Mi suegra y su hermana (2)

Continúo masturbándome por culpa de mi suegra. ella y su hermana comienzan a cambiar mi vida.

MI SUEGRA Y SU HERMANA. PARTE II.

Mi obsesión por mi suegra crecía cada día, pero para mi desilusión ella me trataba con absoluta indiferencia. Esa actitud me ponía más loco tanto que cada vez que podía, entraba a si pieza y capturaba alguna bombacha o un corpiño con los que volvía a masturbarme pensando en ella, a la que sólo podía alcanzar en mi imaginación. Una vez se me ocurrió calzarme una bombacha y anduve todo el día con la bombacha puesta debajo de mis pantalones; la sensación de rozar sus prendas era como estar en contacto con su cuerpo, por lo cual tuve una erección permanente de al menos de ocho horas, en las cuales mi pene no dejó de arrojar líquido seminal. Cuando llegué a casa me tiré una paja en el baño a su salud y estaba tan caliente que limpié con la lengua la leche que estaba en los azulejos. Después de eso, estando sólo en la casa, también probé calzarme sus medias negras, un corpiño al que rellené y sobre esto un salto de cama de mi suegrita.

Entreabrí la bata y mirando al espejo de reojo tuve la sensación de ver a mi suegra como aquella noche, por lo que tuve el irrefrenable deseo de meterme la pija de plástico en mi agujerito todavía virgen, pero sólo pude poner dos o tres centímetros por el dolor que me provocaba. Esa tarde tuve varios orgasmos, uno tras otro hasta que, exhausto, me quedé dormido sobre su cama. No se el tiempo que habré pasado durmiendo, pero de repente sentí ruidos en la puerta de entrada y corrí al baño simulando que entraba a ducharme, mientras pensaba lo terrible que hubiera sido que mi suegra me hubiera descubierto, ya que era ella la que había entrado. Decidí entonces parar esa locura y olvidarme de Marta.

Coincidió además que al poco tiempo Mónica, la hermana de Marta, que vivía en el sur del país, se quedó sin trabajo y, ante el pedido de mi suegra se vino a vivir a su casa, debiendo compartir la habitación con una cama de una plaza, ya que la pieza que estaba en altos seguía ocupada por nosotros.

Mónica era mucho más extrovertida que mi suegra y siempre estaba bromeando; una tarde estando los tres en la cocina y mi mujer en su trabajo, le dije a Marta que era una amargada, que seguro tenía telarañas en la concha y que necesitaba un buen plumero que se las limpie. Me miró a los ojos y en perfecto español me dijo :

" tal vez el plumero lo estás necesitando vos y tené cuidado que el que busca, encuentra…. ".

Entonces, ambas hermanas comenzaron a reírse sin parar, mientras yo me moría de vergüenza, al pensar que aquella tarde en que me quedé dormido en su cama, mi suegra me había descubierto vestido con su ropa. Sin duda era yo el que estaba en sus manos.

A partir de entonces y toda vez que mi esposa se ausentaba, las hermanitas comenzaron a sacar provecho del secreto que guardaban y lograron que poco a poco les hiciera de sirviente. Al principio sólo me pedían que les hiciera sus camas y les barriera el cuarto, pero con el tiempo le tomaron el gusto y me encomendaron nuevas tareas por el sólo placer de humillarme. Así fue que me ordenaron que todos los días les prepare el desayuno y se los lleve a la cama con un delantal puesto, mientras, las señoras se divertían diciéndome que parecía cenicienta. En realidad mi cabeza estaba cada vez más dada vuelta a la par que la lista de humillaciones crecía y se hacía más perversa, ya que comenzaron a darme su ropa interior para que se las lave a mano y después se las planche. No puedo explicar lo que me provocaba recibir esas bombachas sucias y con fuerte olor a flujo, antes de lavarlas me las restregaba por toda la cara y las frotaba por mi pija; la sensación sólo era comparable a la que me producía tener en mis manos los corpiños de las hermanitas y en particular el de Mónica que, como ya dije, tenía 160 de busto.

