Mi sobrino Alex

Todo comenzó cuando Elisa, mi ex cuñada, me llamó para pedirme si podía cuidar de Alex por dos semanas, ella tenía que viajar a visitar su madre que no estaba muy bien. Acepte sin problema recordaba que Alex era un niño muy tranquilo, y yo disponía de varios días de vacaciones y podía dedicarme a el. El día siguiente Alex llegó a mi casa cargando con su mochila y sus cosas personales.

Mi sobrino Alex

Es ya el segundo café que me sirvo esta mañana, después que Ana, la estudiante que comparte con migo el apartamento y los gastos, salió para sus clases, me encontré sola en medio del gran silencio, también mi sobrino Alex se ha ido, regresó su madre del viaje, y así se terminaron las dos semanas que vivió con nosotras, llenando cada rincón de la casa con su presencia.

Todo comenzó cuando Elisa, mi ex cuñada, me llamó para pedirme si podía cuidar de Alex por dos semanas, ella tenía que viajar a visitar su madre que no estaba muy bien. Acepte sin problema recordaba que Alex era un niño muy tranquilo, y yo disponía de varios días de vacaciones y podía dedicarme a el. El día siguiente Alex llegó a mi casa cargando con su mochila y sus cosas personales.

––Buenos días tía, mi mama me dejo abajo, estaba retrasada y por perder el tren dijo que después te llamará.

__ ¡Dios mió! Si eres todo un hombre, ven abraza tu tía.

––Crecí un poco, el tiempo pasa.

––Recuerdo cuando te vi la ultima vez apenas llegabas a mi cintura y ahora eres mas alto que yo. Entra, no te quedes en la perta, tanto tiempo sin vernos, deberás contarme un montón de cosas.

––Y tu tía estas siempre igual de bonita como te recordaba.

–– Eres todo un galán. Ven, este es mi cuarto, puedes dejar tus cosas en aquel armario. Dormirás en la sala hay un sofá cama para ti, la otra habitación es de Ana, una amiga que comparte el piso con migo.

––No hay problema el sofá es bueno para mi.

––Deja tus cosas, ponte cómodo, mientras yo termino de limpiar y ordenar la casa.

Me puse a ordenar y limpiar como lo hacia casi todas las mañanas, olvidándome de Alex que se había sentado en la sala a ver la televisión y a jugar con su nintendo. De vez en cuando lo descubría mirándome, primero no le preste mucha atención, hasta que me di cuenta que lo que veía con más insistencia eran mis piernas y mis pechos. Esa mañana tenía puesto mi bata de casa, de algodón floreada, con botones al frente. La bata contorneaba mi cuerpo como una funda, desde los dos botones abiertos asomaban mis senos sin sostén . No pensé que eso pudiera llamarle la atención al chico, al fin de cuenta soy su tía y me ha visto un montón de veces en traje de baño.

Sentía su mirada disimulada que exploraba mis formas. Para ser sincera me alegraba el pensar que todavía podía gustar a un joven. Por curiosidad quise ver como reaccionaria si le mostraba algo más. Me acerque a la mesita cerca del televisor y me puse a ordenar los objetos que estaban en ella, inclinándome hacia delante de manera que mis senos quedaran frente a sus ojos y pudiera verlos, casi todos, con mis movimientos. Alex clavo la mirada en ellos. Vi como en sus pantalones iba creciendo su bulto, una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo mis pezones se endurecieron como piedras. Siempre agachada me di vuelta para recoger algo en el piso, dejando que se vieran las tanguitas blancas por debajo de la bata. De nuevo lo miré, su erección era muy evidente el trataba de disimularla con su mano apoyada sobre su miembro. No resistí más, me paré y me fui para mi habitación, cerré la puerta, me tendí en la cama y comencé a frotar mi clítoris, a los pocos instantes obtuve un orgasmo tan fuerte como no había tenido hace mucho.

–– ¿Que pasó tía? Despareciste de pronto y te encerraste en tu cuarto.

––Nada pasó, es que termine de limpiar y estaba muy sudada y sucia, sentí la necesidad de darme una ducha y ponerme algo mas limpio y fresco.

