Mi sobrino, el hijo de Oscar mi amante
Era un niño de 8 años cuando su papá me hizo su amante, ahora es toma la estafeta y se convierte en mi amante , mientras lo comparo en secreto con su papá.
Hola amigos, ¿me recuerdan?...bueno, hace mucho, mucho tiempo no escribía otro relato de mis intimidades. Y es que aunque mi deseo sexual es el mismo, la situación es un poco diferente.
Mi marido ha sabido de mis aventuras pero nunca que su propio cuñado fue el primero, ni de mi hijo, mucho menos que he sido poseída por algún perro. Solo que me encanta el sexo y contarle con detalle lo que hago con otros lo calienta. Actualmente ya no vive conmigo, regresó con su joven esposa y nuestra relación es de amigos y de vez en cuando hay sexo incluso me lleva a lugares de intercambio y veo que verme con mi esposo cada vez es más espaciosa y más de amante que de esposa, la diferencia es que la de la casa grande soy yo. Mi hija de 17 años me pide que me separe definitivamente de él y me case con otro. Tampoco sabe que su mamá es adicta al sexo.
Mi perro chocolate ¿se acuerdan?, ya no tiene la potencia de antes, y prefiero cuidarlo como se merece, a ese si le voy a llorar cuando muera. Por cierto, solo Tony, que ya no supe de él, supo de mi gusto por los perros porque a veces que lo hacía con él, invitaba a su perro después de que me llenaba de leche. He decidido ya no hacerlo con algún can, aunque lo disfruté mucho, me comprometí conmigo misma a olvidarme de ese lado perverso que tengo. Aunque tengo otro labrador color miel de un año, que me regalaron, no está en mis planes, pues no quiero pensar que sucedería si mi hija me descubre un día pegada a un perro. Por eso mi decisión y mi temor.
Mi hijo el mayor se casó con una chica a la que le veo cierto parecido a mí, sobre todo en mi cuerpo cuando tenía 20 años, vive en otro estado de la república y la intimidad con él es ocasional, lo hacemos de una manera natural, sin culpas, sin remordimientos pero los encuentros sexuales ahora son muy espaciados, y sin la efusividad de su adolescencia, ni su idea de embarazarme. De hecho el sexo es ocasional, podemos estar solos y no precisamente cogiendo, lo hacemos solo cuando tenemos ganas, como cuando los esposo se aburren del sexo. En la intimidad lo veo como un amante más, fuera del sexo como mi hijo. Pero al hacerlo con él, me viene a la mente que soy una cínica e hipócrita pues yo misma tengo sexo con mi hijo, y no permití que mi esposo tuviera sexo con su propia hija, me pareció aberrante, sin embargo, mis acciones han sido peores, con distintos hombres, con perros y con mi propio hijo.
Mi hijo menor, ¿recuerdan?, hijo de uno de mis primeros amantes, ya tiene casi 9 años, mi hija ya tiene 17 años, viven conmigo. Ella es mi mayor preocupación ya que aunque se viste algo coqueta, su cuerpo es hermoso y atrae las miradas de hombres, me doy cuenta que la ven con lujuria, y cuando vamos las dos a algún lugar nos piropean, cosa que le molesta y más se molesta cuando me ve con ropa muy sugerente. Delante de sus amigos visto más recatada. Tiene su novio, pero es una chica de familia que llega temprano a casa y no se desvela. Trato de cuidarla pero llagando su mayoría de edad ya tendrá oportunidad de decidir y contará con mi apoyo, claro que siempre ocultaré ciertas cosas de mi vida. Ella es hasta hoy mi mayor preocupación, es de lo mejor que tengo de la familia, su educación, su afán de ser útil, de ayudar, apoya instituciones de beneficio, ama los animales, odia la pornografía, la infidelidad, es una chica romántica como muchas de su edad, en fin nada que ver conmigo, por lo que trato de ser discreta.
