su pareja para tener sexo con sus perritos, otras veces, por propia curiosidad.
Respondí a un buen número de personas, y poco a poco, como sucede en este tipo de relación a través del correo, dejamos de escribirnos, excepto una chica, Paula, que realmente me llamó la atención desde el primer momento. A unos mensajes escritos le respondía yo con otros y a mis mensajes ella respondía rápidamente. Pronto empezamos a intercambiar fotos. Me envió unos dibujos que le había mandado su novio, sacados de internet, en el que aparecían fotos de sexo con animales, para que se animara a probar la experiencia. Yo le mandé, por mi parte, algunos míos. El correo se fue calentando.
Yo le contaba las cositas que hacíamos mi marido y yo. Le dije mi nombre de sumisa que utilizaba mi marido para llamarme, cuando tenía que desempeñar el roll de perra. A mí me contaba los tipos de relaciones que Paula mantenía con su novio. Yo tengo un sexto sentido, no sé, lo intuí. Así que le mandé un dibujo especial. Era una chica que era mantenida dominada de la cadena por un hombre, difuso, mientras la montaba un perro. La respuesta de Paula no se hizo esperar. (Yo trascribo, con permiso de Laysha, aunque no lo necesito, por que es mi sumisa, el contenido de los correos que me enviaba)
Paula a Eva:
"Evita bonita, yo quisiera ser tu esclava, ¿serias mi amita bonita? tus dibujos me han puesto a gozar como no creí, me encantaron, quisiera que tu tuvieras la correa, por favor acepta ser mi amita ¿si? te lo ruego de verdad. Evita te mando dos fotos mías. Ojalá te gusten, pero quiero decirte que soy una persona mayor y tal vez soy muy vieja para ser tu esclava, que pena me da, quisiera ser joven y hermosa como tu, pero esa es la que soy , tengo ya 42 años, pensé mentirte pero no pude hacerlo.
Evita tus dibujos me han fascinado y no puedo dejar de verlos una y otra vez, ahora voy a soñar contigo y con ellos y voy a gozar mucho, ojalá aceptes ser mi amita, te lo ruego mucho. ¿Me seguirás contando tus goces como esclavita linda, como sumisa? Tuya Paula"
Fin del mensaje
Abrí las imágenes. Temí encontrarme a una mujer excesivamente mayor, y me llevé una agradable sorpresa. En realidad es un reflejo de la personalidad de Laysha, que no es consciente de su belleza, de la fascinación que es capaz de despertar, de su valor. Mi sumisa. No era una jovencita, pero me encontré con una mujer madura, pero bella, elegante, bien vestida, que transmitía. Un diamante. En la otra foto, en la que estaba de pié con un corpiño desabrochado por debajo, y tapándose el sexo con la mano, veía a una mujer que disfrutaría, sin duda, con el sexo. Me pareció una idea interesante aceptar ser la amita de Paula, a pesar de no tener experiencia al respecto. Yo era consciente de la dificultad de las relaciones a través de internet. Creo, sinceramente, que si mi sumisa Laysha fuera de otra manera, hubiera sido muy difícil.
Desde el primer momento la relación fue muy fluida. Me presenté con un nombre de Ama, especial para ella, al objeto de diferenciar claramente la relación entre Paula y Eva, de la relación entre Paula y su ama, Selene. Le conté en mis mensajes una serie de obligaciones que tenía que cumplir.
Selene a Paula:
"Atenta a mí, esclava Paula. Soy Selene, la Reina Diosa de Mitelene, un planeta muy lejano a la tierra.
Tú, Paula, me has sido entregada como esclava, al parecer por propia voluntad. Ahora me perteneces, y me obedecerás como mi esclava que eres. Veo en las imágenes que se me han trasmitido, que tu tez es blanca y tu porte elegante. Realmente pareces una valiosa esclava, pero es costumbre de Selene Inspeccionar ella misma las mercancías que recibe, y no dudes que si estuvieras de pié, frente a mí, yo misma de un tirón, rompería tu ropa y te dejaría desnuda delante de las damas de mi corte y de mis bravos guerreros, y comprobaría con mi propia mano, la dulzura de tus pechos, la dureza de tus pezones. Deslizaría mi mano por tu vientre y separaría esa mano que tapa tu pubis, para comprobar la forma perfecta de tu sexo, y separaría tus nalgas, para averiguar ciertos datos. Me interesan también la elegancia de tus manos y de tus pies. Por otra parte, estoy segura que serás la sierva sumisa de alguno de mis guerreros.
Quiero que aprendas estas normas.
1.- Yo soy la Reina Diosa Selene, Ni Evita, ni amorcito, ni amita. Para mis guerreros soy la Reina Selene, pero para una esclava como tú, Paula ( Extraño nombre, debe ser propio de tu planeta) soy tu Amada Diosa Selene. Así me debes de tratar.
2.- No aguanto la dejadez. Veo que tienes un cuerpo hermoso. Te aconsejo que lo conserves así. Veo en una de las fotos, que no tienes las uñas pintadas. Todas las esclavas de Selene se pintan las uñas de los pies y las manos, de color rojo.
4.- Como estás en un planeta bárbaro, fuera de tu casa, podrás cumplir con ciertos convencionalismos para que no te delaten como mi sierva. Debe ser un secreto que eres mi esclava. No lo debe saber ni siquiera ese hombre con el que mantienes relaciones. Pero en tu casa, eres mi esclava, y me obedecerás.
5.- Me escribirás un mensaje todos los días, igual que yo intentaré hacer lo mismo. Sinceramente, no pienses que porque Mitelene está lejos mi mano no te alcanza.
6.- La confianza de las esclavas en Selene es absoluta. La Reina Diosa Selene es bondadosa y comprensiva, y atiende a las súplicas de sus esclavas, si son razonables.
