Mi suegra, mi historia 3
Tercera parte de mis viviencas con mi suegra
Quiero agradecer todos los comentarios y observaciones recibidas. Como comenté en la primera parte, mi intención únicamente era relatar mis vivencias, sin ninguna otra finalidad. Estoy honrado de que haya gustado.
Como he descrito en mis dos anteriores relatos, mi suegra es muy morbosa, le gusta mucho excitarme en cualquier situación, incluso a veces roza el peligro inminente de que nos descubran; pero lo hace de tal forma que nadie se da cuenta (espero), sólo lo sabemos nosotros dos, y ambos estamos excitados rodeados de gente.
El domingo 20 de mayo (nunca se me olvidará el día) se organizó una comida en un restaurante para celebrar la comunión de un sobrino. Ya sabéis…cuñados, más sobrinos, amigos de la familia, e incluso su ex marido con su nueva pareja. Esa mañana nos arreglamos y a eso de las 11:00 pasamos a recoger a mi suegra. Al salir de la casa, veo que va vestida con un vestido negro, de tirantes, por encima de las rodillas; llevaba unos zapatos de tacón también negros con un adorno plateado y un bolso pequeño donde sólo le cabía el móvil y las llaves.
Como suele ser habitual en ella, a pesar de no querer mostrar nada, tiene unos pechos tan grandes que se ponga lo que se ponga, estos quedan presionados y relucen; y como suele ser habitual, cuando nos saludamos me muestra una sonrisa que encierra nuestro secreto y fantasías.
Hasta ahí todo normal, llegamos a la celebración en la iglesia, con el resto de familia y amigos, y con todas las familias del resto de niños que ese día comulgaban.
Al terminar, sobre las 13:30, nos encaminamos todos hacia los coches y como suele ocurrir, siempre está el familiar que no sabe donde se hace la comida y no sabe cómo ir, por lo que la gente empieza a repartirse por los coches. Decidimos que mi mujer llevaría a sus tíos en nuestro coche y yo, acompañado de mi suegra, iríamos en el coche de otra de sus hermanas para indicarles el camino. No tenía muchas ganas porque el nuestro es un coche grande y cómodo, y este era el típico utilitario pequeño; pero no me quedó más remedio que aceptar.
Nos montamos en el coche, un Seat Punto blanco, estrecho y un poco viejo, el cuñado de mi suegra conduciendo, su hermana al lado y mi suegra y yo detrás; y como suele ocurrir en estos casos, los que van detrás, aguantan las chaquetas poniéndoselas en las piernas.
Le indico por dónde ir, y que cogiera la autovía para evitar semáforos ya que llegaríamos más rápido. En un momento dado, noto la mano de mi suegra en mi pierna derecha, yo intentaba disimular, pero no le quitaba la mano (me gustaba). La dirigió a mi entrepierna, la puso encima y la acariciaba, la palpaba, la movía. Mi corazón iba a mil por hora, las chaquetas que llevábamos encima nos tapaban y al ser pequeño el coche ambos estábamos sentados pegados, por lo que desde delante no tenían ni idea de lo que pasaba detrás.
Le cogí la mano por encima y apreté, quería que cogiera todo mi miembro, que lo agarrara con la mano y que notara su excitación. Ella con la punta de sus dedos deslizó mi bragueta, metió la mano y me la sacó, dejando mi polla por fuera del pantalón a través de ésta. Las chaquetas que teníamos encima tapaban toda la lujuria que se estaba produciendo debajo de ellas.
Tenía mi polla en su mano izquierda. Ella apretaba, presionaba, acariciaba, quería que sintiese su presión en mi miembro. Su dedo pulgar acariciaba con pequeños movimientos circulares la punta, mientras el resto de mi polla estaba aprisionada en su mano. Yo estaba a mil por hora.
Al ver que nos acercábamos al restaurante me la soltó, se chupó el dedo y yo disimuladamente me la guardé. Llegamos al sitio salimos del coche y cada uno cogió su chaqueta.
-Uy!, te has manchado- dijo su hermana a su marido.
Mi suegra y yo nos miramos y sonreímos. Sabíamos perfectamente de que era la mancha. No me había corrido, pero la excitación había sido tal, que mi polla desprendió algo de liquido.
Nos metieron en el salón, nos asignaron las mesas; mi suegra se sentó dos mesas alejadas a la mía, con sus hermanas, cuñados etc. Y yo igual. , pensé yo.
Las típicas entradas, ensaladas, carne o pescado, vino, postre y café. Después el típico regalo/detalle. En ese momento, me levanté para ir al servicio, justo cuando la gente se sienta para recibir cosas gratis, así evitaría colas y más gente en el baño. Salgo por la puerta del salón, para ir a los servicios que estaban fuera y justo antes de entrar oigo un .
