Mi suegra me obliga a cogérmela
Puede llegar a sonar irrisorio, pero mi suegra me obliga a tener sexo con ella. Un sexo violento y salvaje , que a pesar de dejarme muy satisfecho, ya no quiero seguir engañando a mi mujer ..
Mi suegra fue madre soltera, tuvo una única hija, siempre sola sin pareja. Por lo mismo, luego de casarnos, y como ella no se metía para nada en nuestra relación, nos fuimos a vivir a su casa, para no dejarla sola y de paso ahorrar dinero. Ella tiene 49 años, ( yo tengo 30 años) , es muy jovial, delgada , morena , pelo muy corto, sin pelos en la lengua, que si algo le parecía mal no tenia problema en decirlo, con un carácter muy fuerte, autoritaria, muy distinta a la sumisa de su hija. Es una mujer muy trabajadora, muy buena para fumar y para tomar cerveza, sus vicios.
Desde mucho tiempo atrás que yo notaba miradas extrañas o coquetas, que mi suegra me daba, su risa, su forma de comportarse, sin darle mayor importancia. Cuando se juntaba con una vecina de la casa a tomar cervezas o cuando hacia aseo, ahí se tomaba varias latas y se notaba mucho más su interés por mí. Claro que nunca me dijo nada, pero si yo lo notaba en su mirada, pero no pasaba de eso.
Una tarde que estábamos solos, ella había hecho un aseo general a toda la casa por largo rato, hacía mucho calor, había bebido bastante como de costumbre y luego de terminar toda sudorosa, se entró a duchar y salió del baño solo en una toalla. Yo estaba echado en el sofá, solo con unos pantalones cortos, viendo televisión, también bebiendo cerveza. Estábamos los dos solos, mi mujer no llegaría dentro de varias horas más. Se sentó a mi lado, solo con la toalla, abriendo una nueva lata. Me empezó a molestar que cambiara la película que estaba viendo, luego a tratar de quitarme el control del televisor y la verdad me tenía nervioso tenerla a mi lado, solo con toalla, aunque fuese la madre de mi esposa, ya que estaba completamente desnuda.
Mi suegra es una mujer normal, no es fea, pero tampoco atractiva. Es morena, pelo negro que siempre usa muy corto, baja de estatura, delgada, pechos pequeños, pero con una cola bien formada, redondita, paradita. Hace mucho ejercicio.
Siguió molestándome hasta que mirándome como solía hacerlo, claro que ahora un poco ebria, me confiesa de buenas a primeras, que yo le gusto y que quería tener algo conmigo, que su hija nunca se enteraría. Me quedé anonadado con escuchar semejante declaración , lo único que le dije es que estaba loca, trató de besarme pero me corrí diciéndole que no podíamos hacerle eso a su hija, cuando en eso se levanta , se saca la toalla y me pregunta si acaso no me gustaba lo que veía.
Sin decir nada, me quedo con la boca abierta, viendo el cuerpo desnudo de mi suegra parada delante de mí. Un cuerpo pequeño, pero todo donde debe estar. Sus pequeñas tetas de pezones oscuros, para nada caídas, un vientre completamente plano, sin ningún pliegue de grasa y abajo su sexo, con una abundante mata de pelos negros, muy frondoso que me encantó. Me quedé un segundo viendo el cuerpo desnudo de mi suegra, ella se me monta encima y ya no aguanté tanta presión y comencé a manosearla por todos lados. Me metió la lengua a la boca, dándome un mojado beso y mientras lo hacía rápidamente desabrochó mi pantalón en busca de mi miembro. Apenas los sacó, bajó y arrodillándose en la alfombra se lo devoró.
Era una chupada espectacular, morbosa, con muchas ganas, muy distintas a las tímidas que me hacia su hija y que tanto le tenía que rogar para que me la hiciera. Le agarraba su cabeza de pelo corto y hacía que se lo tragara todo, ya entregado al placer, mientras ella agarrándomelo con las dos manos me hacía ver el cielo , tragándoselo entero, restregándoselo por la cara, chupándome las bolas, sin dejar de apretármelo ni un segundo. Luego se subió, pasando una pierna a cada lado y se ensartó ella sola en mi verga, colocándome sus pequeñas tetas en mi cara, las que chupé fuertemente, mientras el agarraba el culo y dejaba que ella hiciera todo el trabajo. Ahí estuvo un buen rato subiendo y bajando, gimiendo como una loca, diciéndome lo mucho que había deseado llegar a ese momento.
La tomé de las nalgas y me levanté sin sacárselo. Era tan liviana que no me costó nada hacerlo y sin sacárselo ni bajarla, la lleve a su cuarto donde la dejé en la cama desnuda con las piernas abiertas. En picada me fui con mi cara a sus piernas y le devoré el coño, chupándoselo fuertemente, mientras ella me tiraba de los cabellos y empujaba su pelvis contra mi rostro haciendo más fuerte el contacto.
