Mi suegra me ayudo a olvidarla
Un mujer de 58 años, es capaz de hacer olvidar a su yerno , el amor que este sentia por su hija.
Mi suegra al principio era muy pesada conmigo, no le gustaba que anduviera con su hija y más de algún problema tuvimos entre ambos. Pero el tiempo nos fue cambiando, me case con su hija y al tiempo nos llevábamos excelente. Ella es separada hace años, y aun su marido la visita y a tratado de volver con ella, pero ella se siente bien a si sola y ya se acostumbró vivir sola.
Ella era secretaria de una prestigiosa empresa, y siempre se vestía muy bien, muy elegante A diferencia de mi señora, mi suegra es una mujer baja, de 1.57, digamos que ahora esta un poquito gorda, pero en fin, ya tiene 58 años. Pelo rubio corto, tez blanca. De todas formas tiene un par de tetas que siempre fueron una fantasía para mí. No soñaba con follarla, o agarrarle el culo, eran sus tetas mi mayor seducción. Me encantaba cuando usaba sostenes con encajes y blusas de hilos. Se le veían exquisitos. Me gustaba ir a la casa de mi novia los fines de semana, donde muchas veces ella hacia el aseo de la casa, con poleras viejas, desgastadas y cuando se agachaba se le veían mas grandes aun.
En ese tiempo mi suegra tendría unos 48 años.
Paso el tiempo, me case con su hija, y la amistad con mi suegra fue creciendo y legamos a querernos, como madre e hijo. Ella dejo de trabajar a los 52 años y se quedo sin nada que hacer y con problemas económicos. Como ambos trabajábamos y yo volvía a almorzar a la casa, mi señora no, optamos por contratar a mi suegra para hacer los quehaceres de la casa, y así matábamos dos pájaros de un tiro. Después del tiempo llego una hermosa hija y ella también fue la que la cuidaba mientras ambos trabajábamos.
Aunque se había generado ese cariño, sus tetas nunca dejaron de llamarme la atención. Me encantaba ponerme en el cabeza de mi hija, acostado en la cama y ver como mi suegra cambiaba los pañales de ella. Era la mejor posición para ver esas dos tremendas tetas colgando, incluso cunado usaba sostenes muy desgastados podía notarle el pezón.
No era raro que cunado ella me pasara la niña o yo a ella mis manos rozaran sin querer esos hermosos pechos.
Bueno, todo iba muy bien hasta que mi matrimonio, de un día a otro se comenzó a morir y descubrí que mi señora me engañaba.
Para hacer el cuento corto, luego de una muy buena discusión, ella termino por confesarme que no me amaba, que amaba al otro y se fue de la casa llevándose a mi hija.
Mi suegra la acepto de regreso en su casa, pero se enojo mucho con ella, dándome a mi todo su apoyo. Yo la amaba, ese era el problema, no podía olvidarla y sin querer caí en una depresión. No tenia ganas de nada. Afortunadamente era dueño de mi propia empresa y solo iba a esta cuando mi presencia era realmente necesaria. Mi suegra continúo yendo a la casa a hacer el aseo, llevándose a mi hija todo el día, donde era mi momento para estar con ella, pero eso duro muy poco, ya que mi hija entro nuevamente al colegio y mi señora la pasaba a buscar saliendo de su trabajo y se la llevaba directo a la casa de su madre.
Aun habiendo pasado dos meses, no podía sacar a Paula de mi mente, aun la amaba y mi depresión continuaba. Sin darme cuenta se me salían solas las lágrimas.
Ese día en especial, mi suegra no llego a la hora acostumbrada. Iba tres veces por semana a la casa y siempre llegaba entre las 9 y 10 de la mañana y se marcha como a las 15 - 16 hrs., pero ese día tuvo algo que hacer y llego mas tarde, solo hacerme almuerzo. Después de almorzar se coloco a lavar los platos y yo me fui a la habitación. No se por que vino Paula a mi mente y no me aguante y me puse a llorar en silencio.
Mi suegra justo en ese momento, entro a la habitación a buscar un vaso que estaba en el velador y me encontró llorando. Me abraso y me consoló. Yo estaba muy sensible y también la abrace y me coloque a llorar abrazado a ella. Ya me abrazaba mas fuerte al sentirme llorara con mas ganas, haciéndome sentir sus pechos contra el mió. Aun con una tremenda angustia, sentir esas tetas contra mi cuerpo, me excito y mi verga no tardo en ponerse dura. Como hacia calor andaba solo con un traje de baño, mi verga no tuvo ningún impedimento para mostrarse en todo su esplendor y se alojo entre las piernas de la veterana. Ella debe haberla sentido, pero no me decía nada, nuestro abrazo continuaba y poco a poco me fui calmando, mientras escuchaba sus palabras de consuelo. Ella me besaba en la mejilla cariñosa, y sin darnos cuenta, nuestros labios se encontraron. Ella se sorprendió al sentir mis labios contra los de ella, pero me correspondió el beso. Fue un beso suave, nos miramos aun abrazados, sin decir nada.
