Mi suegra y yo estábamos faltos de sexo. ( 3 )
Continuación ..
Mi suegro volvió a la casa y ya con eso me ayudo a no pensar en tonteras. Ya con mi suegra poco a poco nos volvimos hablar, aunque nunca fue lo mismo. Como no estábamos nunca solos, esa tentación fue disminuyendo, aunque igual a veces la miraba trabajando y era imposible no acordarse como la había tenido. A veces con trago encima, me daban ganas de hacer algo, pero nunca hice ni dije nada.
Pasó casi un año y mi suegro volvió a caer al hospital. Nuevamente quedó hospitalizado y comenzaron los famosos turnos, que me dejaban a mí y a mi suegra, un día, completamente solos en casa. Volvieron a mi mente esos deseos prohibidos con mi suegra, recordando lo vivido, sabiendo que teníamos la casa para nosotros solos y todo el tiempo para coger , pero no decía nada ni intentaba nada, ya muy claro me lo había dejado que había sido solo una calentura del momento y nada más, aparte de las fatales consecuencias.
Una de esas tardes solos con mi suegra, yo había salido a jugar a la cancha con algunos amigos. Volví a eso de las 8 y la noté extraña. Después me di cuenta el porqué. Como hacia tanto calor y la vecina le había regalado unas frutillas, mi suegra se había preparado un borgoña ( vino blanco, frutillas y hielo ) , y al parecer había tomado bastante. Me ofreció un vaso, diciéndome que le había quedado muy bueno y se sirvió otro para ella. Había preparado una jarra grande y ya llevaba la mitad. Estaba mucho más conversadora, se notaba que el trago le había pasado la cuenta, algo borracha. Vimos un rato televisión, tomándonos el elixir que ella había preparado y claro, me comenzó a bajar la calentura, por lo que preferí mejor irme a acostar, antes de hacer algo que después me iba a arrepentir. No pasaron ni 5 minutos cuando me golpea la puerta y entra ella a pedirme un cigarro. Se lo pasé, se quedó unos segundos en la puerta, mirándome diferente, sonriendo, diciéndome que era muy temprano para acostarse, ya en notable estado de ebriedad. Ahí me di cuenta que de seguro con el alcohol le había bajado la calentura y quería conmigo, pero esta vez yo no haría nada, si quería verga, ella tenía que seducirme.
Pasó una media hora, yo tenía la luz apagada, simulaba dormir, escuchando a mi suegra que aun estaba viendo televisión, ya pensando en levantarme y salir yo a intentar algo, cuando en eso escucho que abren silenciosamente la puerta.
Sabía a lo que venía, de solo pensarlo ya estaba duro. Torpemente choco con un mueble y luego se queda de pie al costado de la cama mirándome. Hice como si me hubiese despertado asustado, me levanté y encendí la luz, preguntándole que hacia ahí. Me quedo mirando, sonriendo , borracha y me pregunto si quería hacerlo con ella esa noche. Me hice el ofendido diciéndole que ella me lo había dejado muy claro que nunca más, que me había tratado muy mal que incluso me había amenazado con un cuchillo. Se disculpó, diciéndome que había tratado de olvidar lo pasado, pero que no podía, que me deseaba como hombre , que ahora las cosas serian distintas , que era una mujer que necesitaba eso y que sabía que yo también , que junto podíamos pasarlo muy bien, si éramos cautelosos . Yo me negaba y ella, con voz de borracha insistiéndome, preguntándome si acaso ya no me gustaba sus tetas , agarrándoselas. “Sácate el vestido” , le ordene. Me pidió que apagara la luz, pero me opuse, dije que quería verla , se rió , le dio un poco de vergüenza , pero lo hizo.
Me quede mirándola, agarrándome la verga por sobre mi ropa interior, cuando lo hizo, se me quiso acostar, pero le dije que no, que se sacara todo si quería esto y le mostré la verga. Se saboreo y me dijo que si lo quería. Se llevó las manos atrás sacándose el brasier liberando sus tetas y bajando su calzón de abuela, mostrándome su peluda concha.
Con sus tetas colgando comenzó a gatear por sobre la cama, en busca de su premio. Se la coloque en la boca y suavemente me la empezó a chupar, diciéndome lo mucho que la deseaba. La tomé fuerte del pelo y le comencé a coger la boca, diciéndole que ahora tenía que ser distinto , que cogeríamos cuando yo tuviese ganas , que no me podía decir que no y ella apenas sacándose la verga de la boca , me decía que bueno a todo. Se acostó de espaldas , me dedique a chuparle las tetas y a masturbarla, mientras ella con las piernas abiertas se quejaba de placer. Baje a comerle la concha y ahora no puso reparo, es mas , lo disfrutó.
Le dije que hiciéramos un 69, era ingenua no me entendía, pero aceptó se coloco sobre mí y me la comenzó a chupar, mientras yo le comía la concha. Con su tremendo culo en mi cara, recordando el dedo que le había metido, quise probar nuevamente, le chupé bien chupado el ojete del culo, metiéndole la lengua lo más adentro posible , luego le metí el dedo más chico, se rió, pero no puso objeción. Luego cambie a uno más grande y tampoco, se lo tragaba sin problema.
