Mi suegra adiestró a mi esposa (2)
Mi suegra se ve forzada a adiestrar a su hija para que yo me la beneficie y demuestra ser una buena maestra.
Por fin se acabaron las vacaciones y los tres amigos volvimos a la Facultad, parece mentira que un estudiante diga esto, pero estábamos deseando volver para reencontrarnos con Raquel.
El día de regreso fue un domingo, así que decidimos quedar con Paula y Olaya para poder sacar información a la primera de cómo estaba su madre, la cita fue en una terraza céntrica a la que llegamos nosotros primero. Cuando vimos que se acercaban a mí se me nubló la vista, Paula había sufrido un cambio radical, ya no era la niña de antes de verano, tenía el pelo rizado y muy largo y su piel morena destacaba especialmente ya que llevaba un vestido blanco hasta los pies, muy ceñido al cuerpo y con una abertura lateral que dejaba ver sus largas piernas a cada paso que daba, era tan ajustado que sus grandes pechos, aunque no tan grandes como los de su madre, sobresalían de una forma rotunda. Inmediatamente hice un hueco a mi lado para que se sentase junto a mí, cuando lo hizo y cruzó las piernas la raja casi llegaba hasta sus bragas, por arriba la cosa también estaba caliente, el vestido tenía botones en la parte delantera y ella llevaba cuatro abiertos, así que se le veía parte del sujetador, blanco de encaje, y un hermoso canalillo a cuyos lados sobresalían dos grandes tetas morenas. A partir de ese momento tuve claro que ésta iba a ser mi presa, por lo que me dediqué en cuerpo y alma a ella durante toda la tarde. Nos contó que había estado con su madre y hermana en la playa, que habían hecho nudismo y que había tenido un rollito de verano que había salido mal, posteriormente a mi me dijo que fue un ligue de verano con un chico de 30 años con el que había perdido su virginidad, pero que fue muy mal porque la hizo daño y no llegó a disfrutar, era un mal recuerdo para ella. El viernes siguiente fuimos a la discoteca y de nuevo estaba allí Raquel, por lo que retomamos nuestra relación de sexo semanal. Lo que cambió fue que yo comencé a salir con Paula, todos los sábados y domingos quedábamos, íbamos a bailar y yo intentaba follármela, algo que de momento no conseguía, cuando aparcaba el coche en su puerta por las noches para dejarla lo máximo que lograba era que me hiciese una paja.
En cuanto a Raquel, cada viernes bailábamos con ella en la discoteca y después nos íbamos a un descampado donde nos follábamos su coño y su culo, algo que a todos nos gustaba y por tanto íbamos rotando, y nos chupaba la polla con su maestría habitual, era una auténtica Diosa y Puta, como le gustaba que la llamáramos.
Después de un par de meses mis relaciones con Paula no avanzaban, cada día que intentaba follármela el resultado era negativo y en el sexo oral tampoco había avances. Un sábado por la noche la llevé al mismo descampado donde llevábamos a su madre, a ver si allí tenía más suerte. Paula llevaba un vestido amarillo cortito y con un pronunciado escote, me incliné sobre ella besándola, acaricié sus senos por encima del vestido aprovechando para soltar los botones y lo baje dejando el sujetador al descubierto, era blanco y sus pezones sobresalían por el borde, empujé hacia abajo y las tetas salieron por encima, sus pezones, al contrario que los de su madre, eran grandes y marrones, llevé mis labios a uno y empecé a chuparlo y morderlo, noté que empezaba a gemir, así que metí mi mano bajo su vestido subiéndola por el interior de sus muslos hasta llegar a braguita, ella instintivamente abrió las piernas dejándome mas espacio, lo que aproveché para tirar de la braga hacia abajo para sacársela, al notarlo levantó ligeramente el culo, di un tirón y se la quité, inmediatamente empecé a acariciar su clítoris y a meter mis dedos en su coño, estaba completamente empapada y me resultaba muy fácil penetrarla con ellos. Paula gemía sin parar.
PAULA.- Ummm, sigue, sigue, despacito por favor.
Continué haciéndole una paja mientras intentaba bajarme el pantalón y subirme encima para follármela.
PAULA.- Ummmm, me gusta, sigue así, tócame.
Cuando intenté follarmela me paró con sus manos.
PAULA.- ¡NOO! Por favor no, eso no.
