Mi sobrino, mi esposo 1

El deseo po él fue en aumento hasta consumar nuestra historia de amor

Esta historia comenzó hace 18 años y hoy me animé a contarla, ese día dimos rienda suelta a este inmenso amor que aún hoy nos une… un amor prohibido…un amor deseado… un amor irrefrenable, un amor incontenible entre tía y sobrino…

Mi nombre es Claudia y cuando esto sucedió tenía 27 años, mi sobrino se llama Diego en ese entonces tenía 18 años.

Mi hermana se hizo cargo de mí cuando yo tenía 8 años, porque nuestra madre falleció de cáncer, mi hermana se había casado unos meses antes. Cuando Diego nació, colabore en su crianza, ya que buena parte del día era la que lo cuidaba mientras mi hermana trabajaba. Él era mi debilidad…lo cuidaba, lo protegía, lo mimaba. El único momento de menor convivencia fue cuando comencé la facultad donde me recibí de abogada. Pero igualmente siempre teníamos algún día para nosotros.

Con el tiempo comprendí que mis sentimientos hacia él no eran de tía ni de hermana comencé a sentir por él extrañas sensaciones, mi cuerpo vibrara al verlo, me estremecía cuando su piel rozaba la mía y ni que hablar cuando nos saludábamos con un beso en la mejilla y sentía celos cuando Diego salía con alguna chica, pero todo eso terminaba cuando él estaba a mi lado.

En soledad pensaba sobre mis sentimientos por él no podían ser, que debía olvidarme de mi sobrino. que debía buscarme otro hombre…y así miles de cosas, pensaba que debía alejarme, irme a vivir sola, alquilar un departamento, distanciarme para poder olvidarlo…pero todos esos pensamientos se derrumbaban como un castillo de naipes cuando al otro día me cruzaba con él.

Cuando terminó sus estudios en la fiesta de egresados pidió que mi hermana y yo le entregásemos la medalla, y en el momento que nos sacamos la foto y nos tomó a ambas de la cintura, mi cuerpo se estremeció y en ese momento comprendí que nunca podría dejar de desear a Diego…nunca una mano en mi cintura me hizo estremecer tanto, y ese deseo  se potenció más aún luego de lo que descubrí unos pocos días después.

Un domingo al llegar a casa Diego estaba solo en el living mirando futbol por TV, mi hermana y su esposo no estaban en casa ya que se habían ido a visitar a unos amigos, lo saludé, lo noté un tanto nervioso, charlamos un rato, yo estaba cansada  así que decidí acostarme un rato y ducharme. Cuando salí  de la ducha abrí el placard y mi ropa interior estaba algo revuelta, yo soy muy prolija y eso no estaba como lo había puesto, ahí comprendí el nerviosismo de Diego, él debió haber entrado en mi habitación y estuvo husmeando mi ropa interior, tangas, corpiños, baby doll, me sorprendió eso pero lejos de enojarme me sentí dichosa porque eso significaba que le gustaba como mujer.

Me recosté en la cama e un tanto excitada, y no podía dejar de pensar en ello, en que ropa le había gustado con cual le gustaría verme, si se había masturbado con esa ropita, no podía dejar de pensar en ello, y me iba tocando pensando que era su mano la que acariciaba mi cuerpo me excité tanto que tuve el mejor orgasmo de mi vida, no era la primera vez que me masturbaba pensando en él, pero ese día fue  maravilloso nunca había sentido tanto placer…

Cuando bajé a la casa vi a Diego sentado en el living, me fui acercando a él casi provocativamente, me senté a su lado apoyé mi cabeza en su hombro tomé su mano entrelacé sus dedos con los míos, hablé con él muy dulcemente y lleve nuestras manos al borde de mii pollera y sentí mi cuerpo estremecer cuando sentí su piel sobre una de mis piernas, pero todo terminó abruptamente, cuando escuché las voces de mi hermana y mi cuñado solté su mano, y me quede quieta, al rato subí a mi habitación y volví a masturbarme, nunca había estado tan excitada.

