Mi suegro vive con nosotros (9)

Silvia continua instruyendo a roberto en el arte del sexo y el intercambio en busca de confesarle la verdad.

MI SUEGRO VIVE CON NOSOTROS (9)

Hola, soy de nuevo Silvia, sinceramente me encuentro algo sorprendida por que os sigan interesando mis relatos, la verdad es que ya no me quedan muchas cosas por contar y supone un pequeño reto el contaros mi pequeñas vivencias de un modo que os resulte entretenido y algo sorprendente, supongo que leísteis como inicie a mi novio Roberto en las orgías, y que él fue mucho más allá de lo que yo esperaba, aunque yo aún no me atrevía a proponerle el que era mi gran deseo, como supondréis era el de disfrutar de padre e hijo en la cama. Pues bien después de aquella primera vez siendo cuatro continúe con mis planes, claro que aparte de las nuevas experiencias seguía disfrutando de las antiguas, es decir follando con Susana y con Tino, unas veces con la participación de Roberto y otras a solas, por supuesto también seguía teniendo sexo con mi suegro, unas veces junto con Tino y otras con Susana, pero no es de eso de lo que os quiero hablar. De lo que quiero hablaros es de cómo continúe llevando a Roberto a un mundo de sexo total.

Una noche de Sábado, al día siguiente Roberto no trabajaba, si todo me salía como esperaba seria una larga noche para los dos, le dije que íbamos a salir de marcha a un local del que me habían hablado y que decían que estaba muy bien, no era del todo verdad, ese local lo encontré en Internet, y era un local de intercambios, pero tampoco se lo quería soltar así de sopetón.

Al entrar en aquel local, pues parecía un local de copas bastante normal, lo único que llamaba algo la atención es que la mayoría de los que entraban eran parejas, luego me entere de que también podían acudir mujeres solas, pero nunca hombres solos, por lo demás apenas llamaba un poco la atención que había algunas zonas como reservadas, con sofás en torno a mesas, pero un poco tapadas por cortinas y biombos, otra cosa que llamaba la atención era los casilleros con llaves como si fuese un hotel, aunque solo había doce llaves.

Cuando entramos nadie nos molesto, notaba como algunas de las parejas nos miraban pero ninguna se acercaba, comenzamos a beber, después de haberle pedido al camarero, que tampoco fue excesivamente amable con nosotros, y hablar entre nosotros sentados en la barra. Sinceramente, no era lo que esperaba que sucediese, la verdad es que tenia la ilusión de que al vernos entrar y ser nuevos se disputarían entre los clientes para ser los primeros de aquel club en disfrutar de nuestra compañía. Pasaron unos diez interminables minutos, empezaba a pensar que nuestra primera incursión en un club de intercambio había resultado un fracaso, cuando una pareja que acababa de llegar se sentó a poca distancia de nosotros, el hombre, que debía tener unos cuarenta años, me miraba con expresión de deseo, la chica, que apenas debía tener unos veinte, miraba de vez en cuando a Roberto, no sé cuanto tiempo paso hasta que de pronto el hombre nos pregunto.

-Hola, ¿venís a menudo por aquí? (por fin alguien nos hablaba)

-No, nunca habíamos venido antes. (respondió Roberto)

-¿Qué os parece?

-Sinceramente esperaba un poco más de ambiente, gente bailando y demás.

-Aquí la gente no viene a bailar, aunque hay una pequeña pista de baile y de tanto en cuanto alguien se anima.

-¿Entonces que hace aquí la gente para divertirse?

-¿Tu a que has venido? (pregunto el hombre algo extrañado)

-Pues a tomar una copa y pasar un rato, mi novia dice que le hablaron bien de este sitio. ¿Por qué?

-Por que aquí la gente viene a hacer cambios de pareja.

-¡Ah! (Roberto quedo algo sorprendido, yo no decía nada)

-¿Cómo se hace? (pregunte, Roberto me miro con esa sonrisa extraña que pone cuando descubre que le he soltado alguna mentirijilla para conseguir algo de él)

-Bueno, suponía que lo sabíais, habitualmente un hombre se va con una mujer y la mujer de este se va con el hombre de la otra, así de sencillo.

-Ya, eso lo sabia, pero la cosa es que llevamos un rato aquí y nadie se ha acercado a nosotros.

