Mi suegra Matilde (3ra parte)
Ya la tenia en 4, sintiendo el calor y la humedad de su concha apretando mi palpitante verga
Mi suegra Matilde (3ra)
Aun permanecíamos enganchados como perros tratando de sentirnos mutuamente, esa chucha madura me daba fuertes espasmos, intensos apretones alrededor de mi verga, buscando destilar hasta la última gota de mis secreciones sexuales; luego súbitamente ella misma se desengancho y empezó a mamarme con avidez, lamia y succionaba con intensidad, me chupaba los huevos estirando mi escroto de lado a lado, era una mezcla de dolor y placer que me hacía tocar el cielo.
Acto seguido me acomodo en la cama, me pidió ponerme boca arriba con los ojos cerrados y relajarme, sentí que ella se colocaba entre mis piernas para continuar con la felación, era delicioso, esta mujer sabia como darme placer, su lengua jugaba en mi meato en un intenso aleteo de placer.
De un momento a otro note que soltó mi verga ya no sentía la succión, yo aún permanecía con los ojos cerrados y cuando los abrí vi una chucha hambrienta, húmeda, peluda y olorosa a pocos centímetros de mi boca, ella estaba lista para un delicioso sesenta y nueve.
Directamente me pidió lamer su concha, que le haga sentir hembra, -chupa Josesito, siente a la madre de tu mujer, te gusta mi chucha?-, cada frase que decía despertaba mi verga que ya no estaba agotada, su forma de chupar y sus palabras habían logrado ponerla nuevamente a mil, ese aroma de concha madura con ganas de verga, y el sabor de su raja con la mezcla de nuestras secreciones despertaban mi deseo y la hacían sentir muy apetecible.
Ella presionaba empujando su concha contra mi boca más y más, quería sentir mi lengua dentro de ella y que no solo juegue con su clítoris; -no te olvides de mi cola- decía, y me acercaba su ano, quería sentir las caricias de mi lengua también entre sus nalgas y en su profundidad, era una adicta al sexo, esta hembra movía su culo maduro de lado a lado frenéticamente buscando encajar mi lengua en su interior.
-Mi hija te la chupa así?-, me pregunto, -se toma tu lechita?, se come tus huevos, es buena puta en el sexo?-, cuando estaba a punto de responder ella se quito de encima y me ordeno ponerme boca abajo para sentir algo más, sin reclamos lo hice y pude sentir sus labios y su lengua en mis nalgas.
Ella lamia y me ordenaba relajarme, -descansa Josesito, te gusta lo que te hace tu suegra?-, preguntaba y continuaba jugando sobre mis nalgas, al cabo de unos segundos sentí su lengua avanzar hasta que estaba muy cerca de mi ano, entonces percibí como se abría camino por mi orificio mientras repetía, -de ahora en adelante yo también seré tu puta y nos daremos placer mutuamente-, yo accedía sin decir palabras mientras su lengua continuaba con su labor avanzando en la penetración, era un placer indescriptible, una sensación extraña pero placentera, esta mujer sabia como hacerte estremecer.
Su lengua recorría mi interior mientras su mano jugueteaba con mis huevos y mi verga, movía su lengua con mucha intensidad y me hacia estremecer, seguidamente saco su lengua, me cambio de posición ahora me puso boca arriba y empezó nuevamente con la mamada.
Mientras me la chupaba su dedo buscaba continuar con el trabajo que su lengua había empezado, -ahora sentirás algo muy rico Josesito-, yo sentía su dedo, primero molestia, pero luego nuevamente placer.
La intensidad de sus caricias iban en aumento, parecía que arrancaría mi verga con cada succionada, mientras que ya había introducido la totalidad su dedo en el interior de mi ano buscando mi punto “G”, justo sobre mi próstata, ella sabia como graduar el dolor y placer perfectamente.
-Dámelo , dámelo-. Gritaba, quería saborear mi leche, quería exprimirme dejarme exhausto y sin secreciones, era la manera de cuidar al novio de su hija, era la manera de reafirmar su amor maternal protegiendo la propiedad de su hija, -te gusta Josesito, tienes rica pinga y tu leche es dulce-, repetía mientras continuaba dándome placer.
Estaba por llegar al clímax, sentía que iba a estallar cuando ya no pude contener mi eyaculación, fue una explosión que incluso me genero dolor, una intensa contracción de mis huevos, de mi verga, de mi ano, fue un temblor que estremeció todo mi cuerpo, inesperadamente ella sintió un chorro abundante de leche, pero su succión no disminuyo, por el contrario acelero obligando un flujo intenso y continuo de leche para mi suegra.
Cuando noto que no tenia mas leche que darle, soltó mi verga se acomodó sumisamente entre mis piernas y esta vez empezó a lamer mis huevos suave y tiernamente, hasta que me dormí.
Entonces…
Continuara….