MI Suegro el viejo banquero y marido por detras.

Aquella tarde supe lo que era recibir de forma progresiva en tamaño, tres penetraciones por mi puerta trasera, por parte de aquellos dos viejos sementales en unión de mi esposo.

Era la despedida temporal de mi suegro, de su última visita y había organizado el muy pícaro una fiestecita con su hijo y nuestro vecino el banquero, y esta no podía ser otra que una pequeña bacanal en nuestro dormitorio, la tarde antes de su partida.

Como era normal  nuestro vecino Valentín  estaba encantado y yo tengo que contarles que ante tan buena expectativa  yo también estaba loca de contenta, aunque aun no sabia lo que me esperaba.

Tras unos preliminares de besitos y juegos eróticos al desvestimos ,mi suegro comenzó a organizar con su habitual dominio de la situación, el encuentro entre los cuatro, y aunque su mano no paraba de andar tocando mis agujeritos  y mis pechos , que lucían tersos esa tarde con mis pezones algo dilatados por tanta excitación, pronto animo a su hijo tras ponerme sobre su rabo que ya andaba en su máxima esplendor, y  que me ofrecía para que comiera, animo como digo a Paco  a que comenzara a dilatar con su duro rabo mi puerta trasera, este, untando la cabeza con algo de vaselina , no dudo nada en penetrarme  casi sin avisar, mientras  Valentín se estaba quitando el resto de la ropa, mostrando su enorme aparato algo morcillón, pero encantador.

Yo estaba agachada chupando a mi suegro que tenia recién acicalado su largo rabo, el cuan había repasado afeitando recientemente, mostrando un esplendor y una dureza que me hacia derretir, mientras jadeaba a su hijo a que fuera moviéndose y dilatando mi ano.

La verdad es que Paco me estaba dando mucho placer esa tarde aunque todo iba muy rápido, pues en un momento, paso nuestro vecino a  ocupar el sitio de mi suegro y ser su rabo el que yo devoraba ahora, mientras el, deslizó su cabeza debajo de mi conejito, para con su sabia lengua  comenzar una comida de escandalo,. Me lo imaginaba comiendo mientras  su hijo a corta distancia de su boca y cara, bombeaba mi trasero con un ritmo endiablado, que hizo que en pocos minutos me llegara ya un orgasmo de lujo, abrí mi boca para soltar unos gemidos de placer  momento  que aprovecho Valentín para ensartarme su duro y gigante glande dentro de ella, produciéndome una sensación de ahora que casi me deja sin respiración.

Me separe un poco para tomar aliento, pero ver ese enorme rabo con el grosor tan impresionante que tenia a escasos centímetros de mi, me hizo lanzarme a comerlo y mordisquearlo con delicadeza a la vez que agarre sus enormes pelotas, estas bien pobladas de vello blanco, masajeándolas con enorme ansia y placer.

Mi suegro seguía comiendo mi mojado conejo cuando Paco ya andaba casi a punto de soltar su primera ráfaga de crema de la tarde, pues sus ritmo mas acelerado y su respiración entrecortada le delataban, y mas cuando nuestro vecino le alentó a correrse mientras con su mano sujetaba mi cabeza para que no cejara de comerle su enorme pollon.

Paco con unos bramidos de toro salido, soltó rápidamente su leche en mi trastienda, haciendo que mi suegro jadeara  la enorme corrida de su hijo, que al sacar su rabo de mi abertura , este fue ocupado por uno de sus dedos que masajeaban mi dilatado ano todo empapado de la corrida de mi esposo,.  Se levanto  sin soltar su dedo dentro de mi, mientras se retiraba mi esposo, y viendo como tomaba la vaselina con la otra mano, me temí lo peor de la tarde, y es que al decirle a su hijo, Paco ponme un buen pegote en la polla que voy a taladrar esta tarde a mi nuera para que tenga un recuerdo de mi estos días.

Yo le dije,” suegro no por ahí no que la tiene muy gorda y larga y me hace daño”, pero el rápidamente me dijo que tendría cuidado y veras como volvería a darme mucho placer.