-Es por que sois nuevos y no habéis seguido las normas, son unas normas no escritas que imperan en este sitio, cuando venís por primera vez aquí os tenéis que presentar al camarero, haciéndole saber que venís sabiendo donde os metéis, entonces el organiza una pequeña fiesta de bienvenida y os presenta a los clientes habituales, por supuesto los gastos de esa fiesta corren de vuestra cuenta, pero no os preocupéis, tan solo son dos o tres botellas de cava, cuarenta o sesenta Euros, eso es todo.

-¿Si nadie nos explica eso como lo podemos saber?

-¿Quién os recomendó que vinieseis?, por que lo normal es que la pareja que os habla del local os acompañe la primera vez o que os haya explicado como actuar. (Roberto se me quedo mirando, estaba claro que debía responder, por que la pareja también me miraba)

-Vale, nadie me lo recomendó, busque en Internet y este local era de los mejor valorados.

-No repitas eso muy fuerte, los espontáneos no hacen mucha gracia aquí.

-¿Qué quieres decir “espontáneos? (pregunto Roberto algo mosqueado)

-Los que vienen sin haber sido invitados por algún cliente habitual.

-¿Entonces que hacemos?

-Bueno, ¿estáis decididos a dejar que el otro disfrute junto a otras personas y no montar ningún lió por celos o algo parecido?

-Claro, es la primera vez que estamos en un local como este pero ya hemos hecho algún intercambio. (respondió Roberto)

-Bien, entonces nosotros tomaremos el lugar de vuestros padrinos, diremos que os habíamos dicho que os esperábamos aquí pero que nos retrasamos un poco, si os parece bien.

-Será un placer que seáis nuestros padrinos. (respondí al momento)

-Espero que sean muchos placeres y no solo uno. (me contesto el hombre con una sonrisa picara y cargada de deseo) En ese caso, llamare al camarero, le diré que le quiero presentar a una pareja de amigos, el primero besara a tu novia y luego te dará la mano, mientras se la aprietas le dices vuestros nombres y “hemos venido aquí a pasarlo bien”, eso es todo, luego todo lo pondrá en marcha el camarero (asentimos) Jacobo, por favor, (llamo al camarero) quiero presentarte a una pareja de amigos.

-Son amigos vuestros, pues tenían pinta de espontáneos.

-Pobrecillos, es que les dijimos que estaríamos esperándoles aquí y nos retrasamos un poco.

-Hubiese sido mejor que os citaseis fuera, bueno, no pasa nada. (se acerco a mí, la barra era muy estrecha, apenas un par de palmos, por lo que pudo acercarse a darme dos besos como si fuésemos amigos saludándonos, a continuación le tendió la mano a Roberto)

-Somos Roberto y Silvia, hemos venido a pasarlo bien.

-Siendo así sois bienvenidos. (a continuación Jacobo, el camarero, se alejo copio una campana y la hizo sonar, la atención de todos los que allí estaban, serian cerca de 40 personas, sin contarnos nosotros 4, se dirigió hacia la barra) ¡Atención!, Raúl y Mamen nos quieren presentar a dos nuevos amigos, Roberto y Silvia.

La gente se iba levantando y acercándose a nosotros, al poco rato teníamos a todos desfilando ante nosotros dándole la mano, los hombres, a Roberto y besos a mí, las mujeres nos besaban a los dos, al tiempo que nos decían sus nombres, por supuesto me fue imposible memorizar ninguno de aquellos nombres, mientras tanto Jacobo estaba colocando copas de cava sobre la barra, para llenarlas lo suficiente para brindar fueron necesarias cinco botellas, lo que representaba cien Euros, pero que importaba una fiesta era una fiesta ¿no?

