Mi suegra Matilde (2da parte)

Esa caliente experiencia tuvo consecuencias

Mi suegra Matilde (2da parte)

Aun quedaba en mi memoria aquellas imágenes de mi suegra en cuatro patas pidiendo mas verga, gritando y gimiendo, mojando y lubricando le tiesa pieza de su joven amante, yo no podía dejar de pensar en ello.

Tuve que seguir corriendo y terminar mi recorrido aquel día para disimular y que nadie notase que había sido testigo de ese morboso espectáculo. Una vez en la pequeña casa no dije nada, dejé pasar las horas como si nada hubiese pasado.

A las primeras horas de la noche nos cubrió una fuerte lluvia, característica de la zona, no fue novedad, pero si lo fue la secuela que nos dejó. El ligero techo había permitido una intensa filtración de agua que había remojado la cama de mi suegra, cabe mencionar que es una pequeña casa rural, con solo tres pequeñas habitaciones, una funcionaba como cocina y comedor, la otra mi habitación y la ultima la habitación de mi suegra.

El colchón estaba remojado y no había forma de secarlo, entonces mi mujer tuvo la brillante idea de compartir nuestra cama con mi suegra, total era una cama de tamaño matrimonial donde cabíamos perfectamente los tres.

Esa tarde cenamos a eso de las ocho de la noche y siendo casi las diez nos dispusimos a dormir, mi mujer quiso dormir a un extremo porque decía que orinaba frecuentemente durante la noche al igual que mi suegra, así que yo quedaba en medio.

Nos lavamos los dientes y nos acostamos, yo me sentía sumamente nervioso porque aún tenía las eróticas imágenes de Felipillo y mi suegra, además podía sentir el calor del cuerpo de mi mujer a mi izquierda y el de mi suegra a la derecha.

Absorto de morbo puse mi mano en posición tal que me permitiese rozar las nalgas de mi suegra, tenía la respiración entrecortada y sentía mi verga latir, estaba muy ansioso cometiendo torpes movimientos con mis dedos, temía que mi suegra despertase y terminé con ese frenesí.

De pronto un brusco movimiento hizo retirar mi mano, mi suegra se puso de pie, tal y como dijo quería orinar, a media luz pude ver como se quitaba el holgado pantalón que llevaba puesto luego su calzón, nuevamente pude ver esa mata de pelo negro brillante cubriendo esa hambrienta concha madura, humedecida ahora por el chorro de orina que emanaba de ella.

Se acostó nuevamente y note que dejo a un lado el pantalón y el calzón y quedo solo con una larga camiseta que usaba al dormir, solo escuche un inaudible comentario que hizo antes de acostarse -que calor hace en el pueblo-.

Una vez acostada a mi lado, esperé unos minutos tratando de confirmar que estuviese dormida, nuevamente volví a la labor de tocar sus nalgas, tuve el valor de levantar ligeramente su camiseta y tímidamente tocar su piel, sentía su culo caliente, sentía un calor que emanaba de su ano y de su concha.

Al confirmar que dormía continué acariciando de forma avezada, recorría sus nalgas y tratada de acercarme a sus orificios; así continue sin pensar ni dudar y de pronto pude sentir la textura de pelo en la punta de mis dedos, estaba cerca de su concha, me detuve por unos segundos temiendo que despertarse, pero el morbo me gano y seguí.

Su concha estaba caliente y húmeda, primero acaricie los lados de su orificio y poco a poco fui introduciendo un dedo, nuevamente un brusco movimiento me detuvo y me obligo a quitar el dedo apresuradamente, pero cual fue mi sorpresa cuando note que mi suegra había levantado el culo facilitando mi labor, introduje todo mi índice, con movimientos de entrada y salida, rotatorios, al parecer mi suegra estaba profundamente dormida.

Con más valor saqué mi verga que latía dentro de mi ropa interior y la puse a la entrada de su orificio peludo, poco a poco fue penetrándola, y una vez dentro empecé con ese delicioso movimiento de entrada y salida. Mi suegra parecía tener el sueno muy profundo, solo pude percibir un sutil movimiento de sus caderas.

Así seguíamos, debo de confesar que a causa de la circuncisión al que fui sometido de niño tengo un retardo eyaculatorio, es decir me demoro en eyacular, así que estuve penetrándola por varios minutos, de pronto sentí un chorro tibio que remojo mi pinga, mis huevos y la cama, mi suegra se había venido con mi verga dentro de ella, no pude contener y también me vine en su madura chucha, sentía las contracciones de ambos exprimiendo hasta las últimas gotas de nuestras secreciones.

De pronto….

Continuara…..