Mi suegro Ernesto

La verdadera historia del hombre de mis sueños, Ernesto mi suegro un macho maduro para el infarto.

Esta es la verdadera historia de como conocía al hombre de mis sueños (mi suegro) pero he tenido que cambiar nombres y lugares para preservarme

Me llamo Andrés, tengo 31 años, aspecto normal 1.70, bastante delgado, pelo castaño y completamente lampiño en el cuerpo. Hacía unos meses estaba saliendo con Paula, hija única que vivía con su padre (su madre se había mudado a España 2 años atrás cuando se divorciaron). Llegó el día en que nos conoceríamos con Ernesto, su padre, de 54 años, era todo lo que sabía de él. Hacía tiempo el venía insistiendo en que quería conocerme pero no se había dado la situación. Nos juntamos a cenar en su casa, era primavera pero había tocado una semana muy fría en Buenos Aires que parecía invierno. Yo estaba algo nervioso por conocer a mi futuro suegro y  por la impresión que le causaría. Llegué a su casa, me atendió Paula, entré y los pocos segundos apareció su padre. Al verlo me quedé sin aliento!!! Era un hombre de 1.85 metros de altura y unos 100 kg de peso, no era para nada gordo sino deslumbrantemente corpulento, unos ojos azules penetrantes (igual que mi novia) cabello entrecano, sienes blancas y un bigote blanco increíblemente bello. Un hombre que aunque no es un galán de cine tiene unos rasgos tan masculinos que intimida. Se acercó serio y me extendió la mano, me quedé un segundo mirándolo sin saber que hacer.

-te vas a llevar a mi hija y no me pensás siquiera saludar? Dijo con una voz gruesa que retumbó en toda la casa. Su mano era enorme, dedos gruesos y velluda, cuando se la di me apretó de tal manera que por instinto con la otra mano traté de evitar semejante apretón.

-mucho gusto Andrés, soy Ernesto.

-hola Señor. Fue lo que me salió de saludo, de tantos nervios que tenía. Ernesto, riendo a carcajadas, me dijo:

-decime Ernesto, nene, más adelante si te lo ganás hasta me podés decir papi. Y me dio una palmada que casi me saca los pulmones. Les aseguro que no hizo el más mínimo esfuerzo, era impresionante la fuerza que tenía y encima esas manotas pesadas. Pasamos al comedor y yo caminando detrás de él lo pude ver un poco mejor, estaba con unos jeans que le mostraban ese culote hermoso que tiene y llevaba un sweter gris, viéndolo de atrás era una hermosura ver la espalda que tiene, muy ancha y unos hombros acordes a aquel pedazo de torso. Yo estaba desorientado, sin saber que hacer, era una mezcla de nervios, miedo y excitación.

Esa mirada penetrante con esos ojos azules era casi imposible de sostener, su piel algo oscura en contraste con su cabello entrecano y esos bigotes blancos daban ganas de comérselo todo, mi cabeza estaba a mil, mi corazón latía muy fuerte. Pese a su aspecto rudo y hasta de macho agresivo, resultó ser una persona muy amable y tuvimos una cena super agradable. A Paula no le presté atención en toda la noche, no podía dejar de ver, aunque fuera de reojo, a semejante macho maduro. La conversación con el era muy amena, me preguntó vida y obra mía y ya a lo último me confesó que desde que me vió yo le había caído muy bien que de no ser así yo me hubiera dado cuenta enseguida.

-perdón? (le dije) cuando llegué casi me destrozas la mano Ernesto! El comenzó a reir a carcajadas.

-Andresito, si te hubiera querido apretar la mano te aseguro que te hubieras dado cuenta. En eso Paula se va a buscar el postre y el me dice: lo que pasa que tengo manos grandes.

-Enormes!! Contesté.

-Acerca tu mano (me ordenó). La puso junto a la mía, no quiero exagerar pero parecía el doble de grande que la mía, tomó la mía suavemente y dijo riendo: tenés razón es mas grande.

Yo no podía creer el calor y la textura de su mano, no sabía que hacer, me puse muy nervioso, pese a lo grande y áspera que era sentí mucha dulzura, no podía creer me estuviera pasando eso, justo con el padre de mi novia!!