Roberto me miraba con una sonrisa entre divertido y complacido, cuarenta y dos personas en el local, sin contarnos nosotros dos, claro, representaba veintiuna mujeres entre las que podría elegir, y la mayoría eran bastante jóvenes, no como Mamen, que seguro estaría entre las que Roberto elegiría, por que no dejaba de admirarla, pero muchas no llegaban a los treinta, eso sí había unas seis que debían pasar los cuarenta, aunque seguían manteniéndose muy bien, a mí me hacia mojarme las bragas el ver las miradas que la mayoría de los hombres me dedicaban, estaba decidida a disfrutar de todos los que pudiese, pobrecilla de mí, no tenia ni idea de lo que me esperaba. Se repartieron las copas de cava, las entrechocamos con la mayoría, tal vez con todos, y nos las bebimos, después de dejar las copas de nuevo sobre la barra Raúl me cogío de la mano y me hizo ir tras él, todos los hombres venían tras de mí, Mamen por su parte cogío la mano de Roberto y también lo llevo con todas las mujeres tras de ellos, me asuste un poco, no sabia que iba a pasar, pero la excitación era superior al miedo. Raúl me llevo hasta una cama, me hizo sentar en ella y se alejo, mire a mi alrededor, lo primero a los 21 hombres que me estaban mirando con cara de deseo, luego al local, a unos tres metros vi a Roberto que sentado en una cama, idéntica a la que yo ocupaba, estaba esperando a ver que sucedía, tanto las mujeres como los hombres estaban colocados en el lado contrario de la cama permitiendo que nos viésemos sin problemas. Después de un momento se coloco entre las dos camas el camarero, Jacobo.

-Roberto y Silvia, vais a recibir nuestra bienvenida, desnudaros.

Quede sorprendida, realmente no esperaba algo así, era algo violento para nosotros desnudarnos ante tanta gente prestándonos atención, mire a Roberto, este me miro también, me hizo un gesto que comprendí como “nosotros solos nos hemos metido en esto, ahora tenemos que aceptar lo que pase” y se comenzó a desabrochar la camisa, estaba claro aceptaba lo que sucedía, yo también lo tendría que aceptar para no hacer quedar mal a la pareja que nos hacían de padrinos, aunque ya nos podrían haber avisado de que esto pasaría durante nuestra fiesta de iniciación, por llamarlo de algún modo, venciendo mi vergüenza comencé a desnudarme, de vez en cuando no podía evitar el mirar a todos los hombres que me miraban, que ahora eran veintidós, por que Jacobo se había unido a ellos, y veía el deseo en sus ojos cada vez que una porción de mi piel quedaba al descubierto, sabia que después todos me iban a tocar y algunos a follar, no todos por que seria demasiado para mí, no lo podría resistir. Estaba con el torso desnudo, quitándome los pantalones, cuando mire de nuevo a Roberto, él ya se había desnudado completamente, Mamen se había acercado a la cama y le estaba haciendo que se tumbase, me apresure en acabar de desnudarme, mientras me quitaba las bragas Raúl ya se acercaba a la cama y también me hacia tumbarme una vez desnuda, me hizo apoyar la cabeza en un almohadón que me mantenía la cabeza muy alta, tan solo con girarla podía ver a Roberto, que estaba en la misma posición que yo, aunque el estaba pendiente de Mamen que le estaba mamando la polla, mire a Raúl, se estaba colocando entre mis piernas dispuesto a comerme el coño, lo hizo durante un rato, yo le miraba a él y a los demás hombres que estaban mirando como me estaba comiendo el coño y que se aproximaban a la cama como si estuviesen formando en espera de su turno. Raúl continuo comiendo mi coño hasta que de mi boca escapo el primer gemido, en ese momento se retiro y el siguiente ocupo su lugar, cada uno de los hombres me lamió el coño más o menos el mismo tiempo que había usado Raúl hasta arrancarme mi primer gemido, una vez que mire hacia Roberto vi que lo mismo estaba sucediendo con él, las mujeres iban pasando por su cama y chupándosela una tras otra, vi que en la parte de atrás de la cola se volvían a colocar las que ya habían chupado su polla y se desnudaban, regrese mi atención a los hombres que estaban conmigo y pude ver que sucedía lo mismo. No todos eran muy hábiles con la lengua, con alguno tuve muchas ganas de que se le acabase el tiempo y se quitase, pero a otros sentí la tentación de retenerlos.

Cuando volví a ver a Raúl al frente de la cola había disfrutado de tres orgasmos, me pregunte que vendría a continuación, y no hacia falta ser muy inteligente para adivinarlo, veintidós pollas pasaron por mi boca una tras otra, cada una de las pollas estuvo entre mis labios más o menos el mismo tiempo que había tenido cada una de las bocas en mi coño, las había grandes, medianas y pequeñas, ninguna tan grande como la de mi suegro, aunque alguna podía necesitar el foto finish para decidir la ganadora, también había gran diferencia entre los dueños, unos me dejaban chuparla con tranquilidad y otros me follaban directamente la boca, curiosamente los que la tenían más pequeña eran los que más me follaban la boca, pensé que querían demostrar eso de que el tamaño no importa.