Luego bajé para cenar, miramos los 4 una película, pero no recuerdo cual era. Yo no podía dejar de pensar en lo que había descubierto en mi habitación, no podía dejar de pensar en Diego, luego todos nos fuimos a dormir Diego había conseguido un trabajo y se levantaba muy temprano, así que apenas terminó la película se fue a dormir, se despidió como siempre con un beso en la mejilla pero  cuando lo hizo, mi boca casi besó la comisura de sus labios nunca me había atrevido a tanto…

Pasamos las fiestas de Navidad y Año Nuevo con la familia de mi cuñado que vivían en Córdoba y que vinieron a nuestra casa, en esos días nunca pudimos estar a solas, pero mis deseos por Diego iban en aumento.

El 3 de enero mi hermana y mi cuñado durante la cena dijeron que decidieron tener una segunda luna de miel ya que se irían de viaje a Bariloche al mismo hotel  donde estuvieron cuando se casaron. Ahí estaría 10 días  y los otros 10 lo destinaría a recorrer el sur y detenerse e n todos los lugares que les gustasen, por lo tanto volverían a fin de mes… eso para mis oídos fue maravilloso porque estaría a solas con Diego por 25 días si él  me deseaba como yo, nosotros también podríamos tener nuestra luna de miel, porque yo no trabajaba porque hasta fin de mes porque estaba la feria.

Fui a mi cama, deseando que llegase ese viernes en que los 2 estaríamos completamente solos y así poder dar rienda sueltas a todos mis deseos. Si lo pensaba fríamente todo era una locura, pero no estaba para pensarlo así, mi calentura y mis deseos por Diego no permitían que lo pensase de esa manera.

Lo que restaba de esa semana acompañe a mi hermana a hacer compras para el viaje, y disimuladamente empecé a coquetear a Diego y a mostrarme más provocativa con mi cortas polleras, ropa ajustada y escotes insinuantes, y delante de él ya no me cuidaba al cruzarme de piernas y eso hizo mella en Diego noté sus miradas penetrantes como intentando desnudarme con sus miradas

Los días parecían eternos, parecía que ese viernes no llegaría nunca, cuando salíamos de compras con mi hermana lo primero que hacia cuando llegaba era ir a mi habitación a ver mi placard, mi ropa estaba más ordenada pero no en la misma posición que yo las había dejado, evidentemente Diego entraba en ella cuando yo no estaba en casa. Y así día a día mis deseos por él iban en aumento y ese deseo solo podía calmarlo masturbándome.

Así llego el tan ansiado viernes a la mañana fuimos a llevarlos al Aeroparque, el día era sumamente caluroso a las 8 de la mañana hacía ya casi 30°, yo llevaba puesto un pantalón negro muy ajustado y una remera a tiritas también ajustada que marcaba mis senos e insinuaba levemente lo paradito de mis pezones ya que no llevaba corpiño, y  unas sandalias abiertas de taco bajo

Iba manejando el auto con Diego sentado a mi lado y mi cuerpo era pura adrenalina, nunca había sentido tanta excitación, ese deseo por lo prohibido me ponía así, más lo miraba y más lo deseaba.

Estuvimos algo más de una hora en la sala de espera, hasta que ellos subieron al avión, era normal que Diego me tomase de la mano, pero cuando el avión despegó la apreté fuertemente empecé a sentirme mucho más excitada, los 30 minutos del viaje parecieron eternos, quería llegar a casa y entregarme a Diego si todo salía como lo pensaba no quería desperdiciar un solo momento.