-Sabés lo que pasa Andrés? Hace mas de 30 años que levanto pesas, por supuesto que los años se vienen encima y no perdonan pero hago lo que puedo jajaja.

Yo estaba paralizado, ahí entendí porque era tan grandote y tenía esa fuerza, no se porque pero se mezcló el miedo y la excitación haciéndome sentir algo que nunca había sentido pero que me gustaba muchooo!!! Como Ernesto vivía de rentas y por cierto un muy buen pasar económico se dedicaba mucho tiempo  a hacer actividad física.

-Después te voy a mostrar el pequeño gimnasio que tengo en el fondo (me dijo). De todas maneras siempre lo hice para mantenerme, me gusta la natación y soy fanático del boxeo que practico cuando puedo.

Yo me quedé blanco, el solo pensar que semejante oso te pegue una trompada me daba pánico!!! Pasaba la noche y yo lo veía cada vez mas grande y fuerte, trataba de evitarlo pero a mi mente venían imágenes que me excitaban y mucho!

Paula que llegaba con el postre dijo: -claro papá, quedarías muy lindo, depiladito, sin todos esos pelos en una competencia de fisicoculturistas maduros, jajajaja

-no te rías de tu padre (dijo Ernesto riendo), se ríe de mí porque dice que parezco un osito polar por los pelitos que tengo en el cuerpo.

-tampoco tenés tantas canas (dijo Paula)

Yo escuchaba todo aquello y mi imaginación hacía que que mi excitación se tornara casi inmanejable. No podía dejar de pensar que habría debajo de aquel sweter!!!

Comimos el postre, era tarde y decidí irme. Vení que te muestro el mini gimnasio que tengo dijo Ernesto. Fuimos hasta una habitación y cuando prendió la luz pude ver todo tipo de pesas y un par de máquinas, además tenía colgada del techo una bolsa de arena como las que usan los boxeadores, yo me quedé mirándola, el se acercó y me dijo:

-te muestro como se usa, Andrés.

Comenzó a darle unos golpes muy fuertes y a una velocidad increíble, cada golpe era un estruendo que se sentía, se acercó a mí, con la cara colorada por el ejercicio y me dijo:

-así te voy a agarrar a vos si le llegás a hacer algo malo a Paulita!!!

Yo me quedé paralizado y me debo haber puesto blanco. Ernesto riendo a carcajadas me dijo:

-Andresito no te asustes, te estoy haciendo un chiste, soy incapaz de matar una mosca.

Sin dudas tomé aquello como una adevertencia por no decir amenaza jaja pero mi excitación era insostenible!!! Volviendo a living, yo para irme, el se sacó el sweter, llevaba una camisa mangas cortas de color verde claro, su espalda parecía aún más ancha y quedaron al aire unos antebrazos increíbles!!! Eran muy grandes, fuertes, cubiertos de pelos entrecanos y con venas que delataban el exceso de ejercicio . Yo venía caminando detrás de él, contemplando semejante paisaje pero cuando el frena y gira no podía creer que un hombre de su edad tuviera esos pectorales, la camisa le quedaba algo holgada pero era inevitable ver ese pecho inflado, amplio, fuerte. Yo estaba mudo no sabía que hacer ni que decir, me puse el abrigo y me dirigí hacia la puerta con Paula y el detrás, cuando llegamos a la puerta le agradecí por la cena y le extendí la mano para saludarlo.

-no seas distante nene que vamos a ser de la misma familia.

Se me vino encima y me abrazó fuerte. Sentí el calor de su cuerpo, los pelos a través de su camisa, su olor a macho mezclado con ese perfume delicioso que llevaba pero lo que me asombro fue que este hombre tenía el cuerpo duro como una piedra, era increíble!! No podía ser tan fuerte!!! Cuando me soltó, les aseguro que yo estaba sin aliento y sentía que todo mi cuerpo temblaba, mientras Paula abría la puerta y salía, Ernesto sonriendo me acarició la cabeza paternalmente, yo pensé que me orinaba encima. Sin darme cuenta, lo despedí, dándole una palmada en ese pecho de acero!!!!