Lo siguiente, claro esta, fue albergar todas y cada una de las pollas en mi coño, por supuesto cada una de ellas ataviada con el correspondiente condón, mire a Roberto, le estaba sucediendo lo mismo, aunque en seguida supe que ahí recuperaría la ventaja que me había cogido al principio, ya que cada una de las mujeres le quitaba el preservativo al retirarse y la siguiente le ponía uno nuevo. Siendo follada por veintiún tíos durante un breve espacio de tiempo por tío acabe gozando de dos nuevos orgasmos, todos los hombres después de follarse me iban quitando los preservativos, en esta ocasión Raúl quedo para el final y me follo hasta correrse, proporcionándome otros dos orgasmos.

Después de unos momentos de recuperación, bueno, tal vez no fuese eso, tal vez habían esperado a que Roberto acabase, Jacobo se coloco de nuevo entre las dos camas.

-Roberto y Silvia, ya sois uno más de nuestro club, a partir de ahora podéis volver cuando queráis, por supuesto Roberto tienes que traer compañía femenina al venir, pero tu Silvia puedes venir sola siempre que lo desees, que seáis muy felices siempre.

Todos los hombres se fueron retirando a excepción de Raúl, después de un momento llego Roberto y Mamen, nadie se vestía, todos permanecían desnudos y algunos ya mantenían relaciones sexuales. Raúl y Mamen nos indicaron que les siguiésemos, fuimos a un rincón que había quedado solitario, después supe que a propósito y nos sentamos, nadie decía nada, llego Jacobo, cuando llegamos estaba vestido normal, es decir camisa y pantalón, ahora se mantenía desnudo, excepto por una pajarita, me hizo gracia ese atuendo, preguntando si queríamos algo de beber, pedimos unos combinados que Roberto se empeño que pusiera en nuestra cuenta.

-Bueno, ahora como padrinos vuestros os tenemos que aleccionar un poco para que conozcáis todas las normas de este local, primero, no os comentamos mucho en que consistía la fiesta de iniciación por que esta prohibido, si alguien no es capaz de desnudarse ante los presentes no se le admite y se acabo, segundo, podéis venir siempre que queráis, tu Roberto siempre acompañado de una mujer, la que quieras, nunca nadie le comentara a Silvia que estuviste aquí con otra ni tu puedes comentar que viste a otro miembro con otra, Silvia puede venir sola o con otro hombre con las mismas normas, es decir la discreción, tercero, el que cada uno pueda traer a una pareja por separado no quiere decir que podáis venir los dos juntos con otra pareja sin que esta pase el rito de iniciación, ni aun cuando halláis estado aquí por separado con esas parejas, deberán ser presentados, (Jacobo estaba dejándonos las bebidas en la mesa) cuarto, cuando queráis venir debéis aceptar que cualquiera que este en el local os proponga mantener relaciones sexuales sin molestaros, por supuesto tenéis toda la libertad de negaros, pero siempre con educación, y quinta y última norma, discreción, nunca comentéis fuera de aquí que conocéis a alguien por haber coincidido aquí, eso es todo, alguna pregunta. ¡Ah!, bueno se me olvidaba, una de las normas más importantes, esta prohibido pedir o recibir retribución económica por lo que hagáis en el local, el que alguien os invite a beber no es en ningún caso una retribución.

-Qué pasaría si dentro de un tiempo Roberto y yo rompiésemos y ambos volviésemos con nuestras parejas y un día ambos coincidiésemos estando con nuestras nuevas parejas.

-Vuestras parejas deberían pasar por el rito, a no ser que ya lo hubiesen hecho.

-No entiendo. (dijo Roberto)

-Es sencillo, imagina que yo lo dejo con Mamen y tu con Silvia, luego tu te lías con Mamen y yo con Silvia, aunque fuésemos dos parejas nuevas los cuatro hemos pasado por el rito, no seria necesario repetirlo.

-Vale, esta claro, sobre todo discreción y respeto, por eso el nombre del local “DyR”.

-Nunca me había parado a pensar en por que se llama así, pero es posible que estés en lo cierto. Que queréis hacer ahora.

-No sé Silvia, a mí me gustaría seguir disfrutando de la compañía de nuestros padrinos.

-¡Je,je!, ¡cabroncete!, te ha gustado Mamen, te alabo el gusto, además tienes suerte, ella también te encuentra atractivo, por eso y por que tu novia esta como un queso nos acercamos a vosotros a pesar de que se notaba que se os comenzaba a hacer el vacío en el local.