Llegamos a casa, entré el auto al garaje, en el camino compramos helado, ya eran la 13:30, preparamos unos sándwich y eso junto con el helado fue nuestro almuerzo y  dije:

C- Hace mucho calor… ya vengo me voy a poner algo más liviano

D- Si yo también

Entré a mi habitación y estrené el conjunto playero que me había comprado para ese momento, me cambié, me maquillé y di los últimos toques, llevaba mi cabello negro largo y suelto, ojos maquillados, mis labios en un rojo carmín, piel trigueña, unos aros en mis orejas. La parte superior de la bikini era de color rosa, los breteles se sujetaban por detrás de mi cuello, mis senos de buen tamaño estaban muy expuestos un pequeño triangulito que ocultaban mis pezones y una parte de mis senos debajo de ellos y una tirita que unía ambas tazas, llevaba una pulserita en mi muñeca que vino con el conjunto del mismo color y un solcito de jean color blanco de tiro bajo y muy ajustado por detrás asomaban levemente mis nalgas y llevaba chinelas rosas. Soy alta 1,72 mt, y mis medidas son 95-65-98, cuando bajé mi sobrino clavó mis ojos en mí, él estaba sentado en  el sillón con el control remoto viendo fútbol, yo me senté en el piso apoyada contra el sofá, tomé mi libro pero no pude  leer un solo renglón.

Diego solo tenía puesto un short azul con vivos rojos. Lo miraba de reojo yo estaba sumamente excitada deseaba a Diego más que a nada en el mundo, sabía que mis sentimientos por él no eran lógicos pero no podía contenerme más, lo amaba, y deseaba sobremanera que él se adueñase de mi cuerpo, estaría sola con él durante 25 días y nadie podía interrumpir eso. Alguna vez tuve pensamientos incestuosos con Diego pero intente sacarlos de mi mente pero volvieron a reflotar cuando descubrí  que él entraba en mi habitación y revisaba mi ropa interior eso volvió a ocupar mi mente y a potenciar mis deseos. Diego es muy bonito de cara, de rasgo suave, cabello castaño levemente larguito, 1,82 de altura, delgado pero musculoso, de piel blanca, dorada por el sol, ojitos marrones, una boca seductora y carnosa.

Luego de sentarme en el piso tomé mi libro de lectura  pero en realidad lo que menos hice fue leerlo mi mirada se desvía hacia él, miraba su torso desnudo, sus pectorales, su carita de ángel, sus brazos musculosos e imaginaba mi cuerpo envuelto por ellos y su boca besando mis labios, notaba que su mirada se desviaba  hacia mi casi disimuladamente, era evidente que yo le gustaba…pero por lo visto no iba a hacer más que mirarme, si quería cambiar la historia debía hacer algo pero no sabía que… y en un rapto de frustración por lo que estaba sucediendo tomé un almohadón del sillón y se lo arrojé con algo de bronca como diciendo “que esperas para hacerme tuya…”, él me lo devolvió arrojándomelo, y así comenzó esa guerra de almohadones, yo le arroje uno que impacto de lleno en su cara y que provocó una carcajada en mi…

Él se incorporó y vino hacia mi llevando el almohadón en sus manos cuando quise darme cuenta el almohadón estaba sobre mi cara yo intente quitármelo pero Diego me lo impedía su fuerza era superior a la mía de tal forma que quede acostada en el piso, los dos reíamos a carcajadas.

En el forcejeo él quedo prácticamente sobre mí, y yo me revolcaba en el piso intentando salir de esa situación, pero hubo un momento en el cual una de mis piernas quedo ubicada entre las suyas, en ese momento noté una leve erección en su pene eso me enloqueció y excitó aún más me seguí revolcado en el piso pero movía mi pierna de manera de obtener una mayor erección de su pene, poco a poco noté como mi objetivo se iba cumpliendo hasta notar una erección infernal el tamaño de su pene era mayor del que yo imaginaba lo cual hizo aumentar sobremanera mis deseos, entonces decidí no perder esa oportunidad estaba totalmente dispuesta a poseer ese maravilloso pene en mi cuerpo, no sé de donde saque fuerzas pero en ese movimiento continuo que tenían nuestros cuerpos en el forcejeo pasé yo a quedar sobre él, en ese momento noté que mi bikini dejaba ver la aureola de mi seno izquierdo, yo estaba completamente agitada, excitada y caliente podía sentir la dureza inconmensurable de su pene, extendí los brazos de Diego tomándolos de las muñecas acerqué mi cara a la suya y con voz agitada y entrecortada dije:

C- Ya no estamos para jugar estos juegos, se te paró, estás excitado por mí, y yo también lo estoy por vos desde que descubrí que vas a mi habitación a revisar mi ropa interior, eso me excitó en demasía…te deseo tanto, quiero ser tuya……

Diego quedo un tanto paralizado por mi confesión, deje de presionar sus muñecas, me acosté sobre su cuerpo y le di dos o tres pequeños picos sobre su boca, recién ahí reaccionó sus manos se depositaron sobre mi cola y mis piernas ahí nos dimos el primer beso con un comienzo suave y tierno hasta convertirse en un beso por demás violento lleno de pasión enloquecedor y con nuestras lenguas unidas que se prolongó por más de diez minutos.

Entonces nuestras bocas se separaron, y con voz agitada dije:

C- Te amo y te deseo

D- Yo también Claudia

Me incorporé un tanto llevé mis manos  hacia atrás, desprendí el corpiño de mi bikini hasta retirarlo de mi cuerpo de manera que pudiese ver en todo su esplendor mis senos redondos y mis pezones rosados y erguidos; en su carita quedó reflejado todo el placer que mis senos le provocaban al verlos desnudos, entonces me pegué a su cuerpo como para que pudiese tomar contacto con ellos su boca emitió al igual que la mía un leve gemido, entonces mis senos se fueron deslizando por su pecho durante algunos segundos, una indescriptible sensación se apoderó de mi cuerpo. el placer como nunca se  había apoderado de mí y mis pezones al tomar contacto con su piel se habían hinchado y parado como jamás antes me había sucedido.

C- Sentí mis pechos, te gustan, mi amor

D- Si, todo en vos es hermoso

C- Mis pezones se hinchan cada vez más.... jamás me sentí tan caliente… te amo tanto…quiero ser tuya

Luego de recorrer su tórax por completo  me incorporé sentándome sobre su vientre; el llevó sus manos a mis senos y los acarició suavemente:

C- Ahora mis pechos son tuyos, haceme sentir que vos sos el dueño de ellos.

D- Son preciosos, pero no solo tus pechos, sos hermosa… me gusta tu cara, tu cola, tus piernas, todo tu cuerpo y tu forma de ser, ay Claudia me gustas tanto...te amo tanto…

C- Me encanta oírte decir eso y que ya no me digas tía, ahora empezas a ser el hombre de mi vida y el dueño exclusivo de mi cuerpo.

Él se recostó sobre mí, sus manos acariciaron mis pechos sentí mi cuerpo vibrar nunca como nunca antes… un enorme gemido partió de mi boca, entonces comenzó a lamerlos, a besarlos, a succionarlos, mis pezones se hinchaban más y más dentro de su boca mientras tanto mis manos acariciaban su cabeza jugueteando con su cabello.

Durante varios minutos sentí que su boca se adueñaba de mis senos y un enorme placer me invadía, luego su boca fue en busca de la mía y se unieron en un beso enloquecedor, placentero y apasionado durante varios minutos, luego  mis manos con desesperación comenzaron a desprender su pantalón mientras las suyas desprendían mi short y empecé a sentir como esa prenda iba retirándose de mi cuerpo. Diego llevaba un slip negro y era indisimulable el enorme bulto de su erguido pene; mi cuerpo vibraba al pensar que esa maravilla en poco tiempo iba a ser mía, yo estaba sobre el piso con una muy pequeña tanga roja de encajes que apenas me cubría por delante y  por detrás, luego me acosté sobre él y lo besé con desesperación  mientras sus manos comenzaban a acariciar mis nalgas con extrema suavidad…mi cuerpo vibraba ante cada caricia.

Pasaron varios minutos así pero ya no soportaba deseaba sentir su pene en mi boca, tomé su slip con mis manos hasta quitarlo…tomé y acaricié su pene con mis manos dije:

C- Ay mi amor…es maravilloso… jamás pensé que fuese  tan grande va a ser hermoso comértelo.