A partir de ese día empecé a ir todos los días a lo Paula, y mi relación con Ernesto en poco tiempo era como de toda la vida, al punto que Paula, aunque contenta, protestaba diciendo que cuando estabamos juntos no le prestabamos atención a ella. Era increíble como nos entendíamos con Ernesto!!! ni hablar de la atracción que yo sentía por él, siempre evitaba sentarme cerca suyo por miedo a que alguna erección mía me delatara. Yo no veía la hora en que dejara de hacer frío en Buenos Aires para así poder ver un poco mas flojo de ropa a semejante macho del cual solo había podido ver sus antebrazos peludos que se veían super fuertes y ese bulto que era imposible ocultar.

Cada día esperaba ansioso el momento de llegar a su casa y saludarnos. En Buenos Aires los hombres cuando son amigos o familiares se saludan con beso en la mejilla. El saludarme con Ernesto me volvía loco, era hermosa esa sensación, sentir su piel que aunque estuviera recién afeitado raspaba mi rostro que casi no sale barba, sentir su bigote tupido era sublime. Esos besos con los que nos saludabamos venían acompañados de abrazos efusivos y caricias amistosas que a mí me volvían loco. Sentir el calor de su cuerpo me hacía sentir en el lugar mas agradable y seguro del mundo, su aroma a macho salvaje, su fortaleza, era un cóctel irresistible. No podía creer me estuviera pasando todo eso con justo con el padre de mi novia.

Los hombres maduros siempre me gustaron pero estuve con uno solo un par de veces y la experiencia no había sido muy buena. Nunca había conocido o siquiera visto un macho tan atractivo como este!!!!

Una tarde, ya había dejado de hacer tanto frío, el me recibió con una camisa que lo hacía mas corpulento todavía!! Quedé atónito al advertir que tenía un botón desprendido y eso permitía que emergieran una parva de pelos blancos!!! Esa tarde no se que pasaba pero lo noté distinto, sentía que me miraba distinto, estaba serio conmigo, parecía distante. Yo me preocupé un poco y le pregunté si pasaba algo.

-No Andresito, está todo bien, algunos días uno se pone nostálgico.

Fuimos a la cocina a preparar tres café mientras Paula ordenaba su habitación. El comenzó a contarme sobre su mujer que se habían divorciado y ella luego ido, un año atrás y que algunos días lo entristecía mucho. Estabamos muy cerca uno del otro y el hablaba en voz baja para no preocupar a Paula. Sus rasgos de macho rudo comenzaron a suavizarse, se había puesto como un bebé desprotegido y en el momento menos pensado unas lagrimas se deslizaron por su rostro. Esos ojos azules vidriosos por el dolor hacían que mi corazón latiera a mil. El puso una mano sobre mi hombro y sin darme cuenta lo abracé, tratando de consolarlo. El me abrazó muy fuerte, me pegó a su cuerpo como buscando consuelo, pude ver esos pelitos que asomaban por la parte superior de su camisa de cerca, sus lagrimas mojaron mi rostro, le acaricié esa espalda enorme y cuando nos soltamos por unos segundos quedamos mirándonos de una manera muy extraña pero hermosa!!! Y digo extraña porque él nunca me había mirado de esa manera.

-gracias nene, por favor no le digas nada a Paulita que no quiero preocuparla (me lo dijo al oído con un tono de voz que nunca le había escuchado)

Todo esto me confundía mucho y no quería ni siquiera imaginar que este macho heterosexual pudiera mirarme con otros ojos que no fueran los de un padre o un amigo.

La situación se había distendido, Paula volvía al living y mientras nosotros terminabamos de preparar el café, en tono complice me dice al oído con esos bigotes casi rozándome:

-además imaginate Andresito lo que es estar sin pareja y sin coger durante tanto tiempo.

yo lo miré sorprendido por lo clase de comentario que me estaba haciendo y el tono que usaba.

-aunque medio jovato, todavía no pretendo retirarme y te soy sincero, me siento con la fortaleza de un toro y cuando digo fortaleza lo digo en todo sentido, Andresito.

