Mi suegra Anita

Desde el primer día yo miraba a Anita como lo que es, una apetecible mujer que siempre tiene cara de querer sexo.

Hola a todos acá va una historia que hace tiempo quería contarles.

Mi suegro se caso por segunda vez con una hermosa mujer mucho menor que el, mayor que mi novia pero podría haber sido su hermana mayor no su madre.

Desde el primer día yo miraba a Anita como lo que es, una apetecible mujer que siempre tiene cara de querer sexo.

Mi novia más de una vez me encontró mirando por su escote o mirándole el culo cada vez que se agachaba por algo.

Quiso el destino que unas vacaciones coincidiéramos con mi suegro y su flamante esposa en el mismo paraje turístico y en el mismo hotel.

Verla a Anita todos los días con sus diminutas bikinis hacia que mi novia tuviera premio, ya que apenas llegábamos al hotel le daba unas cogidas que la dejaba sin fuerzas, fruto de la excitación que mi "suegra" me producía.

Una noche estábamos en la habitación cuando nos golpean la puerta, era Anita diciéndonos que ellos se iban al hospital porque mi suegro se sentía muy mal. Nos fuimos los cuatro en mi auto, cuando lo revisaron en el hospital el doctor nos dijo que tendría que quedarse 48 horas en observación y que si el malestar no se le pasaba en ese tiempo habría que operarlo de apendicitis que era lo que los síntomas indicaban que el tenia.

Como no tenía sentido que nos quedáramos todos en el hospital decidimos que solo se quedaría Anita y que nosotros la relevaríamos a la mañana siguiente.

Cuando al día siguiente llegamos, mi novia insistió que yo me fuera al hotel con Anita para que no estuviera sola y ella se quedaría con su padre.

Ya en el pasillo del hospital no podía ni quería apartar los ojos de mi "suegrita", ella llevaba una pollera livianita que le marcaba el hermoso culo que portaba, y una blusa de seda blanca con varios botones desprendidos que dejaban verle el comienzo del par de tetas mas grandes y paradas que había visto en mi vida. Anita noto mi mirada, en mas de una oportunidad vio que mi vista se perdía en su escote y otra vez se giro de golpe cuando le di paso en una estrecha puerta y se dio cuenta que mis ojos se posaban en su culo.

Cuando nos subimos al auto ella cruzo sus largas y bien torneadas piernas y mostrándome sus ricos muslos, mi pija era in disimulable en el pantalón holgado que llevaba.

En varias oportunidades me pareció ver que Anita me miraba la pija y luego se sonreía como insinuando que le gustaba lo que veía. En el camino ella me iba diciendo que su marido hacia ya varios días que se sentía mal, que incluso desde que ellos llegaron hace mas de 10 días el no la había tocado.

Esa fue la puerta que yo vi que se me habría para intentar cogerme a ese monumento maduro.

Seguro que se sentía muy mal para desaprovechar una mujer como vos. Le dije.

Tiene razón tu novia cuando me cuenta que sos muy galante. Me contesto

No es galantería, solo un enfermo dejaría con las ganas a una hermosura de tu estilo. Apure a decirle.

¿Qué estilo de mujer crees que soy? Me dijo desafiando con la mirada, cuando íbamos entrando en el estacionamiento del hotel.

La mujer con las mejores tetas y el mejor culo de todo el balneario. Le conteste devolviéndole el desafió.

Ella quedo en silencio hasta que llegamos hasta la puerta de la habitación que compartía con mi suegro. Me invito a tomar un café antes de acostarse a descansar, yo pase, pero antes la volví a desafiar.

Solo un café me vas a dar.

Si se me ocurre otra cosa te vas a enterar. Me devolvió la mirada llena de sensualidad.

Mientras Anita preparaba el café me fui hasta la habitación que compartía con mi novia a buscar mi celular que me lo había olvidado.

Cuando llegue de nuevo a su habitación llame a la puerta pero cuando golpee la misma se abrió, pensé que la había dejado mal cerrada cuando salí y me dirigí a la cocina donde Anita se había quedado. Grande fue mi sorpresa cuando la veo apoyada en la mesada.

Se había sacado la blusa y me mostraba una autentica postal de sus tetas con un corpiño bordo que le quedaba de maravilla. Cuando Anita vio la cara que me quedo al verla sin su camisa comenzó a bailar y levantarse la falda.

Realmente mi "suegra" estaba ardiendo por la falta de pija que la internación de su hombre le había producido solo le pude decir:

Mira que no hay vuelta atrás después de esto.

- Te parece que voy a arrepentirme de lo que vamos a hacer. Me dijo dejándome en claro que estaba dispuesta a llegar hasta el fin.

Su cuerpo desnudo era mucho más apetecible que lo que había imaginado, sus tetas eran una invitación a ser tocadas y chupadas. Su culo era una invitación a mi lengua, a mis manos y a mi pija.

Me abalance sobre Anita y nos fundimos en un interminable beso mientras me desvestía para quedar igual que ella: desnudo.

Nos acomodamos como pudimos en el piso de la habitación y Anita se devoro mi pija, la chupaba de una manera maravillosa., no tardo nada en llevarme hasta el borde de la acabada, cuando le avise que me estaba por acabar ella se dejo la pija en la boca y con la lengua la rodeaba sin sacársela, así logro que descargara gran cantidad de semen que ella no desperdicio ni una gota.

Luego la recosté sobre el piso y le di una mamada de concha que luego ella reconoció que nunca se la habían chupado de esa manera, ni nunca nadie había logrado que ella acabara 3 veces con una chupada de concha.

Cuando termino de acabar con la chupada que le había dado, alternando la concha con el culo, me puse sobre mi "suegra" y de a poco se la fui metiendo hasta que entro en su totalidad.

Anita me abrazaba la cintura con sus piernas para que la penetración fuera mas profunda, estuvimos un largo rato bombeando en esa posición hasta que sin sacarla nos giramos y ella quedo sentada, cabalgando mi berga. Era un espectáculo ver esas tetas como se movían al compás de nuestras envestidas.

Me incorpore y comencé a chuparle las tetas mientras le metía primero un dedo y después dos en su rico culo. Anita se retorcía del placer que le estaba dando con mi berga y con mis dedos. Me decía que estaba por explotar, sus gritos debían oírse en todo el hotel. Anita llego a un largo y ruidoso orgasmo. Al ver su cara mezcla perfecta de puta y placer yo también me descargue dentro de su concha.

Pero lejos de terminar ahí la sesión, Anita se bajo de la mi pija y se puso en cuatro patas delante mío en una invitación a que entrara por su culo.

Por supuesto que esa imagen fue suficiente para que se me parara de nuevo y luego de un par de besos en su espalda, me dedique a lubricarle el culo, cuando estuvo listo se la metí de golpe. Gritaba que le encantaba como la estaba enculando. Era un placer enorme ver la imagen de ese culo maduro pero duro todavía como era perforado por mi pija.

Cuando ella grito que acababa yo me apure en las envestidas hasta que termine descargando todo en su culo.

Luego de bañarnos juntos nos acostamos en su cama y seguimos cogiendo hasta que llego la hora de ir a relevar a mi novia al hospital.

Después de esa mañana cada día que mi suegro estuvo internado cogimos como para recuperar el tiempo perdido.

Cuando volvimos a nuestra ciudad nos juntábamos dos o tres veces por semana para ir a algún hotel a seguir cogiendo.