Mi suegro, el vecino, mi marido y yo..mmmm

Fui tomada por aquellos dos viejos dinosauros que mi marido dio cumplida cuenta con una película que seguro en el cine porno tendría numerosos adeptos.

Grata sorpresa la pronta visita del semental de mi suegro que deseoso de retomar las riendas de la cama de nuestra últimamente agitada vida sexual, había adelantado su regreso, aunque pienso también por algo de morbo o celo tras haber hablado con su hijo, que le había contado  la ultimas aventuras con nuestro vecino el banquero.

Tengo que decirles que nada mas llegar y aunque su hijo, mi esposo, estaba en el trabajo, este no hizo esperar para poner las cosas en sus casillas, y no fue otra que tomarme en el salón, pero con una fuerza que me sorprendía cada vez mas, pues a su edad me parecía mentira la vitalidad y potencia de aquel rabo que manejaba con una soltura y sapiencia que a mi me enamoraba.

Tras regresar Paco del trabajo,  mi suegro entre bromas comenzó a comentar como era la nueva adquisición de ese famoso vecino que ya le había hablado por teléfono, y este dijo que mejor era conocerlo en persona, diciéndole a su padre ¿no estarás celoso?, ¿veo en ti mucho deseo de conocer ese rival que tienes ahora?.. Esto nos hizo reír a los tres, pero a mi me hacia calentar solo pensar en juntarlos en mi cama.

Esta tarde yo ya había preparado un acercamiento en la hora del café, pues la mujer del Valentín, salía con unas amigas de compras, y él podía escaparse un rato y así conocería a mi suegro.

Ya en la tarde y tras las pertinentes presentaciones, me vi sorprendida por la buena relación que parecía asomar entre mi suegro y el viejo banquero, pues parecía que la  edad o su situación laboral, les hacia unir en una amistad  de largo tiempo, aunque para mi sorpresa y placer, la conversación fue derivando hacia mi atención y la que le había prestado el ,en su ausencia,  dedicándome halagos a mi persona , a la que mimaban con picaronas miradas los dos, intuyendo también mi marido que allí se fraguaba algo caliente.

Y como una es una vieja picarona que deseaba ver  en celo a esos dos viejos sementales en compañía de mi esposo, no me corte un pelo y comencé mis provocaciones, primero con frases calentitas a uno y otro y después con alguna apertura de piernas disimuladamente, para mostrarles mi repasado afeitado y suave conejito,entre la penumbra de mi falda.

Fue mi suegro el que primero lo visiono, tocando con la mano al vecino para que mirara a través de la falda, y con un gesto cómplice de la cara, los dos parecieron relamerse con disimulo, aunque poco pudieron disimular sus bultos que crecían al unísono  con mis provocaciones.

Paco que andaba encendido con aquel juego, sin apenas avisar entro a nuestra alcoba y salió con la cámara de video, y lo mas sorprendente fue lo ligero de ropa que también andaba, pues se había quedado como dios lo trajo al mundo, pero eso si, con su mástil apuntando al frente como dirigiendo la cámara a donde tenia que grabar.

Los tres nos miramos algo sorprendidos por la rapidez de mi esposo,  cuando este dijo sin preámbulos, “veo caldeado el ambiente y no me quiero perder detalle para el futuro de este encuentro que se presume va a ser explosivo y caliente, así  que no demoren mas lo que todos sabemos que va a suceder y comiencen a liberar sus instintos y lo que sea necesario, que yo voy a dejar constancia en esta cámara de ello.

Tras aquellas sabias palabras, el lanzado de mi suegro paso al ataque, liberándome con una rapidez sorprendente mi ropa, a la vez que su mano acariciaba y masajeaba mi mojado conejo que mostraba al viejo vecino como diciendo esto es primero mio. Valentín que días atrás había comenzado con timidez, no dudo ni un segundo en mostrar sus valías y  dejo también con raudos movimientos su miembro colosal al aire, este fue mirado por mi Suegro que con cara de asombro le dijo, ¡Joder¡ yo sospechaba que algo les había atraído de ti ,pero amigo, veo que con ese arma tienes a mi nuera en el bote seguro, menudo aparato… Este también en modo cumplidor aunque certeza tenían sus palabras le dijo a mi suegro que el no andaba escaso que digamos, que menuda longitud tenia aquello también.