La viuda de Oscar, o sea, la hermana de mi marido, rehízo su vida con otro hombre y se fue a vivir a un estado de la costa, es una linda persona y jamás supo de mis aventuras con su esposo, esto se lo agradezco a mi suegra que murió llevándose el secreto. Su hijo de 15 años que decidió quedarse en la ciudad, a veces en la casa de unos tíos, a veces en mi casa. Tiene todas las facciones y actitudes de su papá, por lo que tengo cuidado que mi hija no vaya a cometer una locura pues es muy efusiva y cariñosa. Pero descubrí que no iba precisamente por visitar a su prima, mi hija, sino a verme a mí, como estaba atenta a lo que hacía, lo miraba mucho, creo que confundió las cosas y supuso que pretendía algo con él. Traté de ser más discreta pero notaba que ya estaba más conmigo que con su prima, y llega cuando yo estoy sola.
Hace unos meses alguien me contactó a través de mi correo personal, coqueteándome según ni me conocía, entonces le di el correo que aparece en mis relatos publicados, el contacto fue más constante, y más atrevido, me aseguraba ser de lejos de mi ciudad, y confiada platicaba con él cosas atrevidas. Yo le hablaba de “mi soledad”, de mis ganas pero que mi marido ya no estaba conmigo y a veces tenía qué masturbarme, (tal mentira claro pues ha habido quien me complazca. Casi un mes después me pidió que pusiera la cámara, le dije que no tenía, y por “pura casualidad”, mi sobrino me regaló una. No me pasó por la mente nada sospechoso. El contacto por internet siguió más atrevido, me enviaba fotos de su pene, yo le decía que se veía rico, que me enviara de su cara, me insistió en fotos mías, y empecé con algunas donde solo muestro mi trasero. Puso su cámara pero no hacia su cara sino de la cintura para abajo, y empezó a masturbarse, me pidió pusiera la mía, me calentó y lo complací, pero de igual manera, no mostré mi rostro, solo mi trasero y mis senos, escuche que se venía, al ver hacia el monitor me di cuenta que efectivamente eyaculaba y su semen caía en la palma de su mano, casi la llena, entonces me senté y empecé a masturbarme, ya caliente abrí más la cámara para que me viera la cara de cachonda que pongo cuando estoy caliente, me pidió que mostrara mis nalgas, me acomodé empinada y se las mostré al mismo tiempo que frotaba mi raja, apretaba mis tetas, y me vine como loca.
Me quedé quieta para relajarme y calmar mi respirar, al ponerme de nuevo en el monitor, iba a quitar la cámara cuando él mostró su rostro, ¡era mi sobrino!, sin pensarlo me desconecté y me puse nerviosa, fue una trampa. Pero sin ser hipócrita, algo me decía que la persona me conocía y yo a él.
Me gustó su atrevimiento, pero me hice la ofendida, en casa si estábamos solos trataba de propasarse aunque discretamente. Hace un mes, en el fin de semana del “buen fin” (jajaja), me estaba bañando, escuché que tocaban la puerta, y grité que ya iba, cuando fui a abrir, vi que era él, le dije que me esperara para vestirme y pasarlo, pero el canijo pasó sin esperar. Cerró la puerta y entró, solo pensar que me deseaba empecé a calentarme pero traté de contenerme, le di la espalda para subir a mi habitación y noté que no me quitaba la vista de encima, traía una toalla en mi cuerpo que apenas cubría mis nalgas, por lo que imagino vio de más, y le dije que cerrara los ojos, el atrevido me ignoró sin importarle miraba mis piernas y seguí subiendo las escaleras tratando de cubrirme. Mientras me vestía escuché que trató de abrir la puerta pero le había puesto seguro, tocó y desistió cuando llegó mi hija con su hermano menor de la escuela.
El acoso aumentó, ya no le hacía caso a sus mensajes de correo, pero me llamaba diciéndome que había grabado el momento en que me masturbaba en internet, y que me deseaba porque le parezco sexy, que se masturba desde hace mucho pensando en mí. Trataba de ignorarlo, hasta que un día me dijo;
--“si no es contigo tía, lo haré con mi prima”—enojada le advertí que ni lo intentara, que no sabía de lo que era capaz, su respuesta fue cínica; --“tía, tu si sabes de lo que yo soy capaz”—“esta noche me quedaré aquí, déjame entrar a tu cuarto”—Le di la espalda sin responder.