Paco le estaba untando el rabo a su padre con sumo cuidado extendiéndole el lubrificante por todo aquel misil de largo alcance,  mientras este ya había introducido un dedo más en mí, manteniendo dilatado aquella abertura que ahora temía ser taladrada.

Se posiciono cómodamente tras de mi apoyando una mano en mi espalda para que no me levantara y siguiera comiendo el rabo del banquero, que por cierto estaba exquisito y lustroso y lucia duro y desafiando al techo con su habitual grosor que esta tarde estaba mas marcado por las duras venas que estaban repletas de sangre haciéndole mostrarse aun mas grueso.

Con un suave movimiento cambio sus dedos por su enorme cabezón que lucia descapullado, ensartándome como una sardina espetada y lista para comer, pasando rápidamente, eso si, con sumo cuidado a penetrarme con la totalidad de aquel enorme aparato.

Mi cuerpo intento ponerse terso al sentir aquel misil entrar ardiendo dentro de mi, pero su longitud y su dureza hacia que pareciera tener yo en ese momento dos columnas vertebrales, manteniéndome rígida en la misma posición sin apenas poder moverme, mientras sacaba y metía todo aquel arsenal, con golpes rítmicos y placenteros.

Paco que no quería perderse el espectáculo de aquella enculada, se deslizo bajo mi en la posición que antes tenia mi suegro, para comenzar también a comerme mi mojado conejo, que esa tarde solo recibía  lengua y dedo.

Volví a tener otro enorme orgasmo con las penetraciones de mi suegro  y ya degustaba parte del avance de corrida del viejo banquero que soltaba por aquel cabezón unas gotas de líquido que avisaba que sus enormes depósitos estaban listos para vaciarse.

Mi suegro ralentizo el ritmo un poco y ahora el placer era máximo pues Paco al ir su padre mas despacio podía jugar mas con su lengua en mi botoncito, a la vez tuve la sensación que le masajeaba los huevos a su padre, pues este decía si sigue así hijo sigue así, que me gusta … que bien lo haces.

Quería soltar mi boca del enorme pollon del vecino pero este no me dejaba, y casi yo ya no podía respirar, como pude me libere y este me dejo al ver que ahora comía sus huevos con cuidado, y para mi sorpresa vi que nuestro vecino,  estaba acariciando el rabo morcillón de Paco que estaba medio en reposo tras soltar dentro de mi su primera descarga, y andaba en mis bajos comiendo con exquisita clase mi almeja toda mojada que pedía una penetración a gritos.

Pensé, aquí nadie pierde el tiempo y todos ocupan en alguna tarea, cuando sin apenas poder decir nada, mi querido suegro acelero ahora con golpes secos y duros sus penetraciones, escapándoseme uno alaridos de placer por tan gloriosa monta que me estaba dando, soltando rápidamente tal ración de leche dentro de mi, que me sentí empapada y  medio ahogada por tal cantidad de caldo cremoso recibido.

Fue ralentizando su ritmo al agotarse sus depósitos, y tras mirar a Valentín, le dijo, “Tu turno” toma mi lugar que quiero ver a mi nuera empalada por ese enorme rabo.

Yo rápidamente dije, ¡NO noO!” El no que la tiene muy gorda y me destroza,”, pero mi suegro me aguanto en la posición mientras se levantaba el banquero y tras untarse también con vaselina tomo su posición y comenzó a acercar su cabezón a mi contraído y asustado puerto trasero, que intentaba escapar de aquella perforación.

Me tranquilizaron todos un poco para que me relajara, para que aquella pieza pesada de artillería tomara posición y fuese entrando dentro de mí.

Mi primera sensación al recibir aquello dentro, fue de dolor y como si toda mi carne se resquebrajara al entrar aquel misil, aunque tengo que decir que gracias a la dilatación por parte de mi suegro y su lubrificante semen, esta fue menos traumática de lo esperado.

Pronto la sensación de miedo se traslado a placer y al sentir como todo aquel bulto de carne se integraba en mi, mi cuerpo comenzó a producir pequeños orgasmos que parecían encaminarse en uno continuo, haciendo perder casi la conciencia.