-jovato? que decís Ernesto? estoy seguro que podés levantar la mujer que quieras.

-gracias nene pero no te creas que tengo tanto éxito con las mujeres y comenzó a reirse fuertemente.

Definitivamente Ernesto me estaba volviendo loco. De un momento de mucho afecto, sentimentalismo y dolor había pasado a decirme las cosas que más me calentaron desde que lo había conocido. No podía creer que semejante macho no hubiera estado con mas nadie despues de divorciarse. Nos sentamos a tomar el café y yo no podía dejar de ver su rostro, sus bigotes canosos, tupidos, prolijamente sexys, esos ojos verdes que parecían ver dentro mío y en el momento menos pensado lo veo que se agarra el bulto y se lo acomoda como si le estuviera molestando. Cuando se lo agarró fue impresionante verlo, si su verga era proporcional a su cuerpo el pedazo de carne que debería tener colgando entre las piernas sería impresionante y aquella maniobra corroboraba eso!!!! No importaba que tipo de pantalón usara, su bulto siempre se notaba, quedaba en evidencia pero era la primera vez que lo veía, aunque lo hacía disimuladamente, tocarse la verga de esa manera.

Esa misma tarde Ernesto me dijo que el fin de semana siguiente se casaba una sobrina y quería que yo fuera con ellos a la fiesta. Le respondí que no sabía si era correcto que fuera, que ni siquiera los conocía.

  • Venís con nosotros nene!!! vos sos de la familia, entendiste?

  • ok Señor!! (le dije jocosamente)

El sábado de la fiesta llegó y yo fui a lo Paula para salir juntos desde ahí: Paula, Ernesto y yo.

Cuando toco timbre, él me atiende la puerta, al verlo quedé hipnotizado!! nunca lo había visto de traje, estaba hermoso, tenía una camisa blanca con una corbata roja y traje negro que era impactante como le quedaba. Se había cortado un poco el pelo, emparejado los bigotes, perfumado como nunca, estaba para comerlo todo o mejor dicho para ser comido por él!!!

Se acercó, me tomó la cara con sus dos manotas y mirandome a los ojos me dijo:

-estoy muy contento de que vengas con nosotros, muy contento que hagas tan feliz a Paulita, de sentirte parte de mi familia.

Apenas terminó de decir eso de una manera muy dulce me dió un beso en la mejilla y sus bigotes rozan el costado de mis labios, fue todo muy rápido pero no pude sacarme esa imagen y sensación en toda la noche. Mi futuro suegro sin saberlo me estaba volviendo loco!!! acaparaba la atención de todas mis masturbaciones!!! soñaba con él, solo pensaba en verlo, sentirlo, escucharlo y fantaseaba con muchas otras cosas que no me dejaban en paz un segundo.

La fiesta era muy grande y de mucho nivel, se notaba. Yo no conocía a nadie pero igual la pasé muy bien. Cuando se salió a bailar el bals toda la gente se amontonó esperando su turno, como es costumbre, yo quedé entre medio de Paula y Ernesto. Ernesto pasó su brazote por encima mío y de manera muy amistosa me tenía como abrazado de costado. Que increíble la temperatura del cuerpo de este hombre!! su cuerpo estaba siempre hecho una braza y despedía mucho calor!!! Verlo bailar el bals fue hermoso, un caballero, todo un macho salvaje domesticado para la ocasión.

Ernesto no estaba acostumbrado a tomar alcohol pero esa noche lo ví tomar varias copas de vino y empecé a notarlo algo "alegre". No desentonaba para nada ya que estabamos en una fiesta. En un par de oportunidades salió a bailar con un par de chicas que se veía conocía, era fantástico ver a semejante mole moverse y bailar con mucha gracia pero con unos gestos de macho salvaje que me daban ganas de saltarle encima. Mientras yo bailaba con Paula no podía dejar de mirarlo y hasta me daba la impresión que el me buscaba con la mirada también, pensé era mi fantasía. En un momento lo veo que se saca el saco y lo deja en la mesa para seguir bailando. Verlo con la camisa y el chaleco era impactante, con su altura y tamaño resaltaba en toda la pista de baile. Desde atrás se podía ver como su espalda se iba ensanchando hasta llegar a sus hombros formando una especie de triángulo.