7.- Te habrás dado cuenta que siempre hablo de mis esclavas. Estamos organizadas como las abejas. Sólo hay una reina y el resto, son mis esclavas. Cuando hablo de mis guerreros, me refiero a mi aliados, los perros y los lobos. ¿Por que te crees que si no los lobos aúllan a la luna? Por que me honran. Es su manera de alabarme.
8.- Marko Vinikio es un gran guerrero. Le llamais BLacky. Fue a la tierra con la orden de estudiar el planeta. Por desgracia, su nave se topó con un satélite de telefonía y no puede regresar por el momento. Una de sus misiones era la de conseguir esclavas para Selene, y como ves, te ha postrado a mis pies. Por eso te digo que realmente es un siervo leal a su Reina Selene, y muy bravo, ya que ha atravesado toda la galaxia. He de ser generosa con él. Todo lo que necesite, tu, mi esclava, se lo darás. No le faltará el agua ni la carne, ni el paseo, ni la hembra...Y cuando digo esto, ya sabes a lo que me refiero... (Eres mi esclava y me obedecerás)
9.- Aquí, en Mitelene, no habiendo hombres, hemos adquirido ciertas costumbres para satisfacer nuestros apetitos sexuales. Estoy segura que con el tiempo las compartirás con el pueblo de nuestro planeta.
11.- Usas unas ropas y atuendos que en nada me satisfacen. Las hembras de Mitelene no van tan cargadas de Ropa. Debes comprarte media docena de braguitas tangas, de color blanco y negro, que son los colores de la divisa de la Reina Diosa Selene. Te las pondrás en casa. Siempre las llevarás puestas en casa.
12.- En señal de tu amor Selene, te compraras un anillo, que te pondrás en el dedo gordo del pie derecho, como es costumbre en Mitelene. Igualmente, te comprarás una pulserita que te pondrás en el tobillo izquierdo, en señal de tu sumisión a Selene. Al menos en tu casa, llevarás puestas ambas marcas.
13.- Hoy dormirás desnuda, sólo tu piel estará en contacto con las sábanas. Te abrazarás a la almohada y la meterás entre tus piernas y pensarás en el bravo guerrero Marko Vinikio (Pluky) y en Selene.
Mis damas han preparado unas fotos para que vayas comprendiendo la realidad del planeta Mitelene y de las esclavas de Selene.
Besa los pies de tu Reina Diosa Selene"
Final del Mensaje
Y aquí acabó el primer mensaje. Si el relato despierta vuestro interés, os contaré cómo se ha portado desde entonces mi esclava Laysha con Pluky, el perro de su novio, cuyo nombre de Amo dominante es Marko Vinikio, y lo disciplinada que es Laysha para cumplir con los trabajos que le encomiendo. Bueno. El tema de este relato es lo ocurrido en la tienda de lencería donde Paula se dirigió a comprar las braguitas que le había ordenado comprar en la instrucción número 11.
Al día siguiente, Paula, que enseguida entendió el juego, envió este mensaje. Os digo que es admirable esta perrita sumisa.
Paula a Selene.
"Amada Diosa Selene, le escribo temblando de miedo porque no se bien todavía como conducirme con usted, pero le prometo que haré todo lo posible para aprender pronto, espero no cometer ningún error que la pueda ofender en esta carta, pero si es así por favor perdóneme que no es por falta de respeto sino porque todavía no se bien como conducirme frente a usted amada diosa.
Apenas leí su mensaje corrí a pintarme las uñas de manos y pies de color rojo tal como usted me dijo. Con respecto a mi cuerpo se que es menospreciable para una diosa excelsa como usted, pero lo cuidare y entrenare meticulosamente para que usted pueda disponer de el sin queja y con gusto. Siempre he practicado deportes y desde hace años que voy al gimnasio, de modo que le pido que no se preocupe por eso, porque ya lo hago, además no bebo ni fumo por lo que eso contribuye a mantenerme en forma para usted, sin embargo me esforzare mas, lo prometo.
Amada Diosa Selene, ¿Preferiría que busque otro nombre mas apropiado o que le guste mas? solo dígamelo y yo lo haré de inmediato. Quedo feliz a la espera de lo que usted guste ordenarme. Sumisamente, Paula."
He de decir, que cuando la presente leyó este mensaje se convenció de que había encontrado una sumisa de oro. Me excitó mucho recibir este emilio. Y me tomé mi tiempo en contestar, un día. Por aquello de no perder la compostura delante de mi sumisa. De manera que escribí otro mensaje a la mañana siguiente, sin dejar de pensar durante toda esa noche en lo que le diría a Paula
Selene a Paula:
"Besa mis pies, Esclava Paula.
Esta dulce esclava terrícola está dispuesta a aceptar un nombre que yo pueda pronunciar sin dificultad. No se, ¿A ver? ¡Ah! ¡Ya está! ¡Yo tenía una perrita que se llamaba Laysha. Te llamarás LAYSHA. A partir de ahora eres mi esclava LAYSHA.
1.-He recibido hoy tu primer mensaje en el que aprecio tu buena disposición hacia complacerme, en la rapidez con que has pintado las uñas de tus manos y tus pies, así como a lo que me parecía evidente, y es que vas a un gimnasio. Quiero contarte que en mi palacio de Mitelene, mis esclavas van al gimnasio. Si aprecias tus costumbres terrícolas, ten cuidado, por que es uno de los sitios, en los vestuarios sobre todo, donde las esclavas se solazan unas con otras esperando saciar así sus carencias de cariño, unas y sus apetitos carnales, otras....
7.- No olvides comprar las braguitas tangas que te ordené. Es ridículo que vayas tan tapada en tu casa.
8.- Tampoco olvides comprarte y poner la cadena en señal de tu sumisión a la Egarasal Selene, y el anillo, en señal de tu amor hacia mí. Procura ponértelos delante de Marko Vinikio, pues si no te los ve puestos, se escandalizará.
