Mi suegro...Mi obsesión
Ese hombre mayor se volvió mi obsesión, sabia de su reputación, sabia de su carácter fuerte y sobre todo sabia que era el padre de mi esposo, pero aun así se volvió mi obsesión.
Don Samuel era el dueño de la tienda, la tienda más grande en ese tiempo cuando yo tenía 14 años de edad.
Siempre me llamo la atención, al principio me daba miedo, ya que es un hombre corpulento, muy gruñón y tosco veía como regañaba a los niños de mi edad cuando iban a comprar, por esa razón no me gustaba mucho ir.
A los 15 años, mis padres se separaron por esta razón mi madre para poder tener una entrada económica junto con una comadre de ella abrieron un negocio de comida al cual siempre llegaba yo después de la escuela para ayudar un poco y donde me di cuenta que nunca faltaban los "amigos" que llegaran para visitar tanto a mi madre como a su comadre y que con uno de esos "amigos" tuviera mi primer relación sexual…pero esa es otra historia.
Desde chica siempre fui muy acomplejada por mi físico, flacucha muy poco femenina en mi arreglo, fue hasta que conocí a este "amigo" de mi madre que comencé a cambiar en todo, el me motivaba para vestir más coqueta, incluso me llego a comprar faldas o blusas y comenzaba a notar como los hombres me volteaban a ver, lo cual me comenzó a gustar y más cuando en una ocasión que fui a la tienda de Don Samuel me recibió con una mirada llena de perversión, y con un descaro total veía mis senos que ya en esa época comenzaba a llamar la atención.
Recuerdo muy bien esa ocasión donde sentí se había separado esa etapa de niña a mujer, aunque solo tenía 16 años, pero esa forma de verme de Don Samuel y sobre todo como me trataba me gustaba, como al darle el dinero o el al darme el cambio me agarraba de la mano y me decía que me fuera con cuidado mientras sentía su enorme mano atraparme con fuerza, esa sensación me inquietaba mucho. Desde esa ocasión cualquier pretextó era bueno para ir s u tienda, lo que antes me causaba miedo ahora era una extraña sensación de placer.
Era conocida la fama de Don Samuel en el vecindario, una fama de mujeriego y aunque era casado, su esposa, una vieja gorda y fea, se la pasaba viajando y mientras su esposo le diera dinero para hacerlo siento que a ella se hacia la que no sabia lo que pasaba con su esposo.
Y si, Don Samuel me atraía, quizás no físicamente y es que él es un tipo muy alto, fornido muy tosco y siempre con cara de pocos amigos, era más esa fama que tenía, fama que comprobe con mis propios ojos y con la persona que menos pensaba.
Fue un viernes, ya estábamos por cerrar y mi madre me comento que iría a la tienda a comprar algo, que ya de ahí ella se iría a la casa y que le ayudara a su comadre a cerrar, al yo comenzar a acomodar todo para cerrar vi que ella había olvidado su monedero, así que rápidamente lo agarre y salí para alcanzarla y dárselo, vi como llego a la tienda, cosa que me gusto pues podría saludar a Don Samuel, pero me llamo la atención que inmediatamente entro ella, el salió y volteando para todos lados inmediatamente cerro la cortina de la tienda, yo me quede ahí parada sin saber qué hacer, con una mezcla de sensaciones, me sentía enojada, molesta, celosa? Pero sobre todo me sentía inquieta.
A partir de ese día fueron más frecuentes mis visitas a la tienda de Don Samuel, en mi imaginación loca deseando que en una de esas visitas el, cuándo yo entrara saliera y cerrara la tienda…que loca pensaba.
Esas visitas cada vez más frecuentes ocasiono que conociera a su hijo Gerardo, un tipo guapo de 19 años quien inmediatamente me comenzó a ligar y pues no le costó mucho trabajo y tiempo después comenzamos a salir pero desafortunadamente, yo con mi experiencia del amigo de mi madre, un hombre maduro que sabía cómo cuidarme para no quedar embarazada, pensé que con este tipo sería igual y vaya sorpresa que al poco tiempo de comenzar a salir quede embarazada de él.