Me la cogí como quise, la coloque de boca en la cama, montado sobre ella dándole con todo, luego en cuatro patas, afirmándola de sus anchas caderas metiéndosela hasta el fondo, la monte sobre mí chupándole las tetas y la vieja caliente hacia todo lo que le pedía. Mucho sexo oral de ambas partes, y cada vez que podía, le chupaba el ojete, tratando de dilatárselo, para cogérmela por el culo. En una de esas quedó de boca sobre la cama, con sus piernas abiertas y luego de comerle descaradamente el culo, me monté sobre ella y la volví a penetrar. Mientras le daba, le dije que porque no probábamos por detrás. Se rió y dijo que no, pero no le hice caso, de todas formas lo intente. Me salí de ella, le abrí las nalgas y apunte mi verga en la codiciada dirección. Mi suegra borracha cooperaba, no se movía, solo me pedía que lo hiciera despacio.
No entraba, ella se reía y me decía que mejor como estábamos, pero no podía dejar pasar esa oportunidad , le dije que le pondría crema para hacerlo mas fácil. Le dio cosquillas al sentir la crema helada entre sus nalgas, donde con mi dedo esparcí una buena cantidad. Luego con el mismo dedo se lo metí en el culo, mientras ella no acusaba dolor, solo se reía. Dejándoselo bien embetunado, coloqué una abundante cantidad en mi verga y volví al ataque. Con cuidado fui empujando y ahora sí que entró, lentamente por que le dolía un poco, pero a las finales conseguí meterle la mitad.
Entre dolor y risas, me decía que mejor lo sacara, pero no, continúe metiéndoselo y sacándoselo, suavemente , solo hasta la mitad, al rato por sus gemidos parecía gustarle, cada vez más adentro y ella aguantando, hasta que ya se lo metí por completo. Mi suegra gozaba, me decía que le dolía un poco pero que se sentía rico , solo que no lo metiera tan adentro ni tan rápido. Apoyado en mis brazos, lentamente veía como mi verga se perdía en el ojete de mi suegra, que disfrutaba la cogida de su yerno.
Aguantó un buen rato, pero me dijo que le dolía un poco, que mejor se la metiera por el otro lado. Se la saqué y me acosté de espaldas en la cama, esperando que ella se me subiera. Se reía diciéndome “las cosas que me haces hacer” , acusando un poco de dolor, me pidió unos minutos para recuperarse.
Le pedí que me la chupara mientras tanto, pero no quiso, dijo que la tenía cochina , que me la fuera a lavar. Hicimos una pausa, fui al baño, y efectivamente tenía restos fecales de mi suegra. Me lo lavé, bien lavado. Luego entró mi suegra desnuda detrás mío, que con lo que habíamos hecho, le había dado ganas de cagar. Mientras ella estaba en el baño, fui a la cocina, me lleve dos vasos de borgoña a la pieza, y la esperé fumándome un cigarro. Sin ninguna vergüenza, mi suegra entró nuevamente al cuarto, completamente desnuda, riéndose, diciéndome que no le había costado nada evacuar, que había sido un buen remedio para su estreñimiento. Se tomó el vaso casi al seco, se fumó un cigarro, descansamos unos minutos y continuamos cogiendo.
Con mi suegra montada sobre mí, con toda mi verga enterrada, sus grandes tetas rebotando, entre gritos y alaridos, mi suegra alcanzó un tremendo orgasmo. Gozó y grito su acabada, moviéndose de delante hacia atrás, enterrándosela toda, con su rostro arrugado, mas arrugado aun por el placer que estaba sintiendo. Yo no acabé, quería acabar en su culo, pero no me dejo. Me dijo que le ardía, que mejor se los echara dentro de su concha.
Se colocó de lado y yo detrás de ella, agarrándole las tetas y el culo. Luego la coloque boca abajo y continué dándole sin piedad. Mi suegra entre gemidos , me pedía que acabara luego, que ya le dolía, pero yo aun duro, le dije que aguantara , que tenía para rato. Le propuse que si me dejaba metérsela de nuevo por el culo, acabaría de inmediato. No quería, pero como veía que yo no acababa, aceptó. Un poco de crema y se la mande a guardar por detrás. Le dolió un poco pero aguantó. Ya con la verga dentro de su ojete, y ella pidiendo que acabara, deje de aguantarme y tuve la más exquisita acabada dentro del culo de mi suegra, dejándosela enterrada hasta que se me salió ya toda flácida.
Exhausto nos quedamos profundamente dormidos. De suerte me desperté en la mañana, solo por que entró el gato a mi cuarto. Vi a mi suegra desparramada en la cama, completamente desnuda, con su enorme culo al aire, roncando. Le peque unas palmadas y agarrones al culo y le dije que había amanecido y que estaba por llegar su hija. Se despertó rápidamente y desnuda se fue a su cuarto, llevándose el cenicero y los dos vasos, eliminando la evidencia. Me coloque mi ropa interior para que mi mujer no me pillara desnudo y dormí otro poco.
Poco más de una hora, siento cerrarse la puerta de la casa , había llegado mi mujer de su turno, cuando me doy cuenta que la ropa de mi suegra estaba botada al lado de la cama. Con suerte alcance a meterla bajo la cama, cuando mi mujer entra a saludarme. Le pareció raro que su madre aun estuviese aun acostada, siendo ya esa hora de la mañana, sin saber que su santa madre , había estado en nuestra cama , cogiendo conmigo hasta por el culo.