9.- Mis damas de corps están molestas contigo, por que no me has comentado que te parecen las fotos que te envié, previa selección de ellas. Insisten en que te castigue, obligándote a salir sin bragas a la calle o algo así, pero yo les he pedido comprensión y paciencia hacia mi nueva e inexperta esclava.
Yo por mi parte, sólo decirte que me encantaría estar junto a ti, probándote un bonito collar como el que Pluky lleva puesto, y amarrándote por una cadena, y llevarte así, por los largos y fríos pasillos de mi palacio hasta mi alcoba, vestida sola con unas tanguitas minúsculas en las que pusiera "Laysha". Que las esclavas te miraran con envidia, y mis perros guerreros con codicia. Luego, en mi alcoba, me descalzaría y tu te pondrías de rodillas, postrada ante mí para lamerme los deditos de mis pies. Y yo me acariciaría el sexo, viendo tu cara de turbación y sumisión, y luego pondría tu cara entre mis muslos.
Te adjunto unas fotos, para que te vayas documentando sobre la vida en Mitelene. Como puedes comprobar, mis esclavas son bellísimas y proceden de los más remotos lugares.
Adiós Laysha. Espero que tu sexo esté tan dulce como tu mirada. Besa los pies de tu Diosa Selene, Esclava Laysha."
Fin del mensaje.
He suprimido del mensaje algunos puntos, que serán expuesto de forma más conveniente en otro relato, pues explican parte de las relaciones entre esta esclava y el perrito de su novio, y la disciplina impuesta por mí a esta sumisa. Laysha, el nombre de sumisa de Paula, no tardó en escribirme. Este es el contenido del mensaje que me envió, después de una temporadita en la que debido al proceso electoral en su país, parecía que las comunicaciones no eran muy fluidas.
Laysha a Selene:
" Beso sus pies amada diosa Selene, gracias amada ama por no haberse olvidado de mi a pesar de no haber recibido mi correo del día de ayer. Sufrí tanto pensando que me desterraría con sus miles de esclavas que no merecen su atención que estuve llorando toda la noche. Felizmente usted es una ama buena y me ha escrito a pesar de mi ineptitud. Esta noche sin falta le escribiré una vez cumplidas las instrucciones que recién he podido leer y con mis comentarios sobre las fotos que me envía y todo lo que me pide. Ahora estoy saliendo de inmediato a adquirir las prendas que me a ordenado para complacerle. En la noche también le contare todo al respecto. Beso sus pies y espero temblando que le llegue bien esta comunicación. Laysha, su esclava sumisa.
Beso humildemente sus pies, Laysha"
Fin del Mensaje.
He de decir que no tuve tiempo de apremiarle. Mi sumisa Laysha es una sumisa obediente, y eficiente. A la mañana siguiente recibí este mensaje.
Laysha a Selene:
..."Amada ama diosa Selene, el día de ayer fui a cumplir su orden de comprar el uniforme para estar en casa y para cada vez que deba presentarme ante el excelso guerrero Marko Vinikio y sufrí un atropello inaceptable que, estoy convencida, usted se encargará de remediar. Ocurre que me presenté a un lugar especializado en el expendio de esa clase de vestimenta, aquí se les conoce con el absurdo nombre nada marcial de: "Tiendas de Lencería Fina", imagínese, solo el nombre debió advertirme acerca de lo que podía ocurrir, pero debía cumplir su sabia orden y me armé de valor y entré.
Una vez hecho esto me dirigí al lugar donde se exhibían las prendas de la referencia y entonces se me acercó una jovencita de lo más vulgar y desatinada. Yo me encontraba revisando diferentes modelos pensando en cuales serían los más apropiados para cumplir a satisfacción su sabia orden, cuando esa mocosa malcriada al ver los modelos que yo revisaba escogió por su cuenta uno realmente impresentable por lo diminuto, le juro que era casi inexistente, sobre todo por la parte posterior que se reducía a una tirita que, no hay ninguna duda, sería de gran incomodidad ya que se introduciría por completo entre mis glúteos, y me lo puso en la cara a vista y paciencia de otras clientas que se hallaban allí, y me empezó a decir que con el se me vería regia y que era notorio que mi cuerpo se ajustaba a esa clase de prenda y que seguramente mi novio (figúrese, amada ama diosa Selene) se sentiría muy satisfecho de verme lucirlo.
Yo estaba al borde de estallar por la indignación, la hubiera abofeteado para que aprenda a respetar a la última y más despreciable de las esclavas sumisas de mi amada ama diosa Selene, pero no quise armar un escándalo y sacando paciencia de no sé donde sólo atiné a coger los modelos por mi escogidos y a preguntarle por el probador.
La muy ordinaria me condujo a una salita muy mona con su sillón y espejo y mesita para poder probarme las prendas a entera satisfacción y con comodidad, pero su impertinencia llegó a tales extremos que no contenta con conducirme a ese lugar volvió a los pocos minutos con las prendas que yo había rechazado y me sorprendió revisando como me quedaba un modelo de color negro, que en ese momento me estaba probando frente al espejo.
Yo estaba perpleja por su atrevimiento, sin embargo ella de lo más fresca y como si no se me notara en el rostro la indignación volvió a extender los modelos diminutos por ella escogidos y a alabarlos sin ningún recato y a decirme lo bien que lucirían en mi y cuanto lo apreciaría mi novio. Fue el colmo, como usted ya se imaginará le demandé en el acto que se retirara llevándose esas vulgares prendas y que no volviera a entrar sin mi autorización.
Amada ama diosa Selene ¿me creerá que todavía se tardo unos segundos antes de retirarse? Y no contenta con ello, añadiré que antes de hacerlo me dirigió una mirada de arriba abajo recorriendo todo mi cuerpo y se permitió decirme: "como quieras, tu te lo pierdes". Figúrese amada ama, me dijo eso y además me tuteo la muy impertinente.