-Vamos, que eres tan cabroncete como yo y Silvia también te gusta.

-¡Eh!, que nosotras estamos aquí y también tenemos voto, aunque también estoy a gusto así que, voto a favor de seguir la noche juntos. ¿Que dices tu Mamen?

-Yo haré lo que me diga Raúl. (era la primera vez que la escuchaba hablar, me resulto extraño el tono que utilizo)

-Antes necesito ir un momento al baño. (dije) Me podéis indicar donde esta.

-Acompáñala Mamen. (dijo Raúl)

Mamen sin decir nada se levanto y me indico que la siguiese, tuvimos que atravesar casi todo el local hasta llegar a los baños, durante el camino me sentí observada por muchos hombres y algunas mujeres, incluso recibí un par de cachetes en el culo cuando pasábamos cerca de alguna mesa, mamen tampoco se libro de recibir alguno, y también me hicieron invitaciones para más tarde unirme a alguno de los grupitos que había diseminados por varios lugares. Entramos a los baños, estaban muy limpios, no era extraño que se mantuviesen así ya que muchas mujeres entraban completamente desnudas, como en ese momento nosotras, había varios inodoros en una de las paredes, ninguna pared, ni puerta los separaba, pensé que para mear podía pasar, pero si a alguna le entraban ganas de cagar podía ser un poco, digamos incomodo, me senté en uno de los inodoros y comencé a orinar, Mamen también lo hizo.

-Me cuentas algo más de este sitio.

-Claro, pregunta lo que quieras. (en ese momento tocaron a la puerta) ¡Esta ocupado!

-¿Por qué has dicho que esta ocupado? Hay más sitios y además yo casi he acabado.

-Porque quien tocaba no era una mujer, las mujeres no tocan para entrar en sus servicios, era algún tío que nos ha visto entrar y quería pasar un rato con nosotras.

-¡Ah, vaya!

-Entiéndelo, este es un club liberal, a los tíos se les permite entrar en el baño siempre que las que estén dentro le den permiso, es mejor que contestes siempre ya que quien calla otorga, alguno solo pide entrar para ver a las chicas mear, pero son los menos. Tu también puedes entrar en el baño de los chicos, si quieres y recibes el permiso, aunque no sé de ninguna que alguna vez lo haya pedido y le dijesen que no. No te lo recomiendo demasiado, a no ser que algún día necesites sexo a discreción.

-¿Tu has entrado?

-Una vez, tarde casi tres horas en poder volver a salir, recibí pollas por todos lados durante ese tiempo, tuve que ir apoyándome en las paredes para no caerme, por que después me costaba mantenerme en pie.

-¿Lo repetirías?

-Solo si estuviese tan caliente como lo estaba aquel día.

-Entiendo. Una pregunta personal, si no quieres no la respondas, me pareció que adoptabas un tono sumiso cuando estábamos con nuestros chicos, ¿eres sumisa?

-No exactamente, es un juego que de vez en cuando practicamos con Raúl, unas veces soy yo la que debo hacer todo lo que me pida y otras veces es al revés.

-Interesante.

-Y divertido. Venga, vamos llevamos un buen rato aquí y los chicos se van a preocupar. (estábamos frente al espejo arreglándonos un poco, claro que estando desnudas poco teníamos que arreglarnos)

Recorrimos de nuevo todo el local hasta donde estaban los chicos, recibiendo algunos piropos e invitaciones a detenernos y algún cachete en el culo, uno incluso se atrevió a pasar su mano entre mis muslos y acariciarme el coño mientras me decía que había disfrutado mucho de metérmela en la iniciación y que luego le buscase o me buscaría él.

-Vaya chicas, habéis tardado mucho. (dijo Raúl cuando nos sentamos de nuevo junto a ellos)

-No digas eso, ya sabes que cuando dos mujeres se meten en el baño nunca tardan mucho, tan solo se entretienen demasiado. (respondió Mamen, jovial, se había acercado a Roberto y le acariciaba la espalda, el pene de Roberto comenzó pronto a crecer, Raúl comenzó a acariciarme también a mí)

-Roberto, ¿me prestas a tu mujer?

-Pero si estas con ella, ¿qué más quieres?

-Te estoy pidiendo si me dejas que la lleve a una habitación donde estemos a solas.