Estaba como loca, quizás cuanto rato que no follaba mi suegra, estaba caliente, quería todo, me coloca de espalda en la cama y se monta sobre mí, pero mirando hacia mis pies, colocándome nuevamente la concha en la cara, volviendo a tragarse mi verga. En un monstruoso 69 , yerno y suegra se entregaban placer oral, como si en eso se les fuera la vida. Con el culo perfecto de mi suegra en la cara, no solo le chupe la concha, también le chupé el culo, metiéndole la lengua en su ano, haciéndola estremecer. Ella también hizo lo mismo con el mío, dándome un placer que nunca su escrupulosa hija me había hecho sentir.
La saque de encima, quedando ella de boca sobre la cama. Me monté sobre ella y bruscamente se la volví a meter con fuerza, agarrándole fuertemente ambas manos con solo una de las mías, y con la que tenía libre, le apretaba el culo y una teta como si me la estuviese violando. Se notaba que le gustaba el sexo fuerte, con su carácter tan fuerte y autoritario debe haberse sentido extasiada de verse así sometida. No me detuve por un buen rato de darle con todo a su pequeño cuerpo, mientras ella no paraba de gemir y pedirme que no me detuviera. Bruscamente me baje de ella y parándome al costado de su cama, la coloqué en cuatro patas. La agarré de las caderas y se la volví a meter con fuerza como a ella le gustaba, golpeando mi cuerpo contra sus duras nalgas una y otra vez, enterrándosela hasta el fondo. Me sentía todo un hombre, mi verga se veía enorme ante un cuerpo tan pequeño. Hacía mucho calor, tenía el cuerpo todo sudado, pero seguí por un buen rato dándole y dándole a mi suegra que no paraba de disfrutar.
Estábamos tan caliente y la vista de su ano ante mis ojos, qué pensé que si a mi suegra le gustaba el sexo fuerte, ella me había buscado, tendría que pagar el precio y entregarme también la cola. Se lo saqué y me agache ante su culo, metiéndole la lengua lo más adentro que podía, tratando de dejárselo mojado y dilatado. En el proceso, le metí un dedo que entró sin problemas y que ella dio señal de gozarlo, luego volví con mi lengua y cuando me paré dispuesto a metérsela, mi suegra sabiendo perfectamente lo que se venía , da vuelta su cara hacia atrás y me pide que le coloque un poco de crema apuntando a su velador. Le eche crema en abundancia, colocándome un poco en la verga. Le apunte a su culo y solo me pidió que lo hiciera despacio. Ejercí algo de fuerza y me verga entró ajustada un poco, luego otro poco, luego ya el culo de la madre de mi esposa era completamente mío y le di con todas mis fuerzas.
Mi suegra gritaba como una loca, y me pedía más y más. Yo le daba con todo, transpirando a más no poder, cuando en el fragor de la lucha mi suegra gritando de placer me dice que iba acabar, cuando comienza a orinarse, lanzando pequeños chorros que caían en mis piernas y que me calentaron tanto que no pude aguantarme mas y me descargue dentro de su culo entre fuertes gemidos.
Sorpresivamente mi suegra resultó ser un volcán de pasión y realmente me hizo ver las estrellas, hicimos de todo en la cama. Pero luego de pasar el momento de calentura, me sentí, pésimo, muy mal y le dije que eso quedaba hasta ahí y que no podíamos volver a repetir.
Todo transcurrió con normalidad dentro de la semana, pero cuando llegó el fin de semana y nuevamente nos encontramos solos, mi suegra volvió al ataque. La rechacé lo mas que pude, pero arrodillada buscó mi verga y recordando lo vivido, con ganas de tenerla de nuevo caí en la tentación, dejé que me sacara la verga y arrodillada le follé la boca bruscamente, para luego irnos a su cuarto, donde nos pegarnos un polvo de campeonato, incluyendo obviamente sexo anal, para luego terminar en su cama, haciendo un 69 espectacular, donde cada uno acabó en la boca del otro. En ese momento de calentura, sabiendo como acababa mi suegra, no me detuve hasta que sentir sus chorros escurrirse por mi boca, algo que hace mucho deseaba y acabando también en su boca, donde ella no desaprovechó ninguna sola gota.
Nuevamente pasada la calentura, me vino el remordimiento y le suplique a mi suegra que ya no siguiéramos, pero mi suegra no entiende de razones, es más la calentura que el amor a su hija. Me siguió buscando y si, a pesar que me resistía terminaba cogiéndomela salvajemente por calentura, pero ya no quiero más y cuando me pongo firme, me obliga a follarla, amenazándome que le va a confesar todo a su hija, que le da lo mismo lo que pase y conociéndola, estoy seguro que lo haría.