Su mano incursionó bajo mi tanga mi vagina depilada estaba muy humedecida por el placer, mi boca gimió y mi cuerpo se estremeció al sentir su mano deslizarse por ella, sus manos comenzaron a bajar mi tanga, lo último que quedaba cubierto de mi cuerpo ahora ambos empezábamos a adueñarnos del cuerpo del otro…

Luego de besarnos apasionadamente, Diego abandonó mi boca y colocó la suya entre mis piernas, mi respiración se aceleró, mi cuerpo vibraba, mis pezones tomaron una dureza increíble parecía que iban a estallar, su boca beso mi vagina, mi cuerpo se estremeció y un profundo y apasionado beso partió de mi boca, su lengua se deslizó por mi raja, separo mis labios vaginales y comenzó a besarlos, luego se apoderó de mi clítoris, lo besaba. lo lamía, lo chupaba, mi cuerpo vibraba,  mis manos jugaban con su cabello mientras mi boca era un concierto de gemidos y gritos, nunca había sentido tanto placer, me encontraba en el paraíso…

C- Así mi amor, esto hermoso…siii...sii, lamemela toda, voy a acabar como nunca…

Mis palabras lo motivaron aún más, jamás nadie me la había chupado así, estaba teniendo el mejor sexo oral de mi vida

Su lengua se apoderó de mi clítoris y suavemente lo chupó luego sus labios lo tomaron, nunca me había sentido así, estaba muy caliente, mi vagina estaba totalmente mojada, luego su lengua se introdujo en las profundidades de mi vagina, el placer se apoderó de mí, su boca lamia mi sexo, el placer que sentía era extremo, difícil de explicar con palabras, por más que deseaba que esto se prolongase sabía que mi cuerpo no aguantaría más, su lengua recorrió un par de veces el interior de mi vagina, mi cuerpo al igual que mi vagina estaban extasiadas de tanto placer, y estallé en un orgasmo infernal, jamás me había sentido así mi cuerpo se convulsionaba mi vagina se contraía su boca se adueñaba de mi orgasmo, pasaron varios minutos hasta que mi cuerpo se estabilizo y mis vibraciones se aquietaron, nuestros besos, caricias y deseos nos mantuvieron ardientes…

Luego de algunos pocos minutos mi boca fue bajando por su cuerpo, con besos, chupones y caricias, en busca de la joya de su miembro viril, deseaba sobremanera sentir el sabor de su semen, sus manos acariciaban mi cabello, llegue a su bajo vientre, tomé su pene con una de mis manos y lo bese en toda su extensión, su boca gimió eso me incentivó aún más, bese sus testículos y subí por su pene con besos y lamidas, así hasta llegar a la punta, miré su glande rojo lo apoyé contra mi cara y dije:

C- Papi…es hermoso… suavecito…me lo voy a comer todo, hasta que tu pene me de esa lechita que tanto deseo…te amo mi amor…hoy es el día más feliz de mi vida

D- Yo también te amo…te amo desde que tengo uso de razón

C- Mi amor….

Mi boca beso su glande, humedecido por los primeros líquidos pre seminales, su sabor era dulce, mi lengua golosa los saboreo y poco apoco mi boca se fue apoderando de tan maravilloso manjar, el cuerpo de Diego se revolcaba sobre la cama, su boca gemía constantemente, instantes después lo tenía todo dentro de mi boca y fue hermoso porque no solo era deseo sexual nos estábamos entregando por amor, un amor que hasta ese día no nos atrevimos a pronunciar y fui succionándolo con placer. Su pene entraba y salía de mi boca, primero lentamente  como deseando que siempre estuviésemos así, pero mis deseos aumentaron lentamente el ritmo hasta tornarse violentamente apasionado a tal punto que su resistencia flaqueo y su pene eyaculó torrentes de cálido y dulce semen que mi boca saboreo y deglutió hasta beber hasta la última gota.

Nos besamos apasionadamente hasta que nuestros cuerpos se calmaron, luego nos fuimos a duchar juntos entre  besos, caricias y juramentos de amor eterno… (CONTINUARA)