-¡Ah!, bueno, tendrás que pedírselo a ella.

-¿Pero no te importa que se lo pida?

-¡Claro que no!, seria tonto molestarse por eso, ¿no?

-Gracias. Si queréis también podéis ir a una habitación vosotros dos, tan solo tienes que pagar 20 Euros por una hora para alquilar la habitación, luego son 5 euros por cada media hora extra.

-Pues si ella también quiere también cogeremos una habitación.

-Raúl ha dicho que puedes, así que puedes, no necesitas mi opinión. (respondió Mamen, que ya estaba jugando con la polla de Roberto igual que yo con la de Raúl)

-Lo que tu digas.

-Entonces vamos, también podríamos alquilar una habitación para los cuatro y montarnos un orgia, pero no es lo que vamos a hacer al menos esta vez.

-Claro, me esta gustando este sitio, seguro que volvemos más de una vez. (respondió Roberto, y me sentí algo más que feliz de oírle hablar así, tenia la sensación de tenerlo justamente donde quería y solo tendría que encontrar la ocasión para proponerle tener sexo conmigo y su padre)

Avanzamos por el local hasta llegar a la barra, Raúl apretó un botón y se encendió una bombilla, nos explico que Jacobo estaría con alguno de los grupitos, pero que siempre estaba pendiente de la bombilla, que era lo que tenia dispuesto para que le avisasen, y no tardaría mucho en llegar, aunque teníamos que tener un poco de paciencia por que le podíamos haber pillado en medio de una faena y no la iba a cortar para atendernos.

Jacobo no tardo demasiado en aparecer, Raúl le pidió cuatro combinados, esta vez invitaba él, y dos llaves de habitación, alguien más debía haber hecho uso de las habitaciones ya que ya solo quedaban ocho llaves colgadas, una llave se la quedo él y la otra se la entrego a Roberto, luego nos llevo hasta una puerta, tras esta se veía un largo pasillo con seis puertas a cada lado, todas numeradas, le habitación que les correspondía a Roberto y Mamen estaba justo antes que la nuestra, mientras Mamen entraba Roberto me lanzo un beso, Raúl abrió la puerta de la habitación que nos había correspondido, antes de entrar le lance un beso de vuelta a Roberto. La habitación era pequeña, en un rincón había un bidet, apenas había sitio para una gran cama, un perchero y una mesita, pero estaba limpia y disponía de aire acondicionado.

-¿Para que es el perchero?

-Esta muy claro para que sirve, ¿no?, no siempre cuando se viene a las habitaciones la gente ya va desnuda.

-¡Joder!, hemos dejado nuestras cosas en el local.

-No te preocupes nadie te las va a tocar. ¿Estas nerviosa?

-No.

-Si quieres lavarte tienes un bidet.

-Raro, ¿no?

-Raro, que haya un bidet, no, lo hay en todas las habitaciones, es que este local antes era un puticlub y las putas lo usaban entre servicio y servicio, cuando Jacobo cogío el local y decidió dedicarlo a club de intercambio pensó que mejor los dejaba, no molestan y pueden hacer un buen servicio.

-Si claro. Bueno, yo me siento bastante limpia, pero si quieres me lavo.

-No, no quiero, si estas a gusto a mi me gusta más que tengas sabor a mujer que a jabón.

-Bueno, pues, aquí venimos por un tiempo determinado, tampoco es necesario derrocharlo hablando.

-Como digas, ¡A la cama! (lo de “a la cama” dijo con ese típico tono de las películas, ya sabéis ese “a la carga” o “al abordaje” aunque sin gritar, me sorprendió y no pude evitar reírme a la vez que me lanzaba sobre la cama como si realmente fuese un barco que fuese a tratar de escapar de nuestro ataque)

Inmediatamente se metió conmigo en la cama, comenzamos a besarnos y acariciarnos calentándonos nuevamente, no tarde mucho en escapar de sus brazos y sus labios para lanzarme sobre su polla, me tragué su polla, estaba deliciosa, bueno la verdad es que no era muy diferente de las que había probado anteriormente, pero en ese momento tenia tantas ganas de chupar polla que me parecía el bocado más apetitoso del mundo, me la tragaba entera y luego la iba sacando lentamente de mi boca mientras mi lengua la acariciaba entera, Raúl gemía de placer, yo tan solo podía lanzar algún murmullo por que mi boca estaba ocupada.