Vi como cerraba las piernas con fuerza, así que le dije que estuviese tranquila y volví a mi asiento, ella se relajó y volvió a abrir las piernas, yo continué masajeando su clítoris y follando su coño con mis dedos.
MARCO.- ¿Así te gusta?
RAQUEL.- Si mi amor, perdóname pero no puedo ir más allá.
MARCO.- No te preocupes Paula, no hay porque follar, pero si podrías hacerme una mamada.
RAQUEL.- Joder Marco, es que…, bueno, lo intentaré.
Ante esa expectativa aumenté la velocidad de mi mano centrándome más en el clítoris, Paula se dejó caer en el asiento abriendo por completo las piernas, bajé mi cabeza y acerqué mi lengua a su coño, era la primera vez que lo hacía, Paula me miró y cogió mi pelo con sus manos apretándome contra su clítoris.
RAQUEL.- Ummm, así amor, así, que rico, no pares por favor.
Yo notaba como abría al máximo sus piernas para que mi boca llegase más adentro, mi lengua acariciaba su clítoris y mis dedos penetraban su coño una y otra vez.
RAQUEL.- ¡¡Dios!! Voy a correrme, voy a correrme, cómemelo bien, sigue amor, me corro, me corro.
En ese momento sus piernas se cerraron apretando con fuerza mis dedos que aún seguían dentro de su coño.
RAQUEL.- Para, para, no puedo más. ¡¡Que bueno!!
Me miró relajada y sonriendo.
MARCO.- Ahora te toca a ti cariño.
Ella hizo una mueca pero se incorporó del asiento acercándose al mío, yo le di dos sacudidas a mi polla y la puse orientada hacia arriba.
Paula se inclinó hacia adelante aproximando su boca a mi polla, yo cogí su cabeza y la bajé hasta que sus labios rozaron mi capullo, entonces recogí su pelo en una coleta para poder ver como me la chupaba, se la metió en su boca y empezó a subir y bajar, mi rabo desaparecía dentro de su boca pero no jugaba con su lengua ni presionaba el capullo con los labios, era evidente que no tenía ninguna experiencia, no tenía nada que ver con las comidas de polla que nos daba su madre. De vez en cuando Paula me miraba esperando mi aprobación.
PAULA.- ¿Te gusta así amor?
MARCO.- Sigue así, cómeme la polla, no pares.
Ella animada chupaba con más rapidez.
PAULA.- Cuando vayas a correrte avísame. ¿Vale?
MARCO.- Si, no te preocupes, sigue chupando, sigue.
A pesar de no ser una buena mamada yo ya estaba a punto de correrme, por lo que apreté su cabeza hacia abajo, ella se dio cuenta giró la cabeza y me miró sonriendo.
PAULA.- ¿Vas a correrte ya?
MARCO.- Si cariño, estoy a punto.
Sin que yo pudiera reaccionar Paula sacó la polla de su boca, se incorporó y continuó pajeándome hasta que me corrí.
MARCO.- Joder, así no, no apartes tu boca hasta que me haya corrido.
PAULA.- No, no me lo voy a tragar, sabe muy mal.
MARCO.- Pero así no se siente el mismo placer, joder. ¿Tú por qué sabes que tiene mal sabor?
PAULA.- Porque el chico de este verano me hacía tragarme su leche y sabía muy mal.
MARCO.- Vaya, a él si se la mamabas bien y te tragabas todo y a mí no.
PAULA.- Pues esto es lo que hay, si te gusta así vale, si no se acabó, no te la chupo más.
Esa noche la dejé en su portal y empecé a pensar en la forma de solucionar esto, finalmente tuve una idea que podía ser la solución. El martes siguiente quedé con ella y la pedí que me presentase a su madre, que nuestra relación iba en serio y quería conocerla. Paula se alegró mucho y me llevó a la tienda, cuando entramos y Raquel vio a Paula se alegró mucho pero al verme a mí se quedó blanca.
PAULA.- Hola mamá, quiero presentarte al chico con el que salgo, éste es Marco, mi novio. MARCO.- Hola Raquel, encantado de conocerte.
Me acerqué y le di dos besos, ella no era capaz de reaccionar.
MARCO.- Te veo sorprendida ¿No sabías que Paula tenía novio?
RAQUEL.- No, sabía que salía con unos amigos y que tenía interés por uno de ellos, pero no esperaba esto.
