Mi suegra paga el precio (3)

Continua la seducción de su suegra, hasta que por fin la vaya a poseer.

MI suegra paga el precio III

Julia regreso a su casa muy nerviosa, como era posible que una señora como ella se hubiera prestado a semejante humillación, masturbarse frente a su yerno, mientras este lo hacia frente a ella, subiendo las escaleras cruzo en silencio hasta su habitación, sentía que sus entrañas le quemaban, ella una mujer madura, con sus principios, su elegancia, completamente entregada a los actos mas sucios, y delante de El, precisamente delante de El, su yerno, ese joven de aspecto vulgar, si tenia que reconocerlo, vulgar e insolente, pero muy masculino, cada fibra de su cuerpo reflejaba una virilidad muy excitante, hasta para una mujer madura como ella, tan segura de sus actos.

Entrando en su habitación, cerro con llave la puerta , y entonces ahí frente al espejo grande del tocador, se desnudo completamente, miraba como las prendas iban desprendiéndose de su cuerpo, su blusa, su sostén, su falda, su calzón, ahí estaba ella una mujer de 50 años, a punto de ser abuela, excitadísima por un hombre muchísimo menor que ella.

Entonces recostándose sobre la cama, empezó a acariciar sus senos suavemente, los estrujaba, deslizaba las yemas de sus dedos sobre sus oscuros pezones que estaban durísimos, una de sus manos bajo por su vientre, despacio, , "Porque, porque tengo que sentir este deseo, creí que mi deseo había muerto con mi esposo, que cuando el se fue todos mis deseos sexuales, se fueron con El, pero no aquí estoy acariciándome, ,… ah, estoy tan caliente, ", bajo su mano hasta tocar su vagina que se encontraba muy húmeda, sus dedos resbalaron fácilmente dentro, sintiendo en sus propios dedos todo ese calor que la quemaba por dentro, "Si así.. ah como disfruto", en ese momento la imagen de su yerno vino a su mente, "Ahhhhhh… si uhhhh" veía la gruesa y larga verga de Enso frente a ella. La veía tan grande y dura, deslizando mas profundo sus dedos dentro de su vagina se acaricio con mas fuerza, mientras era sacudida por una oleada de placer "ahhhhh… si así Enso, dame fuerte…UHHHH" gemía imaginando la potente verga de su yerno dentro de su raja.

Su cuerpo se retorcía de placer mientras su orgasmo duraba era excitante, ver como sus pezones estaba completamente duros, estrujaba sus pechos, y mientras gemía escucho un golpe en la puerta de su habitación:

"Mama, te pasa algo?", era su hija, la esposa de Enso, seguramente sus gemidos habían sido muy fuertes y los había escuchado.

Tratando de recobrar la calma, con voz pausada hablo:

"No Hija simplemente me duele un poco la cabeza, por eso me quejaba, pero estoy bien, déjame descansar un rato y luego voy a verte"

Julia pensó esto no puede seguir, debo hacer algo para olvidarme de lo sucedido con Enso y conseguir tranquilidad. Pensó "Ya se lo que voy a hacer"

"esta bien mama, como digas"

Lina se retiro de la puerta de la habitación de su madre, un poco extrañada, ella no era muy conocedora de las artes de amar, pero sabia que los gemidos que habían salido del cuarto de su madre no eran de dolor, mas bien parecían de placer.., pero no, como podía ella pensar eso su madre, desde la muerte de su esposo nunca había tenido ninguno otro hombre como ella misma lo había dicho "Porque no los necesitaba".

Esperaría que su madre descansara un rato y luego vendría de nuevo a ver como le había ido en su conversación con su esposo, ella lo amaba tanto y le hacia tanta falta, agradecía que su madre hubiera ido a buscarlo bajando su prepotencia y orgullo y esperaba que El regresara a su lado.

Ahí estaba parado frente a la entrada de la gran mansión donde volvería a vivir con su esposa y su madura y deseada suegra, porque si, aunque sabia que la mujer era una vieja prepotente y orgullo, tenia que admitir que la deseaba mas que a nada en este mundo, El que siempre había tenido a todas las chicas que había querido, estaba mas que obsesionado con aquella madura mujer, que hacia hervir la sangre en sus venas. Entro en la casa, su mujer estaba en la sala, cuando lo vio una amplia sonrisa apareció en su rostro, El sabia que ella estaba muy enamorada de El, su embarazo estaba casi en su parte final, estaba muy gorda, la panza redonda sobresalía en su maternal, ella corrió y lo abrazo llorando haciéndole prometer que nunca mas la abandonaría, El se lo prometió, le dijo que estaría con ella por mucho tiempo, y la beso en la mejilla.

