Mi sobrino, mi esposo 2
Ahora fui suya totalmente y fue maravilloso
Capitulo 2
No sé el tiempo que permanecimos en la ducha, luego de los arrumacos, besos y caricias, me colgué de su cuello, él me tomo por la cintura y yo muy mimosa dije:
C- Quiero que me hagas tuya, quiero ser mujer todos los días de mi vida, porque no podría amar a otra persona…sos el amor de mi vida.
D- Yo también te amo, si cuando tuve relaciones con cualquier mujer siempre pensé que era a vos a la que estaba cogiendo
C- Lástima que lo nuestro va a ser un amor prohibido
D- Tendremos que ocultarlo acá en casa, pero no en la calle ahí podemos salir como novios o como esposos porque nunca vamos a separarnos…
Nos besamos apasionadamente, rodee con mis brazos su cuello me trepé a él rodeando con mis piernas su cintura y fuimos a plasmar ese amor que estaba comenzando como pareja
Él me sujetaba por la cola, empezó a caminar y fuimos a mi habitación, en ella había una cama matrimonial donde íbamos a entregarnos en cuerpo y alma
Me depósito suavemente en la cama yo lo arrastré hacia mí y dije:
C- Hoy aquí en nuestra cama y antes de que sea completamente tuya quiero decirte que juro serte fiel, que sos el amor de mi vida, que te amo más que a nada en el mundo.
Nos besamos y dijo:
D- Yo también prometo serte fiel y que a partir de ahora vas a ser mi esposa aunque no halla papel que lo certifique, pero si te juro que nunca va a haber otra mujer en mi vida
Nos besamos con pasión, enamorados y entregados deseando poseernos mutuamente porque ese día comenzaba algo hermoso, deseado, prohibido. Segundos después nuestras bocas y manos recorrían con pasión nuestros cuerpos, su pene estaba erguido, segundos después mi boca volvía a poseer su pene fueron solamente un par de segundos, mi cuerpo deseaba otra cosa, mi vagina quería ardientemente ser penetrada y dije:
C- Acostate boca arriba…quiero cogerte
Me coloque en posición, su vigoroso pene estaba parado y deseoso de entrar en mi cuerpo apoye mis brazos a los costado de su cuerpo y deslicé mi vagina por su pene sin introducirlo, luego lo acomodé en posición y fui bajando lentamente de manera que su pene entrase en mi húmeda vagina, poco a poco se fue introduciendo en mi vulva, los gemidos de ambos invadieron la habitación, segundos después sentí su pene completamente dentro mío, ahora por fin mis sueños se hacían realidad, en este momento nuestra relación había cambiado para siempre, Diego ya dejaba de ser mi sobrino ahora era mi hombre y yo su mujer, mi cuerpo subía y bajaba sobre su pene, sus manos tomaban mis caderas, su pene majestuoso me estaba haciendo suya. Ambos vivíamos y gozábamos ese momento de entrega total, nuestra respiración era cada vez más agitada con intensos gemidos y gritos, nunca me había sentido así, mi excitación era total y plena al igual que la suya…el final de nuestra primer relación sexual estaba próxima, el gozo era tremendo mi vagina se contraía, mis pezones estaban hinchados y muy sensibles a las caricias de su mano…de su boca; mi piel se estremecía y entre gemidos dije:
C- No aguanto más… mi…amor…acabemos juntos…
Mi pedido fue como una orden, nuestros cuerpos estallaron al mismo tiempo, mi boca gritó, mi cuerpo se acostó sobre el de Diego sus brazos se entrelazaron en mi espalda y me sentí desfallecer cuando su pene empezó a fluir semen dentro de mi cuerpo, mi vagina recibía torrentes de semen y en ese momento comprendí que estaba gozando de mi mejor relación sexual y nuestras bocas se unieron en un apasionado y prolongado beso que finalizo cuando por fin la calma invadió nuestro cuerpos, pero la calma fue breve. Nuestra pasión era total y el deseo invadía nuestros cuerpos.