En eso Paula fue al baño y luego se puso a hablar con unas amigas así que yo me senté en la mesa a descansar un poco y tomar algo. A los 5 minutos se acercó Ernesto, verlo venir hacia a mí era hermoso, estaba traspirado y se lo veía muy contento, por la fiesta y por las copas de vino que había tomado.

-No tengo que tomar más Andresito o voy a hacer un papelón, no estoy acostumbrado a tomar vino.

-No te preocupes Ernesto, es una fiesta y yo te vigilo jajaja.

-Si es así, vamos a brindar!!! (dijo mientras servía vino en mi copa)

-Salud!!!! salud!!!

-No aguanto más el calor nene, me voy a sacar este chaleco.

Cada movimiento que hacía me excitaba y verlo quedarse con la camisa ya mojada que traslucía algunos de sus pelos me empezó a volver loco.

-porque no te sacás la corbata Ernesto, hace mucho calor y con el baile no se aguanta.

-te voy a contar una intimidad Andresito, solo a vos. Siempre me ha dado verguenza abrirme mas de un botón la camisa, soy muy velludo.

-de verdad?

-Si, ya se que soy un viejo y no me tendría que preocupar por eso pero desde pendejo que jode la cantidad de pelos que tengo en todo el cuerpo.

-Estás loco Ernesto!!! a las mujeres eso las enloquece!!! yo que soy lampiño lo que daría por tener un poco de pelos en el pecho jaja.

-bueno entonces puedo pasarte un poco de los míos si queres jaja, aunque ya están bastante blancos jajaja.

Mientras decía todo eso se sacó la corbata y se abrío un par de botones de la camisa que aunque no se veía mucho emergieron salvajemente una mata impresionante de pelos entrecanos.

Mientras seguía hablando comenzó a arremangarse la camisa hasta donde sus brazotes se lo permitía. Que macho increíble!!!!

Tomamos un par de copas y cuando la fiesta ya estaba por terminar Paula me dijo que estaba preocupada porque nunca había visto tomar de esa manera a su padre, entonces me pidió que por favor manejara yo para llegar hasta su casa. Ernesto sin estar borracho para hacer un papelón había tomado mucho y se notaba. Volvimos a su casa, él bajó del auto como pudo y se fue derecho a su habitación, con Paula nos quedamos tomando un café y me pidió que por favor me quedara a dormir esa noche en su casa para acompañarla y que yo iba a tener que ayudar a acostar a su padre que se había quedado dormido pero vestido sobre la cama. Yo fantaseaba a mil y el solo hecho de imaginarmelo sin ropa, acostandolo, me volvía loco. Accedí y cuando Paula se acostó (yo iba a dormir en la habitación chica que tenían) fui hasta la habitación de Ernesto. Lo encontré dormido boca arriba, vestido, con todo su cuerpazo desparramado sobre la cama, respirando como un animal. No sabía que hacer. Lo llamé un par de veces hasta que pareció reaccionar, se sentó en la cama y riendose me dijo:

-Andresito no puedo ni abrirme los botones de la camisa, me vas a tener que ayudar.

-Si, no te preocupes.

Como pudo se sentó en la cama y parecía que estaba dormido manteniendo el equilibrio. Mis manos temblaban, mi corazón latía a mil. Comencé a desprender los botones de su camisa, lentamente, uno a uno, como descubriendo un gran tesoro. Era mi oportunidad de verlo, de rozarlo, de acariciarlo!!!! Su pecho afloró como furioso, lleno de pelos entrecanos, muchos, muy tupido, todo un oso peludo. Además de eso, nunca en mi vida había visto un pecho tan fuerte, tenía unos pectorales voluminosos, inflados como un fisicoculturista, increíble ver un cuerpazo así en un hombre maduro de mas de 54 años. Sin ser panzón tenía una pancita propia de su edad que era deliciosamente peluda. Al abrir su camisa me inundó un aroma que mezclaba el olor al vino, su perfume y ese olor a semental traspirado que era irresistible.

