Mi suegra Yolanda (4: Más allá del Climax)

Quieres que me la tire de nuevo?? Eh Yoli?... Dímelo tú! Es tu hija...

Mi suegra Yolanda Parte IV

Mis dias habían cambiado desde aquel encuentro con mi suegra Yolanda. Estaba más nervioso, en constante vigilia. Pero, vigilia de qué?. Temía que Yolanda dijese algo? No, claro que no, sino no se hubiera implicado tanto y sobretodo voluntariamente. Habiamos vuelto a follar en contadas ocasiones por semana. Procuré poseer a mi suegra en diversos lugares que habian sido parte de mi obsesión durante años de comedido casado. Hasta me la tiré en el mismo tunel ferroviario donde había concebido a su hija. Recordaré siempre sus quejidos de niñita recién desviragada. La verdad es que estaba poseido por aquella mujer madura. Sus gemidos resonando en aquel tunel, en medio de la noche, donde hacia tantos años habia gozado debajo de mi suegro hasta correrse y quedarse embarazada. Pero ahora por segunda vez volvía a correrse, pero con la polla de su adorado exyerno.

Me sentía en la cumbre del gozo y la lascivia, pero faltaba algo... la guinda perfecta para este pastel de locos.

Cuando Yolanda escuchó mi plan palideció al comprobar lo cerdo que llegaba a ser el hombre que la habia hecho puta. Pero al instante su respiración se aceleró y sus ojos brillaron. Comenzó a acompañar mis palabras con esa hermosa sonrisa de cuarentona en plena picardia.

Señalamos una noche perfecta y en pleno Agosto comenzamos a concebirlo.

Reconozco que cuando estaba culminando los tres ligeros toques de nudillos en la puerta de mis suegros me quedé helado. Mi respiración se detenía sin aviso, y regresaba luego enloquecida. Se abrió la puerta y pensé de todo en una décima de segundo. Me liberó ver el rostro de mi suegra Yolanda sonriente, pero igual de agitada que yo, al otro lado de la puerta. Entré ante su gesto de que no había peligro.

La casa estaba casi toda obscura y en absoluto silencio. Miré a mi suegra. Vestía un camisón de seda negro, con bordados y casi transparente. Llevaba su media melena suelta, levemente domado tras sus orejas. Sus ojos brillaban plenos de emoción.

-Lo hiciste?-pregunté en voz muy baja

-Claro... qué pensabas...-

Nos besamos con furia. Resoplábamos como dos locos, metiéndonos mano, alborotándonos el pelo y sacando nuestras lenguas bién a la vista del otro. La mordía, la chupaba. Mi suegra tenía todo su cuerpo en tensión. Sus pezones estaban totalmente de punta. Los gozaba sintiéndome dueño del mundo.

La separé de mi lentamente y la miré con complicidad y vicio.

-Vamos...?

-Claro...

Entramos en su habitación semiobscura. Aún asi pude observar la enorme corpulencia de mi suegro y su profunda respiración. Me agité bastante. Había aplicado la dósis correcta en sus vaso mi suegra?? Despertarían a pesar de la medicación?? Pero ya era tarde para arrepentirse. Miré a Yoli, estaba temblando de excitación. Jamás habia vivido nada de esto. Fue una madre prematura y una fiel esposa todos estos años. Mi suegro la abría de piernas y la meneaba un poco hasta correrse dentro de ella. Muchas veces Yoli no se corría, y eso me habia confesado ella misma. Ahora poseía el regreso de su juventud perdida

Conmigo.

La tomé de la mano y la lleve a orillas de su cama, aún caliente. Mi suegro dormía como un cerdo que era. Acerqué a mi cuerpo a su mujer y comencé a morrearla con mucho ruido, lamía su boca y su cuello, sus tetas, ya fuera del camisón. Poco a poco fuimos cayendo al lado justo de mi suegro. Fue el mayor momento de tensión, pero todo se olvidaba al sentir la lengua de mi suegra comerme vivo. Me besaba por todos lados, estirando su cuello y retozando como una cerdita debajo de mi cuerpo. Mis brazos se tocaban con los de mi suegro de vez en cuando y eso me excitaba más. Levanté con desorden el camisón de mi suegra hasta sus anchísimas caderas de casi cincuentona. Que piernas tenía aquella vieja zorra. Saqué mi polla y se la endiñé hasta el fondo de su vagina de casada. Yoli se abría como una cerda y ponía su pierna derecha encima de las de su marido durmiente.