PAULA.- Pues éste es mi novio, ahora ya le conoces formalmente.
RAQUEL.- ¿Este es uno de los chicos que me presentaste aquella vez en la calle?
PAULA.- Si ¿No te acuerdas que me dijiste que eran muy majos?
RAQUEL.- ¿Eran tres verdad?
PAULA.- Si mamá.
Raquel me miraba sorprendida y era incapaz de reaccionar.
MARCO.- Viendo a la madre ya se de dónde ha salido la belleza de su hija.
PAULA.- Ves, es un encanto. Cuando cierres la tienda podemos ir a tomar un café los tres juntos.
Esperamos la hora de cierre y fuimos a una cafetería, en un momento que Paula fue al baño pude hablar con Raquel.
MARCO.- No te enfades, voy en serio con tu hija, me gusta mucho y quiero que esto salga bien.
RAQUEL.- Espero que sea verdad, no quiero que le hagas daño, ya se lo hicieron este verano.
MARCO.- No voy a hacerlo, pero tenemos un problema, en el tema sexo es muy cerrada, no quiere hacer nada y lo poco que hace lo hace mal.
RAQUEL.- Supongo que te ha contado que este verano estuvo saliendo con un chico 12 años mayor que ella, era un sinvergüenza, se la tiró, se lo contó a sus amigos del hotel y luego pasó de ella.
MARCO.- Ya se que tuvo una mala experiencia, pero eso no va conmigo, habla con ella y dile que cambie de actitud, no quiero que sea como tú y se tire a mis amigos, pero sí que haga solo conmigo lo mismo que haces tú. ¿De acuerdo?
RAQUEL.- Joder, es difícil, lo que hago yo no lo hacen todas las mujeres.
MARCO.- Pues ya sabes, enséñala a hacerlo, explícale lo que tiene que hacer.
RAQUEL.- Tu lo ves muy fácil. ¿Y si no lo hago?
MARCO.- Tu verás ¿Ella sabe todas las cosas que haces y con quién? Seguro que piensa que eres una madre estricta y formal, es mejor que no se entere de la realidad ¿Verdad?
RAQUEL.- Eres un cabrón.
MARCO.- No, quiero a tu hija, pero también quiero disfrutar del sexo, y ella también debe hacerlo.
RAQUEL.- Contigo no voy a volver a hacer nada.
MARCO.- Te equivocas, conmigo seguirás haciendo de todo hasta que tu hija sepa hacer lo mismo que tu, así que enséñala rápido.
Llegó Paula y dejamos de hablar.
El siguiente viernes Raquel no fue a la discoteca y mis amigos se enfadaron conmigo porque pensaban que habían perdido el chollo por mi culpa. Les dije que no se preocuparan y al día siguiente les llevé a la tienda de lencería a la hora de cerrar para comer, cuando entramos RAQUEL estaba a punto de cerrar, iba impresionante, llevaba de nuevo las botas negras por encima de las rodillas, una minifalda negra de tablas y una blusa blanca corta que dejaba su cintura al descubierto.
MARCO.- Hola Raquel ¿Qué pasó anoche? No fuiste a bailar.
RAQUEL.- ¿Tú me lo preguntas? Ya no puedo fiarme de vosotros.
CARLOS.- Nosotros seguimos siendo los mismos, nada ha cambiado, podemos seguir disfrutando como hasta ahora.
RAQUEL No, Marco sale con mi hija y ya no puedo estar con él.
MARCO.- Ya te dije que hasta que tu hija no haga lo mismo que tú nada iba a cambiar.
RAQUEL.- Ya, tu lo que quieres es follarte a la madre y a la hija.
MARCO.- No, te doy mi palabra, cuando Paula sepa hacer lo mismo que tu ya no te molestaré, pero vas a seguir follando con nosotros como hasta ahora.
Mientras hablábamos Carlos se había puesto detrás de Raquel, la estaba abrazando y tocando sus tetas por encima de la blusa, de un golpe tiró de la blusa y se la arrancó, dejándola con un pequeño sujetador que no tapaba la mínima parte de sus tetas. Ella nos dijo que pusiéramos el cartel de cerrado y diésemos la vuelta a la llave, cogió de la mano a Carlos y le llevó a los probadores diciéndonos que les siguiéramos. Allí se quitó la minifalda quedándose con un minúsculo tanga, el pequeño sujetador y las botas negras hasta las rodillas, estaba para un poster.