La situación era insostenible, yo vivía haciéndome la paja pensando en esas dos mujeres que diariamente me sometían a sus caprichos y que gozaban de la situación en que me habían colocado. Temía decir nada a mi esposa y temblaba de sólo pensar que mi suegra pudiera contarle que me había visto con su ropa y disfrutando con un consolador en el culo.

Al cabo, que una mañana junté coraje y les dije que no estaba dispuesto a seguir con el juego y que había decidiso marcharme de la casa. Bueno, bueno, dijo mi suegra, parece que la servidumbre se nos ha rebelado, tal vez lo que quiere es un plumero bien gaste para sacarse de una vez el gusto.

Mirá Marta, esto se termina aunque le cuentes todo a tu hjja.

  • Claro bambino que le diré tutto, voy a contarle que bella sei tu con la mía bombacha e come ti piace il catzo nel culo, segura que ella e la tua mama se van a divertir. Nooo ¡ grité, pedime lo que quieras, soy tu esclavo pero por favor no les digas nada !!. Alora tu mi cappicce, dijo Marta, domani per la mattina, traerás el desayuno a la cama, ma questa vez io ti daré la ropa con la que vas a vestirte y a presentarte a nuestra stanza y no se te ocurra desobedecer, la ropa estará en el baño.

Ni bien mi mujer se fue a su trabajo, me levanté de la cama y me dirijí escaleras abajo al baño de mi suegra, donde había un paquete que decía " con nuestros mejores deseos " . Lo abrí despacio y encontré allí lo que sospechaba. Poco a poco fui poniendo en mi cuerpo todo su contenido: una bombacha de m suegra color negro, un portaligas de puntillas bordadas para sujetar las medias de seda del mismo color, zapatos de taco alto, un inmenso corpiño con enjajes que pertenecía a Mónica, al que habían rellenado con algodón y al que habían cosido un paño a las tasas de tal manera que el relleno no se escape; una pollera corta, una blusa de lycra ajustadísima que marcaba los pechos pronunciados. Pinté mis labios con rouge y me coloqué una peluca rubia de cabello corto. Cuando volteé para mirarme, el espejo me devolvió la imagen de una hembra brutal, de piernas largas y muslos firmes, con un culo paradito y dos tetas descomunales.

Esa visión aumentó mi calentura y metiendo la mano por debajo de la bombacha, tomé mi pija meneándola de arriba hacia abajo con creciente rapidez. Con los ojos siempre abiertos miraba a la mujer que tenía enfrente imaginando que era ella quien me acariciaba. Me masturbé con furia animal, deseando que mi suegra pudiera verme en ese instante, hasta que luego de unos minutos de sacudirla frenéticamente derramé la leche para todos lados, salpicando el espejo con el abundante semen que no paraba de salir. El líquido que quedó en mi mano lo limpié pasando la lengua y tragando los restos de esperma que, para mi placer, todavía estaba caliente.

Subí mi bombacha, me acomodé la ropa, retoqué la pintura de los labios y me dirigí a la cocina para preparar el desayuno de las señoras. Una vez preparado me fui acercando a la puerta de la habitación que ahora se encontraba entreabierta y mis oídos anticiparon aquello que mi vista luego confirmó con una imagen inolvidable

.. Baciami ….. leccami … gritaba mi suegra. Tu si que mi fai godere … Ah ! la tua lingua di fuoco, ssiiií cosi, amore, amore ….. dame la tua lingua Mónica …. Che bello …. Sí bacciami ancora !!!!

Sssiiiiiiií Marta, mi hermanita, ….. sí mi vida !!! te chupo toda , quiero tus jugos …. Abrí la boca mi amorrr ! ¡ dame tu lengua … dame tu saliva …. Ponela en mi boca mmmmpppssiiiiií …..