Recuerdo muy bien lo molesta que se puso mi madre, y como me decía lo pendeja que había sido al no cuidarme, la madre de Gerardo, una mujer chapada a la antigua en ese sentido, lo obligo a cumplir con su obligación y fue así que nos casaron.
Afortunadamente Don Samuel tenía en su casa unos departamentos los cuales rentaba y nos dejó vivir en uno de ellos, yo sinceramente en esa época caí en una depresión fuerte lo que hizo descuidarme y siempre andar en fachas como siempre me la pasaba ahí en la casa no me daba por arreglarme, notaba como Don Samuel había perdido ese interés en mí que tenía anteriormente, pensaba que por ser la esposa de su hijo, pero sabía más que era por cómo me veía y es que había llegado a subir de peso.
Así pasaron los meses, tuve a mi hija y más por ella que por otra cosa comencé a cuidarme, volví a recobrar mi peso y a arreglarme como antes lo hacía, por el embarazado mis senos crecieron un poco más lo que los hizo aún más atrayentes al sexo opuesto.
Mi esposo como era de esperarse, casi no pasaba tiempo en la casa, al igual que su padre yo sabía que andaba de loco con otras viejas, pero sinceramente no me importaba pues desde que estaba embarazada él había perdido interés en mí, fue hasta que volví a recuperar mi forma que comenzó a fijarse, yo aceptaba a tener sexo con el mas por la necesidad mía, aunque como amante era malísimo.
Fue un sábado, recuerdo que acostada en la recamara viendo la tv vi la hora y me di cuenta que no tardaría mucho en llegar Gerardo y como el típico macho sabía que querría comer inmediatamente, así que me levante fui al cuarto de mi hija para revisarla y al verla que dormía me dirigí a la cocina para ver que le podría preparar, al revisar el refrigerar se me ocurrió hacer una pechuga de pollo y una ensalada, tenía la lechuga y quería acompañarla de unos pepinos, pero no tenía así que decidí bajar a la tienda de Don Samuel por uno.
Baje y cruce el patio que separaba la casa de Don Samuel de los deptos. Como ya era de la familia no necesitaba entrar por la entrada de la tienda, podía entrar por la casa, para hacerlo tenía que cruzar la cocina y un pasillo que llevaba a las recamaras de la casa, todo estaba en silencio, me extraño pues por lo regular los sábados a esa hora solía llegarle visita de familiares a mis suegros, llegue a la sala ahí había una puerta que era la entrada a la tienda, la toque levemente….nada, volví a insistir y nada abrí lentamente y entre, no había nadie y la cortina está cerrada, que raro pensé aún era temprano, en fin fui a donde las legumbres y tome un pepino y una bolsa de sal, Salí y al cerrar la puerta escuche un sonido como cuando empujan un mueble, voltee hacia donde venía el sonido, al final del pasillo, ahí tenía un cuarto que usaban como bodega para las cosas de la tienda, podía ver que salía una luz de la puerta en ese momento se volvió a escuchar el sonido y algo que inmediatamente reconocí, el sonido de una voz de mujer, ahí comprendí inmediatamente lo que pasaba y es que me llego a mi mente aquella tarde en la que mi madre llegaba a la tienda de Don Samuel y el salía a cerrar la cortina, supe en ese momento lo que pasaba, sin tratar de hacer ruido salí rápidamente paras regresar a mi depto, pero al ir cruzando el patio pudo más mi curiosidad, ¿Con quién estará? ¿La conoceré? Y fue así que cuando menos me di cuenta ya está de regreso, con cuidado abrí la puerta y entre, cruce la cocina, al llegar al pasillo los sonidos eran leves pero podían escucharse fui caminando por el pasillo lentamente viendo en las recamaras para asegurarme que no hubiera nadie, que tonta claro que no había nadie.
Para fortuna mía, la puerta del cuarto que servía como bodega estaba entreabierta, me acerque lentamente hasta que pude ver claramente lo que pasaba adentro……Ahí en ese cuarto lleno de bultos y cajas de varia mercancía esta una mujer de pie, inclinada apoyándose en unas cajas de cartón, con la falda enrollada en la cintura y sus senos de fuera colgando como enormes globos de carne, era una mujer gorda por lo que pude notar, atrás de ella estaba Don Samuel, con sus pantalones caídos, podía ver que a pesar de su edad tenía unas piernas fuertes musculosas y velludas, su camisa le cubría las nalgas pero se notaban también de buen ver, Don Samuel sujetaba a la mujer de las nalgas y con fuertes embestidas la penetraba, se podía escuchar claramente el golpeteo que ocasionaba su pelvis con las enormes nalgas de esa mujer, sus gemidos eran claros desde ahí, luego Don Samuel se inclinó un poco y la tomo de los cabellos jalándoselos y así comenzó a decirle de cosas….