RAQUEL.- No sabéis cuanto me costó no ir ayer a la discoteca, tuve que hacerme dos pajas por la noche pensando en vosotros, ahora no perdáis tiempo porque quiero comeros la polla a los tres y que me llenéis de leche.
Nosotros ya estábamos con las pollas fuera, ella se puso de rodillas, cogió la de Carlos con una mano y la de Juanmi con la otra y empezó a pajearlos.
RAQUEL.- No sabéis la suerte que tenéis al haberme conocido.
Yo me acerqué, cogí su cabeza y metí mi polla en su boca.
MARCO.- Deja de hablar y cométela bien.
Raquel no paraba, chupaba mi polla tragándosela casi entera y movía ambas manos con rapidez frotando las dos pollas de mis amigos. Juanmi se apartó, se tumbó entre las piernas de ella y dijo que bajará, ella así lo hizo y se clavó el rabo de Juanmi en su coño.
RAQUEL.- ¡Así me gusta cabrón! Estaba deseando tener una polla dentro. ¿Echabais de menos a vuestra puta?
Yo estaba a punto de correrme, saqué la polla de su boca la orienté a su cara y solté toda la leche en sus ojos, nariz y boca. Raquel sacó su lengua y con ella relamió la leche que goteaba hasta sus labios metiéndola en la boca. Entonces se inclinó sobre Juanmi y le dijo a Carlos.
RAQUEL.- Prepárate que ahora quiero tu polla dentro.
Comenzó un rápido movimiento de caderas arriba y abajo que hizo que Juanmi no pudiera aguantar más corriéndose al instante. Entonces acercó un par de cojines, se tumbó encima bocabajo, puso el culo hacia arriba y mojando sus dedos en el coño los llevó a su esfínter anal metiéndolos una y otra vez para dilatarlo.
RAQUEL.- ¿A qué esperas? Mete esa polla en mi culo ya.
Yo me puse de rodillas junto a ella y con mis dedos empecé a acariciar su clítoris con movimientos suaves y rápidos. Mientras, Carlos se ponía detrás, colocaba la punta de su polla en el esfínter y presionaba con fuerza consiguiendo que prácticamente entrase de un golpe.
RAQUEL.- ¡¡Así cabrón!! Así me gusta, métemela hasta el fondo.
CARLOS.- Voy a romperte el culo ¡¡Puta!!
RAQUEL.- Eso es lo que quiero, dame fuerte, dame fuerte, ya sabes cómo me gusta.
Al tiempo que le acariciaba el clítoris con una mano, con la otra le di un fuerte azotazo en el culo.
RAQUEL.- Siiii, así, así, dame más fuerte, soy vuestra puta, dadme fuerte.
Carlos cogió sus caderas y se ayudo de ellas para clavársela más adentro, yo volví a azotar su culo repetidamente hasta que mis manos quedaron marcadas en él.
RAQUEL.- Ummmm, ¡¡Dios!! Como me gusta, dame más, quiero más.
Carlos dijo que se corría y se dejó caer sobre la espalda de ella.
RAQUEL.- Joder cabrones, me vais a dejar a medias, ¡¡Mierda!!
Inmediatamente me puse detrás, como los probadores de la tienda tenían un espejo grande la giré poniéndola de frente a él y cogí su pelo tirando con fuerza hacia atrás, al levantar ella la cara podía ver su rostro de placer y mi corrida anterior chorreando por sus ojos, nariz y boca, en ese momento clavé mi polla en su culo con fuerza y vi como sonreía y pasaba su lengua por los labios lamiendo el semen que aún se deslizaba desde su nariz, realmente tenía cara de puta viciosa. Agarré fuerte sus caderas empujando hacia atrás al tiempo que presionaba con todas mis fuerzas y embestía su culo con violencia.
RAQUEL.- Agggg. ¡¡Que bueno!! Tu si sabes follarme como me gusta, clávala, clávala entera, quiero que me destroces el culo.
MARCO.- Eres una pedazo de Puta, te follarías un equipo de futbol entero si lo tuvieses aquí.
RAQUEL.- Siiii, ahora soy tu puta y me follaría a quien tu quisieras, pero métemela hasta adentro, no pares.
MARCO.- Vamos ZORRA, empuja tu culo hacia atrás para que entre mejor mi polla.