––Creí no te sentías bien, eres muy bella con esa falda que te pusiste.

––Hombrecito ya son muchos los cumplidos por este día, atención que me los voy a creer todos. Hice café ¿quieres o prefieres tomar un refresco o jugo de fruta? En el refrigerador hay.

––Gracias por ahora nada, prefiero seguir con mi juego electrónico.

Me serví el café y me fui a sentar en la butaca casi al frente de Alex, tomé una revista y me puse a ojearla, me di cuenta que mientras jugaba continuaba mirando mi blusa y mi falda, que por lo cierto al sentarme se me subió por encima de las rodillas dejando una buena parte de mis piernas descubiertas. Ora vez el calor invadió mi cuerpo, esos ojos explorando cada centímetro de mi cuerpo lograban excitarme cada vez más. No pude resistir la tentación y con un ligero movimiento abrí un poco mis rodillas dejando asomar por debajo de la falda el triangulito blanco de mi tanguita. Vi como la cara de Alex se coloreaba mientras su erección se dibujaba otra vez entre sus pantalones.

¿De veras crees que soy bonita? ––Cierto que lo creo, me gustas desde siempre, pero me daba pena decírtelo. –– No te creo, como puedo competir con tus noviecitas.

Mientras le hablaba abría mas y mas mis piernas ya era imposible disimular.

––No tengo ni he tenido novias todavía, me da pena pero no sabría que hacer.

––Levántate, ven aquí acércate.

Mientras se acercaba lo tome de la mano y lo guié hasta hacer que se quedara parado frente a mi entre mis piernas abiertas. Con la mano libre abrí el cierre de su pantalón y saque su pene duro, grueso inmenso, lo sentía palpitar en mi mano.

––Con este miembro tan grande vas a hacer felices a muchas mujeres

Con mi mano lo acariciaba, lo apretaba, jugaba con el y sentía sus espasmos, cada vez mas fuertes. Lo acerque mas y tome esa espada roja en mi boca, justo en el momento que un rió enfocado de semen salía en erucción de su interior. Mis pechos estaban tan duros que dolían, los pezones parecían piedras, tome el esperma caliente y los unté, los mojé.

––Ven besa mis pechos, muérdelos son tuyos…Pon tu mano en mi vulva fíjate como está mojada. Si amor mió pon tus dedos adentro, así, si…si. Me acosté en el piso y lo ayude a penetrarme con su lanza de fuego…un orgasmo infinito….otro Dios no puedo más…Continua moviéndose dentro de mi como si nada…otro orgasmo

Quedamos rendidos en la alfombra. ––¿Ha sido tu primera vez verdad? ––Si tía tu eres la primera, me hiciste muy feliz.

El resto del día lo dedicamos a pasear por la ciudad, antes de regresar a casa nos paramos donde Mario para cenar con una magnifica pizza con queso y pimientos.

El siguiente día en la mañana me levante bien temprano, y con Ana nos sentamos en la cocina a tomar nuestro primer desayuno. Un ritual de todas las mañanas tomábamos el primer café recién levantadas, Ana en su dormilona que apenas le cubría el sexo, yo con una camisa blanca, olvidada en mi closet por algún amigo, abrochada al frente con un solo botón. Hablábamos en voz baja para no despertar Alex que dormía en la sala.

Le contaba la sorpresiva aventura con Alex y su desenlace, cuando este todavía medio dormido entro en la cocina.

––Buenos días ¿dormiste bien Alex?

––Si muy bien tía, buenos días.

––Ven acércate conoce Ana, la amiga de la que te había hablado, hoy se queda en casa es su día libre.

––Hola como estas, encantado de conocerte, tía hablo muy bien de ti.

––El placer es mió, eres todo un hombrezote. Estoy apenada que nos hayas visto en estas condiciones, recién levantadas, despeinadas y tan poco vestidas, no estamos acostumbradas a tener hombres en la casa.

––Esta bien, eres muy bella y deseable aún despeinada, igual que mi tía.

––Te dije que es todo un caballero.