Era mi suegra que también salió al baño. Entramos ambos, yo me dirijo al de caballeros y ella al de señoras. Con la cabeza me hace un gesto para que me acercara.
-Dime- dije.
-Ven- me dice.
Me cogió de la mano y me mete al baño de señoras, llevándome a un retrete con la puerta cerrada. Dentro comenzamos a besarnos, acariciarnos, me quita la corbata de mala manera y se baja los tirantes del vestido, dejándolo caer.
Sus pechos estaban aprisionados en un sujetador negro, de encaje, que dejaba entrever sus enormes pezones. Los beso por fuera, lamo sus pezones a través del sujetador. Ella me baja la cremallera, acaricia mi polla por encima de los calzones.
Mientras yo desabrocho su sujetador, ella hace lo mismo con mi correa y el botón del pantalón. Mete su mano por debajo de los calzones, me agarra la polla fuerte y comienza a masturbarme. Yo quito su sujetador, lo cuelgo en el pomo de la puerta, bajo sus bragas a juego al suelo y comienzo a lamer sus tetas.
Nos miramos a los ojos, estábamos completamente excitados, y en ese momento oímos que entra más gente al baño. Ella tenía mi polla en su mano derecha y yo acariciaba su culo con una y su tetas con otra.
Oímos a las mujeres fuera, una con el agua lavándose las manos, otra había entrado a orinar. Una de ellas hablaba del camarero, de lo bueno que estaba. En eso momento chupo mi dedo corazón y le acaricio la vagina por fuera y después lo introduzco en su coño mojado. Ella respiraba profundo pero sin hacer ruido porque a menos de un metro habían dos mujeres mirándose al espejo. Nos estábamos masturbando mutuamente.
Cuando oímos que salían del servicio, me siento en la taza y ella encima de mí. Mi polla completamente dura y mojada comienza a penetrarla. Ella comienza a moverse despacio, sin sacarla, haciendo movimientos circulares, moviendo sus caderas encima de mí, con mi miembro dentro de ella.
Yo le mordía los pezones y ella respiraba profundamente. Justo en ese momento, oímos que entra más gente. En esta ocasión reconocemos una de las voces. Era la pareja de su ex marido acompañada de otras dos mujeres. Ella seguía con los movimientos de sus caderas encima de mí. Me tapaba la boca con sus pechos para que no hiciera ningún ruido. Yo aprovechaba para mordisquearle los pezones.
No sabíamos que hacían las mujeres pero intuimos que unas se retocaban el maquillaje y otras orinaban en el retrete de al lado.
Seguimos así el tiempo que las mujeres seguían en el servicio, ya que cualquier movimiento por nuestra parte podrían oírlo. Yo sentado con mi polla dentro de mi suegra, y ella completamente mojada moviendo sus caderas.
Cuando oímos que salen, mi suegra me dice al oído...
En ese momento la agarré por su culo (que no es pequeño), la baje de encima de mí y la puse mirando contra la pared, inclinando la espalda, dejándome todo su culo delante mía. Comencé a metérsela por detrás en la vagina, a la vez que ella con la mano derecha se acariciaba. Mis movimientos eran cada vez más rápidos, más fuertes. Nos movíamos para delante y para detrás. Ambos queríamos gritar pero no podíamos, por lo que la presión en nuestros cuerpos era máxima.
Me agacho pegado a su espalda, le agarró de las tetas y en ese momento comienzo a correrme dentro de ella. Mi polla escupía un chorro de esperma dentro de su coño mojado, ella a la vez se estaba masturbando y en ese instante noto como contrae sus piernas, como siento que pierde fuerza en ellas. ¡Se estaba corriendo!.
Nos movíamos despacio, terminando de disfrutar. Le saco la polla, ella se da la vuelta, se sienta en la taza y se la mete en la boca. Estaba mojada con ambas corridas, y me la limpió con su boca. Se tragó todo lo que resbalaba de mi polla.
Nos limpiamos, nos recomponemos y mirando que no hubiese nadie sale ella para darme la señal para que pudiera salir yo.
Salgo del baño y me acerco a la barra a por una copa, para que las personas que no me veían desde hace un rato imaginasen que había estado tomando una copa ahí. Después de hablar con varios familiares, entro en la sala y mi suegra está sentada en su mesa hablando con sus hermanas, como si no hubiese pasado nada.
De vez en cuando ella se chupaba el dedo gordo de la mano izquierda, mirándome para que recordara el viaje en el coche. Lo hacía disimuladamente, para que el resto de la gente pensara que tenía el dedo manchado y se lo estaba limpiando, pero yo sabía que lo hacía para excitarme (y lo conseguía).
Cuando terminó el convite, nos montamos en mi coche, la llevamos a su casa y nos despedimos.