Le terminé de quitar la camisa como pude, aunque estaba sentado, estaba con el cuerpo muerto como dormido y era muy dificil moverlo. Cuando quedó con el torso desnudo yo estaba paralizado, no podía creerlo. Su espalda era perfecta, super ancha, fuerte, cubierta finamente por todo una capa de vellos entrecanos. Y sus brazos peludos!!!! eran enormes, muy fuertes, unos biceps asombrosos que aunque estaban en posición de descanso se los veía super trabajados con una vena gruesa que los recorría en toda su extensión que debe ser del grueso de mi dedo meñique. Yo no sabía que hacer, quería contemplarlo toda la noche, quería olerlo, acariciarlo, tocarlo todo. Aunque mi verga es normal de tamaño mi erección era evidente y aunque Ernesto no estaba muy consciente que digamos me daba mucha vergüenza y miedo a que el me viera así.

Que paisaje!!! ese bigote haciendo juego con sus sienes plateadas, ese torso peludo amenazante con despertar, el centro de su pecho era completamente blanco y luego se hacía entrecano, esos músculos maduros, ese olor. Me acerqué, poniendo una mano en su pecho peludo le dije:

-Ernesto, te sentís bien? tenés que sacarte el pantalón y acostarte.

El no abrió los ojos ni contestó pero movió lentamente una mano y empezó a agarrarse la verga, parecía que le molestaba el pantalón, no sabía bien lo que hacía.

-Te voy a ayudar Ernesto pero solo no puedo.

Le corrí su mano y comencé a desprender su pantalón, mi mano no resistió la tentación de tocar esa verga, estaba hirviendo, flácida pero era muy grande, no podía verla pero si sentirla. Era imposible mover semejante cuerpo desplomado sobre la cama, intenté forcejear pero sin éxito. Mi excitación se mezclaba con mi nerviosismo, me recosté junto a él y empecé a hablarle al oído:

-Ernesto, tenés que ayudarme a sacarte el pantalón así te acostás y vas a estar mas cómodo.

Su brazo que parecía una columna de músculos y pelos me rozaba todo el cuerpo, mientras le hablaba al oído comencé a acariciarle el pecho como si estuviera tratando de hacerlo reaccionar con un masaje. De hablarle al oído comencé a rozar su mejilla con mis labios, con mi otra mano acariciaba su bicep que aunque usara mis dos manos no podría haberlo cubierto completamente. Con mi otra mano comencé a bajar por su pecho, llegué a su estomago y me dirigía directo a su verga, no me importaba nada, yo estaba completamente ciego y el estaba dormido, borracho, inconsciente. Era mi oportunidad tan esperada!!!

En ese instante Paula golpea suavemente la puerta de la habitación que me hizo pegar un salto que casi me caigo del susto. Salté de la cama y sin dejarla entrar le dije:

-No te preocupes mi amor, está muy dormido, ya casi lo termino de acostar.

-Estoy preocupada

-No te preocupes, solo está un poco borracho, no lo veas así, andá a dormir tranquila que mañana estará bien.

-Gracias Andrés, sos un amor, no tendrías que estar haciendo esto.

-Andá a dormir que mañana será otro día. A lo sumo yo me quedo vigilandolo un rato y después voy a dormir.

Paula se fue a dormir tranquila.

Cierro la puerta, giro y veo que se había bajado el pantalón casí hasta las rodillas, no se como lo hizo, estaba casi inconsciente, me había escuchado lo que le estuve diciendo al oído?

Llevaba un boxer blanco, ajustado, de algodón. El bulto que tenía era enorme. Comencé a tirar del pantalón hasta que se lo saqué. Quedaron al aire unas piernotas peludas muy fuertes. Ahí tenía al macho de mis sueños, casi desnudo tirado sobre la cama, completamente dormido, casi inconsciente. No podía dejar de pensar en mil cosas a la vez, la adrenalina brotaba por mis poros, mi excitación me tenía enajenado.