Bueno, estoy convencida de que no es necesario que añada más para que usted esté de acuerdo conmigo en que eso es desde todo punto de vista inaceptable. Solicito humildemente su autorización para presentar una carta a los jefes de esa irritante personilla de manera tal que sea llamada al orden, y no descarto que se le despida, que es lo que debería ocurrir.
Sin embargo, me complace añadir que a pesar de todas esas dificultades cumplí exitosamente mi misión y volví a casa con la provisión exacta de los uniformes que usted sabiamente me encargó y cuidé escrupulosamente de los colores.
Amada ama diosa Selene, las fotos que usted me envió son maravillosas y no me canso de verlas una y otra vez. Las tengo ya archivadas y todos los días cumplo con venerarlas como corresponde masturbándome con su contemplación.
Amada ama diosa Selene, el día de mañana cumpliré con su orden de adquirir las pulseritas que me ha ordenado. Beso humildemente sus pies su esclava sumisa Laysha".
Fin del mensaje.
Como podéis comprender, el recibir este mensaje hizo volar mi imaginación (el pájaro no se cansa de volar) y enardeció mis deseos. Su relato me hizo mojarme y masturbarme, y le escribí un mensaje.
Selene a Laysha
"Besa los pies de Selene, tu reina diosa, mi esclava sumisa Laysha.
Admito tus esfuerzos por cumplir con tus obligaciones, y, apruebo tu devoción hacia mi, a través de la adoración que haces de mis pies. Yo por mi parte, una vez que hubieras acabado de chupar cada una de los dedos de mis pie, procedería a sobar con mi pies tus pechos, y los deslizaría entre tus piernas, para acariciar con ellos tu sexo, y quien sabe sí, los introduciría, uno tras otro entre tus otros labios, mientras te permitía que lamieras mis rodillas.
...Y dime, esclava Laysha, si pensabas que las prendas que te ofreció la ordinaria manceba de la tienda de lencería era impresentable por lo diminuto ¿no deberías haberlas comprado para satisfacerme a mí y a mi guerrero? Y dime ¿No piensas que cada vez que sintieras esa incomodidad entre tus glúteos, no serías feliz por que pensarías que lo sufres en honor de tu Diosa Selene? ¿Sabes como disfrutaría tu Reina Diosa Selene viendo tus nalgas desnudas?
Sobre la actitud de la manceba, comprendería tu indignación si fueras una de las damas de mi séquito, pero como esclava que eres, he de decirte que no llevas razón, y que deberías haberte dejado llevar por los deseos de la manceba, fueran los que fueran, ya que ella es, al fin y al cabo, una funcionara colocada ahí por el rey de vuestro planeta, un tal Bush II, y tú no eres mas que una esclava, que no debería tener tanto orgullo. Creo que como esclava, tus reclamaciones no tendrían ningún valor, y sinceramente, no puedo dejarme representar por una esclava. No deseo decepcionarte ni hacerte daño. Pero por otra parte, emitiremos una queja diplomática, ya que eres de mi propiedad y no puedo permitir que una funcionaria de un reino ajeno intente sacar partido de ti. No te preocupes, su rey ordenará que le administren cincuenta latigazos entre las piernas.
Espero que, estando ahora misma en tus aposentos, lleves puestas precisamente, las tangas cuya compra te han causado tanto disgusto."
Fin del mensaje.
Yo, de todas formas, no tardé en maquinar lo que debía hacerse. Era mi derecho y mi obligación como ama. Mi sumisa confía en mí. Yo le había prometido morbo, mucho morbo, y se lo iba a dar, como podéis imaginar, así que le escribí un emilio en el que le ponía muy claritas mis instrucciones. Escribí el siguiente emilio después de las vaciones de Semana Santa, en la que mi sumisa Laysha se fue sin avisar, con el macho con el que fornica.
Selene a Laysha:
"Besa mis pies, mi esclava sumisa Laysha.
Afortunada eres, de volver a mí. El hombre que te llevó te trajo de vuelta, y no dudes, que por eso, será recompensado.
...Mi esclava Laysha. Con respecto al tema de las tienda de lencería, he de decirte que quiero que vayas a dicha tienda, y que efectivamente, quiero que demandes sus consejos, y que te compres, después de pedir que te pase al probador, el más indecoroso de todos.
Laysha. Lo siento, tengo que castigarte por tu presunción. Dejarás que la manceba de la tienda lleve la iniciativa. Tal vez la manceba sólo pretenda ver tu cuerpo, tal vez quiera acariciarlo, y tal vez, después de pasar sus manos sobre tus muslos De cualquier forma, serás sumisa. Bajarás la cabeza y pensarás que lo haces por tu Diosa Selene. Ya te comenté, que Mitelene tenemos ciertas costumbres, debido a la ausencia de machos, que serían mal vistas en Tierra (Nosotros la llamamos Gea) Quiero saber cómo eres de receptiva a esas costumbres. Si no pasa nada entre la manceba y tú, no importa. Pero no voy a perder la posibilidad de hacerte probar la deliciosa dulzura del amor con una mujer.
Laysha, mi esclava traviesa, mi zorrita sumisa. Cierto es que las mujeres apreciamos nuestra belleza física, más te digo para tranquilizarte, que para una ama, por encima de la belleza física, está la obediencia, la complicidad, la gratitud de su esclava, y el morbo que es capaz de sentir y transmitir, y te aseguro, mi perrita Laysha, que eso eres la más puta de todas mis esclavas.
Me alegro que te hayas comprado la cadenita y el anillo. Siempre que copules, los llevarás puestos. No olvides que la cadenita va en el tobillo.
Besa mis pies, esclava Laysha, hembra y sumisa."
Fin del mensaje.
