Mi sobrino cristiano y virginal (MACHITO)
Mi sobrino me había penetrado con su mano. Él había perdido todas sus inhibiciones conmigo y ya era prácticamente un esclavo del sexo en muy poco tiempo. Conmigo estaba experimentando cosas que tal vez nunca lo haría con otra mujer. Lo único que yo temía era enamorarme del también.
Mi sobrino me penetraba como loco con su puño y yo tenía la lengua de fuera dejando salir toda mi saliva como si fuera una perra jadeando y mi cabeza y mis ojos hacia atrás. Mi ano estaba siendo violado sin piedad por mi sobrino que hasta hace horas era un chico bien portado y completamente integro. El solo saber que había corrompido a alguien así me excitaba aún más. El dolor se mezclaba con el placer y la sensación de ello era increíble. Mi sobrino seguía sin piedad y con fuerza metiendo su puño. Yo gemía y me estremecía. Después pase a una etapa de furia y también ira. Tal vez como una medida de defensa para poder soportar algo así. Comencé a hablarle muy vulgar a mi sobrino. Follame como hombrecito cabron o no tienes pantalones dije mientras el sacaba y metía su puño-. Él se molestó y metió más su puño, yo grite de dolor. ¡Hijo de la chingada! Grite entre dientes-. Él se rio y siguió rudo haciéndolo. De pronto ya no podía ver su puño ni siquiera la parte de la muñeca. Su brazo había entrado también y yo ya no podía más. Mi clítoris estaba tan hinchado que sentía que iba a explotar.
-¿Te gusta verdad tía?
-Me encanta
-Voy a meter el brazo.
-No mi amor, no voy a aguantarlo.
-Solo un poco tía.
-Me vas a desgarrar cabron, dije que no.
-Cállate y disfruta.
El saco todo su puño y se puso más lubricante. Después de un fuerte empujón se fue más adentro y olvido lo que le dije. Una pequeña parte de su brazo entro y el con su mano comenzó a pellizcar la parte de arriba de mi vagina. Yo sentía que iba a explotar en cualquier momento y le grite sácalo, sácalo hijo de tu puta madre. Un chorro grande lo mojo en la cara y yo me convulsionaba en la cama mientras lo demás salía con fuerza mojando las sabanas. Mis ojos estaban en blanco y yo temblaba con cada pequeño chorro que salía. Estaba disfrutando tanto que me olvide que su mano estaba llena de mi excremento y lo lamí como una perra la mano de su amo. El sabor era terrible y muy erótico a la vez. El tomo su pene y sin darme descanso se metió en mi ano por completo. Me beso dulcemente y comenzó a meterla rudo en mi ano que había sido completamente dilatado por su mano.
-Se siente delicioso tía.
-Disfrútalo chiquito es para ti.
-Siento que es más apretado que tu vagina aunque ahorita se abrió mucho.
-Es un esfínter amor se abre y cierra con facilidad.
-Lo único que puedo decir es que creo que te amo tía.
-Yo también te amo mi cielo.
-¿Puedo terminar dentro de tu ano tía?
-Tú puedes hacer lo que quieras conmigo amor.
Mi sobrino comenzó a mamar mis senos como un infante mientras me abrazaba y metía su polla gorda furiosamente contra mi ano. Yo lo abrazaba con mis piernas y brazos mientras le decía al oído -vente chiquito, vente mi amor en mi ano, llena a tía de tu leche calientita-. Él no decía nada, solo chupaba y no paraba de follarme con intensidad. Después de unos minutos de acariciar su cabeza y el chupar mis senos sentía una corriente caliente en mi ano que me hizo sacar otro pequeño orgasmo. Su semen caliente fluía dentro de mi ano, la cantidad era mucha y no dejaba de salir. Mi sobrino me abrazaba con fuerza y su cara estaba enterrada en mis senos de nuevo. Respiraba muy agitado y se veía muy cansado.
-Te ves muy cansado mi amor.
-Si me canse mucha tía.
-¿Quieres tomar una siesta amor?
-Si tía, me voy a dormir.
-Espérate mi amor, no te vayas, duerme aquí en mi pecho, no saque s tu pene déjalo dentro de mi ano, quiero sentirte dentro más tiempo cielo.
-Está bien tía.
-Duérmete mi amor yo me duermo aquí contigo y te cuido el sueño.
Ese día tomamos una larga siesta y dormimos con nuestros cuerpos unidos. Al siguiente día le cocine por la mañana con mi bata para dormir abierta y totalmente desnuda. El no paraba de verme con ojos de lujuria y yo me sentía muy deseada por él. Tal vez mis sentimientos por mi hijo habían cambiado por la distancia y mi sobrino los estaba suplantando. Eso me había asustado un poco pero tener a alguien tan dulce y atento que podía ser sucio y despiadado en la cama era mi pareja ideal lo que siempre había soñado. Incluso me ayudo a preparar el desayuno. En un momento cuando yo lavaba lo que había usado para el desayuno se acercó detrás de mí y al dejar su plato sentí su erección por detrás de mí bata. Retiro dulcemente el cabello de mi cuello y comenzó a besarlo despacio y con mucha ternura. Sentía su erección fuerte y gruesa en mi trasero picándome. Déjame lavar los platos primero mi amor dije-. Te quiero ahora en este momento tía respuesta-. Yo le dije- espera solo un poco amor-. El me volteo y me cargo con lo fuerte que era con un solo brazo. Me beso y yo le correspondí el beso. El me abrió por completo la bata y se bajó los pantalones de pijama que traía. Quiero que tú seas mi mujer tía dijo mientras me penetraba de golpe-. Yo sentí aquella polla gorda abriéndose camino por mi vagina y solo lo abrasé. Soy tuya, hazme tuya entonces, tómame dije-. El me beso con su lengua en mi cuello y comenzó a penetrarme encima de la mesa en la que comía mi hijo. La relación con mi hijo peligraba si no volvía rápido. Continuara
Continuara...