Esa tarde mi hija se puso un short que le quedaba apretado, pensé que sería más decente si estaba desnuda, los vi platicando mientras mi sobrino admiraba sin descaro el trasero de ni niña, y despistadamente me miraba al mismo tiempo que sobaba su pene sobre el pantalón. Su atrevimiento me gustó, a pesar de su edad era ya un cabrón, que conseguía lo que quería, y para qué negarlo, siempre he sido fácil.
Llegó la noche, mi hija se fue a dormir, él se quedó en la sala viendo televisión, yo en mi habitación me di un baño, la verdad no me disgustaba la idea de acostarme con mi sobrino. Ya en la cama con un baby doll, roja pastel con bóxer ajustado con encaje semi abierto por los lados, me recosté sin cobijarme, previamente dejé la puerta sin seguro, me conecté a internet para revisar mis correos, cachondeándome con los mensajes de mis contactos y viendo algunos videos porno. Me desconecté para ir a la cama acostándome boca abajo ansiosa a la espera, recordando el tiempo en la primera vez que un jovencito me cogía, recordé a Ivan mi vecino, el papá de mi bebé, yo fui la ofrecida después de ver esa enorme verga en sus manos masturbándose, Luego Sandro su mejor amigo, de la misma edad, 17 años, ahora el hijo de Oscar mi primer amante que apenas cumplirá los 17.
Escuché la perilla de la puerta, en silencio entró y la cerró, se acercó vistiendo solo una trusa que mostraba un bulto entre sus piernas bulto ansioso por liberarse, caminó hacia mí, bajó su trusa rebotando su verga en mi cara, la tomó como si fuera un trofeo la levantó para dejar ver sus huevos un poco grandes para su edad, se veían deliciosos, su verga no es tan grande como la de su padre pero me imagino que en unos años más superará a su padre, pero sí de tamaño considerable para su edad, con el tamaño suficiente para satisfacer a una mujer, curveada como la de su papá, sus huevos con algunos vellos, sin perder tiempo la tomé con mi mano al mismo tiempo que le advertía que nadie debía saber nada de lo que ocurriría, mi sobrino con seguridad y muy listo dijo; --"—voy a perder la oportunidad de tener una mujer con quien tener sexo, si hablo perdería esa oportunidad”—así que el infeliz no solo quería esa noche sino tener una relación…me gustó su seguridad. A su edad me extrañaba que fuera tan seguro de sí mismo.
Su verga estaba dura y ansiosa por gozar, sus líquidos salían en abundancia, mi boca se encargó de limpiar esa verga adolescente y escuché que suspiraba, me tomó de la nuca ansioso , yo tragué con facilidad por completo su verga joven y deliciosa, prometedora de una buena larga noche entrando a mi cuerpo.
Tocaba mis senos, noté su inexperiencia porque ansioso me tocaba por todas partes, lo empujé a la cama, lo desnudé por completo, besé todo su cuerpo, deteniéndome en sus partes nobles, mamando y lamiendo verga y huevos, quise quitarme el baby doll pero no me lo permitió decía que me veía excitante con esa ropa, lo dejé me puse sobre él en un delicioso 69, está más o menos a mi altura, tragaba su verga totalmente y con facilidad, hizo a un lado el bóxer para lamer mi panocha mojada, restregué mi vagina en su inexperta boca que igual me daba placer. No tardó en venirse, cuando lo hizo dejé escapar parte de su semen porque era abundante el chorro, caía en la base de su verga, en sus testículos como lava al pié de un volcán, yo tragaba en abundancia, era extraño, su semen tiene un sabor muy similar al de su papá, fue delicioso esa bebida espesa, como loca seguí exprimiendo, cuando dejó de eyacular, me quitó para verme con su verga en mi boca, yo no me venía aún, me miró asombrado preguntándome si me había tragado su leche:---¡¿te tragaste mis mecoooos?!”—lo miré a los ojos diciendo: --¿te gustó?—no lo podía creer, repetía; ¡guauu, guauuu!, ¿no te dio asco?—le dije que no hiciera preguntas tontas y que se sorprenderá más si deja de hablar y me coge.