Mi sumisa Laysha es adorable, obediente, caliente, hermosa. Aceptó su castigo, es más, creo que estaba deseando que le mandara realizar algo así. Creo que al otro lado de la red, ella espera mis órdenes, lo mismo que un perrtio esperaría que le tiraran un hueso. A la vuelta de correo recibí un mensaje suyo.
Laysha a Selene:
"Beso sus pies amada ama diosa Egarasal Selene
Amada ama diosa Selene, el día de mañana me presentare ante la insulsa mocosa que labora en la tienda de trapos y me pondré a su disposición, estoy segura de que aunque a mi se me escapa, usted a valorado en mi educación como esclava sumisa este evento y se lo agradezco, por eso usted es la Abeja Reina y yo la esclava sumisa."
Fin del mensaje
Imaginad como esperé ansiosa sus mensajes durante aquella noche. Nada más llegar a la oficina abrí el correo. No tiene nada de especial para mí, pues lo llevo haciendo desde que Paula se convirtió en Laysha, y yo, en Selene. Pero este día fue especial.
Para ser sincera, os tengo que decir, que paralelamente a esta relación SELENE-laysha, existía una fluida relación Paula-Eva. Yo creí aconsejable que fuera así, para que no faltara la necesaria comunicación entre ambas. El juego de Dominación sumisión debe ser libremente aceptado . Paula mi escribió un mensaje al día siguiente. Entre las primeras existe una relación Sexo de dominación, entre las segundas, un auténtico amor platónico.
Paula a Eva(yo):
Evita, ahora me estoy alistando para ir a la tienda de lencería y estoy aterrada, bueno aterrada no es la palabra, no se cual es, el corazón me late a mil y me tiemblan las piernas. Es muy raro porque hace unos días yo estaba ya decidida a hacerlo y no tenia ningún conflicto pero ahora ya ves, mira como me he puesto. No tengo ningún conflicto moral, no se que es.
Además se que esa chiquilla apenas me vea entrar se va creer la Reina de España y se va a aprovechar de que haya vuelto, no debí tratarla así la primera vez y ahora me las va a hacer pagar todas. Yo conozco a esa clase de chiquillas, son todas unas busconas y lo primero que va a pensar, si es que no lo ha pensado ya, es que soy una tía lesbiana que necesita a gritos que la hagan correrse. No se por que le conté todo a mi ama, en ese momento me pareció tan excitante y ahora no puedo mantenerme en pie. Me puesto una falda un pelín sobre la rodilla y un saquito cruzado, todo azul, con una blusa blanca, voy con unas braguitas blancas que tienen un bordado muy guapo a los bordes y voy sin medias y con zapatos negros con poco taco, quiero verme seria y no como una puta, no quiero que se confunda esa estúpida.
Amor, ya me voy, deséame suerte, de verdad me tiemblan las piernas y tengo la boca reseca, no se como voy a manejar, tal vez me he pintado mucho, pero creo que no, tal vez un poco mucho en los labios, el saco me queda bien, y por atrás también se me ve bien. Bueno, mejor me voy sino no ire nunca y mi ama me volverá a regañar y es lo único que falta para que me muera de pena. Te quiero con toda mi alma, deséame suerte, Paula"
Fin del mensaje
Pasé toda lo noche caliente, pensando, imaginando, sobándome y mojándome. A la mañana siguiente, lo primero que hice fue abrir el correo. No es raro, por que desde que tengo esta relación con Paula, es lo primero que hago. Y a veces, me levanto de madrugada, cuando mi marido no se percata, para ver si Paula me ha escrito.
Me encontré, junto a un montón de mensajes sin importancia, ese, el de Laysha, mi sumisa emputecida y lesbianizada. Lo abrí y mirad que me respondió:
Laysha a Selene:
Amadísima ama, diosa mía de mi alma, guerrera excelsa, reina del universo, señora de ejércitos de guerreros invencibles, de guerreras indomables y de esclavas sumisísimas y entregadas que la adoran, de las que yo soy la ultima y mas despreciable, pero la primera en amarla, fui a la tienda de lencería y entre armándome de valor sabiendo que debía cumplir la misión que usted me había encomendado, a saber, adquirir el uniforme mas diminuto que pudiera ponerme y que me hiciera recordar siempre, al meterseme muy dentro del culo, que estoy bajo su poder y que usted es mi dueña.
Antes de llegar ya mi mente corría mas rápido que yo y me hacia visualizar los diminutos atuendos que tendría que probarme y mi conchita se empapaba ante la expectativa, me temblaban mucho las piernas y el corazón me palpitaba sin control ante la idea de como seria recibida por la jovenzuela esa que me atendió la primera vez, en el fondo creo que rogaba que no estuviera y que fuera recibida por otra empleada tanto como deseaba que fuera ella quien me atendiera.
Así, llena de contradicciones, hice mi ingreso en el mencionado lugar y no bien entrar me percate de que la misma chiquilla que me atendió la primera vez me iba a atender ahora, lo peor fue que ella también me reconoció de inmediato como lo demostró la enorme sonrisa que se dibujo en su rostro tan luego me vio, era una sonrisa de suficiencia, amada ama, una sonrisa de saberlo todo, de haberme calado en el alma y de saber sin duda alguna que clase de persona era yo y que era lo que hacia allí.
A mi me dolió mucho, se lo confieso y me avergonzó sobremanera, hubiera huido de allí si no fuera su esclava sumisa y no tengo voluntad sino para obedecer sus ordenes, sentí que me ponía muy rojita, las mejillas me ardían y solo atine a intentar aparentar indiferencia y me fui hacia un sector de la tienda que no le correspondía a ella y me puse a ver la mercadería desentendiéndome de la mocosa impertinente aquella. Desde este sector ocasionalmente elevaba la vista para observarla y, para aumentar mi vergüenza, siempre me encontraba con sus ojos vigilándome y con esa sonrisa tan explicita que me hacia sentir desnuda frente a ella.