-Así... ahh... así zorra!! Ábrete de piernas delante de tu marido. Enséñale como te gusta follar... vamos...-

-ohh,ohh,ohhh,agghhmmmm...-gemía Yoli

-Vamos Yoli, tócalo!... tócale la verga a tu marido-

Yoli decía que no con la cabeza sin dejar de lamerme y de follar.

-Vamos, amor... si es un cerdo de mierda, y un cornudo!

Estiré mi mano, y lleno de lascivia miré a mi suegra con enorme vicio.

Tomé la pequeña pija de mi suegro con la mano y comencé a menársela.

-Ves Yoli!! Es un pobre cornudo y un pocapicha. Mira, lo vés? Se está empalmando el muy marica de mierda. Jajaja. Este tio es un pobre idiota. En serio no le crece más al hijo de puta?-

-Ohh,mmmh, diosss... que me haces que me enloqueces...???? Dímeloooo!!-mi suegra se retorcía y me miraba apretando los dientes de tanta promiscuidad e infidelidad. Se dejaba follar por su yerno justo en la cama de su marido, y con él dentro!!!

-Vamos... sigue tu, zorra!-

Yoli tomó la picha de su marido y lo pajeó con indiferencia. Levanté una de sus piernas y empecé a follármela como un loco. Yoli gemía como una putita. Nunca creí que pudiera ser más zorra que su hija. Su madre si era hembra...

Apuré mis embestidas y al unísono nos corrimos como dos posesos. Restregué mi cuierpo en Yoli y apreté sus tetas con violencia.

-Tómalo puta, tómalo...oaghh ahhh..._

-Ahhh... ahhh... ohhhmmmm... ohhhh-Gemía Yoli resbalando su pie por el cuerpo de su marido.

Nos morreamos lentamente. Mi polla parecía un falo de hierro. Estaba más excitada que antes de correrme.

-Vamos, Yoli, súbete en el gordo-

-Estás loco???-

-Claro... ya lo sabes...-Y la morreé tocándole su enorme coño de cuarentona. Yoli se montó encima de su marido y se metió su picha ridiculamente en erección dentro de su vagina. Yoli soltó un quejido de auténtica puta despreciable. Le excitaba más hoy aquella mierda de polla que en todo su penoso matrimonio. Comenzó a moverse encima de su marido con pudor, pero incrementando cada vez más los movimientos y los gemidos. Aproveché para dar la vuelta y metérsela por el culo a mi suegra. Gimió de terror. Dos hombres dentro de ella!!!

-Ughhh...! Oh, Diosss... ohhhh... diosssss... me partís en dos....ohh ohhh ohhh-

-Así, asíiii suegrita mia!! Por fin te la metemos los dos hombres que desvirgaron en esta casa. El tu coño y yo tu culo y toda tu hija-

Su hija!! Casi me olvidaba. Su hija y su nuevo marido estaban en la habitación de al lado. Metí mi polla con fuerza en el culo de mi suegra. Me agarraba a sus caderas como a una yegua que mereciera polla. Veía a mi suegra descomponiendo el gesto de su cara encima justo de su maridito durmiente.

-Mira, tonto de mierda! Mira como le doy por culo a tu mujercita... lo vesssss??? Por todo su culo. Culo que nunca cataste, ehhh viejo cornudo-

Dios, me corría de nuevo, mi leche entraba en el ano de Yolanda a borbotones. Mi suegra retornaba ya de los estertores de un nuevo orgasmo, doble esta vez. Quedamos un rato asi, los tres clavados. Nosotros dos jadeantes, mi suegro inerte y dormido.

