Mi suegra y yo estábamos faltos de sexo. ( 2 )
Continuación ....
A media mañana llegó mi mujer de la ciudad, que obviamente no se enteró de nada. Ese día era el turno de mi cuñada de cuidar a mi suegro, por lo que estuvimos los tres en la casa. Actuamos normal, aunque me moría de ganas de meterle mano de nuevo a mi suegra. No fue hasta el medio día, cuando se presentó la oportunidad, la vi entrando al gallinero, mi mujer estaba haciendo aseo dentro de la casa, así que rápidamente me dirigí allá y la encontré justo, en 90º sacando los huevos. La tome de las caderas y me apegue a ella. Se le salió un grito de sorpresa y rápidamente me encaró diciéndome que como se me ocurría hacer eso, que su hija estaba en casa, que estaba muy avergonzada por lo que había hecho, se sentía muy mal de haber traicionado a su marido y a su hija y que dejáramos las cosas hasta ahí, que no podía volver a ocurrir de ninguna manera, que lo que habíamos hecho era pecado etc etc. Trate de convencerla que nadie se enteraría, que sería nuestro secreto, pero no estaba completamente decidida y arrepentida de lo que habíamos hecho y salió escapando de ahí.
Transcurrió la tarde y mi suegra trataba de actuar normal, pero mi mujer se dio cuenta que algo el pasaba, se lo preguntó en dos ocasiones y mi suegra con solo evasivas. Todo ese día la deje tranquila, ni siquiera volví a tocar el tema, aunque la miraba e imaginaba las carnes que escondía ese viejo vestido, sus tetas grandes en mi boca , sus nalgas en mis manos, que ganas tenia de volver a cogérmela. Al otro día, fue el turno de mi suegra de ir a cuidar al viejo, dejándome solo con su hija. Estaba tan caliente, que quise coger con ella , pero me dijo que no estaba de ánimo, por lo que nada ocurrió. Eso solo me animo para seguir intentándolo con mi suegra, volver a tenerla en cuatro, chuparle las tetas. Esperaba ansioso que fuera nuevamente el turno de mi mujer, para quedarme con su madre y tratar de repetir lo vivido.
Un nuevo día, mi mujer partió nuevamente rumbo a la ciudad , dejándome solo con su madre. Yo notaba que mi suegra me hacia el quite y por mi parte , también le di espacio para no asustarla. Aunque andaba con la verga parada todo el dia viéndola, quise esperar hasta que fuera mas tarde para volver a atacar. No había apuro, la salud de mi suegro no mejoraba y esa rutina de quedarme solo con ella , se repetirá muchas veces más. Espere a que oscureciera, le ofrecí un vaso de vino para ir ablandando el terreno, si me lo acepto, pero no lo bebió conmigo. Estuvimos viendo televisión un rato, mientras yo esperaba el momento propicio para volver a atacar. Obviamente conseguí que se bebiera otro vaso de vino conmigo, cuando estaba por lanzarme, me dice que se va a ir a acostar. Era el momento, me abalancé contra ella y me rechazo fuertemente, diciéndome que no volvería a pasar. Por más que intente de convencerla, no hubo caso, mi suegra estaba muy decidida a mantenerse fiel. Le trataba de agarrar las tetas y me empujaba fuertemente, hasta que ya se empezó a enojar y termino empujándome muy bruscamente diciéndome que entendiera. Se paró y se fue a su cuarto.
A media noche, no podía dormir pensando en que lo que podríamos está haciendo, a sí que me levanté y me fui a su cuarto, para sorprenderla como ella lo había hecho conmigo. Pero nada, su puerta estaba trabada por dentro, en claro rechazo. Nada pude hacer.
Pasaron los días, mi mujer nuevamente tuvo turno en el hospital y yo tanteando el terreno con mi suegra. Nuevamente le traté de meter mano, pero su rechazo fue absoluto, a pesar de usar todo tipo de argumentos, enojándose mucho ante mi insistencia y terminando por dormir con la puerta cerrada , como pude comprobar ya más tarde, cuando quise intentarlo de nuevo.