Yo ya no sabia como actuar, ya tenia unos 15 minutos allí y me parecía que todo el mundo (clientes y otras trabajadoras) se daban cuenta de lo que estaba pasando, pero tampoco me atrevía a hacer nada, a dar ni un paso mas, estaba en un callejón sin salida cuando ella tomo la iniciativa, con toda la frescura de una mujer sin los más mínimos modales, porque una dama jamás hubiera hecho eso, se acerco a mi, caminando por el medio de la tienda, sobrepasando los limites de su sector de ventas y encima haciéndolo con una lentitud desesperante y sin perder esa sonrisa que tanto daño me hacia, yo pensaba que todo el mundo había dejado de atender sus asuntos para ver como ella se me acercaba y me abordaba mientras yo intentaba por todos los medios de aparentar que no me daba cuenta de nada de lo que sucedía.
Por fin llego a mi lado y como si fuera la cosa mas natural del mundo me dijo: "seguro estas buscando las bragas que no compraste el otro día". Eso me dijo amada ama ¿puede creerlo? y además no tuvo ningún empacho en hacerlo con la voz alta, yo diría que mas alta que lo habitual, como retándome, y además, ama mía diosa Selene, lo dijo mirándome fijo a los ojos y con su detestable sonrisa que a esas alturas ya no solo era una burla sino un insulto para mi. ¿Como puede ser posible que contraten esa clase de dependientes en una tienda que se supone goza de un buen ganado prestigio? no contenta con tutearme una mujer de esa condición, se dirige a mi en ese tono y con esa manera de mirarme y de sonreírme. "Es por aquí" añadió y dándose vuelta emprendió el camino de regreso hacia su sector.
Evidentemente daba por sentado que la seguiría, lo que termino por indignarme, ¿De donde sacaría esa mocosa malcriada que una mujer como yo tiene que obedecerla? La seguí, naturalmente, pero sometida a usted, por devoción a usted y porque soy su esclava y no puedo ni quiero negarme a cumplir sus ordenes, quisiera resaltar esto ultimo, soy feliz cuando usted me ordena cumplir algo y gozo obedeciéndola porque he nacido para ser su esclava sumisa.
Seguí a la chiquilla hacia la sección donde ella trabajaba que era la de las braguitas y me parecía que todo el mundo tenía que ver con nosotros y que habían dejado sus cosas para mirarnos, estaba abochornada pero era innegable que la situación se había llenado de morbo y en realidad yo estaba excitada desde que salí de mi departamento y en ese momento estaba ya muy mojada.
Ella tomó varias prendas y me las iba mostrando descaradamente delante de todos, eran prenditas muy pequeñitas y, en realidad, bastante vulgares, eran rectangulitos diminutos unidos por tiritas tanto delante como atrás. Yo ni los miraba, tenía los ojos bajos o los miraba de reojo cuando ella insistía mucho, ella los estiraba en mi cara, me señalaba el bordado, me decía que tal modelo haría resaltar mi cuerpo, cogía la tirita posterior y la estiraba delante mío y a vista y paciencia de todas las clientas, que serian unas tres o cuatro, me decía que eso se me metería bien por atrás y que me daría una sensación muy especial, y cosas así por el estilo, yo no atinaba a decir nada, solo la miraba y asentía, por último cogió un buen numero de braguitas y me dijo que la siguiera.
Volvimos a caminar ella adelante y yo detrás segurísima de que todo el mundo en la tienda no hacía sino mirarme, entramos al probador, yo no sabía como hacer, que decir o como actuar, me quedé parada en el medio del cuarto con el espejo a mi espalda con los ojos bajos, no me atrevía a mirarla, esperaba que se fuera pero no me atrevía a decírselo, ella en cambio muy fresca, me dijo que me levantara la falda, me quedé estupefacta, no me imaginé que fuera tan directa y tan osada ¿cómo? Le pregunté con hilito de voz, que te levantes la falda, repitió tuteándome por enésima vez y sin mirarme, estaba acomodando las prendas en la mesita del costado.
Yo me quedé quieta allí sin hacer nada mirándola, no podía creerlo, claro que había leído sobre casos así, pero siempre pensé que eran pura fantasía y que nunca ocurrían. De pronto se volteó hacia mí y me dijo ¿qué estás esperando? Cogí la falda por los costados y empecé a levantarla, lo hice lentamente sin que me lo ordenara porque sabía que eso era lo que esperaba de mí y que a partir de ese momento haría todo lo que me ordenara y mucho más sin oponerme a nada, subí mi falda lentamente frente a ella que me miraba de nuevo con esa sonrisa de suficiencia que a mi me hacia tanto daño pero que también me excitaba tanto, me atreví a mirarla a los ojos de frente, ya no de reojo, cuando tuve la falda a la altura de la cintura, ella me miraba con detenimiento por delante y también (por medio del espejo) por atrás. "Muy bien, dijo, hay que reconocer que esas braguitas te quedan muy monas, pero tu necesitas algo más explicito, algo más de tu nivel, que resalte mejor tu personalidad"
Empezó a caminar alrededor mío, lentamente, mirándome con detenimiento, yo seguía paradita allí en el medio de la salita sosteniéndome la falda en la cintura, con la piernas juntitas y temblando toda mientras ella giraba alrededor mío y yo sentía sus ojos en mi cuerpo como si fueran sus dedos sobre mi piel.
Cuando estuvo detrás mío se detuvo sin decir nada, a mi me parecía que me miraba durante una eternidad, de pronto cogió suavemente mi falda y me la subió todavía más dejándomela completamente alzada, luego cogió mis braguitas por el elástico y también me las subió más, tuve que empinarme un poquito cuando hizo eso, se me metieron más adentro no solo de mi culito sino también de mi concha, volvió frente a mí y me miraba con esa sonrisa suya y me dijo "¿No te sientes mejor?"