Yo no quería mas cumplidos por lo que me lance como una loba a tomar y juntar aquellos dos misiles de largo alcance, tomando con cada mano uno y acercándolos a mi boca, mientras Paco con la cámara no perdía detalle y graba cerca para ver como yo acometía aquello con mi pequeña cavidad bucal.

La verdad es que no estaba mal encaminado pues no había forma de tragar ninguna de aquellas dos viejas escopetas que lucían en su esplendor con una rigidez que me asustaba, y es que la rivalidad les había hecho acreedores de una dureza y textura más propia de un joven.

Paco acerco su rabo también para formar un trébol frente a mi cara, aunque la hoja de mi marido desentonaba entre aquellos rabos de dinosaurios, no por su dureza si no por su tamaño.  Pero ese fue el primero que comí, pues para eso era mi marido, aunque ellos no tardaron en acercar sus lustrosas cabezas a mi boca para rivalizar con la de mi marido.

Las pajee como pude con mis manos, pues eran enormes aquellos mástiles, y ahora turnaba cada una con suaves mordiscos y lamidas que les hacia resoplar con fuerza. Como se sujetaban solas, ahora dirigí mis manos a esos enormes huevos que colgaban de aquellas preciosidades, cosa que agradecieron gratamente pues, los respingos que daban esos pollones, eran señal de lo bien que se los tocaba.

Yo ya mojaba el sofá donde estaba sentada y el olor del sexo caliente les hizo a todos lanzarse sobre mi como los lobos hambrientos a una presa recién cazada, y fue Valentín el que apresurándose  comenzó a comerme el conejito mientras uno de sus dejos jugaba también con el. Mi suegro lo miro y dijo, calienta a esta gacela que le espera unas estocadas de lujo, y tomando su rabo, mi suegro se dirigió con el a mis pezones para restregarlo sobre ellos.

Yo a las primeras lengüetadas de aquel viejo pero sabio vecino, me vine toda con un orgasmos de los que dejen huella,  pues los chasquidos de sus dedos y su lengua dentro de mi, delataban que había sido intenso y fluido, motivando a Valentín a ponerse de rodillas frente a mi para pasar ahora a frotar su enorme cabezón por mi flor que andaba abierta como una rosa en la mañana.

Mi suegro todo celoso no cesaba de mirar como aquel coloso iba a penetrarme, y con cara de envidia él dijo, da cuenta pronto que estoy deseoso de montar también pronto a mi nuera.

Paco me había posado su rabo sobre mi cara para que mordiera sus huevos levemente, y  que yo agradecida chupándolos mientras el seguía con la cámara en mano, filmando en primer plano como ahora el banquero acababa de pegarme la primera embestida, que me hizo gritar de placer, pues sentir aquel misil entrar con esa fuerza casi me dobla el cuello sobre el respaldo del sofá.

Le siguió una armoniosos y larga sesión de rítmicas embestidas que me hicieron nublar la vista, aunque seguía sintiendo sobre mi cara el rabo de Paco y sobre mis pechos el mi Suegro que los había tomado con sus manos sentándose a media sobre mi, para pajear su enorme pollon contra ellos.

Yo ahora estaba en la gloria o eso pensaba pues no era capaz de asimilar tanto placer a la vez, llegando mi segundo orgasmo y tercero casi a la vez, pues el maestro de mi vecino hoy estaba dejando el pabellón muy alto.

Cuando pensé que se iban a correr todos allí, sorprendentemente  cejaron, para cambiar de postura, abrió Paco el sofá convirtiéndolo en una cama, y tras acostarse  Valentín en el me llamo para que me subiera sobre su rabo y volviera a penetrarme, tomándome hacia su pecho y cayendo recostada sobre el.

Fui una ingenua pues no entendí la postura, hasta que sentí como mi Suegro, hurgaba con su mástil en mi trastienda, y en ese momento temí ser reventada literalmente por aquellos dos sementales, pues  aquellos dos enormes rabos uno por cada lado, me haría explotar seguro.