-Así pinche perra, ¿así te gusta que te de verga verdad puta? Así mueve las nalgas pendeja, comete la vergota de tu macho zorra de mierda!!!
La mujer gemía y decía-Si papi, si así me encanta como me das verga.
Yo confundida pensaba, ¿cómo era posible que esta mujer dejara que le hablaran así, que permitiera ser humillada de esta forma? ¿No tenía dignidad?
Pero aun así, seguí viendo aquella escena, el seguí penetrándola, ella seguía disfrutando de cada estocada que le daba, desde esa posición no podía ver el miembro de Don Samuel, aunque hacia todo lo posible por hacerlo, la curiosidad me mataba, fue hasta que él se separó y le dio una fuerte nalgada y le dijo-Haber culera móntate en mi verga- y se sentó en una silla que ahí estaba, se acomodó y ahí fue cuando pude ver su enorme verga, en verdad era enorme más de 20 cms le calculaba, dura, gruesa y lo que más me llamo la atención era como se le marcaban las venas, pareciera que en cualquier momento podría explotar ufff que locura.
La mujer abrió de piernas y se acomodó sobre él, tomo su enorme verga y la dirigió hacia su entrada y de un solo sentón se la clavo toda saliendo de su boca un caliente gemido de placer, cerrando los ojos así se quedó un momento para después comenzarse a mover sobre de él, Don Samuel paso sus manos y le comenzó a acariciar…más bien a estrujar sus senos mientras le seguía diciendo de cosas, insultándola, humillándola…yo sin darme cuenta tenía una mano sobre unos de mis senos, en ese preciso momento escuche como el sonido de una puerta abrirse, rápidamente camine hacia la cocina esperando ver a alguien, pero no, no había nadie, mis nervios me había traicionado pero decidí mejor retirarme.
Salí al patio recupere el aliento y me dirigí a mi depto. Ya adentro deje lo que llevaba en la mesa de la cocina, fui al cuarto de mi hija para ver como estaba, aun durmiendo y regrese a la cocina para comenzar a preparar la comida, tome la lechuga y el pepino y los puse debajo del chorro de agua del fregadero para lavarlos, trataba de calmarme y no pensar en lo que acaba de ver, pero aún me cruzaba en la mente, ¿cómo era posible que esa mujer permitiera que la tratasen así, no tiene dignidad?
Cuando coloque el pepino debajo del chorro del agua y comencé a lavarlo, recordé la enorme verga de Don Samuel, de mi suegro, comencé a lavar el pepino pasando mi mano por él, sintiendo su rugosidad y recordando las venas marcadas de aquella verga, un calor intenso comenzó a invadir mi abdomen, una sensación de escalofrió comenzó a recorrerme poco a poco, lentamente fui acercando ese pepino duro y grueso a mi cara, comencé a pensar e imaginarme la verga de Don Samuel, lo acerque a mi boca y le di un delicado beso, lo pase por mis mejillas mientras pensaba, que se sentirá tener esa enorme verga así de cerca, comencé a pasar la lengua delicadamente por él, que loca pensé por un momento, pero pudo más la calentura que sentía en ese momento.