No podía creer semejante espectáculo , las dos hermanas se revolcaban bajo las sábanas mordiéndose, chupándose una a la otra, ahora el cuello, las orejas, nuevamente el cuello …, hasta que Mónica metió su lengua en la boca de Marta, que abrió la suya en una actitud de entrega …. Sólo se escuchaban gemidos y palabras inentendibles que se pronunciaban con la lengua enlazada a la otra lengua, recorriendo la humedad de una boca que continuaba pegada a la otra boca en un beso inacabable

mmmppppfffgghhhh, allora dammmmmi un ditaliiino, mmmmpppffggaaaggghhhh.

En un momento Marta dio un pequeño grito de placer aaaaahhhh ! evidencia suficiente de que Mónica había metido al menos uno de sus dedos en la peluda concha de su hermana mayor, mientras que con la otra había procedido a sacar una teta del corpiño de Marta, pasando su lengua por toda su inmensidad hasta que finalmente se tragó el pezón que la coronaba, mamando como una beba a la que su generosa madre alimenta y da placer. Ahora sí con los ojos cerrados y la cabeza echada hacia atrás Marta gemía y gritaba como una perra . Ora suchiami i mammelle …. ! suchiami il bottoncino …..!

Nunca he visto uno tan hermoso, garande y negro, dijo Mónica …. Es como tener una pija en mi boca !

Cuchialo come si fosse un piccolo cazzo, pensa sola a farmo godere …. Siiiiií ancora, tira, aspira …. Succhia, ah, ah, …. aaahhh !

Al sentir que su hermana estaba por venirse Mónica dejó de masturbar a Marta, corrió su cuerpo y con un rápido movimiento de sus brazos la obligó a ponerse en cuatro patas sobre las sábanas. Ahora sí se presentaban completas ante mi vista, recorrí una vez más el soberbio cuerpo de mi suegra y llegué hasta Mónica, que se había colocado por detrás de su hermana y en posición de cuclillas …. Sus tetas eran inimaginables y pugnaban por salir de su corpiño, que por ser unos números más chico desbordaba de abundante carne por fuera de los encajes bordados. Tanta era la lujuria de lo que se revelaba ante mis ojos que tardé en darme cuenta que de la cintura de Mónica colgaba un pen gigantesco, que nada tenía que envidiarle a uno de verdad.

Mónica lubricó el pene con una escupida, dedicándole un segndo salivazo al agujero de su hermanita mayor y antes que ésta pudiera decir nada, le introdujo la pija en el culo; primero la mitad ¡ aaaagggghhhh … No, …… pietá ….! Non da quella parte … e troppo grosso e bestiale …! Y luego en un segundo movimiento empujo su aparato hasta el fondo arrancando ahora sí un grito desgarrador de la boca de mi suegra aaaaaaaaaaaggggghhhhhh ….. moriró …. Mi spachi in due …. Come e bello sentire il tuo bastone nel bucchino del mio culo …. continúa, affondala ancora un po, infílamelo, quanto sei porca Mónica …. Mi fai impazzire di piaccere !

SSSiiiií mi amor, te cojo toda, te doy por el culo para que tengas ! ¡ Ay dios … esto me excita como nada, me voy a venir sólo de darte por el culo …. !.

Mónica totalmente mojada por la traspiración, sujetaba a su hermana por las caderas y movía las suyas de atrás hacia adelante con una rapidez que evidenciaba su experiencia en penetrarla, mientras las tetas de Marta se bamboleaban de un lado a otro, sus ojos quedaban en blanco y chorreaba baba de su boca .. ¡ Godo, godo facendomi impalare por questa puttanaccia !

En este punto ya no podía mantenerme quieto como un mero expectador porque sentía que la verga me iba a explotar y no era justo quedarme fuera de la fiesta luego de haberme preparado al gusto de estas guarras.

Continúa en la parte II ( última )