Así fue como regreso Enso a su vida en aquella casa, lo que le extrañaba, era que tenia ya varios días de haber regresado y en todo ese tiempo no había visto a su suegra, donde estaba, fue una tarde cuando su esposa le contó lo que sucedía:

"NO puedo creerlo, porque después de tanto tiempo", dijo Lina

"Que te pasa?" dijo Enso intrigado

"NO puedo creer lo que me ha contado mi madre, es que siempre dijo que no necesitaba ningún hombre a su lado, y mira, sabes que acaba de presentarme a su "Amigo" "

"De que hablas?" pregunte mas intrigado aun

"De mama, ha traído a un señor a casa y me lo ha presentado como su amigo, no puedo creerlo!"

Sentí una punzada de celos, como era posible que mi suegra trajera a algún hombre a esta casa, el único hombre en el que debía fijarse era en mi, no en nadie más.

"Tranquila, debe ser solo un amigo"

"Claro que no, venían tomados de la mano" grito Lina

"Ella no tiene derecho a hacerme eso, es una mujer madura, la voy a hacer abuela en poco tiempo, como se le ocurre traer un hombre a casa" siguió

"Ella es una mujer madura, sabe lo que hace, tranquila no te preocupes, ven bajemos quiero conocerlo"

Tome a mi mujer del brazo y me dirigí con ella a la sala donde se encontraba mi suegra con su "amigo", con razón no la había visto en estos días debía estar muy entretenida en su romance. Entramos en la sala y saludando nos sentamos frente a ellos. Ahí estaba ella como siempre elegante, regia, y junto a ella estaba un hombre podría tener unos 65 años, era un hombre viejo, en realidad mucho mayor que ella, era un tipo bajo, regordete, ja no era el tipo de competencia que me esperaba.

Ella disimulando su rabia, nos hablo, "Quiero presentarles a Esteban, El es un amigo, con el cual he estado saliendo y quisiera que lo conocieran"

Así fue como mi suegra nos presento a su compañero sentimental, y aunque ella decía que le agradaba mucho yo sabia que no era cierto, lo notaba en la forma en que lo miraba, como si lo estuviera usando para librarse de mí. Yo le demostraría que no seria tan fácil librarse de mi, y que el único hombre que la podría satisfacer seria yo.

Por fin llego el día esperado, mi mujer empezó a quejarse de dolores de parto, la llevamos a una clínica privada muy prestigiosa, mi suegra, se encargo de todos los papeles, tres horas mas tarde estaba recibiendo la noticia de que mi primer hijo había nacido.

Estábamos ahí los tres en la sala de espera, mi suegra, su amigo y yo, al escuchar la noticia, Esteban me felicito, y a mi suegra, entonces aprovechando la ocasión, me acerque a ella y abrazándola mas de la cuenta muy discretamente, acerque mi cara a su oído y le dije "Felicidades Nueva abuela, esta noche la voy a hacer muy feliz" Y me separe de nuevo, ella me miro con una cara de susto e intriga.

MI mujer debería permanecer en la clínica unos días en reposo con mi nuevo hijo, así que Esteban se ofreció a llevarnos a casa a mi suegra y a mi, luego yo subí a mi habitación mientras ellos permanecían en la sala conversando.

Era mi oportunidad, esa noche estaríamos solos mi suegra y yo en la casa, así que cuando escuche que Esteban se iba, me desnude completamente y así escuchando como mi suegra entraba en su habitación, Salí al pasillo, mi verga estaba semi Erecta de imaginar lo que vendría, al fin poseería a mi suegra con su voluntad o contra ella. Pagaría el precio por traer otro hombre a la casa.

Abrí suavemente la puerta de su habitación y colándome dentro me pare frente a su cama, ella yacía dormida cubierta por las sabanas, entonces jalando la sabana fuertemente, la quito de su cuerpo y la arrojo al piso, mi suegra despierta sorprendida, mira como me acerco junto a ella grita "Que hace?" mientras de un fuerte tiron desgarro su bata, dejándola prácticamente desnuda, sus pechos colgaban suaves y aquella mata de pelos surgían ante mi vista... ella me miro con cara de temor, mientras yo me acostaba sobre ella con mi verga completamente erecta, ella permanecía inmóvil… como esperando lo que venia.

Continuara

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