La volví a abrazar, ahora más fuerte y esta vez el beso comenzó de menos a más. Sentía su respiración agitada, y tal cual como yo la apretaba más contra mí, ella también me apretaba contra ella. No me detuve ahí y años de desear esos pechos, me llevaron a desabrocharle su blusa desesperadamente. Ella estiro el cuello hacia atrás y se dejo besar. Mis manos al fin tenia sus tetas agarradas fuertemente, manoseándolas a mi antojo por sobre la tela. Nuevamente nuestros labios se juntaron y besándonos apasionadamente caímos a la cama.
Lo que hay comenzó solo se puede describir como una locura. Ya su blusa estaba en el piso y le sacaba casia tirones los sostenes. Al fin quedaron al descubierto esas tetas que fueron mi tentación por años, sus pezones estaban durísimos, grandes, y rosados, tal cual como los había imaginado. No podía dejar de chuparle las tetas, y ella lo disfrutaba como una loca.
¡hace años que no me las chupaban así!
No sabes como lo deseaba
Vamos sigue son tuyas ¡chupamelas! chupamelas fuerte mi niño . Que placer siento
Que tetas mas ricas tienes
Dale mas sigue así. .. ¡tómame!
Aun con lo caliente que estaba solo me dedique a saciarme de esas tetas, las metía lo mas adentro que podía de mi boca, succionado fuertemente los pezones, haciendo gemir a mi suegra.
Ella me metió la mano entre el pantalón y me agarro fuertemente la verga, arrojando una gran suspiro al encontrarse con semejante pedazo de carne dura y caliente. Comenzó a masturbarme fuertemente, con la misma intensidad que yo le chupaba las tetas. Me saque en un segundo mis trajes de baños y quede completamente desnudo, al mismo tiempo que mi suegra se sacaba los pantalones. Le tome de sus grandes calzones y ella levanto las piernas, la deje completamente desnuda. Su concha apareció ante mis ojos, con grandes labios, pelos rubios y muy peludos.
No aguante y me metí entre sus piernas a darle sexo oral. Ella, con un poco de vergüenza, trataba de sacarme, pero al ver que era imposible, que mi lengua le estaba haciendo sentir cosas que nunca había sentido, se entrego al placer y abrió las piernas totalmente dejándome mas espacio para entregarle placer.
Siempre me habían dicho que era muy bueno para el sexo oral y mi suegra recibió el trabajo completo. Sentí como con fuerza trataba de sacarme de entre sus piernas, ya que estaba apunto de correrse, pero mi intención no era esa, a si que tomándole las piernas, se las levante mas aun y no deje de comerle el coño, hasta que un chorro inundo mi boca, al mismo tiempo que ella me tiraba de los cabellos, gimiendo como una loca y me enterraba toda la cara en su sexo.
La coloque de lado y me puse detrás de ella. Le levante una de sus piernas y la coloque sobre las mías. Aun estando tan mojada, no le entro fácilmente, pero luego de unos cuantos intentos, sentí como su concha se abrió y la alojo perfectamente.
En esta posición comencé a follarla por detrás, chocándole fuertemente las nalgas a cada embestida. La posición me dio la oportunidad de poder colocarla un poco de lado y poder chuparle una teta, mientras me la follaba. Ella se mordía su labio fuertemente y gemía con cada arremetida que le daba.
Nuestros cuerpos completamente mojados en sudor, follaban a las tres de la tarde, con un intenso calor afuera.
La coloque de espalda y me di el gusto de meterle la verga entre las tetas. A ella le encantaba que se las manoseara fuerte, e incluso me pidió que le tirara fuertemente los pezones. Lo hice y llegaba a levantarle las tetas de los pezones y eso la excitaba aun más. Sentado sobre ella, con mi verga entre sus tetas, se la acerque a la boca y ella no dudo en abrirla y darme una mamada espectacular. Lo único que me pidió es que no fuera acabar ahí.
Esta sentado sobre mi suegra y viendo como se tragaba mi verga una y otra vez, me calentó muchísimo y le di la señal que estaba apunto de acabar. Ella acomodo la verga entre sus tetas y con sus manos se las apretó, mientras yo me movía de atrás adelante, sintiendo el contacto de sus pechos contra mi verga.
La descarga no termino en llegar y un potente chorro fue a parar a la cara de mi suegra, y el resto, ya con mi verga en mi mano, directamente a las tetas de ella, y a sus pezones.
Completamente exhaustos, muertos de calor nos quedamos desnudos sobre la cama, uno al lado del otro, en silencio, pero ambos con una sonrisa en los labios.
Desde ese día, mi suegra paso hacer mi amante. Follábamos a cada rato, igual que fuéramos adolescentes. Cualquier lugar era bueno para follar, incluso mientras ella lavaba los platos, venia yo por detrás le bajaba los pantalones y se la metía sin ningún preámbulo. Ella se hizo adicta a chuparme la verga, le encantaba, llegando a estar mucho rato con esta en la boca sin cansarse, siempre pidiéndome que no terminara en su boca. Pero poco a poco fue probando mi semen, sacándolo de entre sus tetas y llevándoselo a la boca, y luego de unas semanas, no tenia ningún problema en descargar mi leche en su boca, incluso ella me lo pedía y me buscaba cuando yo no lo hacia.
Al poco tiempo olvide a Paula