Sentí que me sujetaba pues apenas podía mantenerme a cuatro patas como vulgarmente se conoce esa posición, y Paco por abajo y mi suegro por los hombros, me mantenían mientras aquel viejo banquero me martilleaba con su rabo.

Menos mal que estaba caliente y antes yo ya le había preparado bien con la comida, y su descarga no se hizo esperar, y tras unos gloriosos minutos dando rienda suelta a su monta, soltó también su pastosa crema dentro de mi súper dilatado agujero negro, que andaba repleto de variedad de cremas esa tarde.

Fue sacándola con cuidado a la vez que aflojo su dureza y sentí un alivio al verme liberada de esas tres penetraciones, si bien tengo que reconocer que el placer fue máximo y sentía también algo de pena que aquello se acabara.

Me dejaron reposar unos minutos mientras ellos con una toallitas asearon sus morcillones rabos, si   bien el de mi marido había tomado ya fuelle por las caricias recibidas antes de su vecino.

Mi suegro al verme tumbada boca arriba relajada con mi conejo abierto, no pudo resistir y se lanzo a comerlo, diciendo que estaría un tiempo sin poder catarlo.

Valentín estaba sentado en un butacón mirando la comida de mi suegro y viendo como mi marido se acercaba con su rabo ya duro a mi boca.

Le mire su aparato y este estaba colgando entres sus piernas, relajado y mirando hacia el suelo después de aquella penetración, pero eso si, con su típico grosor que asustaba hasta de verlo así.

Paco le dijo a su padre que lo dejara que necesitaba montarme, y mi suegro en plan caballeroso lo dejo , subiéndose mi esposos sobre mi relajado cuerpo para penetrarme, ahora si por mi ansioso conejo, que pedía a gritos rabo duro y una buena cabalgada.

Aguanto mi marido estoicamente mas de quince minutos haciéndome correr como una loca, hecho que hizo que perdiera de vista  a ese par de viejos sementales, y tras buscarlos con la vista, vi que mi suegro andaba ya listo con su mástil en plena forma y listo para su segunda monta.

Ocupo la posición de Paco, tras este correrse, y con su habitual movimiento de cadera hacia un lado y otro, me dio tal repaso, que volví a perder la conciencia con aquella gloriosa penetración, creo que le arañe toda la espalda clavándole mis garras al correrme, por no sé que vez seria, y mis piernas se agarraron  a su cintura apretando su trasero contra mi para que no me soltara,. Fue un momento glorioso de un placer inmenso y una corrida impresionante, era como un adiós momentáneo de aquel semental que al día siguiente nos dejaba por una temporada.

Valentín   viendo mi estado, declino montarme también, y me ofreció su rabo para que se lo chupara, Paco viendo que yo apenas ya podía lamer aquella enorme cabeza, se posiciono junto a mi y con su ayuda los dos le dimos una soberana mamada que hizo que aquel  jubilado de la banca, la hiciera saltar y soltar sus ráfagas de espesa y blanca nata, sobre nuestras caras y bocas.

Relamí su jugosa leche pues me encantaba verlo correrse, y sobre todo ver aquel cabezón soltar con aquella presión todo lo que esos dos enormes depósitos acumulaban dentro.

Cuando todos ya nos habíamos repuesto, y estando vistiéndonos, Valentín, miro a Paco y le dijo, “mira vecino” el pedazo de hembra que tienes necesita macho en cantidad, y yo con tu permiso voy a bajar mas de una tarde o mañana a montarla, pues me esta haciendo volver a mi juventud, así que ya sabes que pasare mas de un día, y mas con la ausencia de tu padre.

Mi suegro se puso a reír por tan ocurrente petición, y Paco le dijo, que si yo quería encantado pero que si podía que seria mejor coincidir con el también, pues le encantaba verme disfrutar.

Me miraron como pidiendo mi confirmación, y yo les dije que comenzara mañana, riéndonos todos seguidamente por mi respuesta.

Ya les iré contando las visitas del viejo banquero que se esperan placenteras y gratas.

Pero comenten que nos encantan vuestros comentarios calientes y nos animan a seguir contando nuestras experiencias.