Ella se apoyó sobre sus manos y subió el culo más arriba, Juanmi, que ya se había recuperado de su anterior corrida, se puso delante y metió su rabo en la boca de Raquel, ésta a duras penas podía chupársela ya que no paraba de jadear y mover su culo al encuentro de mi polla.
RAQUEL.- Ummmm, así me gusta, dos pollas tiernas para mí. ¡¡Folladme cabrones!!
Juanmi metía y sacaba la polla de su boca sin parar mientras sujetaba con fuera su cabeza.
JUANMI.- ¡Voy a correrme! Joder, no sé como lo hace esta tía pero consigue que me corra enseguida, la chupa como nadie.
Raquel succionaba el capullo de Juanmi tragando toda la leche que éste soltaba en su boca, cuando acabó me miró y me dijo.
RAQUEL.- Tu no pares hasta que me corra, me encanta tener esa polla dentro de mi culo, es la mejor que he probado en mucho tiempo. ¡¡Fóllame fuerte!!
Yo seguí castigando su culo sin parar hasta que finalmente se corrió.
RAQUEL.- ¡DIOS! ¡Me corroooo! Es la mejor follada que me han dado en mi vida, acaba pronto o no podré sentarme en mucho tiempo.
Descargué mi leche en su culo y me dejé caer a su lado quedando los dos tumbados en el suelo.
RAQUEL.- ¿Esto es lo que quieres de Paula? Lo tendrás, te lo acabas de ganar.
El viernes siguiente Raquel me dijo que el sábado probase de nuevo a tener sexo con Paula, y si ella no quería debía hacerla creer que estaba muy molesto, después, el domingo por la tarde, tenía que ir a su casa sobre las seis, ya que no iba a estar su hija pequeña. Antes tenía que tomarme un par de copas, derramarme un poco por el pantalón y la camisa y fingir que estaba borracho.
Así lo hice, a la hora indicada llegué a la puerta, llamé y me abrió Paula, me preguntó qué hacía allí, yo no respondí e intenté entrar dando un traspié, ella me cogió pero no me dejaba entrar, entonces apareció Raquel y dijo que me llevase al sofá.
RAQUEL.- Paula, no ves que se encuentra mal, llévale al sofá y quítale la ropa que está empapada.
Así lo hizo, me llevó al sofá me desabrochó la camisa y me la quitó.
RAQUEL.- Quítale también el pantalón hija, parece mentira que seas así de pava. ¿Te da vergüenza quitarle el pantalón o qué?
PAULA.- No, es que no me parece bien.
RAQUEL.- ¿Qué es lo que no te parece bien? ¿No le has visto desnudo aún? ¿No os habéis acostado ya?
Yo, aunque fingía estar mal y tenía los ojos semicerrados, miraba de reojo para ver la escena.
PAULA.- Bueno, eso no, aún no.
RAQUEL.- Pero ¿Cuántos años tienes? ¿Tu crees que va a haber algún chico que te aguante así?
PAULA.- Joder mamá, no es tan fácil, después de lo de este verano me cuesta hacerlo otra vez.
RAQUEL.- Al menos le harás sexo oral.
PAULA.- ¡Mamá! Vaya pregunta, lo intento pero creo que no está muy satisfecho con lo que hago, además quiere que me lo trague.
RAQUEL.- Pero hija ¡Tan pava eres! A tu edad yo ya era experta en sexo y te había tenido a ti, es normal que quiera que te lo tragues, es como si te come el coño a ti y cuando vas a correrte se quita y te deja a medias.
PAULA.- No es lo mismo, yo se lo acabo con la mano.
RAQUEL.- ¡Que tonta eres! Se lo vas a hacer ahora mismo aquí para que yo vea cómo lo haces.
PAULA.- ¿Qué dices? Estás loca.
Para sorpresa mía y de Paula, Raquel se puso de rodillas delante de mí, saco mi polla del calzoncillo y empezó a sacudírmela.
PAULA.- Pero mamá ¿Qué haces, estás loca?
RAQUEL.- Cállate y ven aquí conmigo.
Raquel agarró a Paula de la mano y tiró de ella hasta ponerla a su lado.
RAQUEL.- Venga, métetela en la boca para que yo vea si sabes hacerlo o no.
PAULA.- ¡¡Pero mamá!!
RAQUEL.- Ni mamá ni leches. ¡Venga!