Lo tumbé a la cama, me quité el calzón sexy y me senté sobre él, bajé el corpiño del baby doll a mi cintura liberando mis senos que quedaban en su cara, puse sus manos en mis nalgas al mismo tiempo que colocaba su verga en mi raja super mojada, apenas sentí su palo en mis labios genitales y me dejé caer perforándome hasta el fondo, empecé a mover mis caderas frenéticamente deseaba venirme, con mis movimientos frotaba mi clítoris con u verga mientras su boca ansiosa mordía mis tetas casi lastimándome, tenía que decirle como hacerme gozar, le pedí mordiscos suaves, lamidas apretones delicados y aprendió rápido.
Mostraba un rostro de sorpresa, mientras lo besaba en la boca y le decía al oído; --¿te gusta amor, te gusta lo que le haces a tu tía?-- no respondía gemía sin control, y trataba de tapar su boca para que no escucharan mis hijos, se lo advertí y trató de hacer menos escándalo, lo besé en la boca apasionadamente consolándolo, si dejar de moverme con ese palo delicioso en mi interior vaginal.
Yo era la que hablaba, él solo disfrutaba, sus gemidos, ver su rostro lujurioso lleno de placer me estaban volvían loca, veía en su rostro la expresión de Oscar su papá, alucinaba recordándolo, hubo momentos en que me olvidé que era mi sobrino, saqué lo puta que soy recordando a ese hombre que me hizo conocer el mundo del sexo y disfrutarlo plenamente.
Mi sobrino con sus manos en mis nalgas sintió como rebotaban, y las pocas palabras de él fueron; --¡tíaaaa, tus nalgas me encantan, estás super nalgona y bien buenaaa!—le sonreí agradecida tomando su cabeza en mi pecho para que mamara mis tetas, luego me detuve, sin sacar su verga de mi panocha levanté mi pierna derecha para voltearme, y que mis nalgas quedaran frente a sus ojos, voltee a verlo, su mirada clavada en mi trasero que sobresalía de su cintura, puso sus manos en mis nalgas y sin dejar de mirarlo a los ojos, empecé a moverme en círculos, aumentaba la velocidad de manera exagerada, sus dedos tocaban mi culo sin decidirse a meterlos, solo acariciaba mi ano, sus gemidos aumentaron, y dijo:--¡ya tíaaa, yaaaa, creo que me vengo!—en lugar de detenerme, aumenté la velocidad mientras yo misma acariciaba mis senos, trataba de morderlos, puse sus manos en mis caderas para que las acariciara eso me excita y lo escuché de nuevo;--¡tíaaa, no me puse condón, y quiero venirmeeee yaaa, deja la sacoooo!—viéndolo a sus ojos le dije;--¡que importa papi…vente dentro, si nunca has estado con nadie más, y yo me operé, nada pasará mi reyyyy venteeeem échame tu lecheeeeee!—apenas terminé de decirle eso cuando sus manos apretaron mis nalgas, mi orgasmo bañó su verga y me concentré en mi venida sintiendo como depositaba su leche en mi interior. La lujuria bajaba su intensidad, poco a poco, me recosté sobre sus piernas doblándome toda dejándole ver mis nalgas, mi culo y mi panocha invadida de su verga, a su gusto.