Presos de la locura corrimos a la habitación donde durante años me tiré a su hija. Allí dormía profundamente al lado de su marido. Los destapé y volví a ver esas piernas suculentas llenas de brillo y forma. Le aparté su camisón y afloraron sus enormes tetonas. Eran descomunales. Dios santo... cuanto habia babeado ese cuerpo. Miré con cierto pudor a mi suegra. Yoli sonrió con timidez, como autorizándome ya a todo. Sobé a su hija con desvarío. Sus tetas, su coño. Mi lengua enloquecía en todo su cuerpo. Como ya estaba sisn pantalones y mi polla a punto de reventar le puse mi polla en los labios a mi exmujer. Moví sus labios inertes a golpecitos de polla, casi entrándola en su boca.Miré a mi suegra y le ofrecí un cariñoso ‘Ven... arrodíllate y chúpamela’

Yolanda obedeció situándose al otro lado de su hija. Acariciándome una pierna y mi culo comenzó a pasar su lengua veterana por mi polla, con descuido, mamando mis huevos, tocando a veces los labios de su hija. Lamía como una profesional, como ante la cámara de una peli porno.

-Quieres que me la tire de nuevo??? Eh, Yoli... dímelo tú... es tu hija-sonreí con lascivia.

Yoli respiró agitadamente y se echó atrás con enorme flexibilidad. Que rejuvenecida estaba la vieja, Dios... Quedó contra la pared, sentada y toda espatarrada.

Me subí a la cama y separé las piernas de su hija. Con delicadeza le bajé las bragas hasta dejarlas en su tobillo izquierdo. Me subí y metiéndole de nuevo mi polla en su coño no pude evitar exhalar un bramido de macho satisfecho. Otra vez dentro de ella. Todavía guardaba ese coño enorme y peludo la forma de mi polla. Mi porra fue el molde primero que la entró. Magreé con odio y rencor sus tetonas. Mis manos enrojecían su piel a su paso.

-Zorra! Puta! Cerda! Cornuda! Estúpida!- Mis palabras eran latigazos en la habitación en penumbra. Mi suegra gemía como si la follaran escuchándome insultar a su hija inerte y abierta de piernas. La miré con lascivia, casi babándome. Metiéndosela a su hija y mirando a su madre con cara de asqueroso.

-Y tú... tócate el coño... vamos!!

Yoli se estremeció y me di cuenta que nunca lo habia hecho.Relajé mis palabras pero sin deshacer su fuego de chulo de putas.

-Vamos, prueba... sólo tócate róbate gusto a ti misma... Vamos Yoli, que estás buenísima ahí sentada. Mira... mira como me tiro a tu hija... Ahhhh, le encantaba Yoli, la enloquecía... se corría como una perra...-

Yoli roncaba como una gata y sus dedos hacia rato se perdían en la hondura de su coño cuarentón. A veces cerraba sus ojos y al abrirlos sus quejidos se agudizaban.

Mira al otro lado y el imbecil de su yerno dormia con la boca abierta mientras se tiraban a su mujercita.

-Y tú, imbecil? Ahhh, como me la follo... siempre me la follaba... en la cocina, en cama de su madre, en el sofá, en el suelo, en el water ohhhh se abría de piernas tanto... Le encantab ser poseída en un descampado, entre las ramas y las piedras ...

Mi pulso se aceleraba y mi orgasmo rugía en mis venas. Me ponía rigido de nuevo encima de mi exmujer. Al verlo Yolanda alteró su respiración y elevó sus quejidos. Se corría la muy puta contra la pared, como una cualquiera.