Estaba solo a unos centímetros de mi rostro, me cogió de la cintura pasando su cuerpo hacia atrás mío quedando sus piernas delante y su cabeza detrás y me hizo inclinarme un poco, sí, sí, sí, decía, tienes un culo digno de vestirse con mis braguitas, entonces bajó sus dedos por mis nalgas suavemente, solo tocándome con las yemas, casi sin tocarme, pero tocándome, despacito me recorrió las nalgas hasta la curva que las une con las piernas, yo, querida ama Selene, no pude contener un gemido que me salió del alma, fue un gemido de placer pero también un pedido, un pedido de que no se detuviera, de que siguiera por piedad y que me hiciera suya, ama mía adorada.
Nunca había estado con una mujer, se lo juro, jamás, es verdad que había fantaseado con eso, pero jamás me había atrevido a hacerlo, en el tercer mundo eso esta muy mal visto y hay una fuerte discriminación para la mujeres que son así, entonces, yo, allí, en manos de esa mocosa que perfectamente podría ser mi hija y que me trataba como su juguete sentía no solo el goce de la piel, que solo eso me podría haber transportado al cielo, sino también la sensación de trasgresión, de ser obligada a hacer algo que, por lo menos aquí, es prohibido, y no poder negarme a ello y saber que esa chiquilla también sabía que yo tenía que estar sintiéndome como poco menos que una puta en sus manos y que sin embargo me dejaba hacer lo que ella quisiera.
Cogió uno de los más vulgares calzoncitos que había traído y me dijo, "A ver ponte este que creo que para ti va a estar perfecto". Ama, en ese momento me di cuenta de que sería imposible evitar que viera mi concha depilada, casi me muero, aquí eso no es una práctica extendida, me sentía todavía más avergonzada, pero ya no podía retroceder ni detener las cosas, me quité la falda y quise hacerme un poco la distraída dejando que mi blusa me cubriera hasta los muslos, pero evidentemente ella no iba a permitir eso de ninguna manera, así que con una vocecita muy condescendiente añadió, "De una vez quítate la blusa esa que parece que tuvieras otra falda debajo de la primera".
Dios mío, adorada ama mía, diosa mía, sueño mío ¡qué vergüenza! Me puse rojísima sin poder evitarlo, era horrible, además el ponerme roja también me daba más vergüenza, cómo hubiese querido sentirme avergonzada pero sin que ella se percatara de que lo estaba. Me quité la blusa y no podía seguir con las braguitas, sencillamente no podía, me había inmovilizado, entonces ella se acercó a mí y me las bajó, se quedó mirándome la concha afeitada, sorprendida, me miraba detenidamente, se puso en cuclillas para verme mejor, sonreía, se mordía el labio inferior, me dijo que abriera un poco la piernas, obedecí, sentía que las bragas que estaban a medio muslo me tironeaban y sentía de nuevo esos ojos sobre mi cuerpo, esos ojos que poseían el sentido del tacto, sobre mí.
Cuando se levantó no pude reprimir otro gemido, esta vez de frustración, amita preciosa, había estado esperando que me tocara y no lo hizo, se puso de pie frente a mi sin hacerme nada excepto mirarme y eso me dejó desolada, me ahogaba, de verdad me faltaba la respiración, me agitaba.
Quería rogarle que me tocara, pero no podía hacerlo, no sabía como, ella se quedó paradita frente a mí con los brazos cruzados mirándome a los ojos con su sonrisa eterna y yo seguía parada allí con las bragas a medio muslo y en sostenedor suplicándole con la mirada que me tomara y ella sin hacerme nada, solo mirándome. Por fin me extendió las braguitas que quería que me ponga y yo terminé de quitarme las que llevaba y me las puse. "¿Por qué no te has quitado el sostén?" Preguntó, por supuesto lo hice de inmediato y mis senos quedaron a la vista.
Ama maravillosa, estoy tan feliz de que me haya emputecido así, que ahora que le escribo esto me siento toda mojada y he tenido que dejar de escribir un rato porque me he masturbado aquí, frente a la computadora, la piel tiene también, ya no lo dudo, una memoria muy efectiva y tiene su forma de recordar haciéndonos sentir de nuevo las sensaciones que hemos vivido, la mente recuerda ideas o hechos, pero la piel recuerda sensaciones volviéndolas a experimentar, me parece que estuviera sintiendo todo lo que viví en esa oportunidad y me alegro mucho de haberla conocido, amita adorada, y de ser su putita y su esclava sumisa, y de que usted me esté llevando de la mano por este maravilloso mundo de la sumisión y el placer infinito que hay en el.
Esa chica estiró su mano y cogió entre sus dedos uno de mis pezones, lo hizo delicadamente, lo retorcía suavemente y lo jalaba hacia sí y lo tironeaba, yo sentía que me iba a morir de placer, además la sensación de tener esas braguitas puestas con esa tirita que se me metía tan adentro del culo y con ese cuadradito que con la justas me cubría la concha delante de esa mocosa atrevida me hacía volar, gemía despacito y la miraba a los ojos y fruncía el ceño, y tenía los labios semiabiertos y la mirada lánguida y le rogaba con todos mis poros, pero sin decir palabra, que me besara, que me chupara todita, que me metiera la lengua hasta lo más hondo de mi.