Llegó la calma, saqué su verga de mi raja y me acosté a su lado, besándolo agradecida, emocionado me miraba y me besaba. Ya más tranquilos, me preguntó si había tenido otras aventuras, mentí porque no tenía caso que supiera más de mí, podía darle armas y que las usara en mi contra en algún momento. Solo le dije que ha habido oportunidad pero solo he estado con mi esposo, y aunque ahora ya no está conmigo, pues me siento sola;--¡te aprovechaste de eso!—se sostuvo sobre sus codos admirándome desnuda, tocando mis senos, lamiéndolos, besándolos, mamando como un bebé. De nuevo me calentaba, toqué su verga que de nuevo se endurecía, ¡y como no a su edad!
Le pedí se acomodara sobre el respaldo de la cama, me acosté con mi cara en su verga, permitiendo que tuviera una visión erótica, mi cara con su verga en mi boca disfrutando la mamada con una mezcla de sabor a su leche, al subir un poco su mirada observaba mis nalgotas . Mamé a mi gusto, esa vez la mamada duró más, se estremecía al morderle suavemente sus huevos, igual que su papá, me dijo que quería venirse en mi boca y ver cómo tragaba sus “mecos” así le llama al semen.
En esa posición me empiné y mientras mamaba verga movía mi trasero como si alguien más me estuviera cogiendo por detrás, se emocionó el chico, se refería a mi trasero de diferentes maneras; --¡que rico culoooo!, ¡me encantan tus nalgas tíaa!, ¡oooohhh quiero tocar tus pinches nalgotas tía Marlen, estás buenísimaaa, muéstrame tu hoyito quiero verlo!—
No perdí tiempo, me puse a su lado en posición de perrito, se colocó detrás de mí, creí entraría por mi culo pero lo hizo por mi raja avariciando como degenerado mi trasero, le pedí me nalgueara suave, que gozara ese trasero como quisiera. No captaba lo que quería, así que me detuve, con mi mano debajo de mí, coloqué su verga en la entrada de mi culo, vi su rostro de asombro, su inexperiencia volvió aflorar; --¡¡tíaaa, te va a doler no quiero que te duela!!--¡ayy papito rico aunque me duela!, ¡rómpeme el culo, es tuyo, todo tuyoooo!---lo empezó a meter delicadamente pero yo en mi ansiedad me hice hacia atrás ensartándome su verga hasta los intestinos, al tenerla toda dentro presioné con mis nalgas restregándolas en sus caderas. Su verga es de buen tamaño pero mi culo como saben ha tragado vergas enormes y hasta en doble ración al mismo tiempo. La de mi sobrino mide como unos 16 centímetros, no tan gruesa, así que con facilidad me penetró analmente.
Empezó mi gusto por sentir su joven verga en mi recto, estaba emocionado cogiéndome como loco, me tomaba de la cintura, se acostaba en mi espalda, creo que no sabía qué hacer con semejante trasero a su disposición. Le pedí que me masturbara, pero perdía control o me cogía o me masturbaba, le dije:--¡no te preocupes bebé, concéntrate en mi culo y gózalo como quieras, yo me masturbo pero tendrás que venirte hasta que me venga yooo!—solo escuchaba; --¡aaahhh, ahhh, ahhh, que culote mamacita, tanto tiempo imaginando este trasero empinado y ahora lo tengoooo!,¡aahhh, ahhhh, aaahhhhh!!!—sentí que se iba a venir, y tuve que masturbarme más, me propuse en pensar en Oscar, en mis amantes, las veces que me han cogido, las que he gozado, y lo que me esperaba con mi sobrino, sentí que se venía, su leche calentaba mi esfínter, se vaciaba en mis intestinos, yo aceleré en círculos mis nalgas pegada a su verga sin sacar ni un milímetro, y logré venirme---¡aaahhhh, aahhhhh, yaaaaa, papiiiiii yaaaaaa!, ¡ahhhh, ahhhh!.
Caímos rendidos, se quería quedar a dormir conmigo, pero no me quise arriesgar a quedarnos dormidos y que mi hija se enterara de lo sucedido, le prometí que otra vez sería. Al despedirnos en la puerta, me besó apasionadamente tal como su papá lo hacía. Mu hubiera encantado se llamara también Oscar, así lo nombraba sin que se enterara que su papá, también gozó conmigo como él.