Después de los sendos orgasmos aguardamos unos minutos en los que nos regalábamos amplios morreos. Mi suegra disfrutaba de nuevo siendo una chiquilla inocente. Dejándose hacer y proponiendo travesuras. Fue asi como pusimos a su yerno de lado en la cama, orientado hacia mi y su mujer. Puse a mi ex bocabajo con una almohada debajo de la barriga y la abrí de piernas. Con enorme dificultad, pues las fuerzas ya eran menos ‘palpables’, se la metí en el culo. Lo tenía muy prieto a pesar de su inercia. Se veía que el idiota ese no le daba gusto por ahí. Le ordené a mi suegra que tomara un pequeño consolador que yo mismo habia regalado a mi exmujer y se la fuera metiendo poco a poco por el culo a su yerno. Tanto los resoplidos de Yoli y los mios eran casi bramidos descontrolados. Comencé a encular a mi exmujer y Yoli a introducir levemente el consolador en el culo de su yerno. Su sueño era tan profundo que no se movía un ápice. No se habría pasado con la dósis mi suegra?.

-Asíii Yoli, asi... follale el culo a tu nuevo yerno... que yo me tiro a esta zorra... delante de ti, como hubiera querido siempre.

Apuré mis embestidas y comencé a correrme con odio en el culo de mi exmujer. Pero al comprobar con mi mano que ella se estaba corriendo sin saber, reinicié y propiné aún unas cuantas enculadas salvajes encima de ella, hasta golpeé sus nalgas con mis manos con fuerza, hasta aflojarme encima de mi exmujer como muriéndome en su culo.

Pero lo más asombroso fue la erección del idiota y el suculento orgasmo en sus propias sábanas y por sus piernas. Al ver todo ese caos nos levantamos y volvimos a morrearnos yo y mi suegra largo rato. Como dos adolescentes tras las luces de una fiesta de campo. Fue ahora ella quien me sorprendió.

-Espera...-dijo misteriosa. Que más podia prepararme como postre.

Cuando volvió, mi erección, a pesar del ya dolor en mi pene, fue brutal einmediato. Yoli estaba en la puerta vestida con el traje de novia de su hija el dia que nos casamos.

Tiré de ella y encima de la mesa de trabajo de su hija la eché bocaabajo. Empujando su cabeza hacia la mesa levanté el largo vestido de cola de mi mujer y volví a recordar aquella noche de bodas, aquel coño recién afeitado y sus cachas enormes pidiéndome polla. Recuerdo sus gemidos altos y exagerados de putita cabalgada. Más Caí del sueño en aquel culo maduro y tan excitantemente embellecido por esa celulitis esporádica. Sus anchas caderas de madre cuarentona. Sus muslos gruesos y suaves. Entré en mi suegra y comencé mover la polla en su coño exageradamente abierto. Dios mio! Allí cogían dos pollas... o más. Lubricaba flujos como no creo jamás hiciera. A nuestro frente, bajo la luz de una pequeña lámpara, los cuerpos aún desnudos de su yerno y mi exmujer eran testigos de aquella salvaje penetración a mi suegra. Mis embestidas la golpeban con violencia y movían la mesa. Resbalé mi polla con fuerza una y otra vez en esa cuarentona vagina de mi suegra Yolanda hasta que mis primeras gotas de semen- ya demasiado líquido- comenzaron a esparcirse en lo más hondo de su vagina de madre casada.

Nuestros resoplidos amainaron al paso de muchos minutos. Me quedé detrás de mi suegra, echado todo sobre ella, sobre mi yegua Yolanda, sobre mi puta, mi guarrita...

Mi querida y respetada suegra Yolandita.

Estuvimos casi una hora borrando huellas de aquel semejante adulterio múltiple. Cuando salí de casa de mis suegros iba aún empapado en sudor. Estuve mucho rato pensando en todo aquello en mi coche, muy lejos de alli. Aquello habia sido una locura, pero tan maravillosa. Mil preguntas danzaban en mi mente. No me estaba enamorando de mi suegra... No soñaba con repetir aquello con más familias... Estaba enfermo o simplemente era el espiritu de nuestros salvajes antepasados que se reencarnaba a través de mi cuerpo...Era un sueño o era realidad todo aquello que estaba a vivir...

Pero tantas preguntas cruzaban el humo de mi pitillo y se borraban en la noche a punto de entregar el amanecer. Preguntas que por otro lado carecían de importancia para el resto del mundo, a fín de cuentas sólo mi suegra Yolanda y yo conocemos la respuesta exacta,

La definitiva respuesta...