-¡Uff! Silvia, que bien la chupas, acércame el coño, quiero corresponderte.

Sin sacar su polla de mi boca me fui colocando sobre su cuerpo hasta colocar mi coño sobre su boca y dejarlo a merced de sus labios y lengua, me hizo estremecerme de gusto desde el momento en que comenzó a lamerme, me provoco un buen orgasmo.

-¡Ahora fóllame!, hazme sentirme mujer.

-No, quiero que esta vez seas tu quien me folles a mí, de modo que cabálgame.

Ni que decir tiene que mi coño estaba ansioso por albergar una polla, de modo que no me hice de rogar, me di la vuelta y de rodillas sobre su vientre me fui metiendo su polla despacio sintiéndola entrar, quede sentada sobre su pelvis con toda su polla en mi interior, balanceándome a un lado y al otro haciendo que su polla se moviese en mi interior sin que un milímetro saliese, necesitaba sentirme llena, Raúl gemía de placer yo ronroneaba como una gatita, comencé a moverme haciendo círculos con mi cintura pero sin dejar que su polla saliese casi nada de mi vagina.

-¡Eres fabulosa!, ¡Ah!, nunca me habían follado así, me gusta.

-También es la primera vez que follo así, ¡Umm! Pero es que me apetece sentirme llena.

-¡Eres una guarrilla!, ¡ahh!, ¿cuántas veces le has puesto los cuernos a Roberto?

-¡Umm!, bastantes. (se me había escapado, acababa de decirle a un casi desconocido que le había sido infiel a Roberto)

-¿Le sigues engañando?

-Sí, una o dos veces a la semana. (ya que le había dicho que si le había sido infiel a Roberto por que no confesarle algo más)

-¿Por qué le engañas?, a él no le importa que te acuestes con otros.

-Lo sé, quiero dejar de hacerlo, quiero confesarle que me acuesto con… otro, (no me atreví a decirle quien era mi amante, aun así tuve un momento de duda y sabia que Raúl se había dado cuenta) quiero que lo acepte y que disfrutemos los tres del sexo libremente.

-¿Por eso le has traído aquí?, ¿para que acepte que te acuestes con otro?

-Sí, por eso y por que también quiero disfrutar del sexo con muchos tíos, no solo con ellos dos.

-Eres una putilla, necesitas probar todas las vergas que se cruzan en tu camino.

-No todas, pero si muchas.

-Y no te pudiste resistir a probar la polla de uno de los mejores amigos de Roberto y ahora te da miedo que se entere y le estas preparando para decírselo tú.

-Eso es, eres un lince para estas cosas. (no sabia lo equivocado que estaba, claro que decirle que eso no era lo que pasaba haría que siguiese indagando)

-¿Cómo le has convencido de venir aquí?

-Primero le hice hacer un trío con una amiga mía, después de un par de veces toco el turno de meter a otro hombre en nuestra cama, luego una orgia de los cuatro y esto es lo siguiente.

-Creo que ya le tienes a punto para conseguir lo que quieres.

-Yo también, ahora solo necesito encontrar el momento oportuno.

Durante esta conversación no había dejado de moverme sobre el y los gemidos eran continuos, claro que no los he escrito todos para que no se os hiciese pesado leer, acabe cabalgando como una loca sobre Raúl, acabamos corriéndonos juntos entre gritos.

Cuando salimos de la habitación nos encontramos a Roberto y Mamen en el local, habían acabado antes que nosotros y ya estaban enfrascados con otros grupos, Raúl y yo también nos unimos a aquella macro orgia en que se había convertido el local, a mí me reclamaron varias veces que me uniese a algún grupito, chupe algunas pollas, deje que todos los que quisiesen me lamiesen el coño y folle con Jacobo, el camarero, y con otro chico de nuestra edad.

Al irnos del local yo iba pensativa, creo que Roberto tenia ganas de decirme algo, pero al verme así guardaba silencio. Iba pensando en como conseguir el momento propicio para confesarle a Roberto lo que me sucedía con su padre, y que no deseaba dejarlo, al contrario, quería tenerlos a los dos juntos en la cama, pese a todo lo que había sucedido con Roberto, y aun teniendo en cuenta lo bien que él llevaba todo lo que había sucedido entre nosotros en poco tiempo me parecía imposible el decirle que estaba follando con su padre, pero en algún momento lo tendría que hacer, lo quería hacer