Un caballero que no lograba disimular la erección que le provoco la vista de Ana casi desnuda. El bulto en su pijama se veía enorme y creciendo, fue en ese momento que se me ocurrió decirle:

––Acércate a Ana ¿porque no le muestras tu hermosa espada como me la enseñaste a mi? No tenga temor a ella le gusta tocarlas, y es de confianza, mi mejor amiga.

Ella entendió lo que yo proponía y sonriendo tomo Alex de la mano y lo llevo bien cerca de su lado puso su otra mano en el pijama del chico, extrajo la gruesa verga dura y muy caliente, la tomó en sus manos suaves, lo acaricio, jugo con ella, la tomo en su boca, la lamió…Alex estaba muy cerca del clímax… ella le dijo gimiendo: ––Rápido pon tu mano en mi sexo, pon tus dedos dentro de mí, siente como estoy mojada. ––

Mientras los dos gozaban el uno del otro, yo tome mi vibrador y sentada en la alfombra cerca de los dos, lo introduje en mi sexo, masturbándome con furia. En ese momento Alex explotó y de su miembro salio un chorro espumoso que mojo toda las piernas y manos de Ana, me acerque a ella arrastrándome por la alfombra, siempre con el vibrador dentro de mi, puse mi boca en su vulva y sorbí los fluidos que de ella salían, mientras ella continuaba mamando el pene mojado de Alex, que nuevamente estaba en erección. Los tres alcanzamos nuestro segundo orgasmo junto, nunca había sentido ni gozado tanto en mi vida

El resto del día lo pasamos descansando, cada uno por su cuenta buscaba recuperar fuerzas. En la noche decidimos ir al cine los tres juntos, iríamos a comer un enorme helado y luego Ana nos llevaría a ver un film erótico en una sala que se dedicaba al género.

El cine estaba medio vació, algunas parejas y varios hombres solos como es normal en estas salas. Encontramos una fila medio vacía y nos sentamos con Alex en el medio, al rato de iniciar la proyección, mientras las dos protagonistas se prodigaban en escenas lesbianas, sentí la mano del chico sobre mi rodilla, que se movía lentamente por debajo de mi falda. Me relaje y abrí un poco las piernas para facilitar su movimiento. Los dedos de Alex avanzaban muy despacio sobre mi entre pierna, acariciando y rozando mi piel con mucha delicadeza, un escalofrió recorrió mi espalda hasta llegar a mi punto mas sensible, los dedos continuaban subiendo muy despacio, el ansia por la espera y el placer se mezclaban haciendo que yo probara sensaciones in describibles. Ya las yemas de sus dedos se abrían paso en mi barquita mojada por los líquidos que de mi brotaban, temblé y gemí cuando el índice se introdujo por los húmedos labios de mi vulva. Mis piernas abiertas, se movían al compás de esas caricias, que exploraban todo mi interior, los dedos se movían dentro de mi frotando, pellizcando, acariciando…Llegó el primer orgasmo, no pude contener un gemido de satisfacción…Ahora toma mi clítoris entre sus dedos y lo aprieta, lo rosa, siento llegar otro orgasmo, un rió caliente y pegajoso salió de mi, el no me deja continua con sus movimientos, explorando y recorriendo cada rincón…Mi mano busca su pantalón desea tocar su sexo, me encontré con la mano de Ana que ya lo estaba acariciando, puse mi mano sobre la suya y las dos jugamos con el…Al mirar hacia ella, me di cuenta que la otra mano de Alex estaba entre sus piernas haciendo el mismo juego que hacia en mi sexo. En ese momento el se estremeció en un largo orgasmo y nuevamente broto su esperma caliente como lava, lo recibimos en nuestras manos que no dejaban de subir y bajar por esa verga caliente. Hasta el fin de la película, los tres, tuvimos orgasmos a repetición, nuca lo habíamos disfrutado tanto.

De regreso a casa, caminando en la noche estrellada, decidimos que dormiríamos los tres juntos hasta el día en que Alex tuviera que irse.

Deje la tácita del café y extrañando al pequeño amante, me acosté con mi fiel vibrador reviviendo fantasías pasadas