Su boca me besaba se adueñaba de mi cara, de mi cuello, de mis senos, y su pene estaba vigorosamente duro propio de un adolescente, el deseo nos invadía por igual, tome su carita con mis manos lo besé en la boca y mimosamente dije:
C- Ahora ya soy tu mujer, pero quiero seguir cogiendo… amo tenerte dentro mío….nunca gocé tanto
D- Tu pedido es una orden, cogerte es lo mejor que me pudo pasar, siempre lo desee, lo soñé, lo imagine nunca pensé que mi deseo por vos se hiciese realidad….te amo Claudia
No usamos preservativo, él se colocó frente a mí de rodillas, yo abrí mis piernas y comenzó a jugar con mi vagina deslizando la punta de su pene sobre mi raja, mi boca gemía, gritaba, mi cuerpo se contorsionaba, mis manos aferraban las sábanas, nunca me había sentido así; su pene entró en mi vagina lentamente el momento era sublime… hermoso, ahora Diego volvía a hacerme suya, nos besamos desesperadamente, besaba mis senos, los mamaba y mordisqueaba mis pezones, duros y erguidos como nunca. En un momento se detuvo se incorporó y dijo:
D- Te amo Claudia, te amo desde siempre, cuando me masturbe por primera vez, lo hice pensando en vos, más cuando entraba en tu habitación a ver tu ropita interior
C- Me encanta oírte decir eso, yo también te amo, pero lo nuestro no va a ser fácil debemos mantenerlo oculto, te amé como tía, ahora te amo y te deseo como mujer y después de hoy no podría vivir sin vos a mi lado…
Nos besamos apasionadamente durante varios minutos, su pene vigoroso recorría mi vagina era hermoso sentirlo así invadiendo mi intimidad mientras veía su carita de placer y deseo.
C- Esto es hermoso nunca sentí tanto placer… deseo disfrutarlo al máximo
D- Y lo vamos a hacer amor
Nos besamos cual adolescentes y después le pedí hacerlo en posición de perrito…
Me acomodé sobre la cama su pene jugueteo un poco en la puerta de mi vagina aumentando mis deseos por volver a tenerlo dentro mío, mi vagina estaba empapada entonces empecé a sentir como volvía a penetrarme, su grueso pene volvía a invadir mi nido de amor y eso me excitaba más aún, él la metía y la sacaba lentamente, por momentos me tomaba las tetas desde atrás, a veces se recostaba sobre mí y su lengua lamia mis orejas y cuello, y eso me excitaba más, mi boca no paraba de gemir… más aun cuando me decía lo hermoso y delicioso que era tenerme así, y más aún sentir su pene recorriendo mi vagina, luego sus movimiento se aceleraron y no pude aguantar más… mi cuerpo estalló en un infernal orgasmo, el continuaba penetrándome lo que hizo que mi orgasmo se prolongase, de pronto empezó a gemir, su pene estalló y mi vagina se llenó de torrentes de cálido semen. Cuando me la saco, tome su pene se lo chupe hasta dejarlo limpito, yo disfrutaba eso sobremanera porque le encantaba mi lengua envolviendo la cabeza de su pene.
Una vez calmados nos fuimos a duchar juntos, el me alzó en sus brazos y nos besábamos mientras me llevaba hacia la ducha, nunca había sentido tanta excitación estaba dispuesta a todo, a entregarme por completo me bajo y el agua empezó a mojar nuestros cuerpos, pero lejos estaba el agua de aplacar tanta pasión…tanta calentura, yo rodee su cuello con mis brazos y nos besamos con inusitada pasión, se arrodillo delante mío y volvió a poseerme oralmente hasta lograr que mi cuerpo volviese a estallar en un nuevo orgasmo, cerró la ducha, nos secamos, luego me tomó en sus brazos y me llevó a la habitación, nos acostamos, nunca había estado tan caliente mi único deseo era volver a ser suya.
Yo me acosté boca abajo, él se sentó a mi lado, pasó su dedo por mi espalda, por mis nalgas y bajó hasta mis tobillos, su mano y su boca comenzaron a recorrer mi cuerpo desde mis tobillos, mi cuerpo vibraba de pasión y deseo mientras me decía lo hermosa que era, lo mucho que me deseaba y que yo era la mujer de su vida, que mi cuerpo era perfecto… acarició mis nalgas, luego las beso, las lamió, las chuponeo puso su cara entre mis piernas, separó mis nalgas y su lengua lamió mi ano, y siguió lamiendo ese camino que lo llevaba de mi ano a mi vagina sentí mi piel estremecerse como nunca mi única experiencia anal no había sido placentera fue casi forzada, en cambio ahora era distinto Diego me estaba llevando a extremos de intensa pasión pero estaba dispuesta a ser completamente suya y ese momento fue el inició de mi entrega anal, mi boca grito de placer y su boca se hundió más en él, mi mano tomó un pote de crema se lo di y dije:
C- Quiero que me hagas la cola, lubrícala bien, solo una vez me la hicieron y fue forzada, pero ahora quiero que vos seas el dueño de todo mi cuerpo
D- Si mi amor tenes una cola perfecta… siempre en mis sueños la desee
Le pedí que lo hiciese despacio, cuando me poseyeron era una adolescente y el pene de Diego era bastante poderoso, sentía un poco de temor, pero mis deseos lo superaban yo me puse en 4, Diego lubricó mi ano, su dedo lo hizo suavemente como si fuese algo frágil, luego me tomó por la cintura y arrimó su pene a las puertas de mis nalgas sin penetrarme, abrió mis nalgas y colocó su pene a la entrada de mi ano, mi boca gritó de placer, mientras una de sus manos se deslizó por mi vagina y su dedo masajeaba mi clítoris con lo cual mi cuerpo se relajó. Diego aprovecho ese momento para tomarme de las cadera, separar mis nalgas e introducir la punta de su pene en mi cola.