Paula se inclinó, cogió mi polla y siguió sacudiéndomela como hacia su madre, después se la metió en la boca y empezó a chupármela.
RAQUEL.- No, así no, tienes que jugar con tu lengua, recorrer el frenillo y después cerrar los labios envolviendo con fuerza el capullo, después y sin dejar de mover la lengua, tienes que meterla y sacarla de la boca, pero siempre succionando con los labios.
Paula probaba pero no era capaz de hacerlo bien, Raquel la quitó y dijo.
RAQUEL.- Déjame a mí, pero mira bien y aprende rápido.
Raquel inició una mamada como la que nos hacia los viernes, sus labios envolvían mi polla y su cabeza subía y bajaba sin parar, de vez en cuando la sacaba y jugaba con su lengua chupando y lamiendo el capullo para después volver a tragársela entera de nuevo.
RAQUEL.- Venga, te toca, chúpasela bien y no se te ocurra retirarte cuando vaya a correrse.
PAULA.- Joder mamá, esto no está bien.
RAQUEL.- ¡Chúpasela como te he dicho y cállate ya!
Paula volvió a comerme la polla, esta vez siguiendo las instrucciones de su madre pero sin utilizar la lengua igual.
PAULA.- ¿Así está bien?
Miraba a su madre esperando su aprobación.
RAQUEL.- Nooo, mira otra vez como lo hago.
Raquel volvió a meterse mi rabo en la boca chupándolo como una verdadera profesional, al ver que yo me tensaba se dio cuenta que estaba punto de correrme, por lo que se retiró y dijo a su hija que continuara ella.
Cuando iba a correrme se lo dije para ver cómo reaccionaba, hizo un amago de retirarse pero Raquel rápidamente puso su mano encima de la cabeza de Paula y la obligó a seguir mamándomela.
RAQUEL.- Trágatelo todo, no se te ocurra perder ni una gota.
Paula continúo chupando, incluso cuando yo descargué el primer chorro de semen en su boca, hizo como que le daban nauseas pero aún así no se retiró, instintivamente yo cogí su cabeza y empuje para que siguiese comiéndomela, ella así lo hizo, continuo tragándose todas las descargas de leche que yo iba soltando.
MARCO.- Siii, ¡Que bien! Me gusta como lo haces, no pares.
Paula miró a su madre y sonrió.
PAULA.- Le ha gustado mamá, le ha gustado. ¿Has oído?
RAQUEL.- Si hija, pero sigue chupando, tienes que tragarte hasta la última gota de leche.
Paula se la sacó, pasó la lengua por toda mi polla y volvió a chuparla con fuerza succionando para no perder ni una gotita, después se incorporó y me beso en la boca metiendo su lengua y pasando parte del semen a la mía.
PAULA.- ¿Te ha gustado mi amor?
MARCO.- Ha sido bestial.
Paula miró a su madre sonriendo y la dio un abrazo.
PAULA.- Gracias mamá, si no es por ti podría haber perdido a este chicarrón.
Cuando se fue al baño para lavarse la boca Raquel se acercó y me dijo al oído.
RAQUEL.- Se acabó, yo ya no tengo nada que hacer contigo.
MARCO.- Te equivocas, aún no me he follado el coño y el culo de tu hija, aún te quedan lecciones que dar.
Raquel me miró y movió la cabeza incrédula.
RAQUEL.- ¿También eso voy a tener que enseñarle?
MARCO.- Tu verás, si ella no lo hace por si sola tendrás que dar un empujoncito, ya te dije, tiene que hacer todo lo que tu haces.
Los días siguientes Paula me hizo unas mamadas de campeonato, estaba claro que su madre la estaba incentivando. El grado de confianza entre Raquel y yo fue aumentando, hasta el punto de contarme datos de su vida que nadie sabía. Poco antes de dejarla su marido, cuando tenía 22 años, dos hijas y estaba en paro, el sinvergüenza la dijo que iba a dejarla por otra a no ser que se acostase también con un amigo, ella, ante el miedo a que la abandonara aceptó, follando con ambos durante una larga temporada, en ese momento fue cuando se dio cuenta que disfrutaba mucho follando con dos hombres. Poco después y a pesar de todo, él la abandonó.
Raquel me prometió ayudarme a conseguir que su hija follase tan bien como ella, solo era cuestión de tiempo…