Mi suegro y su amigo
En una fiesta quiero que mi suegro me haga suya otra vez, un amigo de él también me hace el amor
Esta historia me sucedió cuando tenía 19 años, fue con uno de mis suegros, ya que en ese tiempo tenía muchos novios al mismo tiempo.
Joaquín, que así se llamaba mi novio, me dijo que en su casa harían una fiesta por el cumpleaños de su mamá, está era una buena oportunidad para volver a ver a su papá, Alan. Con Alan desde el primer día que nos vimos nos gustamos, él es un señor guapo y fuerte, en ese entonces él tenía 46 años. La segunda vez que nos vimos, nos tiramos la onda y acabamos fajando, días después tuvimos nuestro primer encuentro sexual, de ahí cada 15 días nos veíamos en un pequeño hotel en la salida a la carretera, un hotel bonito y muy discreto.
Alan me hacía gritar siempre, el placer que me daba era maravilloso, jamás sintió culpa por cogerse a la novia de su hijo. Alan sabía que en mi tenía una puta y no una nuera, no era una mujer que le conviniera a su hijo.
Pero regresando a la historia de la fiesta, sería un sábado. Me vestí lo más provocativa para gustarle a mi suegro. Me puse una minifalda negra con medias, tacones cerrados, una blusa negra, y también llevaba una chamarra de piel negra. Cuando Joaquín llegó por mí me dijo mi amor te ves hermosa, y quiso meterme mano, le pedí que fuera un buen novio y me respetara. Jamás me había acostado con él, lo más que había permitido es que por menos de un minuto me acariciara las nalgas mientras usaba un pantalón muy pegado.
Nos fuimos a la fiesta. Al llegar todos me saludaron con mucho gusto, en especial los hombres, mi suegro me vio con lujuria, cuando me saludo me abrazo y me apretó muy fuerte. Me hizo vibrar deseaba volver a ser suya.
La fiesta transcurría como cualquier otra, comida y bebida iba y venía, en algún momento, quise besar a mi suegro, le hice señas para que me siguiera. Lo lleve a una habitación que tienen de visitas, donde hay un gran baño, ahí podríamos encerrarnos un rato.
El me seguía dejando unos metros entre nosotros, yo movía más mis nalgas para calentarlo. Al llegar al baño, me agarro las nalgas y me dio un profundo beso en la boca, nuestras lenguas jugaban, no podíamos contener el deseo que sentíamos el uno por el otro.
Y –Ya no podía más me moría por besarte, porque me tocaras.
A –Te ves muy cogible, como me gustas putita.
Y –Me vestí así para ti, me gusta que desees a tu puta.
A –Todos mis amigos te veían con muchas ganas, no se imaginan que seas mía, han de envidiar a Joaquín, sin saber que quien disfruta este cuerpo soy yo.
Me agache le bajé el pantalón, saque su verga, y la metí en mi boca, empecé una mamada muy rápida, quería sentir su leche en mi boca, pasaba mi lengua por todo el tronco, él me tomaba por la cabeza, parecía que quería atravesar mi cabeza con su verga. Los dos disfrutábamos de aquella placentera mamada de verga, cuando la puerta se abrió, por nuestra calentura nos olvidamos de cerrar bien la puerta. Quien entró fue uno de los amigos de mi suegro.
O -¿Qué pasa aquí?
A –Por favor Oscar guárdame el secreto.
O –Eres un cabrón, llevo toda la tarde con la verga parada de las ganas que le tengo a la novia de tu hijo y tú te la coges.
A –Tú sabes como es mi esposa, por favor no digas nada.
O –Ya sabes que soy discreto, pero no hay forma de que yo también disfrute lo que tú estás disfrutando.
A –Tú decides Pamela.
P –Acércate Oscar quiero probar tu verga.
Oscar se la sacó del pantalón y se acercó la tome con mi mano derecha la vi bien, su tamaño, su grosor, le sonreí y me la metí en la boca. Empecé una de mis famosas mamadas, mi lengua acariciaba todo el tronco, después de un rato mi lengua se dedicó a la cabecita, Oscar gemía, yo disfrutaba el sabor de aquella verga. Mi suegro veía como mamaba la verga de su amigo, y su erección era enorme, al parecer le gustaba compartirme. Recordé que Oscar tampoco cerró la puerta correctamente, me saque su pene y le pedí a Alan que la cerrará. Alan cerró, yo me paré y le dije a Oscar.
Y –Amor siéntate en la taza de baño.
Él obedeció y se sentó con su verga apuntando al techo, yo me subí la falda y me quite mi tanga, tome su pene y lo apunte a mi vagina, baje lentamente para que él se desespera por poseerme, cuando entro la puntita en mi concha el me bajo muy rápido, me la metió de un solo golpe. Yo grite
Y –Aaaaaahhhhhhhhhhh papi me lastimas.
O –Perdóname Pamela, pero es que te deseo tanto.
A –No le pidas perdón a esta puta le gusta ser un objeto del deseo, ser poseída por cualquiera.
Y –Que bien me conoces suegrito, deja darme unos buenos en sentones en esta verga y después tú me la metes por el culo.
Empecé a bajar y a subir sobre aquella verga de aquel hombre que acababa de conocer, el me besaba el cuello mientras me la metía.
Y –Así papi, así que vergota tienes.
Yo bajaba y subía, después me moví en círculos, el me beso en la boca, estaba como loco, baje el ritmo pues me di cuenta que él podía venirse en cualquier momento, me quede quita.
Y –Ya suegro, dámela en el culo, ven y goza a tu putita.
Mi suegro se escupió en dos dedos y me los metió en el ano, después se unto su saliva en la verga y la apunto a mi ano. Me la metió lentamente, cuando estuvo adentro, les dije.
Y –Coordinen el ritmo vamos de atrás hacia adelante, quiero aprovechar que tengo dos machos.
Empezaron a moverse agarrando ritmo, mi cuerpo iba de atrás hacia adelante, los tacones me ayudaban a tener las piernas en una posición más cómoda, ellos comenzaron a gemir cuando yo aumente el ritmo.
O –Que rica puta te conseguiste Alan.
A –Sí, desde que la vi, supe que era una puta.
Y –Yo vi a mi suegro y se me mojo la concha, eres tan guapo suegro, y coges delicioso.
Seguíamos moviéndonos, ellos entrando y saliendo de mí, ya sin coordinarse solo se movían a su antojo, sus fierros caliente me estaban matando de placer, mis gemidos inundaban el baño.
Y –Sementales ya tenemos que terminar podrían darse cuenta los demás.
Empezaron a cogerme más duro, sus vergas me tenían bien abiertos mis hoyos, empecé a sentir una electricidad que recorría mi cuerpo y llegó mi orgasmo.
Y –Aaaahhhh sííííííííííííí, cabrones que cogida me están dando, me vengo, me vengo.
Después Alan me lleno el culo de leche, unos segundos después Oscar dejo su semen caliente en mi conchita.
Nos separamos y nos limpiamos y arreglamos nuestra ropa, yo solo mi vestido porque Oscar me pidió mi tanga de recuerdo. Les pedí que saliéramos por separado, nadie se dio cuenta de que en esa fiesta, mi suegro y yo su nuera cogimos delicioso y un amigo de mi suegro también disfruto de mi cuerpo.