Mi boca lanzó un inmenso alarido de placer, luego avanzó un poco su miembro dentro mío, me tomó por las caderas y se quedó quieto de manera que mi cuerpo aceptase su virilidad y que yo degustase esa invasión. Pasados unos segundos continuó ingresando lentamente, por momentos se detenía, me besaba, me decía palabras de amor. Poco a poco su pene se adueñó por completo de mi ano. Luego comenzó a follarme lentamente, me encantaba que me cogiese así, me encantaba su delicadeza y su vigorosidad ese momento fue deliciosamente hermoso, me sentía en otro mundo, mi boca lanzaba gemidos de placer y algo de dolor que retumbaban en la habitación
D- Así mi amor espero que este momento sea inolvidable para los dos…
C- Si cielo, me encanta mi amor… tenerte así dentro de mí es lo más hermoso que me pasó en la vida… te amo tanto
El momento era fantástico nunca había sentido nada igual, el vaivén de su pene dentro mío era inigualable, el placer me invadía, deseaba sentir su semen recorriendo mis entrañas pero a la vez deseaba que esto no acabase nunca. Luego de varios minutos empezó a cogerme en forma más acelerada, hasta que sus manos aferraron mi cuerpo y su pene comenzó a lanzar torrentes de cándido semen, seguidamente mi cuerpo convulsionó y tuve el orgasmo más intenso de mi vida hasta ese momento, me corrí como nunca, su cuerpo se echó sobre mí, su respiración al igual que la mía era muy intensa y sus palabras de amor me ponían aún más loca. Cuando su pene perdió rigidez lo retiró de mi cuerpo.
Yo me eche sobre la cama, el sobre mí, y dijo:
D- Te amo Claudia… sos el amor de mi vida.
C- Ay Diego nunca pensé que algo así pasaría, el año pasado para mi cumpleaños cuando me besaste en la comisura de mis labios, comprendí que te deseaba como hombre y hoy que me hiciste tu mujer me siento muy dichosa porque hoy viví el día más intenso y feliz de mi vida
D- A partir de hoy todos los días de nuestras vidas van a ser iguales, porque desde hoy somos marido y mujer y nada ni nadie podrá separarnos. Te amo Claudia
Ese fue el comienzo de nuestra historia de amor, el día continuó con la misma intensidad día continuó, hasta la madrugada hicimos el amor varias veces más, la pasión, el deseo, el amor era tan intenso que nada podía aplacarlo.
Esos 25 días que estuvimos juntos fue nuestra luna de miel. Cuando mi hermana volvió bajó un poco la asiduidad de nuestros encuentros, pero siempre durante 5 años salimos juntos si levantar ninguna sospecha. A veces teníamos sexo en casa y en otras oportunidades en varios hoteles alojamiento.
Un día durante la cena mi hermana y su marido nos dijeron que ellos tenían una oferta laboral muy importante que no podían rechazar en el exterior y quería que yo fuese con ellos, no acepté porque ya tenía mi estudio y laboralmente todo iba perfecto…supuse que el final de mi relación con Diego llegaba a su fin…pero mi sorpresa fue mayúscula cuando él dijo que no le gustaría ir a EE UU, y que también se quedaba. Un mes después ellos viajaron, previamente mi hermana me pidió que cuide de Diego, como su madre postiza y vaya que cuide de Diego no como su madre postiza sino como una esposa sin papeles, pero estar con él fue lo mejor que nos paso porque a partir de ese momento pudimos ser esposo en nuestra casa
Pasaron ya 17 años, pero nuestra pasión y nuestro amor siguen intactos como ese primer día