Me tenía caliente mi suegra, muy caliente. La veía dentro de esos vestidos desgastados, donde a pesar de ser anchos , se notaba su figura, y como es culona , sus calzones de vieja se le notaban a la perfección a través de la tela , que igual me calentaban. Me la imaginaba nuevamente desnuda, chupándome la verga , gimiendo como lo había hecho esa noche. Trataba de buscarla por la buena, pero estaba completamente reacia a entablar cualquier tipo de dialogo. Mi mujer me preguntó si había discutido con su madre, le dije que no, pero no se convenció mucho, me dijo que ella conocía a su madre y que algo le pasaba conmigo, que estaba molesta por algo, haciéndome el desentendido.
Otro turno de mi mujer en el hospital, solo en casa con mi suegra y caliente a más no poder. Hace rato que mi mujer no me daba la pasada y mi suegra ahí, sin querer aflojar. Estuve bebiendo en la tarde, estaba con algunos tragos de más, por ende, más caliente aun. La invite a que bebiera conmigo y no quiso. Al rato entré a la cocina y la encontré lavando, no se dio cuenta de mi presencia. Me quede en la puerta mirando ese culo que había tenido en mis manos, tocándome por sobre la ropa, caliente y dispuesto a realizar un nuevo intento. Me acerque por detrás y le agarro las tetas. Mi suegra me grito que la soltara, pero se sentían tan ricas sus tetas, mi verga en su culo, que no hice caso. Comenzó a forcejear y envalentonado por el alcohol, le metí la mano por debajo el vestido, tocándole el culo directamente, sus calzones, mientras mi suegra trataba fuertemente de evitarlo. En el forcejeo, unas cosas se cayeron al piso y se quebraron, lo que más enfadó a mi suegra, que ya me insultaba y me gritaba que la soltara, pero yo caliente, no lo hacía, seguía tratando insistentemente de meterle mano a como diera lugar, cuando entre tanto forcejeos, empujones, mi suegra me lanza un golpe que me dio de lleno en la cara.
Me dio tanta rabia, que tal como la había agarrado en la bodega, la di vuelta, la apoye contra el mueble de la cocina, le levanté el vestido y solo corriéndole los calzones, le metí los dedos en su sexo. No podía soltarla para bajarme los pantalones, mi suegra tiene mucha fuerza y con gran esfuerzo conseguí sujetarla así tan solo unos minutos para violarla con mis dedos. En el forcejeo, en un momento, incluso le metí un dedo en el culo, que no se si le dolió, o qué, pero sacó tanta fuerza, no se dé donde, que se soltó y me comenzó a lanzar golpes a diestra y siniestra, hecha una furia, llorando y diciéndome de todo. Me asuste de verla tan enojada y baje la guardia. Varios golpes me llegaron , otros pude evitarlo, ya le pedí que se calmara, pero estaba enajenada. Me costo que se tranquilizara, debiendo aguantar otros pocos golpes más y maldiciéndome se fue de la cocina, amenazándome que la próxima vez que la agarrara a sí, me enterraría un cuchillo sin pensarlo. Salí de la casa mejor, me di una vuelta enrabiado con la puta de mi suegra, recriminándome a mí mismo, diciéndome que nunca más la tomaría en cuenta, aunque mientras caminaba, me llevaba a la nariz, el dedo que estuvo dentro del culo de mi suegra, con un exquisito aroma .
Ya después de eso, deje de acosarla. Permaneció mucho tiempo enojada conmigo, me hablaba solo cuando era estrictamente necesario o cuándo estaba mi mujer para que no sospechara, pero posibilidades de volver a estar con ella, imposible, aparte que yo creo que por lo mismo, se apego mas a la iglesia, menos posibilidades.