Pero para mi grata sorpresa  y tras sumo cuidado por parte de mi querido suegro, este fue introduciendo su enorme aparato dentro de mí, dándome un placer tan exquisito que el estaxis que emanaban de mis sentidos , los hacia embriagar, encadenando yo un orgasmo continuo que a Paco le hizo explotar solo de mirar aquella monta.

Pude ver  a duras penas, como con una mano grababa y con la otra sostenía su rabo que soltaba borbotones de leche viendo como su Padre y mi vecino me follaba de lujo.

Entonces noche el aceleramiento de mi vecino que ahora gemía y balbuceaba  palabras, mientras embestida con mas rapidez y comenzaba a soltar su crema dentro de mi, con tal cantidad que sentí se ahogaba mi dolorido pero placentero conejito.

Mientras, por atrás  y contagiado mi suegro por ese ardor,  acelero ahora, golpeando con tanta intensidad, que sus huevos chocaban contra mis glúteos y los huevos de su rival y compañero que tenia debajo de mi, pues Paco dirigió la cámara hacia ese volcán en erupción, diciendo Papa afloja que aquí hay hoy una tortilla.

Mi Suegro ahora que no podía contener mas aquel raudal de leche contenida, comenzó a soltar ráfagas en mi trasero, haciéndome sentir que era taladrada y perforada por una escopeta recortada, eso si, no paraba de gozar y gemir sin saber el tiempo que estaba en esa situación.

Cuando los dos colosos cejaron en sus acometidas, y retiraron sus rabos de mis agradecidos agujero, estos rebosaban los restos de sus corridas, como evacuando parte de lo que allí habían depositado, siendo Paco el que ahora tomo posición para con su boca y sus sabias comidas, aliviará y acrecentara mas placer en mi conejo y ano.

Devoro los restos que por ellos rezumaban, mientras los dos dinosaurios  resoplaban aun sobre el sofá viendo como mi marido comía y lamia sus aportaciones, a la vez se iban recuperando de aquel polvo que los había dejado a los dos algo exhaustos.

A Paco se le puso dura otra vez con una rapidez que me dejo asombrada, y aunque en ese momento no deseaba mas penetraciones, este se giro encauzando su duro rabo otra vez a la abertura que había dejado libre su padre y pasando la cámara a este que ya imitaba a su hijo, comenzó a encularme con una fuerza endiablada,  haciendo entrar otra vez en un orgasmo intenso, aunque algo mas corto que los anteriores.

Paco cuando me vio gemir y disfrutar, soltó ahora dentro de mi su pastosa y rica leche que agradecí, y mas la proporción de su rabo que me hacia dilatar menos mi abertura.

El viejo banquero acerco su morcillón rabo ahora a mi boca para que le tomara las ultimas gotas que aun manaban por aquella enorme cabeza, y yo rápidamente con mi lengua las fui quitando, agarre sus enormes pelotas y le dije, toma fuerzas que quiero verlas vacías otra ves dentro de mi.

Mi suegro se encendió con estas palabras y mirándome me dijo: “Nuera” ummm que caliente eres, pero ahora voy  a ser yo el que te folle por el conejo mientas  este socio te va a taladrar tu trasero.

Yo dije no , no, eso tan gordo por detrás no que me mata, me desgarra, túrnense  y dejen mi cueva trasera para Paco, pero primero dejen que tomemos un café que se recuperen y yo pueda sentarme, que estoy dolorida hasta en mis entrañas.

Las risas de todos a mis palabras fueron  contagiosas, pero  me hicieron caso y respetaron mi petición, y tengo que decirles que tras una hora de dolorosa espera por mi parte, pues andaba deseosa de otras montas, ellos retomaron las maniobras militares de acoso a mi gruta y aunque no superaron el placer del primer encuentro, si tengo que decirles que fue muy similar, dándome una segunda  monta los tres con alternancia en las penetraciones,  que hizo de aquella tarde una bacanal romana de las que hacen época, y de la que por suerte queda constancia en video para que Paco se motivo en el futuro.