Me abrí completamente mi camisa y sin sacarmela, me recosté a su lado. Mi cuerpito delgado y lampiño se estremeció al sentir los roces de esa bestia madura. Le acaricié los brazos, el pecho, bajé hasta su panza y mis labios se pegaron a su cuello primero para luego subir hasta sus labios. Comencé a darle besos de manera muy suave y sutil para ver que pasaba, el no reaccionaba para nada, estaba desmayado de la borrachera. Sentí sus bigotes en mis labios, su cosquilla, su sabor. Mi torso lampiño sentía la caricia de todos los pelos de su cuerpo, mi mano llegó hasta el límite de su boxer y sin pedir permiso se introdujo por debajo en una selva de pelos para pronto tomar contacto con la base de su tronco. Con mis labios pegados a su oreja le dije:

-Ernesto, querés sacarte el boxer?

No contestaba ni se movía. Retomé mi trabajo y en unos segundos tenía en mi mano un pedazo de verga flácida que no alcanzaba a tomarsela toda. Mi verga erecta creo que sería apenas mas grande que la suya dormida, era increíble!!!! Vergas largas he visto, aunque sea por fotos pero esta era muy gorda!!!! Ya no me importaba nada, estaba dispuesto a todo, me saqué la camisa y el pantalón. Haciendo fuerza le bajé el boxer hasta sus rodillas quedando toda su humanidad al aire, todo para mí.

Me recosté sobre su pecho escultural, sintiendo su aroma, su fortaleza, sus pelos y con la mano tomé su verga y comencé suavemente a masajearlo. Su verga estaba creciendo!!! no podía ser, en el estado que se encontraba y estaba teniendo una erección!!!! Comencé a pajearlo lentamente y mi lengua recorría su pezón tratando de no enredarse entre tantos pelos. Su verga crecía rápidamente y en proporción descomunal. Debería medir mas de 20 cm y todavía no estaba completamente erecta pero lo que me sorprendía era el grosor que tenía, increíblemente gorda!!!!! Su cabezota estaba roja y cada vez se hinchaba más. Me la llevé a la boca y comencé a chuparsela, tuve que abrir mucho la boca para poder metermela, la sensación fue increíble, comenzó a despedir un líquido maravilloso que lo lubrico todo.

En ese momento siento una de sus manos sobre mi cabeza, no podía creerlo!! giré para mirarlo y estaba completamente dormido, no podía ser!! era como si estuviera soñando, comencé a chupar esos huevos maravillosos que tenía, acordes a semejante mástil. Ahora eran sus dos manos las que me sujetaban para que no saliera de esa zona, me metí su verga hasta mi garganta y había quedado mas de la mitad fuera. La erección era como la de una persona de 18 años, estaba durísimo. Estoy seguro que ningún ser humano normal podría ser penetrado por ese mástil!!! Comencé a pajearlo mas rápido y mas fuerte mientras le chupaba la cabeza y empecé a sentir como su cuerpo se tensionaba de placer, levanto la cabeza y veo sus brazos tensionados y su pecho algo trabado, había crecido, sus pectorales se habían marcado, parecía tener todo el cuerpo tenso por el placer. Con sus manos me llevó de vuelta a su verga (todo el tiempo con los ojos cerrados, dormido) y me la empecé a comer de una manera que por momentos me costaba respirar y hasta me ahogaba. Lo pajié freneticamente mientras le chupaba los huevos y en el momento justo me llevé su verga a mi boca para que me inundara con leche hirviendo. Emitió un sonido animal y su cuerpo se relajó lentamente, parecía que habían abierto una canilla y no dejaba de salir esa deliciosa leche que me tragué toda. Me acosté a su lado y sientiendolo, tocándolo, besándolo, me masturbé hasta explotar. Le dí un beso en esa boca deliciosa y me fuí a dormir luego de haber tenido la experiencia mas maravillosa de mi vida. También me fuí lleno de preguntas: ¿estaba realmente dormido, Ernesto? ¿es posible que se haya dado cuenta de algo? ¿como haría para mirarlo a los ojos al día siguiente? ¿como seguiría mi vida después de haber probado semejante macho?

CONTINUARÁ...