Por fin lo hizo, me cogió de la cintura, me atrajo hacia si y me besó en los labios con tanta dulzura, con tanta delicadeza, que me entregue todita a ella, pasé mis brazos por su nuca y le devolví el beso, con mis manos le acariciaba el cabello y sentía su legua hurgar en mi boca, sentía su saliva entrar en mi boca, sentía sus manos acariciarme el culo, se separó un poco y me cogió un pezón entre los labios, lo aprisionaba entre los labios y lo frotaba con la lengua, moviendo la lengua mucho, frotándolo bien, mientras con la otra mano me aprisionaba el otro seno y lo acariciaba todo cogiéndolo todo dentro de la mano, me echó sobre la mesa y me abrió las piernas, arrimó las bragas a un lado sin sacármelas y me chupó el clítoris, la concha, me metió la lengua dentro de ella, yo estaba empapada y tuve allí un orgasmo riquísimo, amita linda, luego me cogió de la parte posterior de los muslos y me levantó bien las piernas y me metió la lengua al culo, amita adorada, que delicia sentir su lengua empapándome el culo, abriéndose paso dentro de el, tuve otro orgasmo amita bella, acababa de tener uno pero tuve otro casi de inmediato, y eso también fue la primera vez que me ocurría, me puso en cuatro y con una mano me abría el culo para poder seguir metiéndome la lengua y chupándomelo bien y con la otra mano me introdujo dos dedos en la concha y me masturbaba duro, amita, me lamía el culo y me metía los dedos en la concha y yo tenía que taparme la boca para no dar de alaridos allí mismo y continuó hasta que tuve un tercer orgasmo.
Amita bella y deseada, no sé cuanto rato estuvimos allí pero sé que fue un montón, desde luego las otras clientes que usaron los otros vestidores no podrían haber dejado de escuchar algo porque a pesar de mis esfuerzos no fui, no pude serlo, del todo discreta, y muchas veces mis gemidos fueron más altos de lo aceptable.
Ama mía, cuando esa chica se cansó de mi, y yo no sabía como hacer para entablar algo de conversación, pues pensé que después de lo que había pasado tendríamos que decirnos algo, o ver como íbamos a seguir esto, como se iba a enrumbar lo que había pasado, ella cogió mi cartera y delante de mí la abrió, saco mi billetera y cogió 200 soles que es todo lo que tenía allí en efectivo y que es mas o menos 60 dólares, y me pregunto por qué no tenía más, y que la próxima vez fuera con más efectivo, luego metió todas las prendas en una bolsa de la tienda y añadió otras que yo ni había visto y que eran muy caras y me llevó a la caja y cancelé con mi tarjeta de crédito.
En la caja, delante de mí, le preguntó a la niña que trabaja allí si le gustaba su nueva novia, y ella le dijo que estaba muy guapa y ella le contestó que tal vez un día se la prestaría, todo delante de mí, amita soñada, yo no decía nada aunque me estaba empezando a mojar de nuevo, sentía la tirita de mis braguitas tan dentro del culo, y las sentía tan pequeñitas que de verdad que hasta sentía como una brisita que se me metiera por el culo. Salí de allí con mi bolsa con las compras, con las piernas temblándome, no sé como pude manejar hasta mi departamento.
Amita adorada beso humildemente sus pies, fervorosamente, quisiera que me autorice a recorrer con mi legua su adorada planta de los pies, se lo ruego mucho, por favor permítame hacerlo y me hará la esclava sumisa y puta más feliz de este mundo, suya por siempre su emputecida Laysha
Fin del mensaje.
Como os podréis imaginar, esto superaba todas las expectativas. Pensaba que podría suceder algo en la tienda de lencería, pero que mi esclavita saldría corriendo, huyendo. No. Se portó como una sumisa muy obediente y caliente, y a mí me puso a cien. Le escribí sobre la marcha, casi sin haber digerido lo sucedido.
Eva a Paula.
"....¿De manera que te emputeciste? ¿De verdad sucedió todo así como me lo cuentas? Es fantástico. Es deliciosamente excitante, y quiero que sepas que me hubiera gustado ser la niñata de la tienda. Te trató con verdadera profesionalidad. Tú te portaste excelentemente. Me hubiera gustado entregarte yo misma a la niñata esa, para ver cómo te tomaba a su antojo. Y lo mejor es el descaro con el que te trató, Decirte que eras su novia, delante de la otras, decirte que te prestaría a la otra, tal vez aceptando un dinero por ti...Pero a Selene no le ha gustado, no tu actitud, sino la poca clase de la niñata. Realmente es una desvergonzada. La castigará seguro. Uno de sus guerreros canes la atacará una noche y dejará marcados en sus nalgas sus dientes. No vuelvas a esa tienda, Paula. Te he emputecido y te has dejado emputecer, he disfrutado, pero no tanto como tú. Mi coñito está mojado por tu relato.
Vamos a hacer una cosa, Paula. Lo vamos a publicar y lo vamos a enviar a un correo que vamos a crear. Tú y yo conoceremos la clave y leeremos los correos, y los comentaremos. Es una orden. Debes de escribir un relato contando la experiencia. Contarás que fuiste enviada por tu ciber-ama, que primero fuiste a comprar unas prendas íntimas y que cuando informaste a la ciber-ama de lo ocurrido, te mandó de nuevo. Si no lo escribes tú, yo lo escribiré."
Fin del mensaje
Bueno. Yo, ahora estoy intentando buscarle a Paula, (o Laysha) una novia en el gimnasio al que va. Vamos con mucho tiento y seleccionando, pero a ella, me ha confesado, que le gustó ser poseída por una mujer, a la que prácticamente no tocó.
Como soy una ama cumplidora, y le pareció bien y muy excitante la proposición que le hice de escribir un relato para que todos y todas le dijeran lo que pensaban, para que le dijeran cochinadas, para que le hicieran proposiciones indecentes, y hacerla sentir, de esta manera, más putita, y más sumisa todavía. Por favor, si queréis hacerlo, os ruego que escribáis a laysha-sumisa@hotmail.com .
Y si este relato os gusta, os escribiré otro en el que os contaré como Laysha, o Paula, se va a casar con Pluggy, o Marko Vinikio el perro de su novio, con el que ya mantiene relaciones prematrimoniales.