Como autómata, me dirigí a la recamara, cerré la puerta y me recosté en la cama, así recostada, abrí mis piernas y de nueva cuenta con una mano lleve el pepino a mi boca y comencé a besarlo, con la otra mano comencé a acariciar mis senos metiéndola entre mi bra para sentir mis pezones que ya estaba duros, erectos, sin darme cuenta ligeros gemidos comenzaron a salir de mi boca, deje mis senos y fui bajando mis mano poco a poco hasta comenzar a acariciar mi vagina sobre los leggins negros que llevaba frotaba mis dedos, arqueaba mis caderas, pasaba el pepino por mi rostro mmm imaginando que fuera la rica verga de mi suegro, comencé a lamerla sintiendo claramente su rugosidad, su dureza. Como pude con una mano y ayudada con mis piernas me quite el leggins quedando solo con mi tanguita la cual ya tenía completamente empapada me saque la playera y el bra dejando libres mis senos, así me volví a recostar de nueva cuenta abrí mis piernas y comencé a frotarme con mis dedos mi rajita húmeda sobre la tela de la tanguita, Mmmm en mi mente traía la imagen de él, de mi suegro como se cogía a esa mujer, no lo podía negar la envidiaba, deseaba poder ser yo ella y que fuera a mí a la que hiciera suya, ser su puta su pinche puta sucia y caliente.
Comencé a besar el duro pepino, luego pasar mi lengua por el dejándolo brilloso por mi saliva, mientras lo pasaba por mi rostro comencé a decir….Mmmm que deliciosa verga tienes papi, como me encanta tu virilidad dura, caliente, te gusta cómo te la mamo mi rey, mmm a mí me encanta tenerla en mi boquita….y así comencé a chuparla, abría lo más que podía mi boca dejando entrar parte de ese grueso y duro pepino, mis caricias sobre mi vagina caliente aumentaron, movía mi cadera frenéticamente, mmmm que caliente me tenía solo el pensar en ese hombre.
Me gire sobre la cama y me puse en 4 con mis nalgas paradas como ofreciéndolas al mejor postor, sentía como mi culito palpitaba, como mi vagina se abría, tome el pepino con ambas manos colocándolo sobre la cama así pensando en que tenía a mi suegro acostado seguí chupándolo, mamándolo, pasaba mi lengua por todo el, imaginaba que podía chupar sus grande bolas de carne mmm grandes y peludas, lleve una de mis manos a mi seno y comencé a pellizcar mis pezones, mmm que delicia esa mezcla de dolor y placer, así más por instinto que por otra cosa lleve el pepino hacia mi rajita pensaba solo frotarme con él, con mi otra mano jale mi tanguita para dejar completamente al descubierto mi rajita empapada puse la punta del pepino y comencé a frotarlo…Haaaa siii que delicia…con mi mano libre abría mis nalgas, recosté mi rostro en el colchón y con los ojos cerrados aumente el movimiento del pepino sobre mi panochita que ya suplicaba por tener algo adentro, por ser partida en dos por esa enorme verga de ese viejo caliente y pervertido, era tal mi excitación que comencé poco a poco a penetrarme con el pepino!!! Siiii poco a poco se fue abriendo paso, sentía como me partía pero no me importaba el dolor solo quería tenerlo adentro, como si hubiera tomado vida ese pepino se fue abriendo más y más el paso entre los pliegues de mis labios vaginales, cuando menos cuenta me di ya tenía medio pepino dentro de mi mmmmmm que delicia, así que me quede por un momento sintiendo las pulsaciones de mi vagina sobre el pepino para después comenzar un delicado mete y saca…Haaa papiii siii así cógeme, que rico me das verga papacito, siii mi amor sii quiero ser tu puta culera, tu zorra caliente a la que puedas coger cuando quieras mi rey….decía con voz entre cortada por el placer que sentía ……así suegro así, chinguese a la puta pendeja de su nuera, me encanta como me parte mi panochita haaaa papi que puta me haces sentir sii no pares cabron no pares cógeme, chingame, follame papito mío!!!!! Así mientras de mi boca salía todo eso un rico y delicioso orgasmo me invadió de pies a cabeza, mi piernas comenzaron a temblar a tal grado que tuve que sacar el pepino y caer recostada sobre la cama, frenéticamente seguí frotando el pepino totalmente húmedo y cubierto por un líquido blanco sobre mi panochita hinchada mmm que delicia, así quede acostada tratando de recuperar el aliento con una sonrisa de oreja a oreja en el rostro.
Momentos después llego mi esposo y como era de suponer me pidió que le sirviera de comer, se sentó a la mesa y le serví en un plato una pechuga de pollo empanizada acompañada de una rica y deliciosa ensalada de lechuga y PEPINO, esperando que le gustara tanto como a mí.
Continuara…..