Mi suegra, su perro y yo

Un joven vuelve por la noche a casa de su novia y se encuentra a su suegra empalada por el perro. Él decide tomar el relevo del can.

Tengo 25 años, mi novia 20, su madre 38, ella es una mujer sumamente hermosa, blanca, pelo largo y negro, una figura espléndida gracias a los aeróbicos y las dietas, divorciada hace 10 años (aunque no sé cómo pudo el padre de mi novia dejarla por otra mujer). Por este motivo mi novia viaja todos los veranos a Miami para verlo y su madre se queda sola con Zeus un perro labrador negro que es el engreído de mi suegra y mi mascota preferida desde hace poco.

Este último verano aprovechando su viaje decidí salir de la ciudad con unos amigos y nos fuimos por una semana al campo, de paso que filmábamos animales y vegetación para nuestra tesis de Biología , al regresar y como tenía la cámara digital de mi novia decidí dejarla antes de ir a mi departamento, como tengo las llaves de la casa para cualquier emergencia entré sin problemas pero me pareció raro que Zeus no salga a recibirme ya que el siempre se me tiraba encima cuando llegaba. Entré en la casa y todo estaba oscuro así que pensé que habían salido, subí las escaleras al segundo piso mochila en mano y mientras avanzaba empecé a escuchar gemidos y jadeos que se hacían más fuertes a medida que subía, cuando llegé al segundo piso pude distinguir que los gemidos y jadeos venían de la habitación de mi suegra y la puerta estaba entreabierta, el morbo me invadió y pensé que mi suegra se había encamado con algún amigo, así que abrí mi mochila y saqué la cámara digital la cargué y con la mira puesta me acerqué sin hacer ruido a la puerta, lo que vi en ese momento hasta ahora no puedo sacarlo de mi mete y cambió radicalmente la concepción que tenía de la madre de mi novia y cambió para suerte nuestra relación personal; empujé un poco la puerta y ante mis ojos se mostró mi suegra totalmente desnuda y sudorosa en posición de perrito gimiendo y gritando como alucinada mientras que sobre ella estaba Zeus jadeando y babeando sobre ella con las patas cubiertas por protectores para evitar rasguños, penetrando frenéticamente a mi suegra que parecía una posesa, sólo pude filmar unos segundos ya que el perro sintió mi presencia y salió despavorido de la habitación mientras mi suegra trataba de cubrirse con lo que podía, luego del shock inicial de ambos y al verme parado en el umbral con la cámara en la mano me dijo: No se lo dirás a nadie verdad y se echó a llorar, verla así, desnuda, excitada, temerosa, frágil; afloró en mí el instinto proteccionista así que saqué el disco de la cámara y lo rompí, me acerqué a la cama, me senté en el borde y tomé su mano poniendo el disco destruido en su palma y le dije: es nuestro secreto; ella se acercó más a mí y me abrazó con fuerza yo la apreté contra mí y pude sentir sus latidos agitados, sus pezones erectos sobre mi camisa, y la suavidad de su piel en mis manos al tocar su espalda, estuvimos así un rato mientras yo aprovechaba para recorrer su espalda y besar su cuello tímidamente, entonces ella se separó de mí y se dirigió al baño, sentí el correr del agua por unos minutos al cabo de los cuales regresó; desnuda con el agua recorriendo su cuerpo blanco, fresco y lozano, lo que aproveché para ver su figura delgada, simétrica, sus caderas y glúteos firmes, los senos erguidos, su abdomen plano, sus piernas como esculpidas en mármol, es una mujer hermosa y yo podía disfrutar de su belleza sin barreras, fue la primera vez que la vi como una hembra, se acercó a la cama y se sentó a mi lado, me miró a los ojos e instintivamente nuestras bocas se unieron en un beso largo y apasionado, ella abrió mi camisa y pude sentir el calor de su pecho sobre el mío, abrió delicadamente mi pantalón y me empujó de manera que quedara sobre la cama boca arriba y me sacó los pantalones dejándome desnudo, mostrándole mi pubis afeitado y mi pene que para ese momento estaba extremadamente erecto, ver mi pubis sin vello la excitó mucho ya que ella cogió mi pene entre sus manos subió a la cama y se arrodilló con las piernas abiertas sobre mis rodillas y suavemente se fue inclinado hasta que sus pezones rozaban mis muslos y su lengua lamía mi pelvis, mis testículos y mi pene en un delicioso recorrido hasta la punta de mi pene, jugueteó un rato con su lengua hasta que de un solo bocado su boca tragó todo mi pene , el calor de su saliva recorriendo mi pene logró un orgasmo largo y una eyaculación abundante que ella bebió hasta la última gota , lamiendo todo mi pubis nuevamente.

Yo me levanté y la puse en la misma posición y comencé a jugar con sus pies pequeños y bien cuidados, mordiendo, lamiendo, besando; así comencé a subir lentamente por sus piernas blancas como la nieve hasta llegar a su muslos carnosos y firmes, mi lengua se deleitaba lamiendo su entre pierna hasta que sentí el calor de su vagina en mi cara, abrí sus piernas al máximo y empecé a lamer su vagina mientras sentía el sabor agridulce de sus jugos que se mezclaban con mi saliva , mi lengua penetraba en su vulva y ella gemía de placer aprisionado mi cabeza con sus piernas, cuando toqué su clítoris ella se retorció y yo seguí frotándolo hasta que un chorro abundante de sus fluidos inundó mi boca y sentí en mi cara y manos, que acariciaban sus piernas en ese momento, los espasmos producto de su orgasmo me puse a un costado de ella y llevé mi boca a su pezón, rosado y erecto mientras mis manos humedecidas por sus fluidos hurgaban en su vagina me coloqué sobre ella sin dejar de besarla y pude sentir la palpitación de su vagina en la punta de mi glande que golpeaba sus labios vaginales húmedos y lubricados, ella tomó mi pene y lo colocó en posición hasta introducirlo suavemente en su vagina, la fricción de nuestros sexos hacía parecer que nos fusionaríamos mientras yo ayudaba con movimientos rítmicos hasta que todo mi pene estuvo en su interior y su calor se confundía con el mío ella gemía y mi transpiración se mezclaba con la de ella fuimos una sola carne por una eternidad, ella excitada por su orgasmo me acariciaba la espalda mientras nuestras pelvis se unían una y otra vez sincrónicamente, yo estaba por estallar y mordía con desesperación sus pezones, ella al darse cuenta que mi orgasmo era inminente hizo un candado con sus piernas alrededor de mi cintura y sin soltarme movía la pelvis en movimientos circulares, la excitación hizo lo suyo y nos corrimos en un orgasmo increíble y prolongado mientras mi semen inundaba su vagina y se chorreaba entre nuestras muslos; nos quedamos abrazados por un momento mientras nos besábamos con pasión, esa noche fue interminable para nosotros y el verano más excitante de nuestras vidas. Ahora soy amante de mi suegra y esperamos seguir así por mucho tiempo sólo debemos engañar o convencer a mi novia de hacer un trío con su madre, lo estamos planeando y sólo esperamos que regrese para poner en practica el plan, si resulta se los cuento. Ah, me olvidaba Zeus se volvió nuestra mascota favorita y lo cuidamos mucho pero ahora se queda en el patio.

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